SANTIAGO A MIL: UN FESTIVAL DE CATEGORÍA
SANTIAGO A MIL: UN FESTIVAL DE CATEGORÍA
Por Manuela Grau
Este festival de Teatro cumple 20 años y es, a estas alturas, un evento de categoría internacional de calidad y con una variedad vertiginosa de propuestas para todos los gustos.
Es la oportunidad para que las obras chilenas, tanto emergentes o de trayectoria, se den en un contexto de efervescencia teatral.
Lo mismo con la danza, el teatro callejero etc…
Y muy especialmente, para aquella que escribe, la oportunidad para ver un teatro diferente, nuevas propuestas, nuevos lenguajes con el TEATRO INTERNACIONAL.
Este año destacó (como el año pasado Kiss&Cry de Michèle Anne de Mey con las mágicas manos que bailaban, amaban, se enojaban…) La Cara Oculta de la Luna de Robert Lepage. Este director, dramaturgo, actor y realizador canadiense dejó al público chileno alucinado, flotando tras un espectáculo “extraterrestre”, diferente, único.
Dos horas 20 minutos que fueron un soplo de elegancia y poesía.
El espectáculo relaciona ciencia y humanidad a través de la historia de dos hermanos enfrentados a la muerte de su madre en paralelo con la carrera espacial hacia la Luna.
Se trata de una obra bastante autobiográfica y personal que trasciende por su lado filosófico y reflexivo en torno a la vida, la muerte, la soledad.
Hay toda una dimensión cinematográfica en este espectáculo: proyecciones que dan un aspecto mágico, onírico ampliando espacios, permitiendo al espectador estar al “otro lado” como es el caso de la ventana de la máquina de lavandería por la que se introduce el protagonista y del que vemos la llegada al “otro lado”
El despliegue tecnológico es impresionante: muros que se mueven, estructuras metálicas similares a las de los aeropuertos, proyecciones etc… pero todo en una sobriedad que no “ahoga” el espectáculo.
La música de Laurie Anderson contribuye también a crear la atmósfera onírica, mágica.
La actuación de Yves Jacques que, da vida a varios personajes (los 2 hermanos, la madre…) es impresionante pero siempre con sobriedad, sin caer en efectismos y como, él bien dijo, lejos del “one man show”, su actuación no se impone sino que “flota”. Un verdadero placer.
Una inteligente y profunda reflexión en torno a las relaciones humanas, la soledad, la muerte con un trasfondo científico (cosmonauta vs. Astronauta) pretexto para abordar sueños infantiles.
Una “experiencia” más que un espectáculo que nos hizo salir comentando a más de uno que era lo mejor visto en nuestras vidas. Inexplicable. Único.
Otro espectáculo destacado fue “La Pena de los Ogros”, puesta en escena del belga Fabrice Murgia que aborda la crisis de la adolescencia sin caer en estereotipos ni explicaciones fáciles.
Un montaje novedoso y moderno. Dos jóvenes encerrados en unos nichos de vidrio nos revelan sus intimidades, reflexiones, sueños, dolores.
La chica está inspirada en la historia de Natasha Kampush, 18 años, que escapa de la vigilancia del hombre que la había secuestrado 10 años antes.
El muchacho en Bastián Bosse, también de 18 años, que vuelve a su antiguo liceo para disparar sobre los alumnos antes de apuntar hacia sí mismo. Había anunciado su acción en internet.
Más allá de lo real y anecdótico, “La pena de los ogros” cuenta un día en que los niños dejan de ser niños.
Una obra moderna, fuerte que nos hace reflexionar sobre los sentimientos de los “adolescentes violentos” más allá del sensacionalismo de noticias de matanzas, secuestros etc…
Una apuesta interesante y de calidad.
También encantó Travelogue I-Twenty to Eight de Sasha Waltz, bailarina y coreógrafa alemana, considerada la sucesora de Pina Baush.
En este espectáculo, los objetos de la cotidianeidad (un refrigerador, un teléfono, una cama) toman toda su relevancia al dar cuenta de nuestros ritos, hábitos y patrones.
Los bailarines oscilan entre movimientos grotescos del cine mudo y estilizados, sensuales.
Hay ironía, humor, sensualidad, violencia, soledad.
Como dijo la propia Sasha Waltz: “Esta pieza es sobre nosotros, sobre nuestra vida, las actividades banales y la simpleza de las cosas. Quiero mostrar la belleza de los objetos cotidianos, una belleza que ya no somos capaces de ver.”
Un hermoso momento…
Y la fiesta teatral continúa … hasta el 20 enero.
Teatro callejero, en salas, en español, en inglés…
Tradicional, de vanguardia
Danza
¡A disfrutar!
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