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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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SURREAL
 
 
 
 
 
EL ANIMISMO, LO DE ARRIBA ANIMANDO LO DE ABAJO
 
 
Enrique de Santiago
artedeenrique@yahoo.es
 
 
En el animismo todo está impregnado de un alma o existencia vital, la cual obra como un gran alma que se interrelaciona entre los seres vivos y los muertos, teniendo estos últimos también una vida animada, pero en otro plano dimensional. Supuestamente existe un puente entre estos dos estados los cuales son conducidos por diferentes deidades o entidades sutiles. El animismo es uno de los cultos más antiguos de la humanidad, teniendo su origen en los albores de la existencia humana. No hay religión conocida, que no haya sido influida por esta concepción cósmica, encontrándose su presencia en el antiguo Egipto, Sumer, Liguria y tantos otros lugares donde se dan las primeras trazas de civilización, tal como la conocemos desde el punto de vista de la historia documentada. Así y todo el animismo ha sabido sobrevivir y convivir con las nuevas manifestaciones religiosas, dadas por imposiciones a través de guerras, invasiones o influencias culturales por los actuales medios de comunicación.
Hoy en día subsisten en muchos pueblos originarios y especialmente en nuestro continente, se dan por la cultura chamánica, sumado a una vuelta a los antiguos rituales producto de un interés creciente por conocer las culturas originales, una surte de reencantamiento hacia  el arcano mundo holístico.
 
En este sentido el Surrealismo, se ha aproximado de manera profunda hacia este tema, y la raíz de estos acontecimientos de interés tiene su explicación, en que este movimiento se interesa en todos aquellos conocimientos que dan respuesta a las necesidades profundas del ser humano, sobre todo las que contienen las ansias de la búsqueda que es inherente al hombre. Sumado a esto, podemos definir al surrealismo como heredero de las profundas tradiciones mágicas y metafísicas de cada localidad desde donde se manifiesta, así pues en Chile una de sus raíces nutrientes viene de la milenaria cultura del animismo, el chamanismo y otras tradiciones mágicas como lo es la particular mitología de la zona de la isla grande de Chiloé, así como de las regiones aimarás del norte, de larga tradición animista y del centro con las culturas mapuches, pehuenches, picunches, etc.
Chile particularmente, tiene un rol importante en este movimiento, gracias a esto, pues cada cultor del surrealismo en nuestra nación de lo surreal, no lo ha hecho por adopción, sino que por una manifestación natural que se contienen en su adn, que es su ligazón con lo vernáculo, lo que hace que el surrealista solo ejerza con propiedad lo que simplemente debe conectar en su yo profundo.  Según palabras del mismo Bretón, él ubica a Chile como una nación surrealista por excelencia. También me lo expresó en una ocasión el artista Jean Benoit en Paris: “Los chilenos son los seres más surrealistas que he conocido, están todos conectados a un increíble constante mágica”
Hoy en día lo son el “Grupo Derrame”, “El ilustre Colegio Pathafísico de Chile”, El Movimiento Lúdico”, “El Grupo Ahorcarte”. Aquellos herederos de Huidobro, Anguita, Cid, Arenas y tantos otros. 
 
En nuestro país se pretende acercar las propuestas visuales del surrealismo al público chileno y renovar la mirada de los espectadores a través de imágenes que profundizan en la poesía, la imaginación, los sueños, lo chamánico, lo alquímico, etc. Estos valores casi perdidos o extintos en la sociedad actual deben retornar de alguna forma a la conciencia y al  espíritu humano; por lo tanto, ésta visión va más allá de un goce plástico y estético, dando prioridad al saber y demostrando que esta existencia puede tener posibilidades más sensibles para el desarrollo intelectual y espiritual del hombre. Así se ha desarrollado desde hace algunos años en Chile un trabajo silencioso pero productivo, consistente en la exploración y difusión del animismo, presentando nuevas maneras de abordarlo, traduciéndose en una propuesta que trae nuevos aires y renovación, las cuales contrario a lo que se podría pensar, se tornan en opciones muy vigentes y pertinentes por la forma en que ha derivado nuestra sociedad humana, apartada de la sabiduría espiritual de nuestros ancestros.
 
 
 
 
                             
 
 
 
Animismo en el arte
 
No podemos desconocer en la manifestaciones artística precolombina, una fuerte carga espiritual, influencia del animismo, y a pesar de una fuerte influencia europea en los períodos coloniales y posteriormente su casi ausente manifestación con la llegada de las influencias clásicas y el modernismo, se revitaliza (aunque de manera tímida) con la aparición de las denominadas vanguardias, desde la década del 20, principalmente en la poesía, hasta hacerse presente en la pintura y la escultura. Hoy en día en nuestra región, se da un innumerable ejercicio de expresiones que tienen una carga atávica que de alguna forma se relaciona con las culturas originarias, no es casualidad que el arte del telar se use en lo que conocemos como arte contemporáneo, el uso de lo pétreo en diversas instalaciones, la madera, el mimbre o coirón, la morfología autóctona, el uso de lenguajes asociados a lo chamánico o espiritual de simbología étnica-autóctona.  Ya que las obras, dentro del arte no poseen una mirada definitiva, pues cada observación a la cuales son sometidas poseen un fragmento, o momento del tiempo de percepción, establecidas como únicas y este valor a veces es pendular, no representa solamente un estado de pertenecía a la sociedad desde lo tecnológico-científico, sino que está determinado por una necesidad expresada desde el espíritu. Estas obras pese a contener ciertos valores sígnicos arcaicos se actualizan  a través de los años por la necesidad de su tiempo presente, que reconoce elementos arquetípicos que le son útiles para resolver la problemática de su nuevo entorno, el ser humano a través de los siglos, van adquiriendo un nuevo valor en la mirada, en termino estéticos, pero su vínculo con aquello que “le hace bien” estará siempre presente como necesidad vital, ya que de alguna manera puede mutar en su aspecto formal e influir en el espacio que hay entre ellas y el espectador, lo que conocemos como la nueva mirada, pero para ser más precisos es este espectador el que se transforma, y por ende es el que hace que la obra despliegue una nueva sumatoria de códigos semánticos, una nueva conjugación de información, que se actualiza, se renueva según lo determinado por la influencia social, por eso me refiero a que lo que cambia en realidad es la oferta formal, pero el receptor de alguna manera en su momento requerirá de re-conectarse con sus antiguos símbolos y códigos originarios, en resumen, con su memoria celular.
 
 
 
 
 
                                  
 
 
 
Así, es el espacio que hay entre la obra y el espectador, la que exige una re-codificación con el tiempo,  no la obra como tal, pues  es ahí, en ese espacio de transito visual donde se trastocan los códigos impresos en esta, pues al fin y al cabo, la obra expresará los signos faltantes, no es por esencia necesaria al espectador, es contingente a su tiempo, pero eso no la hace del todo completa. 
 
Ejemplos de estos en el Arte hay muchos, y necesitaríamos un espacio muy extenso para referirnos a estos fenómenos. Lo que es claro y a lo cual apunto, es que pese a la oposición con la  que se encuentra la actividad surrealista en el mundo (y por lo mismo también  la actividad de inmersión en los mundos metafísicos) ésta, a pesar de todo  goza de buena salud y su actividad crece alrededor del mundo, aún más, con certeza esta provocará en un corto plazo, un nuevo acercamiento hacia esta forma de pensamiento debido al desgaste notorio, en el que están concurriendo otras formas de expresión en el mundo de las artes en general. Ahora ¿cómo se presentará esta nueva dinámica en torno a lo surreal? Es lo que estamos percibiendo como primeros asomos ahora, y lo que me queda absolutamente claro que no será a partir de la imaginería que conocíamos en las nutridas producciones de décadas anteriores, sino que como una expresión que recoja los eventos interpretados de manera formal, y los cuales representen la contemporaneidad vigente. 
Hoy existen y coexisten nuevas maneras de reflejar un estado de cosas o una idea o la suma de ideas. Están por un lado una serie de soportes nuevos, existe abundante material científico que ha volcado muchas teorías que se exponían como paradigmas infalibles, hay también un nuevo modelo político social, el cual se nutre y cohabita con una poderosa red de comunicaciones, en fin hay toda una nueva y compleja ambientación y nicho habitable, con el cual los surrealistas primeros nunca se imaginaron que existiría.
 
Hoy me referiré a lo que acontece con una buena cantidad de nuestros artistas en torno, a lo que sucede con los planos metafísicos, y más aún a lo que está ocurriendo con nuestros planos físicos inmediatos, y especialmente al entorno social. Es claro que estos artistas buscan y recaban su información, en las antiguas y arcanas tradiciones de nuestro continente y especialmente de lo que sucede en Chile, y lo mismo puedo decir de los artistas argentinos, como el celebrado “Grupo Etcétera” de Buenos Aires. Aquí como allá se está presentando un fenómeno muy especial e interesante, donde hay una respuesta muy sensible al acontecer social, pero además esta  co-existe con una propuesta instantánea, que generalmente proviene de una búsqueda profunda de nuestras sabidurías ancestrales como habitantes en las latitudes australes Latinoamericanas, y más aún una búsqueda de información, dentro de los estamentos permanentes metafísicos de nuestra geografía, y es aquí donde me quiero referir por ejemplo al trabajo del curador y artista chileno Manuel Concha. Él posee desde hace un tiempo un trabajo que ha ido evolucionando con mayor fuerza cada vez, dentro de la investigación de los elementos que de alguna forma se perpetúan en la popularidad de nuestras tradiciones, ya sean urbanas o rurales. Él  por cierto ha trabajado en culturas extintas, como los Selk’nam, y  además ha propuesto en estos trabajos el traslado de un sentir milenario extinto, de manera dialéctica e inserto dentro de la nueva o apócrifa cultura imperante, recurro al termino apócrifo, tomándolo de su cuna etimológica que significa  no recomendada, ya que en la mayoría de los artistas, que traen estas nuevas y contundentes propuestas, el fin último es desarticular el estado imperante de las cosas, y recomponer la sabiduría y orden ancestral, mas inherente al ser y sentir de lo vernáculo.
Manuel Concha hace unos años nos presentó en Valparaíso su trabajo denominado Cenotafios (Lat. Cenotaphium. Monumento que no contiene el cadáver a quien se recuerda). El cual aludía a la actividad procedente de la cultura popular, conocida como las animitas, las cuales todos nosotros conocemos y que en más de una oportunidad en nuestros tránsitos, ya sea citadinos o rurales, nos hemos encontrados con estas pequeñas estructuras semejantes a una pequeña capilla, generalmente acompañada de velas. Estas según la cultura popular se erigen en memoria de aquel que ha muerto en forma trágica o violenta, y cuyo espíritu doble queda transitoriamente animando el lugar o algún objeto, u otro elemento orgánico cercano, este culto bastamente extendido en nuestro país tiene sus orígenes en las civilizaciones originarias, y ha permanecido intacto con los siglos, sin que este pierda vigencia. Muchos de nosotros por cierto las han visto a las orillas de las carreteras, al costado de las líneas ferroviarias, o en sitios eriazos donde probablemente ha ocurrido un homicidio o una muerte de carácter violento. Dentro de las más conocidas está la de Romualdito en calle Borja al costado de la Estación Central, sus velas perennes dan cuenta además del fervor popular que existe por estas manifestaciones, ya que entre otras cosas se produce en sus cultores, un trasvasije de creencias que contemplan la mezcla de lo religioso con lo pagano. Pues bien los orígenes de las religiones que hoy conocemos como más desarrolladas, tuvieron su partida en lo que se denomina como paganismo primitivo.
 
 
 
 
                
 
 
 
El animismo se remonta al principio y origen de la humanidad, cuando el ser humano, el hombre primitivo, siente inquietud por la muerte, a la cual no logra darle una explicación lógica ni razonable, es ahí cuando se suceden las primeras preguntas trascendentales, y comienza en parte la evolución de las creencias y por cierto posteriormente de las religiones. El hombre entonces empieza a buscar respuestas a partir de los grandes fenómenos naturales, lo que sucede y se manifiesta en su entorno. Para él estas son acciones movidas por grandes espíritus que las animan, entonces empiezan a ver esta animidad también en todas las cosas u objetos, por lo cual deducen que el espíritu humano es parte de ese ánimo cósmico.
Quien primero define el animismo como concepto es el antropólogo inglés Edward Taylor, en 1866, el cual según sus estudios logra interpretarlo como un término para esta práctica, ya que esta era una creencia en seres espirituales que animaban el universo, personas u objetos. Y es a partir de ahí que la humanidad evolucionó hacia el politeísmo, como el Babilónico el Grecolatino, Egipcio etc. Ya que cada Dios o divinidad era el controlador de los fenómenos circundantes a la observación humana.
 
Esta práctica politeísta va sufriendo encuentros con las nuevas ideas religiosas, para culminar posteriormente en las grandes religiones monoteístas que predominan en muchas partes del mundo. Pero también es cierto que en vastas zonas del planeta estas co-existen con sus respectivas creencias de antigua data, más conocidas como practicas paganas. Esto sucede en África, en Asia, y por supuesto en nuestra América Latina, y como lo exponíamos antes en Chile, con un fuerte arraigo en las capas medias y sobre todo bajas y rurales, por lo que deducimos que estas están insertas aún en gran parte de la población. Esto sucede por la gran carga indígena que posee nuestra raza, que a pesar del mestizaje, esta ha prevalecido frente a las creencias monoteístas foráneas enquistándose en ellas y conformando las culturas propias actuales. Es como si el animismo hiciera eco desde las zonas telúricas, hasta nuestro ser en toda su magnitud.
 
El animismo es quizás el culto religiosa más antiguo de la humanidad, su práctica ancestral se remonta hasta los orígenes del hombre primitivo, se conoce por estudios antropológicos, y restos arqueológicos, muestran que este culto se remonta a las primeras manifestaciones humanas en África, surge así entonces y de manera obvia como una forma de interpretación de los fenómenos naturales que rodean a estas primeras agrupaciones humanas, y el hombre en su afán de entender dichos comportamientos naturales, da a cada cosa y cada experiencia frente a la naturaleza, un significado mágico, otorgándole a cada uno una animosidad, un anima individual para cada estamento presente en su entorno, sea este animal o no, ya que el hombre descubre que estas fuerzas están presentes en los árboles y los vegetales en general, pues tienen un periodo de movimiento asociado al crecimiento, durante estas observaciones, se dan cuenta además de que las piedras las rocas , los cerros, las cadenas montañosas, también sufren cambios , que a la vista no son perceptibles, sí suceden con los años, más aún si imaginamos que estos primeros habitantes debieron haber sufrido en su momento, las inclemencias de las fuerzas telúricas desatadas, tales como erupciones volcánicas y sismos de diversa magnitud, que modificaron obviamente el paisaje, conocían además la fuerza que ejercía nuestro satélite natural, La Luna, sobre las mareas, la germinación de las plantas y los ciclos en general de la fertilidad y de la reproducción, todo estas observaciones asociadas , dan en el encuentro de una fuerza poderosa asociada como pequeños estamentos, distribuidos en cada vida y en cada cosa.
 
Este planteamiento de que cada entidad poseía una anima, que valga la redundancia la animaba, se combinaba con la creencia de que había además un gran organizador de esta animosidad compleja, y que esta gran entidad era quien disponía en perfecta armonía, la suma de estas miles de millones de animas divididas, en resumen cada una de las fuerzas individuales, comprometía su orden a una fuerza continúa, que las agrupaba y contenía como una sola unidad, existía pues una aproximación primigenia, a la idea de un ser monoteísta, o una divinidad controladora, a pesar de que en el animismo cada una de ellas tenía a la vez, una identidad propia. Pero no será esta noción primitiva, un acercamiento desde el punto de vista, de la intuición, de lo que comentábamos previamente, como el universo, como un gran holograma, una suerte de realidad continua, solamente fragmentada, por la voluntad del ser humano, y me explico, imagínense una gran extensión de información con miles de millones de bits de información, un plano infinito de memoria desplegada en el universo, como podríamos acceder de manera viable a esta sin perturbar cada segmento de información ilimitada, me explico, es como hojear un libro, a  alta velocidad, sin poder distinguir cada palabra o cada letra de dicho libro, es pues que recurrimos al sistema aprendido, de hojear cada página, y seguir un ritmo de lectura, del cual podamos desprender en forma ordenada, racional y entendible la información ahí desplegada, lo mismo sucede con la información que se encuentra a partir de nosotros y hacia a fuera, la que nos contiene y se extiende hacia a dentro, la que subyace en planos indeterminados de otras formas dimensionales, a las cuales ni nuestra imaginación aún accede, y por último la que se despliega a partir de ciertas nociones que nos indica la física. Por ejemplo en este último punto podemos deducir, que un colapso de una mega estrella, provoca una liberación de energía tan poderosa, que si nuestra estrella posee una masa gravitacional descomunal, impedirá que esta surja hacia el espacio, dando comienzo a una sucesión de colapsos gravitacionales  a una escala inimaginable, provocando una implosión, la que determinará un punto gravitacional tan potente que será capaz de tragar cuerpos celestes completos, como otras estrellas, así como su fuerza de gravedad absorberá cualquier rayo de luz que se le aproxime, dando comienzo a lo que se conoce como hoyo negro. Bueno pero ¿qué pasa con esta materia que es absorbida?, podemos decir que existe tal poder de concentración en su interior que los átomos se comprimen unos con otros pudiendo transformar nuestro Sol, en una simple cabeza de alfiler, bueno eso según los estudios realizados hasta hoy, pero de los hoyos negros más antiguos del universo, ¿Qué capacidad tienen de contener cada vez mas materia?. Cuesta pensar en una súper aspiradora que no llegue el momento en que también colapse, pero y ¿Por qué no? Pensar que cada súper nova que colapsa, y que inclusive es capaz de curvar el tiempo a su alrededor, al igual que la luz, no sea un punto de entrada y por lo mismo de salida a otro plano dimensional, y si nos detenemos a pensar, que nuestro propio universo no fue absorbido por un mega evento estelar, hace ya miles de millones de años, para dar salida a otra gran explosión energética, conocida como Big Bang. Y el universo no es el primer universo, sino una sucesión intermedia de universos, que como explicaba el científico Humberto Maturana, sea una imitación de intercambios de energía a nivel molecular, que es sucesiva y periódica en el tiempo, en un flujo interminable de materia y energía a la cual denominó autopoiesis. Es quizás este macro y microcosmos una gran secuencia de animas intercaladas con un propósito único, pues sí yo determinó hipotéticamente que un solo electrón de un átomo cualquiera desapareciera, el orden cósmico, el universo completo se vendría abajo, si es que podemos determinar si existe un abajo. ¿No cobra vigor la alegoría de la caverna de Platón?, y lo que vemos y observamos son solo sombras que muestran una verdad indefinida y errónea, la realidad se torna irrealidad, porque la irrealidad es madre de lo desconocido, el concepto de irrealidad que surgía en los antiguos incluía las tormentas de hidrogeno en Júpiter, las partículas gemelas, las moléculas de nuestro cuerpo, y de lo que nos rodea. Por cierto y muchas cosas más, pero como ciertos matemáticos griegos identificaron como existente la presencia de pequeñas partículas denominadas átomos, cálculos o la resultante de la contemplación, o el desenfado para con lo invisible, y una  suerte de una aproximación a la irrealidad. Pienso que es posible que se hayan conjugado ambas cosas, la matemática nos construye, así como la geometría, ambas se contienen en nuestros depósitos de información elementales, llamados ADN, esta información está también presente en todo el universo.
 
Entonces ¿Quién le asocia esa particularidad a este bits de información, que se hace repetible en todo el cosmos, pero que asume un desarrollo de cada particularidad específica para cada elemento o cuerpo, y quizás dicho mas atrevidamente, cada fracción integrada del todo, algo sucede que cada fracción del entero infinito, adopta un comportamiento en particular que determina su naturaleza, o la participación que esta posea en la suma de actividades del un todo más extenso, llámense colonias de coral, unidades pluricelulares, cometas, asteroides  pero con una escala mayor en magnitud Para conocer un poco más acerca de este fenómeno de origen ancestral (precolombino), se recomienda leer a Oreste Plath y su libro “ L’animita, hagiografía folclórica” de editorial Grijalbo.
 
 
 
           
 
 
 
El artista visual Manuel Concha me hacía mención que en su trabajo él había determinado que la animitas, solo se encontraban en las zonas de marginalidad del gran Santiago, y es cierto en el centro cívico, uno no encuentra estos Cenotafios, sobre todo cuando es sabido que en muchas oportunidades la muerte violenta, sucede también en esta zona, pero algo sucede en este lugar del mapa de la capital, que es imposible erigir estas estructuras en este perímetro. Pero a solo cuadras de este uno ya empieza a encontrarse con esto pequeños monumentos,  como en las cercanías del Río Mapocho, o el sector de Alameda hacia el Sur, y también hacia Estación Central como decía anteriormente. Bueno esto responde según Manuel, claramente a que esta  es una exclusiva practica de los sectores más populares, donde al parecer el contacto con la precariedad de sus vidas los vuelca, hacia la misma pregunta que se hacían aquellos primeros seres enfrentados a la incógnita de la muerte, y la posible trascendencia del alma. Entonces él me dice que en su trabajo está plenamente el acento en aquel elemento de marginalidad que contienen estas manifestaciones, que poseen además una cultura propia, una manifestación que les pertenece y los o lo identifica, y por otro lado esta lo esencial del ritual, la trascendencia del espíritu, la forma como se ha vaciado de manera intacta la tradición , y sobre todo de manera oral sin interrupciones, por otro lado esta adopción que hace el “Poder”, sobre las culturas y manifestaciones foráneas, que se desprende por la forma en que se normó su educación, ya sea en colegios preferentemente religiosos extranjeros, o de sonoro progresismo laico. Y es por esto que él ve en estas prácticas una manera disonante de cultura, que se remite a lo puramente propio y trascendente, y que no corresponde a quienes de alguna manera tejen los hilos conducentes de nuestra sociedad, quienes por otro lado van en pos de un desarrollo cultural, que a su manera obedece de mejor forma  a los intereses del ser humano, o de la ciudadanía para usar el término preciso de aquel discurso. Ya que este nuevo modelo cultural importado o impuesto va más  acorde con los nuevos tiempos, y me refiero con esto con una actitud xenofílica practicada en Chile mucho antes del siglo XVIII. Es entonces la manifestación artística, en este caso un hermano de camino de esta otra expresión popular, y que son vecinos allegados en el terreno de la marginalidad. Y surge la pregunta y la respuesta ¿qué es en cierta manera el arte de vanguardia hoy?
 
 
Bueno es este un actor importante, víctima de políticas excluyentes y miopes, es por lo tanto la voz que hay que esconder y marginar, y como en muchos casos, el acto impuro para los poderosos al cual se merece obviar.
Bueno para el artista hoy, que se sumerge en los mares amplios de la fenomenología humana, busca y encuentra, pues  descubre algo que le suena familiar desde hace mucho, aquello que recibía por boca de sus abuelos o por oídas en el barrio. Y se confronta con los elementos que lo mueven, lo sacuden en lo más interno. Son pues las Animitas, parte del paisaje desde hace mucho, y ellas responden a la herencia cultural de los antiguos, aquellos que veían el espíritu del o de los inefables, construyendo, transformando, dando una organización propia y definida al cosmos, o quizás dicho de otra manera las partes divisibles del todo contenidas en el Holograma. Como decía anteriormente, el Universo puede ser una proyección ilusoria, y nuestros cuerpos físicos parte de esa ilusión y por otra parte lo real, lo verdadero, y lo tangible habita y existe en lo surreal, sea este el ánimo que se esconde en el secreto arcano, aquella pequeña llave que llevamos dentro, que se conecta en cada momento con el cosmos animado por uno y por todos.
Pero con cierta amargura vemos como cada uno de los seres humanos son desviados por los nuevos artificios, las bisuterías que aturden. Queda también aludir como manifestación originaria y propia, a la cultura de los chamanes y por supuesto a las manifestaciones totémicas. En nuestro quehacer artístico, estos mundos quedan reflejados in extenso, por el artista Miguel Ángel Huerta, así como el trabajo de José Duarte, quienes llevan largos años desarrollando su obra en torno a la cultura que manifestaran los antiguos habitantes de esta zona denominada la Finis Terrae Tema del cual hablaremos en el siguiente número, al igual que de la presencia de la  Aritmética, y la Geometría en la cosmogonía de los pueblos originarios.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Escáner Cultural nº: 
166
pistas sobre las animitas.... recuerdo un bello y misterioso trabajo de jose donoso que me puso en la pista de ver con mas cuidado este rencuentro entre lo sagrado y la memoria de lo popular....

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