Teodicea: Definiciones y Ejemplos
Por Raúl Quintana Selleras
La teodicea es una preocupación monoteísta que intenta justificar a Dios en medio de la existencia del mal. ¿Cómo puede un Dios benevolente y puro permitir tanto dolor, sufrimiento, tortura, terrorismo, esclavitud, pobreza, desesperación y ausencia de derechos humanos en el mundo? El propósito principal de la teodicea es reconciliar la actitud de Dios con la realidad del mal dentro de un mundo caótico y turbulento.
En primer lugar, la teodicea es una preocupación monoteísta porque, en las religiones politeístas, los desacuerdos divinos son la causa del mal (según la mitología griega, cada Dios eligió un bando en la guerra troyana). Además, cuando no existe Dios (postura ateísta), el mal simplemente surge de forma natural (Trisna, la segunda noble verdad del budismo, afirma que nuestros deseos, antojos y anhelos insaciables causan sufrimiento y maldad). En consecuencia, la teodicea está fuertemente ligada a las religiones abrahámicas: Islam, Judaísmo y Cristianismo.
En segundo lugar, la teodicea posee diferentes clasificaciones que no son necesariamente contradictorias. El mal es necesario y esencial para el mundo material en un sentido dualista. Por ejemplo, el yin y el yang representan dos fuerzas opuestas pero complementarias en la filosofía china. Además, el mal es la consecuencia del pecado original de Adán y Eva tanto para los cristianos como para los judíos, al tiempo que representa una prueba definitiva en aras de una recompensa póstuma y un intento de desarrollar nuestro potencial (perfeccionamiento espiritual). Dios crea al mal para castigar el comportamiento rebelde de la humanidad. Por ejemplo, Yahvé destruyó el Templo de Jerusalén en 586 AC a causa de la adoración pagana de ídolos. En el hinduismo, el mal se representa como una ilusión, siendo Maya la diosa de esta última. Finalmente, el mal puede adoptar una figura personal en las tres religiones más grandes del mundo: Satanás en judaísmo, Iblís en la tradición musulmana y Lucifer en el cristianismo.
En nueve años ininterrumpidos, EntreVistArtista, ha nutrido las páginas de su historia con entrevistas exclusivas tras conversaciones cercanas con artistas de diferentes latitudes, a quienes agradezco su amistad y confianza. Angelo Secondini, Alberto Pousa, Alex Etxebarria, Ale Elordi, Alejandro Cuerda, Alfonso Blanco, Angel Cervera, Antoni Catalan, Antonio Cubelos, Beatriz Ramírez, Cecilia Cacciarelli, César Naves, Daìta Martínez, Daniele Vergni, Edgar Dorantes, Elam Ellis Embarq, Emil Valev, Emiliano Pietrini, Enrique Mochales, Magdalena Dosamantes, Fabian Marcelo, Fernando Biderbost, Fred L'Epee, Howard Hersh, Idrioema, José Luis Torrego, José María Escarastegui, Julio Ojea, Marcela Ruiz, Maria Felix Korporal, Maria Grazia Galatà, Montse Huguet, Nuccia Cammara, Pinina Podestà, Rafael R. Costa, Shiri Malckin, Sofia Koubli, Tono Carbajo. Mención especial a quienes colaboraron en el proyecto en un gesto solidario: José María Escarastegui (Bilbao), Julio Ojea (España), Antoni Catalán (Barcelona), Mirjana Milosavljevich (Serbia), Beatriz Ramírez (Argentina), Marcela Ruiz (Argentina), Eliana Suarez (Argentina), Emiliano Pietrini (Italia) y César Nicolás (España).
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXXIX
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
CELEBRACIÓN
Fanfarrias. El cumpleaños materno. Rosario, y en especial Julia, que ya me ha confirmado lo de su padecimiento, solicitan encarecidamente que asista "para complacerla". Bien, a forrarme de paciencia y acudir apastillado a esa celebración que poco se diferencia de las restantes. Mejor no invitar a Amelia. Profiláctico que parientes y amigos no se mezclen entre ellos, sino que permanezcan aislados cuales burbujas, contrario a los átomos de Epicuro descritos en su astracanada en la que, provistos de libre albedrío, pueden desviarse para no chocar unos contra otros. Entrego el regalo a mamá: un chal de diseño oriental que, eufórica, le muestra a todos.
Tía Josefa, buitre de salón -una vieja narizona forrada de negro; Bernarda Alba de vodevil-, asiente desdeñosa. Desde allá se acercan en bandeja de muestrario las señas de Alberto y Marta, pero nadie les presta atención y los sarcasmos quedan en su intento. Marta sirve una ronda de vermut y -no extraño, ya que planea para nuestra madre una celebración tranquila- dice al pasar junto a mí con aires de bruja condescendiente: No te ofrezco porque supongo que estás medicado. Apenas la miro: Lo estoy, pero te agradezco igual. La velada promete transcurrir sin contratiempos. Además, se han juntado para tan especial ocasión, todos los sobrinos: Esteban y Luis, hijos de Alberto, los apodados digitales, o clones, por su extraña carencia de expresiones; Adriana, de Julia; y Olga e Hilda, las de Rosario.
Cultura y globalización
¿Cuántos artistas por país conoce usted?
Por: Ximena Jordán - ximejordan@gmail.com
Si hablamos de artistas visuales mexicanos que sean famosos en el extranjero, se nos vienen a la mente de inmediato Frida Kahlo y Diego Rivera. Es indudable que la mayoría de los visitantes foráneos que llegan a México por turismo, por estudios u otras razones, ya conocen a ambos artistas desde sus países de origen, o al menos ubican sus nombres. Hay quienes tienen una cierta visión crítica de esta situación, algo así como que “no es bueno” que Frida y Diego sean “así” de famosos porque su excesiva popularidad pudiera impedir que otros artistas mexicanos tan buenos como ellos sean igualmente apreciados a nivel internacional.
México. EntreVistArtista (EVA) / 14 de enero 2018

Muro Oriente Mural (((KO))), Estación Metro Quinta Normal. En la Foto Mario Lagos. Autor foto: Rodolfo Pereira
MURAL ELECTRÓNICO EN LA ESTACIÓN DE METRO QUINTA NORMAL
INVITA A LA MEDITACIÓN EN MEDIO DEL CAOS
Metro Quinta Normal, Santiago de Chile
http://www.yto.cl/ko
Emplazado en medio de la Estación Quinta Normal del Metro de Santiago, el mural electrónico de la artista Yto Aranda genera un espacio de introspección contrarrestando el caos y estrés urbano habitual de Santiago. Se trata de una serie de pinturas electrónicas sonorizadas, con movimiento y muy coloridas, inspiradas en la naturaleza.
Por Verónica Rubio
El nombre del mural es (((KO))) Ɛ>-<((aQua_esfera))>-<3. Ko en mapudungún significa agua y se compone de ocho módulos hexagonales donde se fusionan la pintura con tecnologías contemporáneas a través de la electrónica y lo digital. Es un trabajo que conecta con la naturaleza y el agua como elemento fundamental de la vida, invitando a las personas que transitan por el Metro a hacer una pausa y reflexionar, sacándolas de un contexto que resulta tenso en lo cotidiano.
De hecho la artista concibió la obra luego de sus numerosos viajes en este medio de transporte, conmovida por el estrés de los usuarios y del simbolismo del tren subterráneo para el sujeto urbano contemporáneo. “El metro no sólo es el gran sucesor del ferrocarril como emblema de la modernidad, sino que se define como un tren que viaja, (idealmente) a alta velocidad en forma subterránea. Ello nos conecta con la rapidez como síntoma de la globalización, así como con los altos índices y deseos de productividad propios del capitalismo más desatado. Esto me lleva directamente a pensar también su otro extremo: el metro es evidencia del fracaso. El tren falla, se detiene, colapsa. Se transforma en las horas peak en un hervidero de violencia y corporalidad tensa, rígida. Con todo, el viaje en estas condiciones es quizás para alguno el momento en que estará más cerca en todo el día de la otredad física humana, del contacto directo de esa otra-energía del cansancio de la cual renegamos, y que nos vincula con nuestras propias fallas”, reflexiona al respecto Valeria Radrigán, doctora en filosofía, Universidad de Chile.
Muro Poniente Mural (((KO))), Estación Metro Quinta Normal
Realizar ...la Acción desde Barcelona Alberto Caballero
después de la performance
Mujeres...saber sostener el amor al arte.
Desde Barcelona
Alberto Caballero
Exposiciones de...mujeres....de artistas mujeres, solo me interesa lo singular de cada mujer y de cada obra, lo particular de las instalaciones que se han realizado ultimamente, y están aqui por ir 'mas allá de la performance', de la acción, del cuerpo, utilizando distintos registros: la imagen (fotografia, video) las entrevistas, los catálogos, y por consiguiente 'la instalción' en cada caso también singular, el cambio de lugar implica un cambio de instalación, de un lugar a otro. Son meras notas, donde recomiendo el visionado por lo apasionante de cada una, como mujer y como artista: saber sostener el amor al arte.
BANDA PEQUEÑO VICIO
Por: Marcelo Olivares Keyer
I OPERETA: PEQUEÑO VICIO
La Banda Pequeño Vicio fue algo más que la feliz coincidencia de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección, fue la conjunción de las artes escénicas, encarnadas en el actor y coreógrafo Titín Moraga, y el rock, encarnado en el guitarrista Juan Ramón Saavedra, quien pese a su juventud había pasado por la legendaria banda de rock pesado Arena Movediza. Se asociaron para una opereta pergeñada por Moraga en 1986 llamada Opereta Pequeño Vicio, título al parecer entresacado de algún texto del controvertido escritor japonés Yukio Mishima. De la base de músicos reclutados para el montaje, resultó el afortunado sexteto que constituiría la alineación “histórica” de esta excelente banda: Titín Moraga (voz), Juan R. Saavedra (guitarra), Iván Delgado (saxo), Andrés Bobe (teclados y guitarra), Luciano Rojas (bajo) y Cristian Araya (batería). Para mediados de 1987 ya tenían unas cuantas canciones a su haber, y en agosto entraron a los Estudios Horizonte para grabar su primer álbum, el que estaría listo a final de año, de modo que a partir del verano de 1988, ya como banda hecha y derecha, comenzaron a rodar por los boliches santiaguinos. Recuerdo particularmente una presentación en enero en un improvisado escenario montado en un sitio eriazo, como parte del Festival Off Bellavista, en la que –a mí y a mi patota- nos volaron la cabeza, y no sólo por la potencia de sus guitarras, la atmósfera provocada por el sonido del saxo, la pantalla gigante exhibiendo video arte detrás de la banda, o la cantidad de vino que nos habíamos tomado. Era algo más simple y complejo a la vez: estábamos presenciando algo nuevo.
Cuando al otro día, cerca de la hora de almuerzo y bebiendo cerveza para conjurar la resaca, nos reunimos en nuestro templo por allá por Tobalaba y Departamental, todos teníamos la misma pregunta en la punta de la lengua.
- ¿Qué fue eso?
Para entender nuestro trance se hace necesario aclarar que en nuestra tribu, con quienes editábamos el fanzine “Ene-A”, la banda incidental de nuestros días –y sobre todo de nuestras noches- la aportaba el grupo Sumo, cuyos caséts Divididos Por La Felicidad y Llegando Los Monos giraban sin parar mientras nos aventurábamos por el lado salvaje de los caminos del Arte. Por eso, el mayor elogio que podíamos proferir respecto de estos sorprendentes Pequeño Vicio era el de:
- Se parecen a Sumo.
Y comenzamos a perseguirlos allá donde tocasen, a pesar de lo complicado que era salir de La Florida por la noche en pos de los lugares en los que la vanguardia tejía su legado. Pero valía la pena, porque entrar a ver a Pequeño Vicio era sumergirse en una nave multimedia, abrir los poros –de la piel y de la mente- y dejarse atravesar por esa telaraña al mismo tiempo agresiva y elegante, rockera y teatral, gótica y sudaca, que estos seis talentosos muchachos supieron construir.
“Tu patria está llena de basura” primera acción de esta serie.
En la playa San Mateo,19 de septiembre de 2017, dia de las glorias navales.
Mapa o personal manifiesto sobre Amapu Las Amazonas del puerto Colectiva feminista
Las razones de las Amazonas
Por Eli Neira
Son tantas las razones para reunirnos; La precarización de la vida en manos del gran capital es la primera y la más urgente; La precarización de nosotras mismas como mujeres creadoras viviendo y trabajando en la ciudad de Valparaíso precarizada a un punto álgido; La precarización de nuestras vidas en manos de una cultura que gusta de matar a las mujeres y a la naturaleza.
Nos reunimos para enfrentar esta precarización. Nos juntamos porque estamos hartas de ser tratadas como el pico y tenemos consciencia de nuestro real valor. Nos reunimos porque estamos cansadas de ser la que mejor hace la pega y que siempre contraten a otro; Que los méritos, el sueldo, las flores se las lleve siempre otro por el sólo hecho de tener pichula. Estamos cansadas de ser silenciadas, de ser las no vistas, de ser las expulsadas, las innombradas, las malas de la película. Estamos cansadas de ser tratadas como sujetos de segunda categoría.
Ojo, aclaro que todo lo que yo escriba acerca de Amapu corresponde a mi opinión, a mi visión de las cosas y no necesariamente representa o implica el total acuerdo con las demás miembras de la colectiva. En Amapu nadie representa a las demás, todas nos presentamos solitas, cada una con sus relatos y sus disensos, no buscamos el acuerdo absoluto ni la homogenización de los sentires, habitamos y construimos un lugar común creativo (no sin trabajo).
ANDREA LOUTIT: FLORA, ARTE, NATURA
Valeria Radrigán[1]
Sumergirse en la campiña poblada de hierbas y plantas, de lagartijas y de pájaros, seres que viven sin arrastrar el peso de la conciencia y la individuación. (Bodei, 2011, p.16)
Cuando ingresé a la casa de Andrea Loutit tuve la sensación de estar entrando en un bosque. Una madriguera vegetal de silencio y de detalles que me invitaban a detenerme, a escuchar y mirar. No pude evitar la sorpresa al acceder a la introspección: en medio de la ciudad, los ritmos acelerados, el tono gris, el ruido, la constante pugna de todas las cosas. En este hogar, la succión, la calma, el verde.
Plantas en casa de Andrea. Registro de Valeria Radrigán
LA DIASPORA CHILENA...
El hilo invisible de la Diáspora chilena/un homenaje crìtico a Roberto Bolaño
Por Rolando Gabrielli©2017
La Mistral solo volvió finalmente al valle de su infancia, Huidobro y Neruda iban y venían, De Rokha y Parra permanecieron prácticamente con sus vidas en Chile, Gonzalo Rojas vivió su exilio y regresó a la provincia. Casi todos partieron y regresaron. Raúl Ruíz, un poeta del celuloide, volvió entre fados y amigos a su última morada desde Parìs, tras una larga estadía de película en la ciudad luz y Europa. Claudio Arrauz, el pianista chillanejo, virtuoso, residente en Europa y Estados Unidos, también retornó a su patria chica al final de sus días. Rosamel del Valle regresó de Nueva York y Dìaz Casanueva, exiliado y diplomático, lo hizo después de un largo tiempo. Las listas nunca están completas y siempre son odiosas, pero el poeta Waldo Rojas lleva varias décadas en París, al igual que Oliver Welden en Estados Unidos y ahora España por más de 40 años. Esa cantidad de años pueden ser toda una vida y más. (Conozco que significa ese tiempo y esos años). Omar Lara volvió de la tierra de Drácula y España, el novelista Germán Marín de Barcelona, los poetas Armando Uribe y Efraín Barquero, están en casa, venidos de Francia. Sé que hay más revoloteando por el mundo o en Francia como el pintor Raúl Sotomayor, Sotelo. Dorfman se ha quedado en Estados Unidos con visitas prolongadas al patio y Skármeta regresó de distintos lugares. Gonzalo Millán dejó Canadá y volvió a Santiago. Los exilios de los artistas chilenos, músicos, entre otros, son escalonados en el tiempo de vida republicana y tiránica. Esta es una lista arbitraria, trunca, coja, mutilada como todas, odiosa y no faltaba más, la bests seller Isabel Allende, en California, zona gemela a Chile, pero muy distante. Algunos se quedaron sin aire en la noche del exilio, el calendario, ni la nostalgia les perdonó. Hubo flores quizás, lágrimas, recuerdos, himnos, el gran testigo de la memoria, amigos, la bandera tal vez, deudos, esas palabras de lo irrecuperable como una pieza de museo que nos fue robada. Oscar Hahn se jubiló en Iowa City y volvió. Hubo un momento en que casi todos nos fuimos. Jorge Teillier, Rolando Cárdenas y su banda de sobrevivientes, se quedaron en el bar Unión Chica, esperando el tren a Lautaro o un falucho hacia Punta Arenas. Murieron en Chile con la bandera y las copas al tope. Dos pasajeros inmóviles después del Golpe de Estado, y otros se sumaron también a la diáspora alimentada por una República asesinada, barranco abajo. Los poetas no son santos de devoción de ninguna dictadura, su palabra inquietante irrita sus sensibles oídos. Hernán Valdés, poeta y narrador, fue torturado en la parrilla de Tejas Verdes, un campo de concentración militar, ubicado en el puerto de San Antonio. (Hablé con su novia sueca en un pasaje de Santiago y le dije: me voy. Por Dios, no va a quedar nadie, respondió). Después, Valdés, se convirtió en diáspora en Europa hasta el día de hoy, como el poeta Hernán Lavín Cerda, pero en Mèxico. El Paco Lira Massi murió en extrañas circunstancias en su exilio en París, a los 41 años de edad. No se lo cargó la vida, sino la muerte asesina.
ENTREVISTA A MAGNUS RASMUSSEN, COREÓGRAFO de Heterogéne@
Por Macarena Pastor
Magnus Rasmussen es docente, intérprete en danza y coreógrafo. En su trayectoria como intérprete ha sido parte de destacadas compañías independientes de Danza Contemporánea en Chile como la Compañía de Danzas Antiguas Sara Vial, el Colectivo de Arte La Vitrina, Pe Mellado Danza, Compañía Otux, entre otras. También ha participado con destacados coreógrafos de la escena nacional como Nelson Avilés, Paulina Mellado, Sonia Araus, Daniela Marini, Paulina Vielma, Exequiel Gómez, Alejandro Cáceres y Marcela Ortiz de Zárate.
Asimismo, ha incursionado en la investigación coreográfica en la Danza Contemporánea con los proyectos Homogénica el año 2012, Hegemónico el 2014 y actualmente está pronto a estrenar Heterogéne@, su tercera obra como director, la cual está siendo financiada por FONDART Regional 2017, y que se presentará en espacio La Vitrina durante el mes de octubre del presente año.
¿Cuáles son los tópicos o temas que atraviesan la obra heterogéne@?
En Heterogéne@ se cruzan la complejidad de las relaciones humanas, la relación del sujeto con su cuerpo, la norma, lo establecido, el cuerpo como forma, territorio y lugar de atravesamiento y representación social. En un proceso de investigación en que se trasponen lo femenino y lo masculino, en todas sus formas, las idealizaciones de género y lo que ello representa.





Cien años de soledad. Cincuenta años de gloria
Por Antonio Landauro
A la manera de Los Buddenbrook, la primera novela importante de Thomas Mann, Cien años de soledad ofrece la historia de una familia en el transcurso de varias generaciones. Comienza con el recuerdo que el coronel Aureliano Buendía hace de los momentos en que estuvo frente al pelotón de fusilamiento, cuando “Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras… como huevos prehistóricos”, y termina con el frustrado amor de Aureliano y Amaranta Úrsula, descendientes suyos.
Esta novela publicada en 1967, que simboliza la cumbre del boom latinoamericano, logra que Macondo cautive con su hechizo los ojos del mundo, y los Buendía guíen los pasos de la narrativa del siglo XX de la mano del realismo mágico. Vargas Llosa la compara con el Amadís de Gaula, por la aureola de misterio y mitificación de la realidad que ella presenta.
Aracataca y Macondo donde no existe el tiempo
La pequeña aldea de Aracataca, donde nace Gabriel García Márquez en 1927 –localidad situada al pie de la sierra de Santa Marta, en los Andes colombianos, sobre la costa del Caribe– le sirve para crear el mítico Macondo, en cuyas calles se entrecruzan espíritus benévolos y malévolos con los que se puede hacer negocio; varones más que centenarios que procrean eternamente; tías absurdas que tejen sus propias mortajas; guerras civiles y fiebres extrañas, como la del banano, que deja enormes secuelas de desgracias como cicatrices y llanto de cataratas.
El tiempo no existe en Macondo, está congelado. Es un lugar ardiente, cenagoso, lleno de episodios donde el encantamiento seduce como un choapino mágico y transporta más allá de la verosimilitud. Aquí todo es posible, hasta lo imposible: mito y realidad, magia e historia, brutalidad y la poesía. El autor, que transforma este pueblo en clave de ficción, logra una fascinante alegoría de la sociología latinoamericana e invita a descubrir la laberíntica fisonomía de la condición humana.