Relato
EL MURAL
Por: Marcelo Firpo
Yo sé que el mar delita
A manera de Prólogo:
"Martes 10. Hablando del mar alguien me dijo frente a mis ojos abiertos de éxtasis, la naturaleza se da, no se razona. ¿Qué es la razón?. Esa tan organizada y estúpida sociedad en la cual me ha tocado vivir, justifico, y me alegro casi por mis electro-shock. Justifico mi olvidada locura, simpatizo con ella, seguro, quería ser yo un mar y tras de mí todos los peces del mundo, salvar los seres, reventar contra una tapia o algo así, probar, sí, probar que yo podía romper con el cerquillo y echar a correr como una cabra de monte. Algo definitivo, total, pero existe el reglamento, no un reglamento admirable, perfecto, ecuánime, generoso, sino un reglamento pequeñín limitado : en cierta forma hasta grotesco y cómico. Un reglamento de leyes sociales respetado por los idiotas y hecho respetar por los que pueden.
PREPARADOS PARA LA VISITA
Por: Carlos Fonseca
Entra un joven muchacho, está algo tenso y acentúa una sonrisa en sus labios. Camina algo inseguro, se siente extraño, algo así como presionado por las miradas de todos. Está algo descuidado físicamente, su camisa cuelga por fuera de su pantalón, está su cabello despeinado por la brisa de la calle y su rostro suda un poco, se mira al reloj y seguido exclama casi entre dientes:
-¡Buenos días! ( mirando a la multitud matutina y cotidiana de trabajadores que se agrupan siempre en el pasillo de la fábrica)
QUIZÁS NO LLEGUE A TUS OJOS
Por: Carlos Fonseca
El joven, enamorado, se acerca a la dama y le sonríe angelicalmente, una lágrima corre en sus ojos. Su cara triste se agudiza y empapa el rostro. La dama, coqueta, le esquiva la mirada. El joven insiste en la atención de sus ojos. Una frase fría de la dama rompe la atmósfera.
Parece que no te duele.
Yo te amo. (contesta con súplica el joven)
Siempre dices lo mismo(desafía la dama ).
EMBOLIAS DE LO TERRENO Y DE LO OCULTO
Por Jowe
Capítulo I: El indulto del señor Crespo
Por cierto, olvidé presentarme: Soy Santiago Crespo y os voy a contar
mi amarga historia, la historia de alguien que no está vivo para
contarlo. Solo, y gracias al indulto de Dios, en estas páginas puedo
expresar mis recuerdos -recuerdos y sensaciones, males y heridas, eso
define la vida, mi vida. Y os preguntaréis: ¿de que indultaron al señor
Crespo?
LO QUE TRAE SER BUFÓN
Por: Carlos Fonseca
Traían amarado al bufón del rey. Una soga se fundía en la pasta caliente formada en sus manos por la sangre, el polvo y la piel ya desprendida. Lo trasladaban amarrado a la montura de un caballo que traía grabado el escudo real.
Era arrastrado por el feudo a las miradas de los pobladores. El bufón gritaba en medio del dolor y el miedo, lo que resultaba risible a los niños acostumbrados a sus payasadas sin sentido. Por fin llegó a la plataforma de la plaza donde un enorme hombre blanco sostenía un hacha.
EXPERIMENTANDO
Por: Carlos Fonseca
Solo falta cortar, para terminar el resultado que tanto se pretende.
Un resultado eterno, de siempre.
De pronto un joven aparece, atropella una atmósfera de espera y de tensiones en medio de aquel sitio sombrío, pequeño, pétreo. Baja un rayo de luz tenue, una palabra que cae, un "vete" que se desprende. El muchacho estremecido, intenta abrir la boca y de nuevo una frase inesperada le sorprende "no hables" se alumbra el lugar de nuevo, dejando en los ojos el efecto inseparable del destello.
-Soy yo señor, su ayudante.