CHILE: EL TRABAJO CON EL ESPACIO (parte II)
Mario Irarrázabal, Ensamble, 2012
Chile: el trabajo con el espacio (parte II).
María Pía Cordero
mpiacordero@gmail.com
Revisando el artículo anterior, resulta curioso fijar nuestra mirada en la muestra Objetos que hacen ruido, literalmente acotada en el tiempo y espacio, y la muestra Paseo de las esculturas La Pastora (ubicada en calle La Pastora, que comunica las avenidas Isidora Goyenechea y Apoquindo), permanente y abierta, que a escasas cuadras del Centro de Arte Contemporáneo de las Condes, se deja contemplar por el ojo dormido, casi miope, del transeúnte común que dirige su paso fugaz a uno de los tantos cubículos de las cientos de oficinas que albergan los espejados edificios del sector de “Sanhattan” en Santiago oriente, principal centro financiero de la ciudad. En este paseo, de esculturas de 2 a 3 metros de longitud, trabajadas en materiales como: bronce, piedra y acero, se reúnen a los escultores: Federico Assler, Cecilia Campos, Aura Castro, Francisca Cerda, José Vicente Gajardo, Francisco Gazitúa, Mario Irarrázabal, Osvaldo Peña, Cristina Pizarro y Sergio Castillo. En este lugar se da a conocer un hacer que media entre el oficio moderno y contemporáneo de la escultura. Por una parte, muestra trabajos que son lectura cerrada y definida de una idea, cualidades del oficio moderno, por la que se representa un contenido determinado con un referente específico. Ejemplo de esto, es el caso de la obra La pensadora (2010), de la escultura Francisca Cerda, trabajada en bronce fundido, representa un cuerpo de mujer sentado en un rectángulo de elevada altura, en un gesto de contemplación algo lúdico que observa el acontecer metropolitano, o, la obra Ensamble (2010), del escultor Mario Irarrázabal, trabajo en bronce fundido de patina verdosa, de casi dos metros de diámetro, se encarga de humanizar la ciudad con dos piezas rectangulares, dispuestas de forma diagonal, en cuya intersección aparecen las figuras de pequeños hombres entrelazados, caminando y dialogando, manifiestan la idea de aproximación y unión de elementos. Mediando con un hacer más cercano a lo conceptual y contemporáneo, cuyas características principales son la abstracción (geometrización y formas fluidas u orgánicas), movimiento e inclusión de los espacios, se observan los trabajos Doble relieve y columna (2010), del escultor Federico Assler, columna de hormigón armado, de apariencia totémica y fuerte textura rugosa, o, La catedral (2010), del escultor Sergio Castillo, ensamblaje de acero industrial, en el que se realza el material y el método constructivo.
Alexander Calder, Flamingo, 1974.
Herederos del trabajo escultórico de los años de la década del cuarenta y sesenta, de cuyos representantes podemos mencionar a Alexander Calder, Henry Moore, Constantin Brancusi, etc. Cabe destacar que una de las características particulares de la nueva escultura es su interacción y juego con el espacio. Superando la casi moribunda participación de la escultura monumental con la ciudad, la nueva escultura se aventura a ser parte consolidada y fundamental de los aspectos arquitectónicos, urbanos y naturales de la ciudad. Es el caso del mítico Flamingo (1974), del escultor estadounidense Alexander Calder, ubicado frente al Centro Federal de Chicago en Estados Unidos. Esta obra de 16,5 metros de altura, armada en acero pintado, coordina muy bien sus movimientos y materialidad con los del entorno, mediando entre ambos un gran y respirable espacio. Es lo que se llama site-especifity y que creadores como Richard Serra tienen en mente al momento de erigir sus trabajos en algún lugar. Cualidad y característica un tanto difusa en el quehacer escultórico nacional y que podemos observar en el emplazamiento e interacción de las obras del paseo de las esculturas La Pastora. Éstas, al relacionarse con el espacio de modo sofocante y estrecho, reducen la percepción de espacialidad, al estar emplazadas en un paseo angosto, de pequeñas veredas, rodeado de edificios que empañan cualquier sensación de libertad. Bajo tan triste espectáculo, cabe mencionar la obra Herramienta (2010), del escultor Vicente Gajardo, compuesta por dos bloques de granito tallados, de aproximadamente dos metros de longitud, cuyas formas simples y abstractas se pierden al chocar con una boutique ubicada a sólo dos metros de su emplazamiento. A esto, se suma la malograda interacción de la obra Árbol Cósmico (2010), de la escultora Aura Castro, trabajo en acero inoxidable, cuyo material límpido y puro juega con la conceptualización de un árbol de naranjas y la fachada del Banco Internacional, que a escasos metros de la obra más que liberar tensiona la percepción espacial que se tiene del lugar (continuará...).
Francisca Cerda, La Pensadora, 2010.
Imágenes:
http://realmirages.wordpress.com/tag/alexander-calder/
http://www.lascondes.cl/cultura/paseo.html
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