Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Transmutando

 

Imagen: "Fotograma completo principal", de Aniara Rodado

 Prix à la de Création 2010 danse et nouvelles technologies

Festival Bains numériques #5

 

OBSCÉNICOS EN VIVO: Claves para pensar-en tránsito- la subversión de las artes escénicas contemporáneas[1]

 

Valeria Radrigán

valradrigan@yahoo.es

 

Abstract:

Quizás el último paradigma incuestionable de las artes escénicas contemporáneas sea la presencia de lo humano/vivo como eje de creación. Sin embargo, resulta innegable que lo humano se ha intervenido y desplazado incluso en su definición, al punto que como centro determinante de nuestra praxis se hace necesario desplazarse también y situarse en ese punto móvil, incómodo, donde muchas veces no hay certezas sino sólo cuestionamiento, desequilibrio.

La tecnología y su advenimiento hacia la escena ha permitido recuestionar todo  dogma creativo, incluso el paradigma del intérprete carne- y- hueso y la copresencia con un espectador de las mismas características. Se  pone en jaque desde la noción de presencia hasta el mismo devenir de lo vivo. Hablamos de un acercamiento de la ciencia y la tecnología hacia el arte que obedece a la introducción de la tecnología digital y el consiguiente advenimiento de la virtualización, cuestión que ofrece efectivamente un total nuevo panorama para las artes escénicas. Aquí, la tecnología opera como proceso significante, develando un cambio de cosmovisión aplicado en una práctica artística, con el consiguiente proceso crítico implicado en  el discurso creativo.

Todo cambio, entonces, obliga a repensarse y a obtener nuevas coordenadas para instalarse en sociedad. Considerando lo anterior como proceso de constante alteración, proponemos algunas claves móviles, en tránsito, para pensar cualidades y calidades de la actividad artística que desarrollamos hoy.

 

ESTAR PRESENTE

El estar presente hoy en día trasciende un cara a cara/piel y piel. En un chat, en una videoconferencia, podemos estar telepresentes y estar de igual modo AHÍ. Si bien ese de igual modo es sutil y lleno de complejidades, no hay duda de que en esa virtualización está activada más que una alternativa de uno mismo, expansión del propio cuerpo y de la identidad.

La presencia, entonces, no solo no se diluye sino que se amplifica en redes de potencialidad infinita que trascienden las leyes del espacio y la materialidad cotidiana. Soy yo proyectado a través de mí mismo, juego roles, asumo ficciones, extiendo realidades. Soy yo en un campo hipermediado que multiplica mis posibilidades de relación con otros.

Nos interesa este ámbito de la presencia no desde la perspectiva de anular la comunicación orgánica, sino desde las posibilidades que esto creativamente plantea y que nos parecen consecuentes con una visualidad y performatividad propias de nuestra cultura actual/digital.

Contrario al temor que parece erigirse dentro de la comunidad escénica (y sobretodo teatral) en relación a una posible muerte del teatro (quiebre del último paradigma inalterable de la teatralidad tradicional- cuerpo vivo frente a otro igualmente vivo y sin mediaciones), creemos que este panorama no augura un fin de este tipo de estrategias representativas, sino que proporciona alternativas creativas, innovadoras, y una más que necesaria renovación en los códigos escénicos tradicionales.

Aun así, parece evidente que dicha renovación se instala -al menos desde Latinoamérica- todavía como una propuesta demasiado transgresora y que incluso cierra automáticamente toda posibilidad de debate frente al tema: “No es teatro”. Cerrada la opción de siquiera iniciar la discusión en torno al quiebre del pensamiento dualista o menos aún, desde la teoría cyborg ya expuesta desde los `80, nos situamos fuera de la escena como un apéndice o hijo bastardo del stablishment: OBSCÉNICO total.

 

CUERPO EXPANDIDO

Hablamos aún de un arte del cuerpo, pero siempre desde la concepción que dispone al humano y su materialidad en un mismo nivel jerárquico que otros cuerpos- dispositivos en el espacio, acabando con la supremacía del intérprete vivo como eje de la creación. Es un arte del cuerpo expandido, donde este opera como detonante, activando una serie de acontecimientos en el espectador, en la cámara, en la programación, en el resultado digital, etc.

Bajo esta propuesta, los elementos técnicos no están dispuestos al servicio de una puesta en escena ni mucho menos a los de una historia o a los requerimientos de un performer y su corporalidad. La lógica usuario aparece aquí obsoleta, pues se evidencia la pregunta: ¿quién usa a quién? El flujo conectivo opera sin duda hacia ambos extremos, el humano solicita y usa un dispositivo tecnológico, pero es también la máquina quien demanda algo a la persona. Hablamos de la creación de un instrumento o extensión de otro instrumento sígnico, con lo que aparece un nuevo imaginario: Máquina y cuerpo como uno solo, ambos se interconectan generando nuevas formas de vida.

 

Imagen: MAMM Medellin, Taller "Herramientas digitales para las artes vivas", LabSurLab 2011.

Intérprete/Agente: Camilo Cuartas

 

ESTAR EN VIVO

Surge entonces la posibilidad de valerse de la noción EN VIVO propia de la televisión y el live streaming para referirse en-problematización a la praxis artística que realizamos. El en vivo mantiene la noción de trabajo en tiempo presente-compartido entre intérprete y espectador, pero suma la noción de telepresencia y el aspecto técnico máquínico propio de las transmisiones de los medios de comunicación. Pone, por tanto, en terreno inestable y transitorio la disciplina que realizamos.

Proponemos, entonces, una primera aproximación a este concepto, susceptible, por cierto, a múltiples miradas, visiones, re-visiones y debates:

El arte de estar en vivoconsidera las prácticas del cuerpo, donde lo humano se ve trascendido y puesto en significante común con otros cuerpos físicos o virtuales que problematizan la noción de humano. Estas prácticas extrapolan la mediación propia de cualquier relación interpersonal a través de dispositivos tecnológicos que actúan como filtro, expansor del cuerpo que interactúa con un espectador que puede estar física o virtualmente presente.

 

El artista obscénico en vivo

“…Pero los bastardos son, ante todo, infieles a sus orígenes. Sus padres, después de todo, no son esenciales”. [2]

Los conceptos y las nomenclaturas asociadas tanto a la producción como al pensamiento escénico dejan fuera ciertos ámbitos de acción que nos interesan y en los que nos desarrollamos, de ahí la idea de escena-obscena.

Resulta imposible seguir respondiendo al ¿qué haces? con un qué soy, incluso es difícil remitir la actividad  que se realiza a una sola. Estoy en tiempo presente, soy en esa temporalidad y en ese flujo también…

El artista en vivo tal vez sólo se defina por esa movilidad constante, por ese nomadismo entre actividades, disciplinas, ideas.

 

Imagen: Jenny Fonseca, "Mesa de Trabajo Artes vivas y nuevas tecnologías", LabSurLab, Medellín 2011

 

El intérprete o AGENTE

El intérprete, tradicionalmente asociado en las artes escénicas a la figura del bailarín o actor, debe rearticular su misión hacia el origen semántico de este último término: Aquel que ejecuta acciones.

“El actor debe en primer lugar ser, no someterse a transformación alguna, en segundo lugar, actuar, es decir, ejecutar acciones”, [3] pero siempre comprendiendo que como entidad está allí con la misión de facilitar operaciones y producir significancias. De aquí que surge la noción de AGENTE para hablar de aquel que opera como engranaje entre los demás dispositivos mediales presentes en la obra.

Se evidencia la necesidad de formar nuevos intérpretes expandidos, capaces de poner el cuerpo al servicio de la tecnología y dispuestos al ludus que esto evidentemente trae consigo. Actualmente, dicha operación resulta difícil de realizar pues en gran medida aparece la oposición y el ego del intérprete-artista, tradicionalmente acostumbrado a ser el eje y centro total de atención en las artes vivas….

Para ellos: “Sólo recordaros esto, que sois objetos extrañamente queridos, materia de revisión. Por si acaso, nosotros nos vamos…”[4]

 

DRAMATURGIA

Cuestión aparentemente superada, resulta sin embargo interesante de re-pensar en el ámbito de las artes en vivo, ante la posibilidad de generar dramaturgias alteradas, condicionadas o producidas por lógicas o algoritmos computacionales, por ejemplo. ¿Estamos adportas de una dramaturgia digital? ¿Binaria? ¿Transtextual? ¿Cósmica? Indudablemente, cada proceso demanda su propia metodología y elementos de creación, no negamos por ello la posibilidad de continuar utilizando textos como referentes, guías, o materiales de una pieza, aunque preferimos ampliar la noción y entender la dramaturgia como “sentido de componer, como poética, como modo de contar el cuerpo, como eco que sobrepasa los niveles de la piel.”[5]

 

La obra o DISPOSITIVO

Para finalizar, instalamos la obra artística como un conglomerado de funciones, medios, recursos detenidos en el tiempo para su compartimiento. El artista decide mostrar un momento del proceso, el cuál se abre a interpretaciones e intervenciones por parte de un espectador.

Surge la noción de

“obra de ejecución” u “obra de estado ON”, lo que presupone un arte de vivencia, a través de la formulación de entornos conceptuales de “instalación” o de “intervención” de los sentidos y estéticas existentes, de espacios reales y/o virtuales.[6]

Aludimos con esto a la idea de obra como interfaz o dispositivo (Foucault), donde lo que aparece como realmente importante, es la red de relaciones o conectividad que la obra suscita, las posibilidades de observación, relación y juego que ésta promueve. La obra deja de concebirse como una entidad fija (objeto de arte) y mucho menos acabada, pues es constantemente susceptible de modificarse.

 

Imagen: http://www.labsurlab.co/



[1] Este texto es una síntesis/ online version del original “IT´S ALIVE”, Texto aún inédito que desarrolla los principales puntos expuestos en la Mesa de Trabajo "Artes vivas y nuevas tecnologías: alterando los modos de creación", LabSurLab, Medellín 2011. Para desentrañar y seguir conspirando, únete a n-1.cc/pg/groups/92170/obscnicos-en-vivo/

[2] Haraway, Donna, Manifiesto Cyborg, disponible en http://cdd.emakumeak.org/ficheros/0000/0555/2l37tdoicgdgszn75xsd.pdf

[3] Sánchez, José, “Prácticas de lo real en la escena contemporánea”, Ed. Visor, Cuenca, España, pág. 109.

[4] Molina, Víctor, “Carta breve para mirar a los actores (a modo de jean du Chas)”, en “Querido Público: El espectador ante la participación: jugadores, usuarios, prosumers y fans”, Murcia, Centro Párraga, Cendeac y Elèctrica Produccions, pág. 12, disponible en http://www.cendeac.net/admin/agenda/winarcdoc.php?id=145

[5] Definición sugerida en el taller “Herramientas digitales para las artes vivas”, LabSurLab, Medellín 2011, a través del ejercicio creativo Movimiento-eco.

[6]Di Bella, Daniela, “La obra-dispositivo de arte”, en Reflexión Académica en Diseño y Comunicación Nº VI, Febrero 2006, Buenos Aires, Argentina, disponible en http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/archivos/122_libro.pdf

 

 

Escáner Cultural nº: 
136

He visto ambos procesos, en el que la intervención de la tecnología enriquece el escenario poéticamente y aquel en el que el actor es el eje central.  y creo que cuando el corazón humano es el que lidera el arte escénico, no deberiera ser tan obscénico

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