CHÚPAME LA PERIFERIA
"pequeño ejercicio de soberanía & disidencia" de Eli Neira. Fotografía de Michel Beauvais.
CHÚPAME LA PERIFERIA
Algunas reflexiones post X Encuentro Hemisférico de Performances
Ex Céntrico, Soberanías & Disidencias
Santiago de Chile julio 2016.
Por Eli Neira
¿Se puede hablar de la periferia desde la más rotunda de las centralidades?, ¿Se puede hablar de la periferia en la periferia, con intención inaugural y cobrar por ello, (a los sujetos periféricos, mismamente)? ¿Se puede hablar de la periferia sin jamás haber tenido ni la mas leve simpatía ( em- patía) con alguna periferia real? Margen que sin embargo se desea enunciar, no se sabe bien si como objeto de deseo, objeto de estudio u realidad a colonizar. O todo eso junto.
De poder se puede, me dirán ustedes, pero es ilegitimo les diré yo. Y si no es ilegitimo, es, al menos, un acercamiento muy pero muy parcial que bien haría en partir por reconocer esa parcialidad.
El centro es por antonomasia un lugar de privilegio. La centralidad no es un devenir histórico “natural” de los pueblos sino que es un diseño, una política, bastante bien pensada y militarmente asegurada, que determina la distribución de los recursos y del poder. Es decir, no existe periferia alguna sin un centro que acapare, excluya y desplace. Una cosa engendra a la otra.
Desde este punto de vista, resulta bastante sospechoso cualquier movimiento del centro hacia la periferia.
¿Por qué querría el centro, los que gozan de la centralidad, por ellos mismos organizada y mantenida (celosamente), nombrar a la periferia? ¿Por qué querrían los privilegiados nombrar a los desprivilegiados, si ya sabemos que es en la desigualdad donde se sustenta todo privilegio?
La historia nos indica que cuando el centro o su mejor sinónimo, Estados Unidos, mira a la periferia, generalmente es para mantener su centralidad aunque ésta cueste unos cuantos muertos, desaparecidos, torturados, desplazados o un par de golpes de estado. Son los costos del desarrollo. El de ellos, naturalmente. Jamás el nuestro.
Yo te nombro antes de que tu te nombres a ti mismo. Es decir me convierto en tu origen. (¿En tu Dios?)
¿Quién tiene derecho a nombrarnos?¿Por qué razón, yo, en tanto “sujeto periférico” debería ceder el poder nombrar– me a un tercero, que mas encima es el que perpetúa mi condición?
Yo creo que no debemos dejar que otro nos nombre. El nombre es nuestro derecho. El único que nos va quedando cuando nos han quitado todo.
Yo creo que la pretensión de nombrar al otro, sobre todo cuando ese otro se encuentra situado, varios escalones mas abajo en la pirámide de poderes, es una práctica inequívoca de colonización, del lenguaje, de los sujetos y sus prácticas. Nombrar la periferia desde el centro es un ejercicio de poder y en esencia, una estrategia de colonialismo cultural.
Es predecible entonces que el X Encuentro Hemisférico de Performances, organizado el pasado mes de julio en Santiago de Chile por la Universidad de Nueva York, en colaboración con la Universidad de Chile, bajo el lema (¿pretencioso o inocente?) de “Ex-centricos, soberanías y disidencias”, se encontrara con un murallón de resistencias, las que se hicieron ver y oir en escenarios y pasillos, desde el primer día, de las más variopintas maneras.
"pequeño ejercicio de soberanía & disidencia" de Eli Neira. Fotografía de Michel Beauvais.
Ahora bien, no debería sorprendernos tanto si tomamos en cuenta que el arte de acción, en Chile, tiene sus raíces más fuertes en plena dictadura militar, tiempos sangrientos (más sangrientos o al menos simbólicamente mas sangrientos que éstos) por lo que cierta virulencia podría ser considerada, casi un rasgo identitario, por decirlo de alguna manera. Y ni hablar de las históricas peleas dentro del gremio de los performeros chilensis, conocidas en el mundo entero, tanto por lo absurdas como por lo severas.
Ocurre además, la desafortunada circunstancia que este mentado encuentro, aterriza en Chile en un momento, digamos, una encrucijada socio – política, histórico - cósmica, mas o menos apocalíptica, donde estamos todos mas allá de las pelotas. Un momento, donde la sociedad chilena entera está mirando con horror en las pantallas de sus celulares, la debacle del sistema neoliberal extractivista y sus instituciones, las mismas que nos han regido los últimos 43 años. Estos gringos llegan en medio de una crisis sin precedentes, ni tan silenciosa y con bastantes muertos, entre el pueblo y el estado y me parece que ni se percataron. ..algunos todavía se deben estar preguntando “Whats going on?”. Pasa chiquito que esto esta reventando.
Este encuentro organizado por la Universidad de Nueva York, una institución privada, aterriza en el Chile post neoliberal, con un modelo de gestión cultural y educacional, más neoliberal imposible, donde todo está privatizado, tercerizado y suculentamente capitalizado, incluso nuestra disidencia. Un modelo de gestión piramidal donde los hoteles y los cócteles los paga finalmente el “mas débil”, el artista antes precarizado y ahora colonizado. Un modelo de “gestión” cultural que entiende al arte y el conocimiento como eslabones de un negocio rentable, pero rentable para ellos, los capitalistas. Cantinela que conocemos muy bien, gracias a nuestros gobiernos y que podemos fácilmente identificar como lo que NO queremos.
El Hemisférico llega y se topa con una disidencia, lo bastante madura, al menos políticamente hablando, que no puede sino reaccionar y canalizar de alguna manera todo el fuego guardado en el cuerpo (social). Ignorar que la exclusión en general pero muy por sobre todo en la educación, ha sido la herida por la que este cuerpo- pais ha sangrado los últimos 15 años, seria francamente estúpido de nuestra parte y casi inconcebible.
Entonces uno se pregunta, ¿Sabían realmente estos gringos donde se estaban metiendo? Pues me parece que no. Otro signo inequívoco de colonización. Al que coloniza no le interesa el “otro” (ergo, no lo conoce, ni hace ningún esfuerzo por conocerlo). Y como no lo conoce, lo subestima... (¡Error Fatal!)
El día en que “el norte” (o quiénes representen “el norte”) deje de hablarnos de arriba hacia abajo y se tome la molestia de mirarnos de manera horizontal, al menos estando en nuestro territorio, sin infantilizarnos, sin colonizarnos y sin querer apropiarse de todo. El día que el norte sea capaz de relacionarse con su “periferia”, sin robar (nos) comenzará el diálogo verdadero y sólo entonces podremos hablar de un encuentro hemisférico. Entre tanto sólo habrá choques, más o menos fuertes. Mas o menos divertidos, mas o menos patéticos.
En un diálogo verdadero cualquiera que goce de privilegios, debe renunciar a establecer relaciones de poder. Es decir, debe renunciar a enunciarse desde su centralidad o desde cualquier centralidad.
Sepan además que nadie tiene vocación de periferia ni de marginalidad. Repito, si existe un margen es porque existe un centro que acapara, desplaza y excluye.
"pequeño ejercicio de soberanía & disidencia" de Eli Neira. Fotografía de Michel Beauvais.
La palabra es G E N E R A D O R A de realidad
Entonces ¿Cómo evita el X Encuentro Hemisférico que lleva por lema “disidencias & soberanías” vendernos el espejo que nos traicionará la cara? ¿Cómo evita esta empresa privada, dedicada al rubro de la educación, que dice interesarse por la decolonialidad, colonizarnos con una paxis y una lógica que no toma ni cercanamente en cuenta la condición política de la historia de a performance en Chile y que mucho menos toma ni cercanamente en cuenta la condición de precarización permanente de los artistas locales (como de la gran mayoría del pais) los que se debaten a diario y a duras penas en las espesas aguas de la sobrevivencia y que de ninguna manera pueden permitirse el lujo de gastar 300 dólares en un encuentro de performances por más nutrido y prometedor que se vea en el folleto el works shop...? ¿Ha?
¿Cómo explicarles a los que nunca han tenido que optar entre un viaje y arreglarse un diente, que si eres artista y trabajaste como un cerdo para tomar los famosos works shops y que si éstos se dictan en inglés, sin traducción al español, como ocurrió, lo estas estafando? ¿Y que ya nos han estafado mucho por querer educarnos?
Porque eso es lo que da rabia, pinches gringos. Ya nos han metido demasiadas veces el pico en el ojo, sabemos cómo se siente y nos nos gusta. Créannos. Todo tiene un límite.
¿Asi que les interesa la disidencia? Pues éste es mi ejercicio de soberanía y disidencia, pinche kutri ñuke.
Elizabeth Neira
que delicia de texto, al
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