LA NATURALEZA Y SU TEMBLOR / FANTASMAGORÍAS DE LO PÚBLICO. Conversación con Idoia Zabaleta.
LA NATURALEZA Y SU TEMBLOR / FANTASMASGORÍAS DE LO PÚBLICO.
Conversación con Idoia Zabaleta
Por Camila Téllez
Creación: Tomás Aragay, Sofia Asencio, Idoia Zabaleta, Chus Domínguez, Espe López.
Dirección: Tomás Aragay, Idoia Zabaleta.
Producción: Sociedad Doctor Alonso, Moare Danza.
Relato de andar por ahí.
(del 13 de noviembre, 2014. Bilbao)
18:30. Éramos un grupo de aproximadamente veinticinco. Nos encontrábamos en una de las salas del museo Guggenheim, una de abajo. Estábamos sentados, expectantes al inicio de algo. La guía -Idoia Zabaleta- se acerca a nosotros y nos dice hola. Nos explica en castellano e inglés, que juntos, daríamos un paseo por la ciudad, que no sería un paseo tan corto (quien se cansara podría desistir) y que cada uno de nosotros, llevaría puesto unos cascos inalámbricos. Otra mujer -Sofía Asencio- nos reparte los audífonos de uno en uno. Los cascos, estaban conectados a un hombre peculiar -Chus Domínguez-, que cargaba en su pecho y hombros, todo un sistema de sonido, una antena asomaba de su espalda y llevaba un micrófono en la mano izquierda, con el que nos hacía escuchar todo lo que estaba a nuestro alrededor.
Ya estábamos listos, la guía comenzó a desplazarse con gesto decidido hacia afuera de la sala. La seguimos en grupo más allá del museo. Sofía, la mujer de los cascos iba al final, resguardándonos y el hombre del sonido, se desplaza satélitalmente entre nosotros.
La naturaleza y su temblor, Sala Cero, Museo Guggeheim. Noviembre 2014. Bilbao. Foto: Luque Tagua.
Era la misma periferia por la que habíamos entrado al interior del museo, sin embargo, nuestra atención estaba potenciada por el sonido. Éramos un grupo de caminantes extrasensoriales e íbamos bordeando el museo y La Ría, en caótica fila india. La guía se sentó en el borde de la ribera a contemplar el museo, todos la imitamos. En ese momento pensé en lo instintivo que es imitar a alguien, cuando ese alguien parece tener conocimiento de lo que está haciendo.
Contemplábamos. La voz de un hombre entendido en filosofía nos empezó a hablar al oído, por los cascos: ¿o empezamos por la metafísica, por el ser? ¿qué es primero, el ser o el conocer?...o si quieres, otra pregunta: ¿qué conocemos cuando conocemos?
Nos quedamos ahí un rato, escuchando al hombre en nuestros oídos, a dialogar internamente con él y con nosotros mismos, a pensar la manera en que observamos, mientras la imagen del museo, empieza a parecer una lámina que se despega de la realidad, como si se le hubiese vencido el pegamento que llevaba por detrás y ya no pudiéramos volver a fijarla en su lugar. Cinco llamas se encienden violentamente en el agua que bordea a la institución. No es una metáfora, es la obra Fuentes de fuego de Ives Klein.
Nos desplazamos otra vez. Pasamos bajo la araña de Louise Bourgeois, subimos las escaleras que llegan al Puente de La Salve, atravesamos Los Arcos Rojos de Daniel Buren, como si el museo no quisiera desistir de nosotros. La guía nos llevó por recovecos extraños, bajamos las escaleras desde el otro lado, por un pasillo abierto que recorría el puente justo por debajo de la calle y ésta vez nos detuvimos ahí, en altura, escuchando los automóviles pasar sobre nuestras cabezas y La Ría bajo nuestros pies, aunque ésta no suena, porque una ría es diferente de un río. Observábamos el museo a lo lejos, y a personitas trotando a su alrededor, aún cuando cada cual observaba lo suyo. El filólogo retomó su discurso sobre Kant y la percepción de la realidad. Estábamos dentro de La crítica de la razón pura. Nos alejábamos en la medida que nos acercábamos a otra cosa, a otra manera de mirar la ciudad.
La naturaleza y su temblor, vista del museo desde el puente La Salve. Noviembre 2014. Bilbao. Foto: Luque Tagua.
Caminábamos. Por la calle, por la acera de enfrente. Fuimos explorando en cada paso una oscuridad nueva. Nos acompañábamos en silencio por una película en vivo. La guía se detuvo bajo un árbol iluminado, movido por el viento. Y aunque era un árbol, su sonido era extracotidiano, me pareció un torrente de naturaleza líquida. Nos quedamos un momento ahí, para pronto continuar nuestro camino por otros callejones. La noche permite esas libertades con la imagen de las cosas. Pensé en lo mucho que disfrutaba de la oscuridad, de esos momentos en que los ojos se confunden con los oídos y nuestra percepción se permite divagar.
Fuimos bordeando la ciudad, o al menos eso me pareció. Si eran lugares donde ya había estado, no los reconocí. Atravesamos el estacionamiento de algún edificio, no sabría decir si era un lugar privado o público. Llegamos a algún sitio inacabado bajo un puente, donde el pavimento, la tierra y la piedra se encuentran, nuestro andar crujía amplificadamente. La guía se sentó ahí, en una orilla clandestina y una vez más, todos la imitamos. Frente a nosotros se extendía la vista trasera de un edificio de viviendas. Las ventanas eran todas nuestras, abiertas, cerradas, iluminadas, oscuras, con y sin habitantes. El filólogo nos hablaba al oído otra vez, sobre la mirada, sobre eso que nos conecta, nos subordina y da poder en el mundo, y sin darnos cuenta nos habíamos transformado en voyeristas.
Anduvimos por callejuelas, como si hubiésemos llegado a una aldea nueva, con casas cerradas, habitadas. El hombre del micrófono captó a un pianista en una de ellas, llaves girando en las cerraduras, tenedores sobre platos de merienda. Nuestros ojos ya no eran voyeristas más nuestros oídos sí, y entraban donde los cuerpos no podían. Nos detuvimos en una plaza, junto al filólogo…esa fue la última vez que le escuchamos. Emprendimos camino otra vez, y ahora, parecía como si la realidad estuviese volviendo en sí, o nosotros volviendo a ella. Una banda sonora acompañaba nuestros pasos, me pareció que todos nos sentimos personajes por dos minutos, nuestros cuerpos se movían a sus anchas, algunos con excesivo ritmo. Los extraños nos miraban curiosos, como si la música emanara de los cuerpos. Recordé el árbol líquido de hace un momento.
La naturaleza y su temblor, taller de carpintería. Noviembre 2014. Bilbao. Foto: Luque Tagua.
Entramos a un pequeño local, era el taller de un carpintero. Cabíamos de manera estrecha. El hombre que nos había abierto la puerta, vestía un overol de trabajo azul. Encendió una máquina tras otra, a la par que tomaba tres trozos de madera. Los trabajaba una y otra vez, con destreza, hasta dejarlos completamente acabados. El sonido maquinal se volvió cada vez más estremecedor, cómo si el que fuera su oficio de todos los días, se volviera irreal también.
Desde donde estaba no podía ver bien, o será que el sonido ya invadía gran parte de mi espectro visual, no lo sé, pero me pareció que un bosque frondoso se proyectaba en uno de los muros. Una elipsis…árboles, sin manufacturar.
Salimos del taller y entregamos los cascos. Aunque por inercia, aún seguíamos a la guía. No hicimos mal. Ella nos llevó hasta un bar, adentro, la mujer de la barra sacó un papel de su bolsillo y leyó un final para nosotros, era Marco Aurelio. La noche acabó en más de una cerveza.
Una entrevista sobre procesos y fantasmas.
La Naturaleza y su temblor es una propuesta que surge de las preocupaciones y reflexiones de un grupo de artistas, sobre las maneras en que se comprende, representa y consume la realidad hoy en día. Ellos nos proponen un mecanismo de intervención escénica en el espacio público, que busca desvelar adoctrinamientos y adormecimientos de la mirada y abrir así, posibilidades a la percepción del espectador.
A este mecanismo, le antecede un interesante proceso de investigación compartido entre los artistas y comunidades, llamado La Glorieta, investigación que se desarrolla durante un año por diversos lugares de España. El laboratorio, como mencionan los artistas, nace del deseo de experimentar conjuntamente los conceptos de centro y periferia, desde sus acepciones geográficas como ideológicas, de compartir saberes e inquietudes que provienen de lo escénico y que se desplazan al espacio público, a la plaza y la comunidad. De esta manera, los artistas reflexionan sobre el diseño y construcción de un dispositivo coreográfico móvil y la realización de cinco escenas/capítulos, a partir de este mecanismo. El recorrido finaliza con la proyección de una película al aire libre, donde se invita al espectador a plantearse cuestiones relacionadas con la mirada, la interpretación y la construcción de la realidad.
La Glorieta “Hamlet”. Segundo encuentro_L`ESCORXADOR. Junio 2011. Elx. Fotos: Cortesía de los artistas.
A continuación, Idoia Zabaleta nos cuenta acerca de las ideas y proceso de La naturaleza y su temblor, en especial la última experiencia realizada recientemente en Bilbao:
Camila:La naturaleza y su temblor es una propuesta colectiva para reflexionar el espacio público y las maneras que tenemos de percibir y mirar la realidad. ¿Quiénes y desde que lugares o inter-disciplinas conjugan esta propuesta?
Idoia: Esta pieza, estrenada en el Festival Grec de Barcelona en julio de 2013, surge de un proceso de trabajo colaborativo que propuesto por la cía Societat Doctor Alonso (Pontos, Cataluña) se realizó a lo largo de 2012 bajo el nombre de La Glorieta. La Glorieta consistió en una serie de encuentros laboratoriales, puro experimentar, en el que nos reunimos una serie de artistas que desde el cine, Chus Dominguez (León), la dramaturgia y el teatro, Tomás Aragay (Cataluña) y Espe López (País Vasco) y desde la coreografía Idoia Zabaleta (País Vasco) y Sofía Asencio (Cataluña), nos interesaba reflexionar sobre la idea de periferia de nuestras respectivas prácticas y disciplinas. Cada una de nosotras estaba interesada en compartir un desplazamiento, tanto desde la escena hacia el cine o desde el cine a la escena, como desde el lugar de trabajo y producción que nos era habitual -interior de teatro, o sala de ensayo y pantalla- , al exterior de esos espacios – marco, backstage, calle. Lo que fue aquel proceso y la diversidad de dispositivos que “inventamos” para tales desplazamientos quedan recogidos en el blog: http://www.tea-tron.com/laglorieta/blog/, así como en la página web de Chus: http://www.chusdominguez.com/la-glorieta.
La Glorieta. Cuarto encuentro_FEST. Octubre 2011. Sevilla. Fotos: Cortesía de los artistas.
C: He tenido la oportunidad de participar de dos visitas guiadas de La naturaleza y su temblor, una en Madrid, que se iniciaba en La Casa Encendida como punto inicial; y otra en Bilbao, donde el punto de partida fue el Museo Guggenheim. En ambos casos la institucionalidad funcionaba como borde. Y los paseos iban desde ese borde reconocible hacia un afuera, a la ciudad misma, que se vuelve nueva o desconocida. Donde no sólo caminamos, escuchamos, miramos y nos relacionamos, sino que además, nos adentramos a otros lugares muy específicos -a bares, el backstage de una sala de conciertos, una costurería, cerrajería, al taller de un carpintero, lugares de oficios-. Entonces la visita guiada se transforma en algo más cercano a una excursión.
¿Qué reflexiones del site-specific y de la ciudad aparecen para ti, como creadora y coreógrafa, y que piensas que se devela en esa periferia?
I: La parte de site-specific, que de alguna forma ha sido más nueva para mí, principalmente la relaciono con el trabajo previo a realizar para presentar esta pieza en cada nueva ciudad en la que se programa. En pasar unos días paseando, buscando y diseñando el recorrido más adecuado para la pieza, sabiendo que comienza frente al edificio de la casa o institución que nos invita y finaliza en el taller de un artesano. Son días en que paseamos mucho y observamos lo que ocurre alrededor con una intensidad diferente a la que o haríamos si simplemente pasaramos por ahí para llegar al teatro y ensayar dentro. Observamos los diferentes ritmos, movimientos de los lugares según la hora del día, buscamos diferentes perspectivas espaciales …pero de una forma muy calmada. Esto es algo que aún no hemos contrastado entre nosotras, pero en mi caso esos preparativos ocurren de una forma muy serena, se trata de leer lo que por allí ya está. Y en esos día previos deambulantes y contemplativos, se ejercita algo de sinestésico que personalmente me resulta inspirador: escuchar la ciudad como un paisaje y/o ver la ciudad como un rumor. Luego llegan las llamadas por teléfono, buscar a un artesano, hablar con el del bar ...que es ya una parte más de producción, que aunque también es agradable, ya que conoces gente e historias tan comunes como particulares, es una parte más “interesada” para la construcción de la pieza. De todas formas, he de decir, que si bien es una de mis primeras experiencias site-specific, la adaptación de esta pieza a cada lugar no me parece tan diferente a llegar a un teatro, conocer el espacio, adaptar el trabajo a ese espacio, relacionarte con el equipo técnico …Como tampoco el hecho de realizar una pieza en un espacio público me haya parecido diferente a como trabajo en otras propuestas. Quizás esto tenga que ver con que en este trabajo la acción es mirar, y aprender a mirar significa acostumbrar al ojo a mirar con calma y con paciencia, a dejar que las cosas se acerquen al ojo, es decir permitir al ojo una mirada y una atención larga y pausada. Y para ello hay que aprender a no responder inmediatamente a un impulso, a un continuo reaccionar y abrereaccionar a los estímulos. Y de alguna otra forma esta es también una de las premisas de mi trabajo como coreógrafa.
C: En la excursión todos llevamos cascos conectados a un sistema de sonido, a un micrófono controlado por Chus Domínguez. Todos escuchamos a la vez, tanto el entorno inmediato -automóviles, conversaciones, ladridos-, como los unos a los otros -nuestros pasos, nuestras ropas, murmullos-; y cada tanto, elementos que alteran nuestra percepción -sonidos ajenos, música o el discurso de un profesor de filosofía sobre distintas teorías de la percepción-, que enmarcan, potencian o cuestionan lo que estamos viendo en ese preciso momento. La experiencia, pone de manifiesto una realidad muy cercana a la conocida, sin embargo diferente, una realidad construida, como si llevara una capa de algo encima. ¿Es a eso a lo que llaman fantasmagoría, a esa capa o interfaz entre la percepción del sonido y la mirada? ¿Qué tan “manipuladores” de la realidad se permiten ser dentro de la experiencia?
I: Sí así es. Es ese fantasma o espectro en sentido derridiano de la frecuencia de cierta visibilidad. Pero la visibilidad de lo invisible. Durante el proceso de La Glorieta, jugamos con la idea de fantasma desde perspectivas diferentes, literales, teatrales, cinematográficas…De hecho realizamos un cine club en el que compartimos varias películas sobre estas ideas y la película inaugural de este cine-club fue “Fantasma” de Lisandro Alonso. Seguido vimos “La libertad” y “Los Muertos” del mismo autor. Estas tres películas nos sirvieron como lugar común para reflexionar sobre ideas como centro-periferia, realidad-fantasmagoría, presencia-ausencia, espectador-espectro. Observamos que Alonso utiliza una amplificación de los sonidos “cotidianos” y una “dislocación” de tales en relación a las imágenes que muestra. Esto nos llevó a plantearnos cómo activar fuera del cine, de la pantalla, estos dispositivos “dislocantes” entre sonido e imagen, que nos parecía eran capaces de hacer visible lo invisible, de producir re-aparecidos. Entre el espectador y el espectro, la imagen se re-configura, re-aparece; sin embargo, ya no se trata –por las propias consecuencias de esa re-aparición– de un nuevo modo de realismo, sino que es, más bien, un “idealismo”, una imagen ideal que se inscribe sobre los modos de la realidad como espacio de una nueva experiencia. Por lo tanto somos tan manipuladores como aprendices de “cineasta”.
Por otro lado, si bien en varias ocasiones nos hemos visto tentados a manipular la realidad para producir ficción e introducir “figurantes” durante el recorrido, tras las diferentes presentaciones de este trabajo hasta hoy hemos constatado que “la realidad supera siempre la ficción” y que no es necesario. El dispositivo absorbe casi cualquier situación de la realidad y la “idealiza” como una experiencia otra, como si de una escena de película se tratara.
La naturaleza y su temblor, excursión por la ciudad. Noviembre 2014. Bilbao. Foto: Luque Tagua.
C: Digo “manipuladores” entre comillas, porque lo que se genera -a mi parecer- es una espacialidad muy libre para el que vive la experiencia, una espacialidad reforzada por la situación de colectivo, donde el espectador va administrando (por así decirlo) su propia mirada, y sin embargo, como grupo, no deja de ser una especie de organismo en el más biológico de los sentidos, que comparte una misma poética: un organismo poético.
¿Qué podrías decir de esa idea de colectividad orgánica, si es que la hay, o que tipo de colectividad crees que se organiza, cómo lo percibes tú, que vas de “guía turística” por así decirlo?
I: La pieza se presenta para un grupo de 20-25 personas. Cada cual “aislada” a través de unos cascos. De hecho al comienzo del recorrido se explicita que la propuesta es una paseo individual, si bien debemos caminar más o menos en grupo por la limitación de no poder alejarse de quien emite la señal sonora (generalmente es Chus). Esta limitación hace que los integrantes del grupo se dispersen en un radio de unos 10 metros. Por lo tanto, vas sola pero acompañada. En un principio, personalmente tuve problemas con esta experiencia individualizante que veníamos a proponer, ya que me parecía traicionar ese lugar colectivo que el teatro produce, esa intersubjetividad grupal que personalmente aún defiendo ante tanta subjetividad propia y experiencias individuales. Sin embargo, tras la experiencia de realizar varias veces la pieza, creo tal y como dices que lo que produce es un grupo de individuos que caminan juntos y se saben juntos, y que van atendiendo tanto a su propia mirada, como a la de quienes les miran como grupo. Se produce una situación de posibilidad de mirada introspectiva, a través de mirar fuera y saberse mirado de una forma protegida y compartida. Y esto hace que se den situaciones de esas como en el cine en que las parejas se dan la mano para ver la peli juntos.
C: Cuando pienso en el nombre de la propuesta, La naturaleza y su temblor, muchas cosas vienen a mi mente. Es un muy sugerente. Por una parte, pienso en esta idea de un público como organismo poético, y no puedo dejar de establecer relaciones con el museo como punto de partida, y a la vez, como umbral de salida. De recordar las nociones de naturaleza muerta, capturada, que se manejan en ese tipo de instituciones. Hay una animalidad, tal vez… me hace pensar en este organismo público, expectante, como si fuera un animal liberado para observar la realidad. Un animal que por lo demás, no regresa a su jaula, porque no hay retorno al punto de origen, al museo, es como si quedáramos a la deriva de la cotidianidad misma.
¿De dónde proviene el nombre de la propuesta, cómo han llegado a bautizar a La naturaleza y su temblor?
I: La idea original del trabajo es encontrar un recorrido en el que la ciudad linde con la no ciudad, con el resto de ciudad, con lo anterior, con la naturaleza. En Bilbao esta posibilidad se dio. A Bilbao le llaman “el botxo” (agujero), porque está construido en un valle profundo y estrecho, entre montañas y con las casas encaramadas a las laderas de los montes circundantes. y puedes seguir el rastro de este choque entre ciudad y naturaleza en toda la periferia de la ciudad, donde ésta se hace autovía, entrada, túnel…También hay cierta idea de que la naturaleza está ahí en estado de latencia esperando a volver a engullir la ciudad, a ocuparla. Y tal latencia, produce una vibración, un temblor. Marco Aurelio, que como Lisandro Alonso ha sido compañero de viaje, denomina a este temblor alma. Y la relación entre realidad y temblor, ciudad y naturaleza es transitoria, puro devenir. Y con la misma cita del emperador con que finaliza la obra “La naturaleza y su temblor”, finalizo esta entrevista. Dice así: “Y entre las máximas que tendrás a mano y hacia las que te inclinarás, figuren estas dos: una, que las cosas no alcanzan al alma, sino que se encuentran fuera, desprovistas de temblor, y las turbaciones surgen de la única opinión interior.Y la segunda, que todas esas cosas que estás viendo, pronto se transformarán y ya no existirán”, Marco Aurelio.
C: Muchas gracias Idoia…
I: ...a ti.
Equipo de Naturaleza y su temblor:
Sofia Asencio (Elche ,1971) estudia danza contemporánea en el Institut del Teatre de Barcelona. Tras trabajar con Vicente Sáez (Valencia), Lanónima Imperial (Barcelona), Angels Margarit/Mudances (Barcelona), General Elèctrica (Barcelona) y Lluis Ayet Cia. ACTA (Montpellier) forma junto a Tomas Aragay la cía Societat Doctor Alonso en el año 2002. Bajo este nombre crea y dirige diversos espectáculos y proyectos de investigación. Paralelamente ha colaborado con artistas como Rosa Muñoz o Iva horvat. Actualmente dirije un laboratorio escénico regular en Celrà, Girona. Es codirectora de la Cèl.lula i del festival MAPA (2004-2011). Prepara junto a Tomàs Aragay Introducción a la introducción, un trabajo sobre el movimiento que toma como punto de partida La Metafísica de Aristóteles. www.doctoralonso.org
Tomas Aragay Sastre (Barcelona, 1968) estudia dirección y dramaturgia en la Escuela Superior de Arte Dramático (Instituto del Teatro) en Barcelona. En 1996 funda junto con Roger Bernat el desaparecido colectivo de teatro General Eléctrica (-2000). Durante ese periodo gana el 1er premio en el Certamen coreográfico de Madrid con la obra “Cruz Cuando el hombrecito esté en verde” (1997) y el premio de autor en Saint Saint-Denis con la pieza J”ohn Kovak state of emergency” (Francia, 1999). Desde 2002 co-dirige junto con Sofía Asencio la compañía Societat Doctor Alonso, con el que han estrenado, diversos espectáculos de creación contemporánea y proyectos de investigación. Desde el 2004, es coodirector artístico del colectivo Celula y del festival MAPA. Es guionista de películas como "Krampack", "En la ciudad", "Ficción" o "blog", con las que obtiene nominaciones al mejor guión en los premios Goya en 2000 y 2002. Paralelamente es profesor de guión en la ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña). www.doctoralonso.org
Chus Domínguez (León, 1967) es artista visual. Trabaja con elementos provenientes directamente de la realidad para construir a partir de ellos narrativas que se encuentran entre lo documental, lo experimental y lo poético. Sus piezas cinematográficas y videocreaciones han sido premiadas en varios festivales internacionales. Ha colaborado en diversas creaciones escénicas (danza, teatro, performance) con la compañía Societat Doctor Alonso, la coreógrafa Idoia Zabaleta y la actriz Espe López (proyecto La Glorieta), con el músico y performer Nilo Gallego (proyecto Orquestina de pigmeos), con el dramaturgo Rodrigo García y La Carnicería Teatro, con las coreógrafas Elena Alonso, Mónica Valenciano, Olga Mesa y Elena Córdoba y con el Centre Chorégraphique National de Rennes et de Bretagne. En febrero de 2011 el programa Metrópolis de RTVE emitió un monográfico sobre su obra. www.chusdominguez.com
Idoia Zabaleta (Gasteiz, 1970) es coreógrafa y licenciada en biólogía por la UPV-EHU, donde se especializó en ecosistemas y dinámica de poblaciones. Estudia Nueva Danza e Improvisaciòn en Barcelona, Florencia, Ámsterdam y Nueva York. En 1990 crea la asociación Moaré Danza. Ha colaborado con la compañía Mal Pelo (Girona). Desde el año 2000 co-produce y crea su propio trabajo, colaborando con artistas e investigadores, como Filipa Francisco, Isabel de Naverán, Antonio Tagliarini, Jaime Conde Salazar… Comisaria junto con Isabel de Naverán el curso de verano Lanbroa, organizado por el museo de arte contemporáneo Artium. Co-dirige Dantza Kodeak, el aula de danza de la U.P.V desde el año 2000. Colabora en la publicación de los libros Zeru Urdina, 4 itinerarios y otras fotos y Bicho. Su trabajo ha podido verse en festivales y encuentros de ámbito internacional. Desde 2008, construye y gobierna junto con Juan González, el espacio de creación AZALA, en Lasierra (Araba), www.azala.es
Espe López (Irún, 1963) se forma principalmente en Ginebra, en la École de Théâtre Serge Martin, y con diferentes profesionales en Francia y en España. Cofunda y trabaja como actriz en la compañía Legaleón-t Teatro desde 1986. Desde 1994 participa activamente en la compañía suiza L'Alakran junto con Oscar Gómez, girando con sus espectáculos por Francia, Suiza, Italia y España. Colabora como actriz con otras compañías: Antzerkiola Imaginarioa (FTI) de Bilbao, y desde la dirección con la Cía donostiarra Behibi'is; Al freskito producciones de Málaga; con la compañía suiza Due punti; Trapu Zaharra de Donostia y en Francia con la Compagnie dans le sens opposé. Invitada por diferentes centros profesionales a dar cursos, investiga en ellos sobre la relación con el público y cómo mostrarse uno-a mismo, buscando otros puntos de vista.
Enviar un comentario nuevo