ANDY WARHOL, EL ARTISTA COMO FACTORÍA
ANDY WARHOL, EL ARTISTA COMO FACTORÍA
Texto: Carlos Yusti
Para Andy Warhol, su nombre verdadero era Andrew Warhola, el arte fue un fervor capitalista, una pasión de colores vibrantes con hamburguesa de fondo. Su obra de arte en conjunto es un tributo a lo intrascendente, una ofrenda a lo pasajero y a la sociedad de consumo que encumbra ciertos clichés en el altar de la iconografía popular y masiva. Hoy se le recuerda más por su fealdad, sus rarezas y por su promoción cosmetológica de la sopa Campbell que por la serie de rostros de famosos que pasaron por su visión estética sicodélica o sus películas absurdas, cínicas (que le debían mucho al cine Dada y al cine surrealista) y que trataban de ser ejercicios de escándalo antes que un cine de propuestas estéticas acabadas y certeras.
Nació en Pittsburg en el año 1928. Enfermizo. Taciturno y homosexual. Todo un símbolo decadente de la gran cultura made in USA. Con semejante carné de características no era extraño que aterrizara en la pintura como una puerta ideal para escapar del rechazo y la soledad.
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