¡GGM al rescate de los artistas invisibles!... EL ARTE-CORREO O LA UTOPÍA DE LA CREACIÓN PERMANENTE
¡GGM al rescate de los artistas invisibles!...
EL ARTE-CORREO O LA UTOPÍA DE LA CREACIÓN PERMANENTE
(Parte 1)
Ken Fiedman (Fluxus): “(…) algunas veces pareciera que ser invisible para el mundo del arte fuera un problema, una derrota… hay una bendición en esta derrota, somos libres de hacer lo que nos place. Es la misma dirección del cambio de paradigma la que nos mueve a la invisibilidad a todos los que vemos al mundo desde el contexto de otra cosmovisión.”
César Horacio Espinosa V.
Como es de suponer, por la vía postal nos llegó el libro recién publicado, Artecorreo. Artistas invisibles en la red postal 1975-1995 (Luna Verde ediciones, 2010, Buenos Aires), de Graciela Gutiérrez Marx, GGMarx, la artista-activista-inventora de propuestas y siempre cordial, amable y generosa. Nos entrega aquí una investigación tan acuciosa como exigente sobre el movimiento que se ha conocido como Eternal Network, el arte-correo, pero lo hace con su habitual manera de expresarse despojada de tecnicismos y jergas de especialista.
¿Al rescate de los artistas invisibles? ¡No!, una de las tesis principales del libro es reivindicar, defender y declarar decisiva la invisibilidad de los artistas en contraposición con las oriflamas y fanfarrias de “La” historia del Arte.
Graciela Gutiérrez Marx
La edición, ilustrada con imágenes originadas en el circuito artecorreísta y un buen número de ellas a todo color (y también nos enteramos que la edición corrió por su cuenta), nos da un muy amplio panorama sobre las fuentes del arte-correo, en las vanguardias históricas, para luego detenerse mayormente en el movimiento Fluxus de los años 60, antecedido por las experiencias y prácticas fundadoras en el Black Mountain College con personajes como Cage, Rauschenberg, Higgins y otros integrantes de Fluxus, así como Ray Johnson y la fundación, en Chicago, de la Escuela de Correspondencia de Nueva York (1962), y después las reglas de lo que sería el movimiento del artecorreo.
Dedica unas suculentas páginas a referirse al multidimensional Robert Fillou y los terrenos utópicos del Eternal Network. Nos plantea que el propio Fillou tradujo al español este concepto como Fiesta de Creación Permanente y nos habla sobre su “principio de Economía Poética”, como la idea de creación permanente y su “Principio de Equivalencia” con la ecuación fundamental: BIEN HECHO=MAL HECHO=NO HECHO (1968).
Graciela Gutiérrez Marx
Este libro seminal exige ser revisado y leído con una atención muy afilada. Como muy pocos libros en Latinoamérica, de aquellos publicados en torno a las prácticas ajenas al mercado y a la institución, GGMarx se sumerge en las entrañas del fenómeno que aborda, el Artecorreo, para indagar no sólo sus orígenes y antecedentes, sino que hace un recorrido amplio y productivo en categorizaciones orientadas a dilucidar el o los significados del concepto –que denomina “la tendencia”– y sus fundamentos evanescentes poético-epistemológicos.
¿Resulta aventurado sostener que este arte sin “primera persona” –siempre tú y nosotros-, si este eternal network, esta “red de creación permanente”, cambió en verdad las opciones del hacer artístico mediante la introducción de la igualdad de roles entre el artista y el espectador o destinatario, incluyendo al público?
Graciela Gutiérrez Marx
Aunque Graciela impugna la inmediatez, la instantaneidad del intercambio/interacción electrónicos, de hecho el network del mailart anticipó a las redes descentralizadas de nuestra segunda década del siglo XXI y sus capacidades de promover movilizaciones fulminantes contra las satrapías y darle voz a aquellos acallados por la comunicación monocéntrica de los media y sus acólitos en el poder político –parlamentos y presidentes domesticados por “La Voz del Amo”.
Voy a poner aquí sus palabras, primero a partir de un artículo suyo sobre el propio libro, y luego otras extractadas del primer capítulo del libro, en busca de un inicial acercamiento a la obra que continuaré en una segunda colaboración para pasar revista de los muy nutritivos temas que expone, y en especial al dedicado a “La hermanita bastarda de América Latina”.
Este libro polifónico, dialogístico, que recoge como citas muchas de aquellas conversaciones a larga distancia por vía de cartas y textos gráficos, fancines y envases o tarjetas postales, se centra (si esto cabe en una construcción rizomática) en torno a la pregunta de que si es posible que el mailart haya puesto en acto modificaciones radicales hacia el fenómeno artístico.
¿De qué manera? A partir de prácticas de vida activadas por el reconocimiento de la riqueza de la diferencia, materializadas a través del diálogo en red (network) con personas desconocidas –lejanas en el espacio– compartiendo un principio de legitimación horizontal de la práctica artística, que apela a la valoración del diferente, signo crítico de la contemporaneidad: lo extranjero.
En los hechos, argumenta GGMarx, la expansión del artecorreo a partir de mediados de los setenta marca la época cuando en el mailart se profundiza la disolución de los límites entre artista, obra y público. Propone que es el artecorreo el que finalmente materializa el proceso por el cual el receptor se vuelve autor y el autor receptor, otorgando un plus de sentido a este intercambio de roles, por el intercambio horizontal abierto entre artistas y no artistas: estrategia propia y única del artecorreo en el periodo que nos ocupa (1975-1995). Y que antecedió décadas atrás a las capacidades de intercreación, de ser autor y no sólo receptor y hasta vulnerar el sacrosanto copyright, en el actual Web 2.0
¿Qué es el artecorreo?
GGMarx responde: Una tendencia caracterizada por la comunicación a distancia, que entre otras contra-reglas promueve la descentralización del arte.
Al hablar de descentralización nos estamos refiriendo al mercadeo del arte, que durante el siglo XX –en especial tras la segunda posguerra– llegó a cobrar un peso muy significativo. La influencia del negocio se convierte en un condicionamiento casi imprescindible para la vida artística.En este marco, la tendencia denominada Mail Art, Arte Postale, Postal Kunst y ARTECORREO, se ha opuesto al mercado y fundamentalmente al consumo de las obras de arte, que provoca –según sus practicantes– el deterioro de la actividad creadora. Si el dinero rige nuestras vidas y la práctica artística sufre el control del mercado mediatizado por grandes empresas, el valor de las obras está directamente vinculado a su precio.
A lo largo del siglo XX, muchos artistas, movimientos y tendencias se ocuparon de buscar alternativas para la circulación y distribución de las obras. El caso del mailart es, en este sentido, un modelo revolucionario, porque oponiéndose no sólo al mercado sino al poder de los centros oficiales –llámense museos, galerías, premios, subvenciones y becas–, ha logrado la descentralización, abriendo un otro mundo posible del arte poco conocido, porque paga con gusto el precio de la invisibilidad masiva. Este colectivo de artistas invisibles no admite categorías ni privilegios.
Las características propias del lenguaje y las estrategias del mail art, están directamente vinculadas al medio postal, pero no por ello cualquier pieza despachada por correo se puede considerar mail-art. Las postales editadas por los propios practicantes, los sobres especiales, las estampillas y matasellos marginales y la ruptura del original, mediante la multiplicación de ejemplares y su distribución por medio del correo, son algunos de los rasgos más fácilmente observables en esta tendencia.
Pero hay mucho más. Quizás todo comenzó cuando Ray Johnson inició sus propuestas de intervención, enviadas con la invitación “add and pass on” (agregar y pasar), abriendo el camino a los proyectos de participación colectiva.
Cada pieza postal genera mil preguntas acerca de su significado, activa en cada quien que toma contacto con ella el asombro y despliega la imaginación, con una sencillez hecha a la medida de su propia precariedad material.
Provoca, de hecho, en cada practicante, la acción mínima de juntar, sin ordenar. Un ramassage de restos y residuos poéticos que apelan al desarrollo de una búsqueda o una recreación.
Así, consignas, lemas y marcas –sin copyright– fueron circulando por medio de la distribución de publicaciones artesanales, boletines de pequeño formato y magazines donde quedaron registradas acciones, perfomances, instalaciones y muestras en lugares y formatos expositivos anti-convencionales. Textos teóricos y declaraciones programáticas, poesía visual, fónica, concreta, de acción, poema proceso, citas, señalamientos, intervenciones urbanas y manifestaciones callejeras, fueron conociéndose y compartiéndose, gracias a estas bocas de salida alternativas.
El ARTECORREO ha puesto en acto el concepto de arte como forma de vida.
Una “forma de vida” materializada en signos y símbolos co-participados, que permite practicar a quienes quieran la libertad de interpretar e iniciar diálogos, amparados en la hospitalidad lingüística (Ricoeur) lo que, de por sí, propende a la licuación de todo tipo de discriminación. De estas estrategias de intercambio horizontal se desprende un tejido de redes críticas de resistencia, que ha nacido de un impulso disruptivo de remoción de valores.
La resistencia a las instituciones ya ha sido mencionada. Pero, además, el mail art ha rechazado los valores estéticos consagrados tanto por los restos arcaicos de la Academia, como por el mismo consumo de propaganda y publicidad.
En muchos casos, los practicantes de la tendencia han utilizado lemas con los que sellaban sus envíos, tales como NATURE IS LIFE, SAVE IT (Joseph Huber), o juegos formales con la palabra PAZ que cambiada la orientación de su última letra puede transformarse en PAN (C. Padín). YOU ARE CONTROLLED (Gruppe Inconnu), LET ME SPEAK (Guillermo Deisler) The envelope is the Museum (Chuck Welch), E.O.N. Real OPEN NETWORK (Vittore Baroni) ¡HASTA LA VICTORIA DE LA POESÍA... SIEMPRE!!! (G.G.Marx) y tantos otros más que se hace imposible enlistar en este corto abstract.
¿Quiénes son los artistas invisibles?
Responden a un paradigma reversible. Se es invisible para un circuito y visible para otro.
De un lado, el arte convencional y por el otro un juego casi anónimo de comunicación a distancia vía postal, que abrió las primeras redes o el primer network de intercambio co-participado.
Ser invisible en los tiempos del terrorismo de estado y en todas las posibles formas de los poderes que se apoderan de la vida de los pueblos, ha sido y es una bendición y un refugio acompañado.
Durante las dictaduras militares que ensangrentaron a nuestra América del Sur, fueron muchos los casos de compañeros detenidos. Gracias a la fuerza del intercambio en red se crearon estrategias para conseguir su aparición y posterior libertad.
Tales fueron los casos de Padín y Caraballo, dos artistascorreo uruguayos que salieron a la luz por a la acción de un sinnúmero de practicantes, que fueron tomando contacto, de uno en uno, pasando la consigna de enviar telegramas de reclamo a las embajadas uruguayas de sus respectivos países.
El caso de Guillermo Deisler fue más duro. Pudo escapar, en los primeros días, de las garras del Dictador Pinochet, pero nunca pudo volver a su amada Chile. El mail-art se ofreció para muchos militantes de la vida, como única boca de salida y como herramienta posible para mantenerse en vida.
Siendo el ARTECORREO un proyecto alternativo global, se contrasta y hasta opone a la globalización masiva.
Alexis Bracho, Venezuela
No podemos hablar de una sola red, porque ninguno de los practicantes podemos saber cómo y cuál es su extensión, ni quiénes son todos los que la componen.
Por esta razón, a pesar de que casi todos los veteranos que practicamos esta “forma de vida” estamos documentando y escribiendo, sabemos de antemano que NADIE PODRÁ ARROGARSE EL DERECHO A ESCRIBIR UNA HISTORIA OFICIAL DEL MAIL-ART.
En todos los casos, hablamos de los circuitos de la red que hemos recorrido aleatoriamente. Tejidos del tiempo, enlazados en una urdimbre espacial, global y a-territorial.
Una manera simple y coloquial de extraer la poesía de la vida misma, que manifiesta la expresión de una personalidad colectiva.
-En el libro aparece una temporalidad y una serie de hitos que se hilvanan en este gran tejido conocido como mailart…
GGMarx: Intento de dar cuenta acerca de este otro posible mundo del arte, que por su naturaleza propia no se ha integrado a “la” historia del arte institucionalizado. Los hechos fundacionales que salen a la superficie son los más visibles… vamos a nombrarlos como acontecimientos de primer orden.
Las primera marcas o señales de lo que luego encarnaría en múltiples nombres fueron los flux-post y el correspondance art del colectivo fluxus. Esta tendencia, considerada por algunos de sus practicantes históricos como movimiento o transvanguardia, ofrece al interesado un campo de experimentación, juego, diálogo e interactividad nunca antes conocido.
Sin embargo, se pone de manifiesto la imposibilidad de reducir sus múltiples orientaciones a una historia general que ha sido obturada desde sus inicios. Guy Bleus propone que cada practicante escriba su biografía y su bi-bibliografía.
Ninguna de estas historias así contadas será la verdadera, ni la más o menos importante, pero con el tiempo cada una podrá ser integrada en un conjunto de mitologías-subjetivas. Si se escribe “La” historia del mailart, ella no será otra cosa que una asumida mentira objetivada. "Porque al hablar del mailarte (…) todo depende de la dirección en que uno mire, el modo en que uno piense. La observación estética, la percepción y el estado de conciencia son, todos ellos, más importantes que la creación de objetos.” (Guy Bleus)
Agrega GGMarx: Compartimos con John Held jr. la ponderación del mailart como secreto. Un secreto que para ser develado hizo indispensable la participación activa en sus redes de intercambio.
Al abrir los archivos, los envíos postales siguen funcionando como contenedores mágicos. Lo cálido dimana de lo fraternal: un aura que atraviesa los procedimientos técnicos, las resoluciones formales y los lenguajes verbales, visuales y sonoros. Cada archivo es un coro polifónico de presencias vivas, cúmulos de huellas matéricas efímeras que todavía laten, mientras se escribe y realimentan el extrañamiento.
Entramos en una bio-bibliografía del arte correo por los huecos, los intersticios de un archivo inordenado. Para nosotros, el lugar común del mailart es la vida, en juego existencial, evocado por aquellos que colaboraron en la creación de ese eutopos (network postal) como espacio hermoso. En tiempos que las utopías (outopos = ningún lugar) fueron intentos de realización de lo imaginado como sueño.
Nos proponemos dar cuenta de la existencia del network postal como uno entre otros posibles mundos del arte que emergieron durante el siglo XX junto al desarrollo de las manifestaciones artísticas reconocidas por “La” historia del Arte.
Ubicados en el centro de un paradigma reversible, los artistascorreo fuimos invisibles para un circuito y visibles para otro. Como imagen sería un parpadeo, una mirada en oscilación. Un juego casi anónimo de comunicación personal e íntima en red (correspondance art) y a la par un foro abierto de solidaridad creadora (mailart), en abierta oposición al mercado internacional del arte.
Chuck Welch o Cracker Jack Kid de Omaha, escribió en 1995: “¿por qué el mailart permanece como enigma para el establishment del arte americano?, ¿… cuando críticos tan importantes como Lucy Lippard y Suzi Gablike claman por un arte internacional, interconectado socialmente?”
Guillermo Deisler
Responde Guy Bleus (1990): “Cuanto más concentrado y centralizado sea el poder, más fuerte será la afirmación de un estado de cosas como verdad (única) específica. ‘La’ historia es, la más de las veces, ‘una’ historia que pretende ser completa, sin ninguna misericordia por lo desconocido…”
Este es el motivo por el cual colocamos al arte correo bajo el signo de la invisibilidad.
El tema central de este ensayo acerca del artecorreo está acotado a un periodo particular encuadrado entre los años 1975 y 1995. Este recorte obedece a algunos acontecimientos de primer orden que elegimos como punto de partida y como final.
El año 1975 se vincula, en Argentina, con la primera muestra organizada por Horacio Zabala y Edgar-A. Vigo en la galería Arte Nuevo de la ciudad de Buenos Aires, que llevó como título premonitorio Última Exposición Internacional de Artecorreo.
El cierre –1995– toma como símbolo y señal de cambio de naturaleza de la tendencia, el suicidio de Ray Johnson y el comienzo (en Argentina) del intercambio vía Internet, facilitado por la importación y venta masiva de computadoras para uso personal…
Pero, fundamentalmente, el recorte marca el momento en que artistas y no artistas se conectaron y procrearon en común unión. Una comunión de la que suele hablar Chuck Welch (U.S.A.) al referirse al espíritu de solidaridad propio del trabajo en red.
Vamos a acercarnos a los movimientos que dieron origen a este particular network postal, dibujando algunas de las cartografías de intercambio, que desde sus primeras filiaciones se han expendido y desplegado, invitando a participar en la captura y transposición de presencias poco visibles o comunidades espóricas.
Clemente Padín
Klaus Groh: Antes del mailart no ha habido otra forma de arte en la cual el círculo de todos los involucrados sea integrado activamente.
Confirmamos que el “arte” correo está asociado con el “arte”, porque moviliza energías creadoras dando pie a la invención de formas de juego y conocimiento de diversa índole artística. Los nudos de indagación en los que nos iremos internando son la descentralización y la democratización de la práctica artística y la concreción de la unión entre arte y vida, anunciada –aunque no completada– por movimientos y artistas carismáticos.Aunque el artecorreo utilizó como boca de salida y soporte al correo postal, al mismo tiempo que, en otros ámbitos, se diseñaba el network de lnternet, sus principios necesitan ser retomados y circular ahora por las venas abiertas de la globalización.
Así lo plantea César Espinosa, quien desde México prende nuevamente la llama de la resistencia frente al “tecnoterrorismo de una sola potencia”.
Para cerrar, presento aquí (César Espinosa) algunas ideas en torno al arte-correo. Considero que este movimiento se orienta a establecer circuitos localizados de comunicación -de trato directo y sin intermediarios en el mensaje– a través de los cuales sea viable recuperar una auténtica relación comunicativa, esto es, el diálogo, la comunicación dialógica: una propuesta y una respuesta.Peculiarmente, en las décadas finiseculares de arranque de la informática y la telemática el arte-correo se desarrolló a partir de uno de los más arcaicos sistemas de distribución de mensajes: el servicio postal.
Podremos anotar, así, los siguientes atributos para el arte-coeo:
I. Se trata de un diálogo a larga distancia, entre personas que probablemente nunca llegarán a conocerse ni a intercambiar palabras de viva voz. Esto rompe los parroquialismos, la estrechez de miras, permite conocer otra circunstancia y otra problemática. Nutre la comprensión y la solidaridad.
II. Correlativamente, se trata de un diálogo político, ideológico, por la propia naturaleza del sistema. En cuanto sistema de comunicación artística se interesa más por los problemas vivenciales y las circunstancias de actualidad que por preocupaciones endogámicamente estéticas.
Si bien llega a estimular desfogues escapistas, siempre significa una práctica libre de los cartabones académicos o del mercado, lo cual favorece las capacidades de autoexpresión como uno de los potenciales más productivos y corrosivos del circuito. Esta característica resultó de especial importancia a contrapelo de los regímenes dictatoriales, como los vividos en el Cono Sur, o en sistemas cerrados como los del “socialismo real” en Europa oriental.
III. Origina un proceso de descentralización artística, cuando desde cada aldea o provincia se pueden emitir mensajes creativos para ser transmitidos y conocidos en una multiplicidad de lugares, en contraposición a los “centros” rectores del arte implantados desde la segunda posguerra, donde una trama de galerías, museos, críticos y marchands controla un cerrado aparato de mercadeo y “prestigio” que se enseñorea sobre el arte universal. Deja de haber “marginados” en la expresión y muestreo artísticos, aunque sí continúan “invisibles”, como nos aclara GGMarx.
G. Gutiérrez Marx, Poema Colectivo Revolución (1982)
A su vez, el medio postal de distribución y circulación condiciona el aspecto formal de las producciones. De hecho, los soportes materiales deben ser en extremo ligeros, susceptibles de recoger planteamientos muy sintéticos y, las más de las veces, de reproducción múltiple o en serie. Tales características se refuerzan en la medida de que los productores sufragan por su cuenta los costos de reproducción y envío de los trabajos.
En consecuencia, sus medios de producción material reivindican las prácticas artesanales combinadas con los modernos ingenios tecnológicos, pero bajo el control de los productores. Esto es, al desempeñarse en términos ajenos al mercado y al subsidio oficial, estas manifestaciones acuden a hechuras económicas y de reproducción múltiple (refiriéndonos a los años 60-90 del pasado siglo): offset de oficina, electrografías, fotografía de revelado instantáneo (antes de la digital), grabadora de audio o video, mimeógrafo, serigrafía y grabado, collage y sellos de goma, etc. Se trata de que muchas personas, e incluso grupos sociales -escolares, comunidades-, puedan hacer trabajos creativos con los recursos a su alcance.
En el actual contexto de la primera y segunda décadas del siglo XXI –de guerra preventiva (o permanente)–, es decisivo el papel a jugar por los sistemas de democratización y concientización en el terreno del arte y la cultura. Debe superarse el panfletismo y la retórica grandielocuente, pero es urgente que la gente conozca los hechos del neovandalismo ultratecnificado (recuérdese el Museo y la Biblioteca de Irak, devastados y saqueados impunemente) por mecanismos distintos a los grandes medios de editar y predigerir las noticias y los acontecimientos según los dictados del Pentágono.
Ése es el papel a seguir por los circuitos que han creado los artistas mismos, como es el caso del arte correo y de muchos de los artificios de la nueva tecnología digital electrónica, generada desde innumerables laboratorios de los propios artistas.
Los preceptos básicos del arte-correo, que aparecieron cuando comenzaba a bosquejarse el diseño de la red descentralizada del Internet y la supercarretera de la información, sin lugar a dudas deben ser retomados y circular ahora por las venas abiertas de la globalización, que finalmente no es monopolio exclusivo de los grandes financieros y estrategas neoliberales, sino un canal abierto para la voz del común de la gente y los artistas como sus voceros.
Abordar este panorama de crisis y emergencia –de bifurcación, vórtice y autopoiesis, en la tesitura de las teorías del caos y la complejidad– hará preciso avanzar a grandes marchas para una redefinición a fondo de las concepciones sobre el arte y la creatividad libres. No es hora de proseguir las viejas discusiones sobre el vetusto mundo del arte: “galeros”, marchands o dealers, subastas y especulaciones, pertenecientes a una visión exclusivista que está quedando como una reliquia arqueológica para coleccionistas.
Paulo Bruscky
Habrá que diseñar las nuevas rutas, nuevas formas de pensar y proyecciones para el trabajo innovativo del espíritu en los tiempos de la robotización y de la información en implosión exponencial. De otra forma, se nos viene encima el tecnoterrorismo de una sola potencia y el pensamiento único sobre un mundo en glaciación entrópica, léase desastre climático o hecatombe ecológica. Con Poe, valdrá afirmar: nunca jamás.
Graciela Gutierrez Marx, artículo “Arte Correo = Artistas Invisibles en la Red Postal1975-2005”, 12 de diciembre de 2006 http://www.geifco.org/actionart/actionart03/03-letra/articulistas/marx/index.htm
César Espinosa, “GRACIELA GUTIÉRREZ MARX (COMPAÑÍA DE LA TIERRA BIENAMADA) - (I y II)”, Escáner Cultural, números 90 y 91, Diciembre 2006 y Marzo 2007
César Espinosa, "Arte-correo y poesía visual en México, una práctica (todavía) corrosiva", revista Heterogénesis, Suecia.
Ilustraciones: Imágenes enviadas por G.G. Marx y ediciones sobre arte-correo y poesía visual (1982-85), México.
César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. Escritor, docente, poeta visual. Creó y ha sido coorganizador de las Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2006). Autor de libros y ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación, uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte, crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especiales de esta revista virtual.
e-mail: poexperimental@gmail.com
Blog:http://postart1.blogspot.com/
Blog: http://profunbipoviex.blogspot.com/
excelente! un abrazo!
excelente! un abrazo!
Gracias César....es mucho
Gracias César....es mucho más de lo esperado...parece que han nacido polémicas en torno a todo esto y si lo que escribí abona estas cuestiones, me ayuda a seguir creyendo en las utopías realizables...acabo de llegar de Bolivia y de estar con su pueblo y la revolución que están llevando a cabo Evo y su vicepresidente, retoman aquellos sueños de justicia social y lucha contra la discriminación. Es para mi, la de Evo y sus más leales colaboradores, una utopía pensada y ahora realizada a la manera de nuestros antiguos sueños y esperanzas... es todo lo que puedo decir hoy HASTA LA VICTORIA (de la poesía=vida) SIEMPRE !!!!
ggmarx
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