Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Plaza de Santa María

 

Defensa del agua del Zaino de los Corrales, Santa María, San Felipe, V región, Chile.

 

En la precordillera del valle del río Aconcagua, una empresa minera está sacando material, piedra molida desde los cerros que rodean un pequeño estero llamado El Zaino, si el material cae, rueda, lo que es muy posible porque hay terremotos en esta región y grandes lluvias en invierno, es posible que este material de piedrecilla suelta caiga y bloquee el paso del agua, agua que es vital pues da vida a un hermoso valle, sector agrícola de muchas plantas principalmente huertos de olivos.

 


El Zaino

Los vecinos 
se reunieron a caminar en la mañana del 10 de diciembre en señal de protesta contra la mina, vecinos de la región junto a sus consejales de todos los partidos políticos, unidos por una causa común, salvar su territorio, su hogar, la naturaleza de la que viven, contra la empresa minera que estaba extrayendo mineral de cobre de sus cerros, la caminata fue por el camino que corre a un lado del estero Zaino, por el cajón del Zaino, es un lugar hermoso con grandes árboles, hay quillalyes, maitenes y litres, y muchos cactus de gran altura y con flores. Las piedras del camino son verdosas, anuncian su riqueza en cobre, motivo de este problema, una mina no puede convivir con la actividad agrícola. En estos momentos está detenida la faena gracias a los vecinos que se han reunido para protestar.

 


La mina con el cerro de material suelto a punto de caer

 

La señora Angela Aguilar, Presidenta de la Junta de Vecinos de Jahuelito, a través de una cadena de amitad nos invitó a participar en la caminata, de esta experiencia aparece este artículo. El poema de Ricardo fue escrito a propósito de nuestra visita y fue leido en la ceremonia que se realizó en un sector plano que hay en el cerro, son los corrales donde se traen los animales de la comunidad en cierta época del año, están rodeados de pirca de piedra y tapia de adobe, desde ese lugar se ve la mina en los cerros al otro lado del cajón, en este lugar de cerros es difícil encontrar un terreno plano.

 


Los corrales cerrados con tapia de adobe que ha resistido grandes terremotos

 

Hubo palabras de las autoridades, concejales y la presidenta de la junta de vecinos de Jahuelito. Después Ricardo Piukewerken leyó el siguiente poema en defensa del agua y de las personas y animales que viven de ella:

Defensa del agua


Antes que el oro, el cobre y los metales.
Antes, mucho antes (al menos, 18 mil años atrás,)
cuando aún no aparecían los ingenieros en minas,
el agua se manifestaba en todo su recorrido fecundo.

Desde la inmensa nube gis y oscura
cubriendo el jazmín, el azul del cielo,
hasta el borbotón frío que de la roca emana,
el agua es para alimentarnos con su nutritiva fórmula
a machos y hembras
de todas las especies.

El agua, el ko mapuche
hace crecer los vegetales propicios
para la alimentación humana y animal.

Los seres que vemos y oímos, los invisibles
a la simple mirada, están construidos de agua,
tres veces de agua.

Las tres partes vitales del walmapü están protegidas
y cubiertas de agua,
el señor humano y la humana señora
usaban el cuenco de sus manos
para atrapar el loko y transparente fluido
y así llevarlo a sus bocas
y a las bocas ávidas de sus hijos e hijas.

Así, se constituyó el primer recipiente,
la tecnología al alcance de la mano,
una cerámica de piel, de huesos
y cartílagos del habitante antiguo,
nuestro genuino antecedente,
el respetuoso,
la veneradora de las especies,
de las mutaciones ambientales.

Ahora la mutación es propiciada
por la especie malvada.
mutaron el agua, la interceptan en su origen
y le vuelcan sobre su cauce de piedras brillantes,
los excipientes venenosos de su industria,
los metales no sólidos de la tabla periódica,
el inasible mercurio que poco a poco
transfigura el paisaje,
dejándolo sin vida visible, audible, sensorial.

Así es como la familia minera destruye
a la familia ganadera, al pueblo agrícola,
a la tribu que pescaba y mariscaba feliz
a orillas del mar,
sin más pretensiones que la practica
del arte de vivir en paz,
en el lugar aborigen
que los cobijaba,
antes, mucho antes de nacer.

La pesada maquinaria de la industria minera
aplasta la blanda tierra,
dejando su dura huella de metales pesados,
de pesada y extranjera burguesía,
sin más objeto que la apertura de sus múltiples
cajas fuertes y
bóvedas de acaparamiento mineral.

Leyes de concesiones mineras redactadas
y aprobadas por un hato de reducidores indiferentes,
provocan con su experticia criminal la muerte
de la trucha salmonidea,
del pewenche andino,
del pescador y de la rosa silvestre,
aves de los cerros ya no se oye su eco.

La única medicina para sanar la deteriorada
capa terrestre es la cesación,
el cese justificado de la faena sin escrúpulos,
y dejar que los elementos se recompongan,
la única medicina es la des contaminación
por mano y obra de aquellos que contaminan,
la mina que contamina tiene que descontaminar,
por ley de la república, por mandato del pueblo,
por ley natural.

Ricardo Castro Piuwkewerken

Poema hecho a petición de los campesinos, hombres y mujeres de El Zaino en los Corrales, de Jahuelito y de Jahuel en la comuna de Santa María, en San Felipe, V región, Chile.

sábado 10 de diciembre del año 2011.

 


Instalaron un lienzo y empezamos a preparar los instrumentos, con un rato al calor del sol suenan mejor

Nosotros llegamos en la camioneta de la Municipalidad con muchos instrumentos para que todos y todas tocaran algo, los vecinos ya habían extendido un lienzo en repudio a las mineras, entre dos enormes árboles (quillay) que hay en medio de los corrales.

 


La entrada de la mina

 

Después de los discursos y de la poesía tocamos música mapuche, repartimos instrumentos entre el público, cañitas llamadas pifilkas que se soplan, piedras para percutir, conchas de ostiones para raspar, este instrumento se llama cas-cas, calabazas sonoras llamadas guadas o guazas, Piuke tocaba la trutruka y yo el kultrun, el cerro me devolvía el toque con su eco.

 


Los discursos

 

Más tarde almorzamos con el alcalde, se estaba celebrando el aniversario comunal con muchas actividades,  después de almorzar nos fuimos a Jahuel junto al famoso guía experto en la zona, Roberto Mercado Aced, él nos llevó junto a un empleado de la Municipalidad al centro de Arte Killapaxi, donde pasamos una agradable tarde en un pequeño pedazo de paraíso, lleno de árboles frutales, con una canal que lo cruza donde pudimos refrescar nuestros pies acalorados por la caminata del Zaino, esa agua era de este estero. Al fondo de killapaxi hay un campo de manzanillas donde mi hijo me fotografió.

 

 

El centro de Arte Killapaxi está en la página de turismo de Jahuel: http://turismojahuel.webs.com/killapaxi.htm

Texto de Ricardo donde cuenta el resto de la historia:

Pusimos los pies en la tierra de los corrales del Zaino, arriba del cerro, bajo la sombra fresca, abundante y amparadora de dos quillayes. después de llegar al palomar en la terminal de San Felipe, ahí nos encontramos con nuestro sonriente chofer con el cual hicimos raudos el camino para llegar a Santa María. (madre mía cuando regrese iré a visitarte)
Sobre la huella seca encontramos a los caminantes, en procesión para alcanzar las alturas y presentar un reclamo formal contra los explotadores del cerro pues con sus explosiones inician la erosión del cerro virgen y poco a poco van provocando derrames de cerro molido, en picada contra la quebrada que lleva el agua, picando la muela más roja de la roca para exportarla toda convertida en perfectos lingotes, dejando lo imperfecto atrás, acá en los valles, en los humedales, en las vertientes vertedoras de humedad, crecedoras de colas de zorro, de foye maki silvestre de todos los tonos y colores verdes, excepto los de tus ojos mía querida que para eso se necesita del más puro rojo, tu rojo líquido sanguíneo, contenido, palpitante, erótico.
Luego nuestros tres pares de pies se pusieron en el agua descontaminada de un pequeño y refrescante canal, bajo la higuera de tres extremidades, en la suave y experta compañía de Amanda, la que pronto bailaría y se pondrá un vestido lindo para bailar "Te recuerdo Amanda", ella quiere poner barquitos sobre el agua.

Arriba cerca del sol los neopewenches hicimos sonar cañas, conchitas frotar y kultrünes entusiasmados y gritos de corraleros pastores, pastoras, cultivadoras de olivos verde oliva, maceradoras de aceitunas, defensoras del agua subterránea, del agua superficial que humedece los pies multiplicados
de los caminantes, que se han puesto, que han elegido la sombra de la vid, de los ramos verde botella de un retorcido parrón.
Ella la pequeñita baila dentro del agua que han liberado, baila dibujando, dibujando sombras con el sol declinante de Killapaxi.
Mientras las nubes son blancas, blancas sin ningún detergente, blancos esplendores detrás de los cerros cultivados,
Cultivados por la mano de dios, de las diosas del agua, de la luna y de las estrellas.
Cactus florecidos, a la defensiva, con todas sus espinas atentas,
libres de manipulación.

Se aparecen las zorras, se aparecen los cóndores, a la vuelta del sendero, detrás de la loma.
Oteando los cadáveres exquisitos, dejándose llevar por aéreas e invisibles corrientes
de aire Inka,
de aire campesino de el zaino.

Puse las flores, las flores que para mi sacó,
las puse cerca de mi corazón,
mi hijo de mi vida.

III

Los empresarios de buses al norte, cierran sus locales, bajan las cortinas en una noche  de sábado a las 21:00 horas quien ose llegar a las 21:15 se queda sin transporte, buscando una explicación en la desierta terminal. Entonces sin más buscan una salida, "viendo" otro modo de viajar, llegar al peaje, hacer dedo o equivocarse y viajar al próximo pueblo, para así llegar al próximo terminal y así encontrar que todo está cerrado, entonces la incertidumbre y el "trucho" que te deja en el peaje por diez mil, el "bueno" del colectivo o si no qué? Salir a la carretera y esperar un bus, de más al norte, que venga.

Son las 22:30 somos los mismos que horas atrás, bajo un sol impío, bajábamos por la quebrada del Zaino junto a otras caminantes y que almorzamos en la mesa larga de la fonda al lado del alcalde de Santa Maria, empanadas y cazuela y que al rato siguiente estuvimos con las patitas puestas en un agua corriente con la apacible sombra de la higuera como compañera, refrescandonos con el agua clara del pequeño canal que cruza el patio de la casa del escultor Marcelo Cataldo, el que dibuja con cadenas de bicicleta caballitos de lejano mar.

Ahí, el joven Gabriel juega a sus anchas y se declara campesino, ahí en Killapaxi, entre Jahuel y Jahuelito, entre albaricoques maduros y libres, entre floresta de silvestres manzanillas, entre el ajetreo de los anfitriones y anfitrionas que preparaban el sitio para realizar la proeza de un acto artístico, con niña y adolescentes bailarinas, están atrasados, están con el sol dándoles todo el newen caliente, haciéndoles ebullir.

Nosotros tres, ahora en una parada metálica viendo pasar veloces vehículos por la ancha calle llamada carretera consesionada, hasta las tres de la madrugada en compañía de un hombre alegre que iba a la vega.
Nos fuimos enfriando, la luna cambiaba de posición.
No se si estaba más luminosa o es que la oscuridad imperante en los campos le servía para estar más plena.
No llevamos traje de frío, llevamos traje de 30º a la sombra.
Marcela fue más precavida.
Gabriel quería caminar hasta Santiago, salir de algún modo de ese varadero llamado Calera.
El ejercicio de matar baratas lo calmó, la practica de anotar letras, marcar con dibujos las superficies para después retratarlas con fotografías contribuían a su tranquilidad.
Así de este modo pasaron las horas, moviéndonos, haciendo pasitos, corriendo rampa arriba, rampa abajo, calentando de algún modo el cuerpo humano.
Nos sentamos bien juntos con aislante de lana sobre el escaño de metal y dormimos unos minutos, nuestro compañero de dormitorio buscó cartones, improvisó una cama y se durmió, hasta que apareció el semicama como un fantasma y como un fantasma se detuvo 50 metros más allá, ni siquiera podíamos sentirnos felices con lo cansados que estábamos. Dormimos la hora y media de viaje.
Terminal Alameda. Vacío. Esperar. Hacer hora. Salir. Conseguir un bus. Hacer trasbordo antes de que el sol aparezca el bus se llena de espectros, espectros ebrios saliendo de bares, bailarinas y danzarines de trasnoche, la milenaria juventud chilena, todos juntos, pero todos solos.
Uno que otro idiota sube fumando su apestoso cigarrillo.
Casa. Cama. Dormir.

 

 

La mayoría de las fotografías son de mi hijo, nuestro querido camarógrafo.

Les agradecemos a las personas que nos invitaron fue un día inolvidable.


Zaino de los Corrales está en la comuna de Santa María en San Felipe
La Ilustre Municipalidad de Santa María es dirigida por el Alcalde Sr. Claudio Zurita Ibarra (PPD), de profesión Profesor, el cual es asesorado por los concejales:
Sr. Jose Grbic Bernal (RN)
Sra. M. Cristina Meza Espinoza (PPD)
Sra. Marisol Ponce Cisternas (UDI)
Sr. David Olguín Vargas (PS)
Sr. Eloy Ibacache Gonzalez (PPD)

 

 

Para más información ver la página en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_%28Chile%29

y la página de la I. Municipalidad de Santa María: http://www.imsantamaria.cl/home/

 

 

estimados Existe algún estudio de calidad de agua referido a este sector?. Atenta a su respuesta. Saludos.
Se creen los justicieros, sin saber que ustedes están sometidos a las Leyes que imperan a nuestro país, perdieron en la Corte de Apelaciones y confirmado por la Suprema,...hablan de posibilidades hasta cuando sueñan con sus "delirios" de posibles daños.

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