En “Prekario”, Klaudio Vidal presenta 16 grabados en metal realizados  entre  2010  y 2011,  donde profundiza series emblemáticas en su trayectoria: “Bestiario” y “Sin nombre ni lugar”. En escenas con reminiscencias míticas, la figura humana y los bestiarios “se concatenan para convertirse en una historia personal”, siendo también importante el oficio y una fina materialidad muy propia de la técnica.

 

El artista es un exponente destacado del grabado contemporáneo chileno. Fundador del Taller K en Ñuñoa, ha desarrollado en paralelo un trabajo sobre la educación de esta disciplina, apuntando a diversos públicos y regiones.

“Prekario” es una serie donde -en blanco y negro o color- aparece una suerte de paisaje mítico. Son espacios donde la figura humana generalmente es un “cuerpo-silueta” que convive con bestias, elementos de la naturaleza o fuerzas invisibles. 

 

“El nombre ‘Prekario’ proviene de un grabado de hace varias años: ‘Ekilibrio prekario’, que motivó el inicio de esta serie”, explica Klaudio Vidal. Según agrega, a través del lenguaje gráfico del aguatinta y el aguafuerte, aborda referencias autobiográficas, expresionistas y precolombinas; mundos donde surgen simultáneamente bestias, vírgenes, ángeles, demonios y el hombre en su precariedad. 

 

Todo esto “a través de trazos, líneas y manchas justos, en la precisión de la exaltación de lo figurativo, mediante la  cita descarnada de imágenes de la historia del arte. Las figuras humanas y los bestiarios se concatenan en una historia personal, que se descalza en la metáfora perfecta de un animal que arrastra su dolor”, dice Vidal.

 

En una rica materialidad, la presencia de la gráfica y el gesto, la luz y la sombra se vuelven también gravitantes.

 

Escribe en el catálogo el curador Francisco González-Vera: “La profusión de líneas, los planos oscuros, las texturas producidas por una reiteración de pequeños golpes controlados del instrumento que empuña el artista sobre la matriz de metal, la mordida del ácido, asociado a las cabezas de tintes animalescos, la naturaleza de cuentos arcaicos que se deslizan entre los personajes recortados; la concatenación de cada una de las imágenes: árboles, ángeles o mejor dicho seres alados (…) son protagonistas de pequeñas ‘escenas’, que me permiten establecer una cadena de signos, los cuales oscilan en la precariedad de su significado y la elocuencia por lo relatado ad portas”.

 

Agrega en la publicación, Ramón Castillo (director de la Escuela de Arte de la Universidad Diego Portales): “No hay puntos cardinales, los sujetos y seres representados por Klaudio configuran un manifiesto de intensidades emocionales, sexuales, políticas y existenciales. A través de las distintas series, asistimos a ver hombres y mujeres en distintas acciones accidentales o trascendentes. Se ven tortuosos o torturados acarreando la vida sobre sus rasgos ya deformes…en el amor o en la guerra, abandonados en espacios inhóspitos difíciles de habitar. Su narrativa visual describe un mundo entrópico y heteróclito, habitado por la pesadilla, la condena, el humor y la alegoría”.

 

Klaudio Vidal (1964) se formó en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde obtuvo la Licenciatura en Arte en 1991. En 1994 alcanzó el grado de Maitrise en Arts Plastiques, en UFR D’art Platiques et Sciences Del’Art en la Universidad de París, Francia. Ha hecho clases de grabado en talleres y universidades de Santiago, regiones y el extranjero. Sus primeras exposiciones datan de fines de los años 80, inaugurando por entonces su trayectoria en la Galería Bucci. “Bestiario” y “Sin nombre ni lugar” se remontan a una serie presentada en 1998 en Galería La Sala de Santiago y El Caballo Verde de Concepción. 

 

De 2004 a 2009, el artista participó en Kite Studios (Londres, Inglaterra), dirigiendo talleres de fotolitografia y grabado en metal. A ese país estuvo ligado anteriormente, ya que en 1999 fue artista en residencia en University of Cheltenham and Gloecester. Su último proyecto expuesto en forma individual estuvo en 2006 y 2007 -respectivamente- en Vestry House Museum, Londres, y en el Centro de Extensión de la PUC, en Santiago.

 

En 1995, Vidal cofundó la Escuela Muncipal de Arte Casa Azul de Punta Arenas. Con la idea de difundir la disciplina a diversos públicos, abrió en 2009 el Taller K, ubicado en Hamburgo 626, Ñuñoa, y que han integrado además artistas como Bárbara Mödinger, Mónica Yanine, Patricia Schüler, Keka Ruiz-Tagle y Claudio Lagos.