Crónica
EL SEÑOR BOLAÑO HA MUERTO, VIVA EL SEÑOR BELANO
(Introducción a una estrella cada vez menos distante)
Silvia Banfield©2007
(El Editor pasa con su mirada de Woody Allen, sin hablar, lleva N.Y. en la atmósfera de sus ojos, brotan de su miopía sus más imaginarios escenarios y edificios, y siento como sus ojos vivaces recorren de tan lejos el Central Park. ¿Es la hora de su perfomance? ¿El minuto de la literatura y del cine? Masca las palabras y nada dice. ¿De ese chicle que amortigua en su pensamiento, adivinamos la agenda, lo que viene? Hay tanta libertad a veces, que la estatua habla. Su voz profunda bajo el Hudson pareciera gemir en ocasiones. Siento su llanto francés. Pax Americana, my dear estatua. La Dama sonríe, aunque tiene ganas de llorar. Sé pregunta, sé que se pregunta, qué será del viejo Walt. Con su pecho abierto cantando por el puente de Brooklyn, dejó otra historia el poeta).

En nuestro país, en el siglo XII para ser más especifico, un fraile franciscano llamado Juan Antonio Navarrete escribió una obra, compuesta por 17 volúmenes en folio. Escrita a mano y con una letra compacta de hermoso acabado caligráfico. Obra que jamás mordió la maquinaria de imprenta alguna y cuyo destino final, según voluntad de su autor, era el fuego inexorable. Debido a que extraño azar el fraile Navarrete no cumplió su cometido se desconoce. Quizá no tuvo la entereza necesaria para echar al fuego tantas páginas escritas. También pudo ser que la muerte lo sorprendiera en alguna hora incomoda y repentina.

Fue en el puerto de Palos cuando me tope con el Moro Riquelme
(Rokokiki Buchi Sagredo) alias Kano Chupacabra.
El andaba buscando una tripulación avezada y piramidal.
Para emprender un viaje a los confines de la galaxia.
Mas bien a los confines de chimbarongo
pero queda mas allá de la galaxia del Pato Lucas.