Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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LA SONRISA DE DUCHAMP EN EL HORIZONTE POLITOPICO

“Mas el vampiro que nos enseña urbanidad

ordena que nos deleitemos en la heces.

Pues de otra forma seriamos mas jocosos

de lo que ahora somos”

Arthur Rimbaud

Duchamp_Benaim.jpg

Por: Diego Cerda Seguel

04 de noviembre de 2008

Resumen:

Marcel Duchamp, considerado el artista más influyente del siglo XX, desapareció físicamente de este mundo el 2 de octubre de 1968. Sin embargo, su espíritu no ha hecho sino crecer y densificarse en estos 40 años. Marcel Duchamp es como el Gato de Cheshire de Lewis Carroll, cuya imagen desaparece del cielo dejando sólo su sonrisa: de la misma manera la sonrisa arcana de Duchamp no deja de permanecer en el horizonte del firmamento en un tiempo de aquí y ahora permanente y en un horizonte politópico. Esa sonrisa precisamente representa su poder espiritual para continuar brillando como misterioso alquimista del futuro, como infinito paradojal, que fuerza a la creatividad artística siempre más allá de lo posible, derogando las probabilidades y abriendo un horizonte de Utopía donde el Arte encuentra hoy su casa. El gesto duchampiano, como idea general habita esa extensión utópica que Duchamp fundó y cuyo fondo icónico es la seria y arcana sonrisa de un Duchamp apropiado por los creadores y conceptores del Arte contemporáneos, que apunta a la creación de una masa crítica de personas capaces de asumir esa extensión utópica de hecho más allá de las fronteras especializadas del Arte Contemporáneo.

INTRODUCCIÓN     

Todos conocemos al gato de Cheshire, ese personaje de Alicia en el País de las Maravillas, cuya presencia al desaparecer sólo deja como último rasgo su sonrisa etérea en el cielo. Hace no mucho tiempo atrás el efecto de imaginar al gato de Cheshire desapareciendo y su sonrisa permaneciendo, nos podía parecer un desafío a la imaginación, no era común en nosotros acostumbrarnos a pensar la permanencia parcial del gesto, cuando debíamos aceptar que desaparecía el personaje; o, más precisamente era este desafío a la imaginación lo que daba fuerza de atracción a la obra de Lewis Carroll. Exigir a la imaginación el asimilar un imposible, y darle un espacio de realidad y un estatus de posibilidad lógica; eso creaba en los lectores de Alicia un sentido de deslimitación que incentivaba y alimentaba las posibilidades de involucrar al pensamiento y la imaginación sobre un espacio polítópico, un espacio donde las tres dimensiones físicas, mas el tiempo como cuarta dimensión, se hacían estrechas, limitadas, en relación a las dimensiones que la mente podía plantear, si se comprometía con las posibilidades ilimitadas que habitan la mente, por fuera de un espacio euclidiano y un espacio tiempo newtoniano.

La mente humana siempre ha planteado guiños en el espacio y tiempo de lo imposible, pero es con la generación de las matemáticas de lo imposible, de la n-dimensionalidad, del espacio no-euclideano, que desde mediados del siglo XIX se hicieron un lugar en la teoría matemática, cuando el pensamiento y la imaginación, o más precisamente la razón y la imaginación, empiezan a tener un campo común donde identificar aquello considerado imposible como lógicamente posible. Este momento marca el ingreso de la modernidad al plano polítópico, un plano en el cual todo 'topos', todo piso y lugar puede ser concebido como sustento argumental y axiológico para la creación; sin romper la racionalidad del planteamiento ni su solidez lógica.

LA GENERALIZACION DEL POSIBILISMO

El planteamiento de un plano politópico obdece a que actualmente el esfuerzo de pensar la permanencia de la sonrisa del gato de Cheshire deja de ser tal, y encuentra en realidad un estado mental, a escala planetaria donde lo paradojal, lo polítópico en general, se hace operatividad común al mundo. Y en ello es la tecnología de la información y las comunicaciones el factor crucial en esta apertura comprensiva; de entender lo imposible como posible, como cotideanamente posible, ya no más como extravagancia del pensamiento, sino como exigencia mínima de posicionamiento ontológico global de los individuos. La certeza hoy es más creencia de que algo puede ser, el terreno de la certeza se amplía y se hace politópico, lo realmente imposible se hace cada vez más escurridizo. Considerar esta condición de la certitud humana implica asumir un estado psicológico nuevo y distinto.

Si bien las matemáticas n-dimensionales existen hace mas de cien años la capacidad mental para asociar la práctica del pensamiento a esta nueva realidad 'científica' no había sido asimilada por una masa crítica de personas: sólo algunos científicos y matemáticos estaban en condiciones de penetrar sus designios posibilistas. En el ámbito de las artes fue Marcel Duchamp uno de los primeros en tomar en cuenta esta nueva matemática siguiendo los estudios de Henry Poincaré. Desde luego Duchamp tampoco pretendía ser científico ni matemático en esta área, por el contrario, el desafío de Duchamp apuntaba a utilizar esta nueva certitud para empoderar el Arte, para darle al posibilismo del Arte un espacio de infinitos paradojales dónde desplegar su sentido. Con Duchamp el Arte se apropia del posibilismo que las matemáticas n-dimensionales liberaron.

El Arte se adelanta a la realidad, pero hoy una realidad deslimitada exige un arte adelantado n-dimensionalmente. Es más, el avance de la realidad, de la mano de las tecnologías e innovaciones constantes, coloca al Arte en una posición de centralidad, en tanto que el es campo que ocupa la imaginación y la creatividad como materia prima. El Arte se posiciona como motor de la propia industria, en la medida que los artistas que experimentan con nuevas tecnologías y medios pueden adelantar usos y sentidos para la actividad humana.

Pero el Arte al deslimitarse en términos productivos, al liderar el posibilismo de la realidad se convierte en un tipo de generalidad, en un lugar común dentro de la producción, dentro de los engranajes económicos de las vanguardias tecnológicas.

Ahora bien, la generalización, es decir, la generación de una masa crítica humana capaz de comprender y alimentar el poder creador de la innovación, cuyos límites están dados por la propia imaginación, tiene en Duchamp una guía arcana, es decir, no directa, que impulsa, como guiño secreto, la apertura mental del posibilismo n-dimensional. En el mundo actual cada vez para menos personas es ajeno entender el posibilismo de la realidad, es decir la percepción y realización de que todo es posible, aunque desde luego no se entienda de profundis una lógica de lo cuántico y de lo n-dimensional, sí se entiende a grosso modo, como testimonio y operación cotidiana.

La familiarización de las personas con este posibilismo implica una serie de generalizaciones en los accesos a herramientas estratégicas, que si bien derivan de una apertura de los horizontes tecnológicos encuentran en la sensibilidad, la imaginación y creatividad propias del ámbito del arte una fuente de energía para la acción.

Duchamp_Benaim_1.jpg

FILOSOFIA POLITICA POLITOPICA

En los recientes años he estado desarrollando uno a uno los argumentos que han permitido pensar en adelante la generalización de dichas herramientas. Este trabajo lo he entendido como el desarrollo de una Filosofía política original. Cada una de esta generalizaciones deben reforzarse y comprenderse a partir de los ensayos que cito. En primer lugar, la Inteligencia por fuera de una apropiación exclusiva por parte de los aparatos secretos de los estados nación, la Inteligencia comprendida como generalidad para informar, planear y accionar iniciativas estratégicas (2003[1]), y también para guiar el curso de la realidad a partir de un concepto de guiones estratégicos, subvirtiendo el monopolio de las acciones encubiertas y otros modos de torcer la realidad desde el Estado hacia el agente diferencial (2008[2]). En segundo he lugar planteao al Agente como ‘sujeto diferencial’, capaz de accionar sus propias posibilidades, confrontandose como singularidad frente a todo tipo de actores e instituciones en el mundo, agente como creativo, artista, artífice, demiurgo de la realidad (2003 – 2007[3]). Continué esta descripción de las generalizaciones con el concepto de Geosemántica, donde la geografía se transforma en material maleable para ser construido a voluntad por los agentes cartográficos diferenciales (2005 – 2008[4]), así nace la potencia de crear territorios bajo nuevas formas y contando con un proceso sui generis de validación y legitimación en las redes y comunidades digitales. Luego he planteado la generalización de la Geopolítica como herramienta comprensiva a manos de todos los agentes diferenciales quienes se ven empoderados para realizar diagramas estratégicos diferenciales (2007 - 2008[5]). Y, finalmente he planteado la diagramática utópica, basada en la idea de plano politópico, el plano del posibilismo n-dimensional corriente, común y corriente, el posibilismo de la voluntad de crear, imaginar y realizar acciones con poder transformador, una Diagramática generalizada como poder distribuido para proyectar, planear y programar diagramas utópicos (2008). 

En todo este desarrollo teórico de generalización, de masificación de herramientas conceptuales y operativas la sonrisa de Duchamp ha mantenido una presencia arcana, su sonrisa se plasma en un horizonte polítópico, móvil, múltiple, coloidal, fractálico, material, ideico, espiritual. La diagramática utópica que planteo como axioma organizativo, productivo, constructivo se identifica con esa sonrisa que permanece, pero, al contrario del Gato de Cheshire, esa sonrisa no desaparece paulatinamente, sino que se afianza y se toma el firmamento, es una sonrisa seductora que cada vez más personas pueden divizar en el horizonte. No sólo para los artistas tocados por la varita mágica del gesto creador. Por todos aquellos capaces de ficcionar, de imaginar, de crear y de creer en nuevos horizontes de Realidad. Todos aquellos que despiertan con serenidad y entusiasmo  frente a un mundo dado para diagramar utópicamente, desde la voluntad, la imaginación y los recursos de conocimiento que hemos acumulado en los milenios que ya dura nuestra estadía en este planeta.

Por todo lo señalado saludo con optimismo la generalización del posibilismo utópico, sin embargo no puedo dejar de hacer notar un aspecto negativo de esta apertura generalizante. Me refiero a la infamia siempre posible como motor de una voluntad de odio. Como lo señalé en “Los guionistas de la realidad..” (2007) se llega hoy a un momento en el cual es posible pensar el lado oscuro de ese posibilismo en manos agenciales comprometidas con la avaricia, la contaminación, el monopolio, la muerte; en fin, de esa voluntad de desolación que avegüenza  a nuestro género. Porque la sonrisa de Duchamp, arcana como sabemos, también puede convertirse en una oscura señal para el vampirismo, como un sello tanático sobre ese horizonte.

EPILOGO

Hoy por hoy el posibilismo como nuevo sentido común, nos permite ver la realidad como esa torsión que describen los guionistas hegemónicos de la realidad.

En este momento y desde febrero de 2007 J. S. G. Boggs se encuentra encarcelado en la penitenciaría de Leon County, en Florida, EEUU, bajo cargos de poseción de estupefacientes. Como no tememos la ficción, como aceptamos el posibilismo cuántico, como nuestros límites son horizontes politópicos, dejaremos ver una interesante conexión entre lo que Boggs puso en evidencia y en juego durante su despliegue económico político, y la actual situación económica, monetaria y financiera planetaria. Atención.

La economía mundial se alimenta de percepciones psicológicas  que determinan su estabilidad bajo el concepto de confianza, y de la crisis bajo el concepto psicológico del pánico. Al pensar en el trabajo de Boggs y de también de Ricardo Benaim y sus cóndores, se hace patente que el valor del dinero posee una sutileza en la percepción subjetiva e intersubjetiva de su valor de cambio. Hoy aquellos que son capaces de ver la sonrisa arcana de Duchamp y comprender el posibilismo ilimitado que señala, poseen en sus mentes al mismo tiempo una capacidad politópica de comprender la crisis económica actual, como un juego perverso en el cual el dólar es el centro de los deseos agregados. El disfraz del dolar, su valor intersubjetivo, al deteriorarse deja ver su naturaleza real: una gran impresora de billetes. Una impresora que fabrica billetes para pagar un déficit de deuda externa que acumula millones de millones de dólares.

Este proceso de imprimir billetes está cerca de su colapso, del momento en que sus acreedores consideraran ridículo: un billete desnudo, una impresora sin respaldo, un valor sin valor de cambio en más. Podemos apostar a que el dinero de Boggs y de Benaim tienen más valor; puesto que su respaldo está dado por el gesto artístico, por un áura de autenticidad. El cheque al dentista de Duchamp (Cheque Tzanck) nos otorga un sentido de continuidad, dón de la creación de valor que está atada a la creación misma, como acto de honestidad – arcana –, y el valor de cambio está dado por el guiño infinitamente seductor que otorga la honestidad del gesto.

Desatado de su equivalencia con el oro, el dólar ha compuesto una sinfonía mundial de la ficción económica y hoy frente al billonario déficit cubierto con una impresora, la ficción pierde si sentido de realidad, la sinfonía decae en cacofonías incordantes, difumina su disfraz y anuncia el nuevo nombre: Impresora, sin aura.

La manipulación perversa del poder de la diagramática utópica apunta en este caso a una manipulación de los guionistas de la realidad, donde percepción y realidad se funden en un proceso de preparación psicológica capaz de liberar espantos y tristezas a favor de la voluntad tanática de la avaricia y el odio a la libertad.

Hace un par de semanas me he enterado de la existencia, aun como rumor, de una nueva moneda que los EEUU, Canadá y Méjico estarían acuñando, que implicaría la desaparición del dólar. Se trata del 'amero', de ser efectivo no podemos sino reafirmar la claridad a la que hoy hemos llegado: el valor del dinero es una ficción que depende de la energía humana, de un estado psicológico sutil, frágil. [6]

La misma capacidad generalizada en la humanidad para comprender la diagramática utópica y el posibilismo n-dimensional, esa masa crítica es hoy un actor central de una Filosofía Política nueva, cuya mirada penetrante desnuda las frágiles “ficciones – realidades” y sobre la base de esa claridad, está dispuesta  a crear la realidad sobre una voluntad utópica, para diagramar posibilismos mas honestos, libres y fraternales.

Hoy el Arte, se hace economía, política, alimento del alma, constitución, fundación, filiación. Seguiremos siendo igual de jocosos pero el vampiro, con su disfraz traslucido, ya comienza a verse en el espejo, se reconoce y será reconocido como un simple enano ajedrecista.


[1] Cerda Seguel, Diego. Un Vector en tres pasos. Filosofía Política, Política Estratégica e Inteligencia. Revista ITS. Santiago de Chile. 2003. http://www.aainteligencia.cl/its.pdf.

[2] Cerda Seguel, Diego. La Inteligencia y los guionistas de la realidad: El devenir artificioso del mundo. Revista Web Escaner Cultural N° 102: http://revista.escaner.cl/node/660

[3] Cerda Seguel, Diego. Dinámicas estratégicas de los actores internacionales. Ponencia en REDES 2003. Stgo. de Chile.

http://www.ndu.edu/chds/redes2003/Academic-Papers/5.Strategic-Studies/4.Information-Strategic-Political-Planning/2.%20Cerda-final.doc. Cerda Seguel, Diego. La Inteligencia... op cit.

[4] Cerda Seguel, Diego. El mundo segun Google: Google Earth y la creacion del dispositivo Geosemántico: http://www.escaner.cl/escaner86/ensayo.html. Tierra Sentido y Territorio: La ecuación Geosemántica: http://revista.escaner.cl/node/693

[5] Cerda Seguel, Diego. Cerda Seguel, Diego, “Apreciación Geopolítica de la Región Sudamericana”. Investigación ANEPE 2006-2007. En: Biblioteca ANEPE.

[6] “Nueva moneda remplazará el dólar dice locutor radial norteamericano”, por Alfredo Jalife-Rahme: http://www.voltairenet.org/article158388.html

Imágenes: 

 http://www.ricardobenaim.com/libro_ricardo_benaim.pdf

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