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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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EL FIN DE DANTO: I. BASES DE LA TEORÍA DE DANTO

Por Mario Rodríguez Guerras

direccionroja@gmail.com

Su teoría parte de consideraciones generales sobre el arte y el hombre y en particular de las teorías de Greenberg, Betling y Hegel. Por ello, a modo de introducción a la crítica a su teoría haremos referencia somera a estas cuestiones.

Si, como dice, no es que el arte llegara a un final, sino lo que habría llegado a su fin era ese relato, debería hablar con propiedad y elegir las palabras adecuadas al sentido que pretende darlas. Debería decir el fin del relato, con lo que no estaríamos de acuerdo, pero se ajustaría a lo que pretende expresar. ¿Querrá que valoremos  si esta discrepancia entre la “equivalencia” de los vocablos y el sentido que las asigna es un “déficit técnico” o una “expresión”?

                 

Hegel

Hegel establece una evolución del arte que pasaría por un período material, uno ideal y otro espiritual. Hegel relaciona esas etapas con el arte oriental, el griego y el romántico que identifica con el gótico. El término romanticismo no posee para Hegel un significado sentimental, sino espiritual.

Para Hegel la aspiración del hombre es la espiritualidad. Hegel, un filósofo cristiano, ve en el arte gótico el espíritu cristiano porque el gótico se desarrolla en una época en la que predominan los valores religiosos. La percepción de Hegel de la espiritualidad gótica es una percepción perspectivista. Güelfos y gibelinos tendrían una imagen distinta del arte, unos verían la espiritualidad y otros la majestuosidad.

La interpretación que hace Hegel del gótico no es una interpretación filosófica, es una valoración cristiana. La espiritualidad que Hegel ve en el arte gótico no pertenece al gótico, pertenece a Hegel. Tampoco debemos olvidar que el gótico tuvo importancia en Alemania y que los alemanes han situado esa forma artística por encima de otras, por ejemplo del renacimiento, que se desarrolla con más calidad en otros países. Pero la cuestión es que el sentido del gótico es distinto del uso que se haga de ese estilo.

Se puede relacionar el arte oriental y el occidental. Se pueden establecer relaciones entre períodos consecutivos del arte occidental. Pero no se puede relacionar el arte oriental con períodos alternos del occidental, olvidando otros.

                         

Evolución del arte y del hombre

La teoría de Hegel habla de la evolución del pensamiento del hombre, es el hombre el que sigue este camino. Culturalmente, el arte tiene otro desarrollo generado por otros motivos, sociales no individuales. La cultura y la existencia individual tienen objetivos muy distintos. Aunque identifique estética con lo bello, tiene asumido un sentido para la existencia humana. Su queja es que haya desaparecido del arte.

El arte es un medio para el desarrollo del pensamiento. El fin del arte es el conocimiento del hombre, la finalidad del arte es el conocimiento.  La evolución del pensamiento llevará al individuo a asimilar lo que el arte enseña. En ese momento el arte deja de tener sentido para el sujeto. Entonces, ese hombre debe buscar otra forma de conocer.

                   

Pero, por su parte, social o culturalmente el arte mantiene una evolución. En cada tiempo, el hombre recurre al arte de ese tiempo, en el que puede percibir el sentido de la existencia. Las formas supremas del arte griego ya han sido presentadas y no son acordes al pensamiento de otras épocas. Entonces el hombre no puede alcanzar el conocimiento mediante el arte. El arte de tiempos degenerados precisa una interpretación filosófica para no quedar reducido a su expresión vulgar. Solo si se conoce filosóficamente el arte podrá extraerse un conocimiento de las representaciones no griegas. ¿Por qué es preciso ese camino? Porque el arte es un medio en el avance del conocimiento, una vez adquiridos todos los conocimientos que el arte expresa será preciso abandonarle para buscar los conocimientos de otra forma. Pero si el arte es imperfecto, el camino resultaría equivocado. Por eso se precisa el conocimiento del arte, para compensar sus deficiencias.

El arte precisa de una interpretación para definir el valor relativo del arte de cada época. ¿Qué sentido tiene disfrutar de un arte degenerado? Cuando el individuo es capaz de comprender el arte de su tiempo y su valor relativo, es capaz de comprender el arte elevado en sus formas universales. Entonces ya no precisa de un medio para el conocimiento, aspira al conocimiento inmediato también, como paso intermedio hacia otra forma de existencia, la que Hegel denomina espiritual.

                  

Es posible que no se haya establecido la diferencia entre la evolución del arte y la del hombre. En el hombre, el interés por el arte tendrá un final cuando el arte no le procure mayores conocimientos. En la sociedad, el arte tendrá una continuación. En la sociedad y en cada tiempo existen hombres de diversa elevación, los cuales muestran sus estados y los manifiestan en sus expresiones: arte, filosofía y religión. La sociedad no fenece como le ocurre al hombre. La trasformación del arte en filosofía llevaría a algo que ya existe, la filosofía, y quedaría sin manifestación otra forma necesaria de expresión humana. Entendemos que se presentan dos fenómenos distintos como uno, en el que encontramos elementos de los dos, y que se deben separar.

                  

Belting

Belting establece hacia 1400 la aparición de una era del arte. Esa era se fundaría sobre el concepto social del artista al que hasta esa fecha no se le distinguía del artesano.

Antes de la era del arte, el arte tenía un sentido trascendental, parece ser que no se consideraba la belleza. Pero nadie hubiera percibido nada trascendental sin ella. Hace mucho tiempo que los hombres dejaron de divinizar maderos. La belleza era tan inherente a la obra que sin ella la obra no se hubiera considerado capaz de referir ninguna idea.

El creador (pintor, o artesano u, hoy, diseñador) busca la perfección. Entre dos objetos, el que incluye belleza posee un valor superior al meramente útil. El creador superior es el que ofrece belleza. El arte muestra el conocimiento de una realidad que se quiere expresar. Si la belleza no hubiera sido apreciada, seguiríamos adoptando troncos como representación de una idea. El arte, como expresión de una idea, también, adopta la belleza. Una vez adoptada, las formas anteriores menos perfectas resultan inferiores. La expresión de una idea exige una representación correcta y bella. El arte ha buscado en todos los tiempos la forma superior de expresión.

                  

 La era del arte, desde 1400 en que, según Belting, el artista es apreciado, divide la creación artística en virtud del concepto del artista. Tal hecho, más o menos cierto (Velázquez todavía reclamaba una consideración), nada dice de las obras de los artistas. Además, no tiene en cuenta la existencia de la era griega que incluiría esa "era del arte". La era griega es era por poseer un principio generador de estilos. Esta “era del arte” representa una forma distinta de valorar las obras, otro principio. Por ello, tampoco es un período de la era griega, pues sigue formándose por un nuevo principio. Con mayor precisión la denominación de “era del arte” se podría aplicar al arte de Grecia, pues no existe ningún arte superior al de los griegos.  "Era del arte" no significa que antes de ella no existiera el arte. Aquí arte refiere "consideración". Y el término era es una forma de referirse al tiempo en que aparece tal consideración. Esta era no hace referencia a una clasificación estética sino a una consideración social. Esta distinción no es artística.

                  

Greenberg

Greenberg establece el arte abstracto como forma suprema de expresión. Pero desprecia, en las primeras vanguardias, el surrealismo,  y en las segundas, el Pop Art, el Op art y el minimalismo.

La expresión que emplea Danto para justificar esta falta de consideración, fuera del linde de la historia, puede parecer cierta en principio. Es cierto que existen movimientos que no sirven para analizar el arte, pero no es cierto que carezca de un significado, es decir, aún cuando no resulten esenciales para comprender la evolución del arte, tales movimientos poseen un sentido, se puede justificar su origen. Entonces se entiende que son imitación de otras formas artísticas del pasado o del presente. Nada ocurre sin una causa, tampoco el arte. No hay nada fuera de la historia, todo suceso tiene un significado. Si el surrealismo ha existido tiene que tener un sentido.  Ese sentido puede ser propio o ajeno. Si es ajeno, nos remite a otro movimiento, el cual tendrá un sentido. Si se trata de un movimiento original tendrá un sentido propio, tendrá una explicación. Si una teoría no es capaz de referir el sentido propio o extraño de un estilo no es debido a la falta de sentido de aquella manifestación, es debido a la imperfección de la teoría.

          

Greenberg hace una apología del arte abstracto y cierra los ojos a otras formas artísticas. El análisis del arte no se puede limitar al análisis de lo que a uno le guste.  Su teoría del arte es incompleta, luego inútil. Si Dalí hubiese sido americano, la teoría de algún Greenberg hubiera triunfado encumbrando el surrealismo y desmereciendo al Pollock de Figueras.

Devolviendo a Greenberg sus propias palabras podríamos decir:

… quienes no hacen el esfuerzo de experimentar o apreciar el arte surrealista no tienen derecho a hablar de ninguna clase de arte – menos de arte surrealista.

             

Danto

Danto utiliza elementos de las teorías de Hegel, Belting y Greenberg para establecer su teoría.

En primer lugar, de Hegel acepta el fin de su relato en el gótico. De Belting acepta la aparición de una era hacia 1400. Lo que le permite enlazar la teoría de Hegel con la suya.

Para establecer su teoría, Danto relaciona el renacimiento y otras formas miméticas posteriores  (de representación de la realidad) de 1400 a 1880; las primeras vanguardias (la modernidad o era de los manifiestos) de 1880 a 1964; y lo que denomina posthistoria.

            

Danto emplea diversos criterios para la elección de sus períodos, uno descriptivo (la era del arte) otro teórico (los manifiestos) y otro democrático (la posthistoria). La continuidad es lo que aparenta dar valor a su elección. Y la intenta justificar identificando esas divisiones con la materia, la idea y el espíritu siguiendo la teoría de Hegel con la que pretende convalidad la suya. Pero Hegel ya había decretado la muerte del arte en Grecia.

La era mimética no existe como forma de clasificación artística y su aceptación genera una división inadecuada dentro de la era griega o unifica toda la historia del arte, lo cual parece aceptable, pero le pone final en las vanguardias, destruyendo la clasificación de la era griega por los dos extremos. Y establece una "era" artística a partir del renacimiento, la era cultural. Nosotros ya sabemos que todos los movimientos a los que Danto hace referencia pertenecen a la era griega, constituida por períodos y etapas. No existe ninguna sub-era. El renacimiento es una forma artística eminentemente representativa -posee un sentido el cual no es objeto de nuestra actual consideración- pero la distinción de Danto se debe a la aparición del valor del artista. El concepto de artista, dice, es lo que da valor al arte y a su contemplación estética. Esto significa que, antes del concepto, nadie apreciaba la belleza del arte. Es decir, mientras desconocíamos las calorías que poseen los alimentos, no nos engordaban ni nos alimentaban. Fue necesario alcanzar el concepto de hidrato y de proteína para que la ingesta nos aprovechara.

            

De Hegel recoge su teoría de la existencias de tres formas artísticas: matérica, ideal y espiritual. La mimesis de la pintura representativa sería el equivalente a la forma matérica del arte oriental. Gracias a Greenberg encuentra la forma de hacer aparecer una era de las ideas, que sería el tiempo de las vanguardias, mediante los manifiestos. Pero los manifiestos no pudieron justificar más que los movimientos y nada pudieron decir del conjunto de las vanguardias. Esa “era” no resulta tan justificada. En todo caso hubiese sido el intento de la era de las ideas, pero un intento no es objeto de estudio. Los manifiestos fueron una justificación que presentaban los artistas ante una sociedad que no encontraba sentido artístico a todas aquellas obras. Pero los manifiestos no constituyeron el fundamento del arte, fueron un subproducto. El arte de las vanguardias podría haber existido sin ellos. A partir de 1964, Danto nos dice que no es posible identificar el arte solo mediante la percepción de las formas. Es preciso presentar una justificación. El arte se ha disuelto, no posee forma, solo significado.

   

 

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Yo creo que la mejor crítica que se ha hecho al respecto, es la que aparece en el libro recientemente publicado (30 sept. 2012) "El arte y la nada", se puede encontrar en Amazon y algunos detalles en www.askdossier.com

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