LA HORA DE LOS IMPOSTORES
LA HORA DE LOS IMPOSTORES
Texto: Carlos Yusti
Comprender la pintura, intentar dilucidar los derroteros actuales del arte resulta una actividad cuesta arriba con la postmodernidad y la globalización creando nuevos paradigmas de convivencia(y subsistencia) mundial. María Luz Cárdenas (crítica y curadora de arte) se quejaba en un escrito sobre la ignorancia creciente en torno "a la presencia de las ideas y de la integración del pensamiento como parte esencial del proceso creativo". Argumentaba además que "no se trata solamente del enriquecedor papel que juega la información en la comprensión de la pintura, sino de colocarnos en el espacio mismo de reflexión que propone, no la pintura, sino la razón pictórica: la pintura como discurso, la pintura como paso del ornamento al pensamiento, sino como representación, como dimensión de una acción según la cual deja de comportarse como ornamento para convertirse en filosofía".
Sin duda que el arte en general, pero más específicamente la pintura, es un discurso que no ha dejado de reflexionar sobre las inquietudes más variadas del hombre. No parece razonable que ahora la pintura se derogue la responsabilidad de hacer filosofía en torno al devenir humano. Quizá los filósofos comiencen a pintar.
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