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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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PROPUESTAS ESTÉTICAS Y POLÍTICAS EN LA OBRA VISUAL DE
CLEMENTE PADÍN, AVELINO DE ARAUJO Y FERNANDO MILLÁN


por Laura López Fernández
University of Canterbury

Hipertexto

Lí­brenme, lí­brenme los dioses de esos manifiestos originalistas, y del fulgor por el fulgor, y de esas artes poéticas en la misma clave autoerótica de siempre. Gonzalo Rojas, Contra la Muerte, 1962 Ocupartir del código verbal, y hoy lo que vemos, a lo que estamos asisitiendo es casi a lo contrario: es el código verbal el que está siendo juzgado por los otros códigos. Es la palabra misma la que está en crisis, el sistema verbal es el que está en crisis. Décio Pignatari, Metaphora, 1981 La escritura no es sólo un hacer sino también un no hacer y asimismo un deshacer. J. L. Castillejo La escritura no escrita, 1996 Sobre la llamada poesí­a experimental una cosa es realmente indiscutible: el poeta ha tomado al fin conciencia de lo que lo rodea -tiempo y espacio- Francisco Pino, Insula, 1997

 

La poesí­a experimental debe entenderse en sentido amplio e inclusivo como una modalidad interartí­stica en la que se incluyen prácticas (y géneros) tan diferentes como la poesí­a visual, sonora, digital, matemática, etc. Este tipo de escritura no está compuesto necesariamente con palabras de molde dispuestas uniformemente en la página convencional de un libro sino que existe con independencia de estos canales convencionales y se caracteriza con referencia a la poesí­a discursiva exclusivamente verbal como un modo artí­stico esencialmente alterado. Cualquier acercamiento a esta modalidad requiere tener en cuenta este principio básico de alteridad con respecto a la "norma". Pero a pesar de su complejidad intrí­nseca y de las diferencias de época, códigos y técnicas empleadas, existen ciertas constantes a lo largo del tiempo que la caracterizan de manera especí­fica como son, por ejemplo, el principio de la materialidad y plasticidad de los signos, su carácter corporal, cromático, espacial, acústico, cinético, relacional, mimético, figurativo y abstracto, así­ como una gran atención a la sintaxis y semántica visual.

 

Con respecto a la poesí­a visual, la mayorí­a de los estudios sincrónicos y diacrónicos, realizados por crí­ticos y artistas experimentales de la talla de Dick Higgins, Johanna Drucker, Fernando Millán, Rafael de Cózar, Bartolomé Ferrando, Clemente Padí­n, Mary Ellen Solt, Haroldo de Campos, Philadelpho Menezes, Eduardo Kac, etc., coinciden en resaltar un carácter sincrético, hí­brido e interdisciplinario. Como afirma Higgins en Pattern Poetry: Guide to an Unknown Literature, desde un principio y en distintas civilizaciones ha existido esta constante compositiva e impulso creativo de carácter sincrético, visual y verbal.
 

 

Considerando brevemente el aspecto diacrónico hay que mencionar que no es hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX que nace la poesí­a visual propiamente dicha, con figuras como Mallarmé y Apollinaire. A partir de entonces se comienza a explotar la semanticidad del espacio en blanco. La poesí­a visual comienza a evolucionar de manera propia alejándose de las prácticas miméticas europeas de siglos anteriores (poemas visuales de carácter religioso, laudatorio, emblemático) para privilegiar la no secuencialidad, basada en estructuras compositivas relacionales y dinámicas, sintéticas, espaciales, hí­bridas y multisensoriales. Otros momentos históricos significativos en el desarrollo de este género en occidente son las vanguardias artí­sticas de los años 20 y 30 y el concretismo brasileño y alemán de los años 60.

 

En este estudio se ha seleccionado a tres poetas visuales contemporáneos, conocidos internacionalmente: Clemente Padí­n (Uruguay,1939), Fernando Millán (España,1944) y Avelino de Araújo (Brasil,1953). Si bien pertenecen a paí­ses y contextos diferentes y muestran en sus obras sus propios rasgos de estilo, un estudio comparativo de su escritura visual permite establecer lí­neas de experimentación poéticas similares entre las que defienden un arte ética y estéticamente comprometido. Y es desde este acercamiento que su obra se vuelve significativa con respecto a la variada producción poético-visual actual.

 

En la obra visual de estos poetas la experimentación hay que entenderla como un artefacto social, como un grito de urgencia llamando a la acción, como un acto de denuncia, pero también como un artificio y un rasgo de estilo. En su larga producción poética estos artistas apuestan por una escritura "no escrita" en la que se recrean crisis artí­sticas y polí­ticas de una época -siglo XX-, dominada por el fracaso de las retóricas gubernamentales, por el signo de la economí­a neoliberal y de la globalización pero también por el vací­o recurrente y habitual de los lenguajes artí­sticos convencionales. Para que el arte verbal y visual opere de manera fresca se necesita cambiar el uso corriente de las metáforas y demás recursos literarios habituales. Es por eso que estos artistas trabajan, por una parte, la hibridez compositiva y la experimentación gráfico-verbal de manera dialéctica y creativa al mismo tiempo, con una actitud de denuncia y una llamada a la acción y, por otra parte, explorando nuevas dimensiones estéticas de lo verbal y lo visual. En sus distintas lí­neas poéticas estos autores materializan la idea de una "escritura no escrita" usando palabras de J. M. Castillejo.1

Este concepto es útil en el sentido de que la visualidad de texto e imagen, esté presente en el poema o no, se convierte en un punto de convergencia y sincretismo de sentidos que puede revolucionar o expandir gradualmente nuestro modo analógico de entender y percibir lo poético. Estos poetas trabajan con la noción de una escritura espacial que se alimenta de las dobleces del signo y explora las "crisis" o ausencias comunicativas del verbo en virtud de la reificación del signo y viceversa, de la poetización del objeto creando una escritura poética "alterada" dispuesta a comunicar de manera diferente.

 

Siguiendo un proceder espacial y alterado o no convencional, estos poetas son conscientes del pasado artí­stico que los precede, apropiándose de ciertas estrategias visuales dominantes en las vanguardias y neovanguardias como el lenguaje geométrico usado en el cubismo pictórico o la influencia de técnicas verbo-espaciales usadas por el concretismo, que a su vez fueron apropiadas del lenguaje publicitario y del mundo de la imagen entre las que destacan la condensación verbal y asociaciones de palabras clave con fines antipropagandí­sticos y contestatarios.

 

Estos poetas denuncian sus respectivos contextos polí­ticos y culturales, que afectan tanto sus vidas como la dirección y el peso conceptual que han dado a su obra artí­stica. Por motivos de espacio no se dará una versión pormenorizada del contexto polí­tico de cada paí­s pero sí­ una breve referencia al contexto que han vivido los autores. Como es sabido, en Uruguay y en España ha habido décadas de represión marcadas por regí­menes dictatoriales. Debido a ciertas declaraciones sobre la condición intrí­nseca entre arte, sociedad y libertad, Clemente Padí­n fue condenado a cuatro años a prisión por el gobierno militar de su paí­s. De esos cuatro años pasó dos en la cárcel (1977-1979). Por su parte, Fernando Millán ha vivido y reaccionado, activamente promoviendo el arte experimental en una época en la que todaví­a existí­a la represión franquista en España. Su labor como crí­tico, promotor y artista experimental es clave para estudiar la poesí­a experimental producida en España desde los años 70-90.

 

El contexto polí­tico y medioambiental de Brasil tiene una historia larga y negativa. En este paí­s es notoria la explotación de los recursos naturales, el continuo abuso de los derechos humanos y la desigualdad en la distribución de la riqueza. Avelino de Araújo ha sido testigo, como médico rural, de la miseria en la que viven los pueblos indí­genas del Amazonas pero también es testigo de las tensiones e í­ndice de criminalidad en el espacio urbano. Ambos espacios y tensiones se presentan en su obra como signo de urgencia. La obra de estos artistas recrea momentos de represión, crisis personales y sociales y un descontento sociocultural creciente lo cual ha contribuido a forjar en sus obras una poética visual con un alto grado de rebeldí­a y experimentación, creando en un sentido, una escritura en la que el silencio, el grito de denuncia y la experimentación visual confluyen en una escritura visual plástica, geométrica, referencial, plurivalente pero no neutral.

Clemente Padí­n es un "performer" crí­tico de poesí­a, editor de revistas literarias como Los Huevos del Plata (1965-1969) y Ovum 10 (1969-1975), artista gráfico, creador de carteles, etc.2 En su larga trayectoria poética, Padí­n ha evolucionado hacia un arte de acción, un arte de la calle privilegiando uno de sus credos poéticos que es operar con las ambivalencias del signo otorgando el poder a la imagen gráfica de la letra o del objeto en un espacio comunicativo alternativo. Padí­n ha trabajado durante muchos años con las posibilidades de una escritura de acción y ha inventado una escritura inobjetal que manifiesta un momento decisivo en la evolución de las neovanguardias en Latinoamérica. Como afirma Paula E. Boxer en Estudio de la obra poética de Clemente Padí­n: "Padí­n se proponí­a un arte que fuera sólo acción, sin manipulación de objetos, llamado "Inobjetal" que desarrollaba las ideas del artista brasileño Ferreira Gullar, teórico del Neoconcretismo, sobre la "Teorí­a del No-Objeto."3

 

Fernando Millán, además de ser un teórico de la poesí­a experimental desde los años 60 es un poeta plástico bastante versátil que trabaja en distintos medios, especialmente el plástico.4 De su amplia producción poética –Millán ha producido en conjunto más de un centenar de, libros, libros objetos, carteles, tarjetas postales, performances, hay que destacar los mitogramas, "textchones" y antitextos pues constituyen un aporte original en el desarrollo de la poesí­a visual española de las últimas décadas. Los mitogramas son poemas en los que confluye lo corpóreo y lo sí­gnico creando una escritura visual encarnada en lo corporal. Millán es uno de los pioneros en España de la práctica de los textchones y las tachaduras. Esta modalidad que consiste en tachar textos total o parcialmente y darle un carácter plástico y polí­tico al poema, le ha servido a Millán para crear una estética personal como en el caso de la poesí­a inobjetal de Padí­n o los sonetos de Araújo.5Avelino de Araújo es, al igual que Padí­n y Millán, poeta visual, editor independiente, artista gráfico y editor de revistas.6 Su profesión de médico rural en Brasil lo ha impulsado a crear poemas visuales comprometidos polí­ticamente. Su escritura visual aborda nuevos espacios poéticos que denuncian la retórica burocrática de gobiernos que no resuelven los varios problemas sociales como el hambre, la pobreza, etc.

 

Estos poetas siguen, extrapolando palabras de Octavio Paz con respecto a la Modernidad, la tradición de la ruptura. Continúan la tradición de la ruptura enfatizada por las vanguardias históricas y posteriormente por las neovanguardias como el concretismo y el neoconcretismo, en la que se desestabiliza la función expresiva y representativa del lenguaje verbal, se minimiza la sintaxis textual, la métrica, el verso y la palabra a favor de una sintaxis visual gráfica y material. Esto se puede ver en los manifiestos. Tanto Padí­n como Millán tienen en su haber una larga trayectoria plástico-literaria con manifiestos y teorí­as formuladas a fines de los años 60 y en la década de los 70 en las que hacen explí­citas sus intenciones de romper con la manera convencional de producir y entender el arte empleando lenguajes diversos.

 

A pesar del tono generalmente autoerótico de los manifiestos vanguardistas, como dice Gonzalo Rojas refiriéndose a los movimientos vanguardistas de los años 30 y 40, y a pesar de que no todos los vanguardistas han inventando un lenguaje precursor como quisieran, hay que admitir que ciertos estilos en el lenguaje de vanguardias y neovanguardias ha logrado avanzar las rutas comunicativas del verbo en modos y géneros no pensados previamente como, por ejemplo, la poesí­a concreta en Brasil en los años sesenta que, como dice Pignatari, ha tenido repercusiones internacionales en disciplinas diferentes: "todo se cambió en la visualidad por influencia de la poesí­a concreta" (65).

 

En los manifiestos de la poesí­a N.O. (1965-1975) de Millán y de la poesí­a Inobjetal de Padí­n en la década de los años 70 convergen actitudes similares ante el fenómeno de lo poético. Ambos poetas son conscientes del legado artí­stico que los precede, al tiempo que sienten la necesidad de crear su propia estética en la que se da prioridad al aspecto comunicativo del acto poético. Esta etapa era en ambos artistas una etapa de gran rebeldí­a estética y social pero esos signos siguen manifestándose de manera recurrente en la escritura poética actual de ambos artistas.

 

Para ilustrar este punto valgan algunas palabras textuales de ambos autores. En 1969 Millán decí­a en público: "El poeta debe unir la labor de creación poética a una acción de información, a una acción social" y en 1970 escribe: [...] 4) frente a la invasión de lo discursivo, de la atracción aplastante de la publicidad, de la verborrea, la poesí­a sólo puede responder de una forma: tachando, negando, borrando€¦ 5) nuestro tiempo está demostrando cómo es posible hacer literatura con medios "no literarios" cómo es posible hacer poesí­a con medios "no poéticos". Cualquier medio programable, en principio, es un signo sobre el cual puede descansar un significado poético. [...] 7) el texto tradicional es uní­voco y univalente: su significado visual es nulo. Al ser utilizado conscientemente su valor visual comienza a actuar como un significado autosuficiente. 8) entre lo visual y lo semántico es necesario intentar una nueva dimensión que sea la superación de ambos. Un punto de partida puede ser la utilización de la visualidad de lo semántico tal y como propone en cierto modo la poesí­a concreta. 9) si todo poema corre entre el orden y la aventura, debemos partir de la aventura innumerable que nos rodea para llegar al orden de una planificación (Textos y Antitextos).

 

Por su parte Clemente Padí­n declara en 1975: El futurismo, el dadaí­smo, el cubismo, el surrealismo, etc., son corrientes artí­sticas que se valen de lenguajes de representación –hablar, pintar, recitar, cantar o cualquier otra técnica conocida- son en los hechos actos, pero actos cuya í­ndole determinante es la emisión de representaciones y no la emisión de un lenguaje mediante una acción (Abertura Cultural 30).7

 

El crí­tico Nicteroy Argañaraz estudia las principales articulaciones poéticas vanguardistas en Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX y en ellas incluye la poesí­a inobjetal de Padí­n como parte de un proyecto colectivo en Latinoamérica de influencia en generaciones de artistas posteriores: Poesí­a Concreta (Brasil), Poema/Processo (Brasil), "Poesí­a para y/o a Realizar" (Argentina) and "Poesí­a Inobjetal" (Uruguay). En sus manifiestos inobjetales escritos en 1971 Padí­n se proponí­a "actuar sobre la realidad y no justamente sobre un sustituto de esa realidad como son los lenguajes artí­sticos conocidos"(Argañaraz,193). Avelino de Araújo no ha escrito manifiestos teóricos pero reacciona directamente a esta tendencia en su obra. Más joven que Padí­n y Millán, De Araújo ni se ha decantado por teorizar sobre su práctica particular ni tampoco por inscribirse en ningún movimiento ya existente. Sin embargo, en Absurdomudo incluye una serie de seis poemas titulados "Manifesto 19" "Manifesto 20" "Manifesto 21" "Manifesto 22" "Manifesto 23" que, vistos en conjunto, tienen en común, además del tí­tulo, una progresiva superposición de signos ortográficos entre los que destaca el signo de admiración (¡). Esta actitud radicalmente gráfica y de sorpresa constituye un gesto lúdico pero también dialógico con relación a los manifiestos poéticos de décadas previas más textuales y programáticos. Estos poemas-manifesto conforman una nueva actitud ante el lenguaje, que sin perder la fe en él se materializa en la no-dicción. Véanse dos poemas-Manifesto de De Araujo al respecto:

A. A. "Manifesto 18" Absurdomudo A. A "Manifesto 19" Absurdomudo
 
 
La práctica de eliminar el lenguaje verbal en el poema a favor de un lenguaje visual no es única de la obra de Avelino sino que es tí­pica de la poesí­a visual contemporánea. En muchas ocasiones el único contenido verbal explí­cito, si lo hay, es el tí­tulo y este, como ha señalado Blanca Millán en Poesí­a visual en España, ofrece una clave de lectura del poema. Otro rasgo tí­pico en estos autores es trabajar de manera recurrente una serie de motivos y procedimientos técnicos. Esto lo podemos ver en Livro de Sonetos (1994) de Araújo, en la poesí­a inobjetal de Clemente Padí­n, en los poemas N.O. (1965-1975), en Mitogramas (1968-1976), Los signos de la mano (1970-1997) y en Tesis Corporal (1976-2000) de Millán. En estas obras destaca la sintaxis visual y corporal, la no secuencialidad del lenguaje, y la técnica del fotomontaje, entre otras. Un poema que refleja la práctica recurrente de Fernando Millán es el poema sin tí­tulo de la serie Mitogramas. Este poema de carácter contestatario, compuesto en la época de la dictadura franquista, presenta un tono de urgencia y de denuncia al tiempo que revela un alto grado de creatividad en el manejo de técnicas visuales como la condensación textual. En poemas posteriores Millán sigue trabajando una poética corporal plástica añadiendo los efectos emocionales y sugerentes del color y fundiendo texto-cuerpo-lenguaje-género.
 
 
F. Millán Mitogramas (1968-1976)
 
 
La textualidad de este poema sin tí­tulo, además de encarnar una mano en una posición de ataque conforma una serie de voces y gritos que nos remite a las tensiones de la época rebelde y revolucionaria de fines de los 60 y principios de los 70. Hay que enfatizar la fuerza de las letras en mayúscula, la referencia a Sade, y expresiones sintácticas que marcan una etapa de tipo existencia, rebelde y de tensiones con las fuerzas del orden: "Olvida tiempo" "somos mentira" "duelo" "alto" "opresión€™.

 

En la obra de Padí­n la recurrencia temático-compositiva tiene un carácter espacial-geométrico y léxico-fonológico. En su obra es común trabajar con poemas rectangulares y cuadrados en los cuales destacan bloques de fonemas y palabras que aluden a una realidad sociopolí­tica. Desde esta perspectiva se puede constatar que la escritura visual de Padí­n va del yo al nosotros, situándose en un espacio público y en un contexto social de carácter crí­tico, anticonsumista y anticapitalista. Un ejemplo en el que se aprecia este desplazamiento de la esfera privada a la pública es el poema visual sin tí­tulo en Poems to eye (2002):
 


Clemente Padí­n, S/T
 
 

En la estructura visual del poema destaca la verticalidad (a modo de torre de Babel) del texto, y desplazamiento semántico de la palabra "dólar" sí­mbolo por excelencia del sistema de producción capitalista. En este poema el autor emplea técnicas usadas en la publicidad y el diseño gráfico como la reduplicación y variación fonológica que produce un cambio progresivamente negativo de "a" en "o" transformando la palabra "dólar" en "dolor" motivando un efecto de rechazo con respecto al sistema de producción capitalista. Se trata de un poema de carácter antagónico. La vocal "o" constituye el producto final y negativo del poema proceso. La verticalidad léxico-compositiva del poema sugiere la idea de jerarquí­a en la que el dinero o poder viene de arriba produciendo dolor y alienación. Hay pues una crí­tica social a los sistemas de producción de tipo capitalista que identifican producción de capital con progreso. Esta crí­tica se manifiesta de manera visual en virtud de la condensación espacial, estilí­stica, grafémica, fonológica, léxica e ideogramática. Otro poema que constituye una variante temática al poema del dólar es "Estabilidad 1". La verticalidad sigue siendo el eje temático del poema. Las dos columnas de letras que componen la palabra y el poema "Estabilidad 1" crean el efecto visual de solidez, a excepción de la "T" invertida cayendo de la torre columnar. Este fonema rompe el equilibrio visual y temático del poema sugierendo lo contrario (inestabilidad, desequilibrio, caí­da) de lo que pretende anunciar. La lógica compositiva en ambos poemas se crea en virtud del uso de la ironí­a visual y textual, recurso muy común en la poesí­a de Padí­n.

 

 


Clemente Padí­n "Estabilidad"
 
 
La obra poética visual de Avelino de Araújo difiere de la poesí­a visual de Padí­n y Millán en el uso acentuado de imágenes visuales que suelen ser referenciales y que apuntan a escenarios humanos y naturales trágicos. Destacan sobre todo las imágenes fotográficas en blanco y negro que se presentan en un solo bloque acompañadas de un texto mí­nimo dentro del poema o en el tí­tulo. En este tipo de poemas no interesa explotar el recurso de la ambigí¼edad semántica, pero sí­ otras técnicas como la ironí­a visual y textual con la intención de dirigirse a la gran mayorí­a. Pero el autor no se detiene ahí­. En su obra poética destacan obras metapoéticas como es el caso de Livro de sonetos (1994) que como su tí­tulo indica es un libro dedicado a sonetos en este caso visuales. Esta obra ha recibido muy buenas crí­ticas, por ejemplo, el crí­tico Tarcí­sio Gurgel en Livro: Informacao da literatura Potiguar (2001) le considera por este libro el Petrarca de nuestros tiempos.9 Se trata de un poemario de sonetos visuales organizados cronológicamente desde los más recientes a los más antiguos (1994-1984) y enumerados los 24 primeros después del primero titulado "soneto inacabado". Estos sonetos presentan diversos motivos –el obispo de Rosario, la soledad, la alineación, la vida de oficina, la música, el apartheid - e imitan gráficamente la estructura estrófica, rí­tmica y en ocasiones también la rima del soneto tradicional.

 

Un soneto especialmente relevante en el amplio repertorio de sonetos de este libro es "Apartheid Soneto"(1988). Las 14 lí­neas de cercado metálico siguen la estructura estrófico versal del soneto tradicional –dos cuartetos y dos tercetos-. Formalmente el autor también presta una gran atención al ritmo del soneto tradicional que en este caso se expresa en los nudos del tendido eléctrico, como dice Ricardo Alfaya, "o Apartheid Soneto€™, onde, além de tudo, os nós do arame recordam a obsessao dos sonetistas clássicos pela tonicidade das sí­labas dos versos".10 Temáticamente el tí­tulo en relación con la imagen gráfica del poema denuncia el apartheid y visualmente se denuncia cualquier forma de represión de las libertades del individuo.

A. Araújo "Apartheid Soneto" (1988)
 
 
 
Otro soneto visual significativo es "Soneto América Latina" (1987). La imagen gráfica del poema, el tenedor vací­o e invertido, presenta el tema del hambre en América Latina. El poema consta de cuatro tenedores o estrofas y sus dientes actúan a modo de versos de un soneto. Este poema invierte y expande no sólo el orden secuencial de lectura –de derecha a izquierda y viceversa- sino también el orden vertical y estrófico tradicional del soneto pues en este caso se inicia con dos tercetos (dos tenedores de tres dientes) y se

termina con dos cuartetos (dos tenedores de cuatro dientes). La figura del tenedor vací­o como tema central y la inversión del orden estrófico acentúa un desequilibrio con respecto al orden convencional de la estructura del soneto y por extensión con respecto al tema sugerido en la figura del tenedor: el hambre. Este soneto es un ejemplo de la creatividad poética y del sentido de urgencia social en la poesí­a visual de Araújo.

 


A. Araújo "Soneto América Latina" (1987)

De Araújo ha dedicado una serie de poemas al tema del consumismo y de la ecologí­a como, por ejemplo, "Consumir é destruir". El mensaje más obvio es el rechazo a la explotación desmedida de los recursos naturales y al consumismo desmedido. Otro tema presente del poema el código de barras y su lenguaje numérico. En la parte inferior de la imagen tenemos el tí­pico código de barras produciendo irónicamente dos plantas. El autor invierte el orden convencional de producción y consumo provocando un efecto negativo hiperbólico. El tí­tulo del poema elimina toda ambigí¼edad en el sentido jakobsoniano del término requerido para que un poema sea considerado poema. En este sentido este se puede considerar un antipoema visual pero bajo su aparente sencillez y falta de ambigí¼edad el poema contiene un alto grado de creatividad y un sentido claro de urgencia.

 

A. Araújo "Consumir é Destruir" Absurdomudo.
 
 
En la poesí­a visual de Avelino de Araújo hay siempre una preocupación doble: las posibilidades creativas del lenguaje poético tradicional y visual y la denuncia de injusticias en el mundo en el que vivimos. En general en estos poemas podemos decir que el uso de técnicas publicitarias, de diseño gráfico y de fotomontaje, forman parte integral del complejo semántico y significativo del poema. Estos poetas mantienen una relación simultánea de continuidad y diferencia con respecto al pasado artí­stico que los precede. Hay continuidad en las plurivalencias del signo, en la creación de un arte interdisciplinario (lenguaje verbal y artes plásticas, escultura, pintura, fotografí­a, diseño gráfico, etc.) y en trabajar con la desintegración textual y discursiva (tí­pico de las vanguardias históricas). También hay continuidad en su actitud rebelde con respecto al canon literario. Los antipoemas, antitextos, la poesí­a N.O. (Manifiestos) y poemas tachadura de Millán o la poesí­a inobjetal, los manifiestos – cuyo precursor fue Ferreira Gullar-, y la poesí­a semántica y asemántica de Padí­n son manifestaciones anticanónicas pero que paulatinamente se están aceptando e integrando internacionalmente bajo la categorí­a de escrituras marginales, visuales y de vanguardias. De todos modos este es un arte que en principio es anti-institucional y anti-museo y que sigue la misma lí­nea de rebelión artí­stica iniciada por los vanguardistas de las décadas de los 20 y 30. Es un arte marginal y alternativo, informal y provocativo. Es una poesí­a destinada al gran público y al mismo tiempo una poesí­a meta y para-lingí¼í­stica. Es un arte anticonsumista, anti-globalización y anticapitalista. Es un arte de acción local-global. Temáticamente es una poesí­a anti-bélica -en contraste con el futurismo-, ecológica y humanitaria que promueve los derechos humanos. Este elemento contrasta con la poesí­a, a veces violenta y deshumanizada de algunas prácticas vanguardistas como el dadaí­smo, el futurismo, o el surrealismo.

 

A pesar de la diversidad formal, estructural y de motivos en la obra de Padí­n, Millán y Avelino de Araujo, existe en ellos una disposición similar ante la poesí­a visual que viene dada por su reacción de protesta y compromiso social y por la fe en la escritura visual como un arte de actualidad, formal y funcional. En sus obras la escritura visual se convierte en un medio y un fin en sí­ misma. Por una parte denuncian ciertos sistemas de valores, polí­ticos y sociales y, por otra parte, usan estrategias posmodernas nacidas en el seno de una sociedad post-industrial, caracterizada en el arte, como dice F. Jameson en The Postmodern condition: A Report on Knowledge, por la crisis de la representación y por la crisis de la búsqueda de una verdad, de una historia y de un estilo individual. Estos son artistas nacidos en una época (mediados del siglo XX) en la que dominaba la cultura impresa y ahora viven y crean en una cultura fundamentalmente visual y sonora, en la que lo verbal muestra sus lí­mites y crisis. A pesar de estar situados a medias en este cruce de culturas estos poetas mantienen un diálogo con esas ausencias y crisis apostando por un arte no conservador, comprometido polí­tica y estéticamente y que denuncia formas culturales de la clase dominante al tiempo que abogan por una obra abierta en el tiempo y en el espacio.

 

En sus actitudes y trayectorias poéticas estos autores además de establecer una lí­nea de contacto con el pasado artí­stico producen una escritura en interacción con su comunidad y con su tiempo. Son poetas que usan modos expresivos de carácter formalmente hí­brido y temáticamente contestatario defendiendo un arte de acción que se resiste a los patrones económicos y hegemónicos que rigen la vida diaria marcando una directriz fundamental en la poesí­a visual del siglo XXI.
 
 
 
Obras citadas
Alfaya,Ricardo."Carta 1 Jun.,1994" 1 Jun.,2004.
<http://www.avelinodearaujo.hpg.ig.com.br/atualizacao/resenha12.htm>.
Araújo, Avelino de. Absurdomudo. Natal: Edicí´es Ode, 1997. --- . Abrapalabra. Natal: Editora Pixcada, 2001. --- . Livro de sonetos. Brasil, 1994.
Argañaraz Coelho, Nicteroy N. Poesia latino-americana de vanguarda: da poesia concreta í  poesia inobjetal. Montevideo: Uruguay, Ediciones O DOS, 1992. Castillejo, José Luis. La escritura no escrita. Cuenca: Taller de ediciones, Fac. de Bellas Artes, 1996. Einí¶der-Boxer, Paula. Estudio de la obra poética de Clemente Padí­n. <http://boek861.com/padin2/obra_poetica_cp.htm#c1>. Gurgel, Tarcí­sio. Livro: Informacao da literatura Potiguar (2001). <http://www/avelinodearaujo.hpg.ig.com.br/TEXTOS/RESENHA4.ht> Higgins, Dick. Pattern Poetry: Guide to an Unknown Literature. Albany: State University of New York Press, 1987. Millán, Blanca. Poesí­a visual en España. Madrid: Información y producciones, 2000. Millán, Fernando. Textos y Antitextos. Madrid: Parnaso 70, 1970. --- . Mitogramas. Madrid: Ediciones Turner, 1978. Padí­n, Clemente. "My vacations in Freedom." New Observations Magazine 126 (2000): 18-19. --- . "El lenguaje de la acción." Abertura Cultural (1975): 27-36. --- . Poems to eye. Selection 1972-2000. Florida: The Runaway Spoon Press, 2002. --- . La poesí­a experimental latinoamericana. Madrid: Información y producciones, 2000. Pignatari, Décio. Entrevista con Fernando Millán. "El poder, el poder que nace del lenguaje" Metaphora (1981): 59-73.
 
 
Llamadas
1 El concepto acuñado por J. M. Castillejo "escritura no escrita" nos permite establecer una relación no secuencial entre la poesí­a discursiva y géneros emergentes como la poesí­a visual. Nos permite hablar en poesí­a de un diálogo entre diversos lenguajes creativos previos y coexistentes a la propia escritura escrita. El concepto también nos remite al proceso mental de creación previo a la escritura.
2 La revista electrónica chilena Escáner Cultural: http://www.escaner.cl/ dedica una sección a la obra de y sobre Clemente Padí­n: <http://www.escaner.cl/padin/> que contiene enlaces de su obra poético experimental (poesí­a visual, instalaciones, performances, arte correo, festivales, exposiciones...), de su obra crí­tica en la que se pueden descargar libros como: V+V Lo verbal y lo visual en el arte uruguayo, La poesí­a experimental latinoamericana 1950-2000 ... así­ como estudios sobre su poesí­a.
3 El capí­tulo 5 de Estudio de la obra poética de Clemente Padí­n de Paula Einí¶der-Boxer estudia en detalle la poesí­a inobjetal de Clemente Padí­n: http://boek861.com/padin2/obra_poetica_cp.htm.
4 En el Internet hay una gran variedad de estudios crí­ticos sobre la obra de Fernando Millán. Cabe destacar la exhaustiva entrevista realizada por Chema de Francisco al poeta <http://www.ucm.es/info/especulo/numero6/millan.htm> en la revista Espéculo en la que se da una visión histórica sobre las (neo)vanguardias en España y su relación con las vanguardias internacionales. Además habla de su propia experiencia personal como artista y crí­tico. También hay que mencionar la página Web del propio autor: < www.fernandomillan.org/>. El Internet favorece las intenciones estéticas de estos artistas pues es un arte dirigido a la gran mayorí­a y que quiere superar barreras lingí¼í­sticas, geográficas y polí­ticas.
5 La tachadura no es una práctica inventada por Millán en los años setenta sino un producto tí­pico de las vanguardias internacionales. Ya Man Ray en los años 20 trabajó con esta técnica aunque desde el punto de vista de los efectos sonoros y rí­tmicos como por ejemplo su poema sonoro "Lautgedicht" (1924) y posteriormente el poeta italiano Emilio Isgró en los años 60 con sus "Cancellature". Lo que le interesa a Millán de esta técnica y estética no es tanto el enfoque sonoro sino crear una nueva sintaxis visual que comunique una sensibilidad personal y una crí­tica social. Millán ha trabajado esta técnica en poemas sueltos, en poemas en serie y tachando libros enteros como La depresión en España (1982-1983). Las tachaduras en Millán constituyen un proceso anti-institucional cuya expresión genera lecturas alternativas. Avelino también emplea la tachadura en los manifiestos de Absurdomudo.
6 Para los poetas visuales el Internet no es sólo un medio de difusión de su obra sino también un modo y un motivo recurrente en sus poemas. Para una selección de la obra de Avelino de Araújo véase la página web del autor:<http://www.avelinodearaujo.hpg.ig.com.br/>.
7 Posteriormente, en un breve artí­culo titulado "My vacations in freedom" Padí­n afirmaba: "The political sense of art is inseparable from its artistic sense. Art is revealed like a subliminal form of social conscience; an instrument of knowledge whose function is auxiliary to that same society. Art can be an instrument of change and transformation" (18).
8 Todos los poemas visuales aquí­ reproducidos se han hecho contando con la previa aceptación de sus autores y editoriales. Con respecto a la referencia bibliográfica en la obra de estos autores hay que destacar la ausencia de páginas en los libros de los cuales se extraen los poemas así­ como la ausencia de tí­tulos en los poemas, y a menudo una escasa documentación editorial. Esta escasez de información es constante en las publicaciones de este tipo de poesí­a.
9 Información extraí­da de la página virtual:
<http://www/avelinodearaujo.hpg.ig.com.br/TEXTOS/RESENHA4.ht>
10 Carta publicada el 1 Junio de 1994 y extraí­da de la página virtual:
<http://www.avelinodearaujo.hpg.ig.com.br/atualizacao/resenha12.htm>.
 
 
 
Laura López Fernández es Senior Lecturer de español de la Universidad de Canterbury. Se dedica al estudio de la poesí­a visual y experimental. En este género ha publicado ensayos y estudios crí­ticos sobre la obra de autores españoles e hispanoamericanos tales como Jose M. Calleja, Antoni Albalat, Fernando Millán, Julia Otxoa, Angela Serna, Nieves Salvador, Jose Carlos Beltrán, Avelino de Araújo, Clemente Padí­n, Carlos M. Luis entre otros.

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