Esculturas "embotelladas" en el Paseo Reforma: Estética y Medioambiente como manifestación visual
Esculturas "embotelladas" en el Paseo Reforma
Estética y Medioambiente como manifestación visual
Por: Ximena Jordán. ximejordan@gmail.com
De botellas y de estética pública...más
Curiosamente, el presente artículo parecerá una continuación de mi artículo anterior, por tratar de un tema bastante similar. Sin embargo, esto es tan solo una afortunada coincidencia. Sin premeditarlo, siguiendo con el tema de mi último artículo, siguiendo en el Df, siguiendo con el problema del agua potable…me topo con otra propuesta de arte público que hace referencia al mismo problema medioambiental que perjudica diariamente al Df: la disposición de las botellas de agua. En el artículo anterior, vimos como el escultor contemporáneo Víctor Castro enfrenta tanto estética como educativamente este problema a través de su escultura social (http://revista.escaner.cl/node/5935).
En esta oportunidad, la fusión entre estética, educación y medioambiente se lleva a cabo a través de una operación artística conjunta entre la compañía mexicana de agua envasada “Ciel” y un grupo de escultores mexicanos: Roberto Cervantes, Juan Cruz, Marco Noguez y Javier Bautista. Ciel ofrece financiamiento para proyectos sustentables que involucren la utilización de las botellas de agua de dicha marca como materia prima (http://www.ciel.com.mx/). Dentro de ese marco de acción, este grupo de escultores se ganó el financiamiento para realizar esculturas en gran formato hechas únicamente con botellas de agua Ciel, otorgándoseles el permiso para instalarlas nada más y nada menos que en pleno Paseo de la Reforma. De esta manera, intervención estética de un espacio público, preocupación medioambiental y publicidad estrictamente comercial se entrelazan en una misma propuesta viual. Una combinación que a mi juicio, resultó placentera y a la vez funcional.
La apariencia estética del plástico
El efecto visual es interesante y atractivo. A la distancia, las figuras se ven blancas “como la nieve” y aunque se distingue perfectamente lo que representan, no se percibe la calidad de su materialidad. No obstante, tras un leve acercamiento se vislumbra que las esculturas están hechas de plástico y con un poco más cercanía, que son de hecho, botellas de agua. Las mismas botellas que desechamos a diario una vez vacías y las mismas que, encontradas dispuestas en cualquier lugar que no sea un basurero, lucen como lo menos estético que pueda mostrar una ciudad.
Las esculturas de botellas de agua que conforman este proyecto estético-publicitario consisten en recreaciones de animales y de monumentos que son iconográficamente populares dentro de la sociedad mexicana, es decir, cuya mera imagen ya es reconocida como familiar y atractiva para el espectador común. Será por esto que estas esculturas carecen de mayor creatividad desde el punto de vista de la forma, pues no son una reinterpretación de los motivos representados sino más bien consisten en la mera reproducción de estos temas populares, solo que realizada con un material muy original y en dimensiones atractivamente grandes. Debido a esto, las esculturas en botellas de agua Ciel son fácilmente reconocibles, entendibles y disfrutables por espectadores del más amplio rango de edad, género y grupo cultural. No obstante, se distingue una especial dedicación por parte de los artistas ejecutores de estas esculturas, hacia los espectadores infantiles, dedicación que se manifiesta en la abundancia de motivos que despiertan la atención de los más pequeños tales como elefantes, dinosaurios y osos, entre varios otros.
Tampoco se observa una organización temático-conceptual entre todas las obras que componen el proyecto. La composición material de cada una de estas estatuas (botellas vacías de agua Ciel) sería la única característica que estas obras comparten como pertenecientes de una misma serie escultórica. Y es que esto es, precisamente, lo que este proyecto escultórico medioambiental parece querer transmitir tanto a los ojos como a las mentes de los espectadores: la versatilidad reutilizable de las botellas de agua potable, que desechamos a diario sin estar conscientes de las posibilidades recicables que ofrecen.
Por lo dispuesto anteriormente y con el objetivo de destacar su propia singularidad y originalidad, no calificaría esta intervención como una de arte público, sino como una intervención de “estética pública y medioambiental ”. Pienso que estos calificativos precisan de mejor manera las cualidades estéticas y educativas de este proyecto, así como la maestría técnica apreciable en los admirables y ecológicos trabajos que lo componen.
¿Dónde está la artisticidad en estas creaciones entonces? Recordemos que toda manifestación estética goza de un componente artístico, aunque no en todas ellas sean calificables como obras de arte en su totalidad. En el caso de estas esculturas, el componente artístico-creativo reside tanto en su materia prima como en su técnica de ejecución. La destreza, dedicación y genialidad de los creadores de estas obras, en lograr que estas obras luzcan brillantes, originales y atractivas para el espectador a pesar de estar hechas de un desecho plástico, es notable. Asimismo, la creatividad de los artistas ejecutores se manifiesta en atreverse a conseguir, con un solo tipo de material disponible, la variedad y calidad de texturas, tamaños y formas necesarias para la formación de las diferentes estatuas. El resultado, es a mi juicio, exitoso y notable. Observar con tan solo un poco de detenimiento las diversas transformaciones del material es una experiencia francamente entretenida pues los logros van desde los lisos muros del Taj Mahal al marcadamente escalonado lomo de un paquidermo, pasando por la sinuosa trompa de un elefante y la curvilínea figura de la Diana Cazadora en plena acción.
Por otro lado, hay un componente educativo en el proyecto, el cual oscila entre la impartición al espectador del contenido medioambiental del mismo y de la información acerca del motivo de cada representación. De esta manera, cada estatua consta de su respectiva cédula, de fácil acceso, lectura y comprensión para el espectador, a través de la cual se le informa de curiosidades diversas acerca del objeto representado. Curiosidades que, por lo menos yo, no conocía, tales como que la Torre Eiffel fue la construcción más alta del mundo durante 40 años, que el peso de un elefante recién nacido es de 120 kilos, que los osos pandas pueden consumir hasta 40 kilos de bambú al día, que los flamingos (o flamencos rosados) cuidan de su cría por nada menos que seis meses completos… ¡etc.!
Dentro de la información contenida por las etiquetas también está lo concerniente a la correcta utilización de la materia prima de las estatuas, cuando esta es responsabilidad del consumidor común. Es decir, información acerca de lo que se debe y/o puede hacer con una botella de agua Ciel. Como crear esculturas por ejemplo…claro que hay que considerar que para algunas de estas figuras en gran formato se ocuparon cerca de 40.000 envases. Claramente, involucran un notable trabajo de recolección y preparación de material.
Quizás cada una de estas esculturas no son especialmente creativas, innovadoras e intrigantes en cuanto a su forma, como dije anteriormente. Sin embargo, como intervención conjunta, el impacto visual es intrigante e interesante pues no se entiende mucho qué hacen esas figuras blancas plásticas en pleno Paseo de la Reforma. Alegran el tránsito tanto de los autos como de los transeúntes y favorecen la detención de estos últimos, sobretodo de los niños, quienes sacan fotografías y leen las etiquetas con sumo interés.
Pienso que es enriquecedor darles cabida a manifestaciones estéticas en espacios públicos, como estas, las que priorizan la expresión de contenidos educativos y medioambientales por sobre la creación propiamente artística (sin perjuicio de que pueden ser ejecutadas por artistas). Pienso que es positivo oscilar entre las creaciones artísticas y las meramente estéticas, con el fin de beneficiarse de las ventajas que ambas manifestaciones comparten y de distinguir sus propias potencialidades.
En el caso del proyecto escultórico con botellas Ciel, tenemos un buen ejemplo de la independencia que gozan creaciones estéticas de diverso tipo con respecto a la complejidad de lo que calificamos como "arte". Apuntan a objetivos distintos, aunque igualmente beneficiosos para el espectador.
Ximena Jordán
Master in Art Curatorship, Melbourne University
Licenciada en Estética PUC
Imágenes: Ximena Jordán
Referencias: http://www.ciel.com.mx/
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