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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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10 PELÍCULAS, DIEZ HISTORIAS (CUARTA PARTE)

Fernanda Bargach-Mitre
ojoadicto@gmail.com
twitter @bargachmitre
http://ojoadicto.blogspot.com

 Esta serie empezó como un ejercicio para rescatar los mejor del cine de la última década, pero en cada entrega sentía que muchos films valiosos habían quedado afuera. En esta cuarta entrega, me acompaña la misma sensación, aunque las diez cintas elegidas exudan calidad e ingenio, hay otras que no he podido incluir, por lo que sospecho que habrá una quinta entrega. Por ahora disfruten de estas diez críticas de films que marcaron pauta y que vale la pena rescatar del olvido.
 

The Constant Gardener (2005): Un acertado golpe a los grandes laboratorios



 


Fernando Meirelles se estrenó en el cine internacional con la impactante Ciudad de Dios, por la cual fuera nominado al Oscar como mejor director. La película que narra en un estilo crudo, el mundo del narcotráfico, el racismo y la pobreza en las favelas brasileñas logró impactar tanto por su estilo visual como por su contenido. Nuevamente Meirelles retoma la dirección, esta vez con la adaptación de una novela de John Le Carré, que nos introduce en el mundo del espionaje, a través de una historia sustanciosa sobre las componendas de los grandes laboratorios fabricantes de medicamentos y sus experimentos ilegales en el tercer mundo.' El Jardinero Fiel' es una clásica película de espionaje, que aprovecha el momento coyuntural que ha dado un nuevo espacio al cine crítico y de denuncia social y política. En este caso el foco se centra sobre la industria farmacéutica a través de la historia de un diplomático británico, Justin Quayle (Ralph Fiennes) destinado en Kenya cuya mujer muere en un accidente junto a un hombre sospechoso de ser su amante, un activista defensor de los derechos humanos de la región. A pesar de haber sido siempre un diplomático poco comprometido con las causas sociales, nuestro protagonista no aceptará la versión oficial sobre la muerte de la mujer y se dispondrá a investigar sus sospechas de que ésta fue asesinada. La historia mezcla el presente y el pasado. A través de unos sugestivos flashbacks, introduce la duda dentro de la historia de amor, alejándose de la típica trama de la compañera perfecta y la relación ideal. La esposa, soberbiamente interpretada por Rachel Weisz, es una temeraria activista social, con muchos secretos, pero con la firme convicción de hacer justicia. En su labor descubre que los grandes laboratorios están usando drogas experimentales no aprobadas en pacientes con HIV, sin importar si uno de los efectos secundarios es la muerte. Muy alejado de pintarnos África como un continente maravilloso lleno de animales exóticos, Meirelles con una fotografía saturada nos muestra un continente áspero, arisco y hostil, sumido en la pobreza y el subdesarrollo. Lo mismo sucede con Londres y Ámsterdam, que se ven grises, lluviosas y algo tristes. La impecable y original dirección de Meirelles logra que la película pueda diferenciarse sin ser un film más sobre espionaje. Si bien la premisa de la historia es clásica, el tratamiento estético de la cinta es moderno, con el sello visual y narrativo de su director. Muy al estilo de Ciudad de Dios, retoma la cámara nerviosa, el montaje cortado, planos desenfocados, rápidos primerísimos primeros planos y resoluciones visuales acertadas que producen una sensación de confusión y pérdida, un desasosiego constante e incertidumbre acerca de la verdadera cara de cada personaje y la sombra constante de una teoría conspirativa. El film aunque es basado en la ficción, tiene un estilo documental que transmite veracidad mostrando la falta de ética de los laboratorios y la complicidad de las grandes potencias, en especial la administración británica, directamente implicada con su conveniente silencio y procurando el ajeno usando los métodos necesarios. El castigado pueblo africano es tratado por los laboratorios como conejillos de experimentación, como si sus vidas no contaran, convirtiéndose ésta en una premisa escalofriante. El mérito se lo lleva Meirelles por tratar de manera diferente una historia tal vez ya narrada y la fuerza del film está en su innovadora dirección y acertado ritmo narrativo que combinado con un tema candente dan a luz una excelente película.
 

Half Nelson (2006): Una joya independiente



 


Half Nelson es la ópera prima del director Ryan Fleck, quien también co-escribió el guión junto a Ana Boden. Se trata de una película independiente que representa lo mejor del cine indie del año 2006. Es un film duro de digerir, justamente por su toque realista que apoyado en las excelentes actuaciones de Ryan Gosling y Shareeka Eps sale de la pantalla y se nos clava en la memoria. El film se basa en una historia simple: Dan (Ryan Gosling), un profesor de un conflictivo instituto de una zona pobre de Brooklyn, que tiene problemas por adicción a las drogas, entabla una insólita amistad con Drey (Shareeka Eps), una de sus problemáticas estudiantes, cuando ésta descubre su secreto encontrándolo en el baño fumando crack. Todo parece improbable en la historia: El es blanco, ella es negra, el consume drogas, ella no, el es un treintón culto ella una niña en pleno comienzo de su pubertad. Sin embargo algo intangible los une, en sus soledades, en sus vacíos, en sus prisiones internas, en la realidad que no pueden cambiar y establecen una profunda complicidad. Es interesante la manera en se dibujan los personajes y como a partir del tema de la amistad a la vez se pone algunos tópicos candentes sobre la palestra como la paupérrima educación pública norteamericana, el tema de la adicción a las drogas, la utilización de niños para su venta, la pobreza y el abandono familiar reflejando una sociedad en crisis. Recordemos que Dan es profesor de historia y para el momento está enseñando el tema de las libertades individuales y los derechos civiles, lo que es aprovechado por el director para darle un sentido si se quiere político/social al film, cosa que logra naturalmente, incorporándolo a la historia a través de las clases del profesor y de la aparición repentina de niños que tratan algún tema en referencia a los derechos ciudadanos. Nuestro protagonista se las ingenia para consumir drogas pesadas y tener la voluntad de levantarse cada día a enseñar no sólo historia sino deporte, como si convivieran en él dos mundos paralelos, uno idealista que intenta cambiar el mundo y otro depresivo y escapista que se siente preso de la sociedad en que vivimos e impotente de no poder cambiarla. Es un personaje con un toque de ingenuidad pero con un fuerte lado oscuro. Vale la pena destacar el sobresaliente trabajo actoral del actor Ryan Gosling, quien nos eriza la piel con su naturalismo, desprovisto de clichés, totalmente desnudo ante la cámara logrando trasmitir las diferentes facetas de su personaje de manera tal que sentimos que es alguien real. Lo mismo nos sucede con la pequeña Shareeka Eps en su sobresaliente debut. Cerca de las encrucijadas cotidianas que todos debemos enfrentar, el debate moral interno del profesor y sus mundos antagónicos, nos remiten más a la situaciones reales que cinematográficas. Lo mismo sucede con la estudiante que refleja en su comportamiento la sociedad que la rodea. Definitivamente este es un film un poco denso, que sin embargo vale la pena ver. Se trata de esas historias que nos quedan resonando en la memoria, quizás porque su guión no responde a los parámetros normales de principio, nudo y final sino que se extiende como si nos mostrara un fragmento de la existencia de unos desconocidos en un estilo de documental-ficción que ni siquiera podemos decir que tiene un final definido. Ese hecho genera en el espectador la sensación de haber entrado por un rato, en otra realidad tan intensa como la vida misma.
 

The Terminal (2004): Un respiro de optimismo



Hablar sobre el trabajo de Steven Spielberg genera contradicciones: estamos frente a un genio adelantado a su tiempo, con la virtud de ser un excelente contador de historias y a la vez se trata de un director meloso, especialista en finales hollywoodenses que arrancan la lágrima fácil del espectador desprevenido. A la manera de aquellas películas que Frank Capra y James Stewart hacían en los años 40 y 50 con el emblema de ‘¡Qué bello es vivir!’, Spielberg nos trae una fábula humanista, vital, que rescata la bondad del ser humano y valores como la amistad, la solidaridad y el compañerismo. El mismo director ha dicho que este film es su aporte a una sociedad enferma de paranoia y terror, después de los atentados del 11S. La Terminal cuenta la historia Viktor Navorski (Tom Hanks), quien proveniente de un país ficticio llamado Krakozhia, queda atrapado en el aeropuerto JFK de New York en situación de inaceptable. Sucede que en Krakozhia ha habido un golpe de estado y su pasaporte no es reconocido por las autoridades norteamericanas, por lo que Víktor no puede ni entrar ni salir del país, convirtiéndose en un ciudadano de ninguna parte. Atrapado en el aeropuerto, Viktor comienza una vida extraña, cotidiana en la terminal, haciendo a amigos, encontrando empleo, enamorándose de una bonita auxiliar de vuelo (Zeta-Jones). La película acierta en su vaguedad sobre cuanto tiempo pasa, ya que los Terminales de aeropuerto tienen su propia clase de tiempo, en el cual todo parece atemporal. Esta es una historia que se centra en pequeños momentos de las relaciones humanas. Es una película que nos hace reír y llorar y sentir una emoción positiva sobre el mundo. El film es una comedia con momentos dramáticos, que parte de una premisa fascinante. Durante la primera mitad es absolutamente creíble y destaca la genialidad de algunas de sus escenas. Es una lastima que la segunda mitad caiga en los clichés típicos de Hollywood, con un dramatismo dulzón que empalaga. A pesar de sus lugares comunes, recomiendo ampliamente ver El Terminal aunque solo sea para disfrutar de la genialidad de Spielberg contando historias, la excelente actuación de Tom Hanks y el sobrio reparto que lo acompaña en una historia que toca las emociones positivamente y nos hace recuperar ese sabor emotivo que poseían los aeropuertos como ventana a la aventura, lugares de reencuentros y despedidas un microcosmos plagado de emociones intensas, escala a otros mundos, semilla del cambio o simple lugar de paso.
 

The Illusionist (2006): Muerte, amor e intriga



 

El Ilusionista, dirigida y escrita por Neil Burger (Interview with the Assassin 2002) y protagonizada soberbiamente por Edward Norton, si bien no es una obra maestra es una película sólida y entretenida que se agradece ante tanta fórmula comercial. Su premisa de partida es muy interesante, se trata de la historia de ‘Eisenheim’ un ilusionista en el siglo XIX, que logra impactar a todos los que ven su actuación, la preguntas sin duda son ¿se trata de un estafador con trucos baratos? ¿Es un investigador de la ciencia que la aplica a sus shows? ¿o ¿posee poderes extrasensoriales y es un elegido de la naturaleza? Su profunda mirada nos lleva por la aventura de descubrir la verdadera esencia de este magnífico personaje. El ilusionista es un film atrapante, si bien la critica ha dicho que su final es obvio, a mi logró sorprenderme y me pareció acorde con todo el planteamiento narrativo del film. Hay que considerar la época en que está situada la cinta, finales del siglo XIX donde la línea entre la ciencia y lo sobrenatural era muy delgada y apenas comenzaban a surgir los principales inventos de la humanidad, ese hecho proporciona aún más interrogantes sobre las practicas y peripecias del ilusionista. Se trata de una historia de intriga, amor y romanticismo, donde la muerte juega un rol fundamental y donde nada es lo que parece. Vale destacar la excelente ambientación de finales del siglo XIX, con la actitud ingenua de la gente frente a la magia que genera un halo enigmático que acompaña a todo el film. El Ilusionista es en suma una de esas películas que vale la pena ver porque destaca dentro del montón de propuestas comerciales. Si bien tiene algunas partes flojas en su concepción, logra atrapar a la audiencia en base a una historia que desborda ingenio.
 

Closer (2004): Cínica visión del amor


 

En un excelente regreso al cine, el laureado director Mike Nichols, nos entrega esta película cruda, más al estilo del cine americano independiente, que se basa en el encuentro entre cuatro extraños, para adentrarse en una reflexión sobre el amor, el engaño, la mentira, el ego y muchas otras emociones viscerales y concepciones engañosas que conllevan las relaciones modernas. Basada en una obra teatral, algo de eso se siente en la pantalla, con escenas muy dialogadas y un interesante uso de las elipsis temporales que nos hacen sentir que en las relaciones el tiempo trascurre a otro ritmo. Closer, afronta el lado más oscuro de las relaciones de pareja, haciendo a un lado el optimismo y la fe en el amor, para plantearnos un microcosmos de actitudes compulsivas pero ampliamente comunes en el mundo actual. La película nos confronta con que aquellos que buscan el prototipo del amor a primera vista, que mantiene la pasión y el encanto inicial, siempre tropezarán con la realidad de las relaciones, lo que los hará buscar en otro extraño la sensación perdida, entrando en un círculo vicioso. Otros se conformaran con la realidad que encuentran en pareja, pero siendo profundamente infelices, y solo algunos se salvarán emprendiendo el camino hacia el autodescubrimiento. En una cadena de extrañas casualidades Dan (Jude Law) conoce a Alice (Natalie Portman), una mesera y stripper americana, de paso por Londres, en quien el frustrado escritor encontrará la musa y la inspiración para finalmente escribir un libro. Pero en una sesión de fotos, Dan conoce a Anna (Julia Roberts), una fotógrafa exitosa, de la cual quedará instantáneamente enamorado siendo correspondido en su devoradora atracción. Sin embargo las vueltas del destino llevarán a Anna a casarse con Larry (Clive Owen), un dermatólogo de enormes manos y pasiones feroces. Todos los personajes son humanamente imperfectos: Dan es un ególatra en busca del amor perfecto, Alice es totalmente dependiente y solo sabe asfixiar con amor, Anna parece estar enganchada con la infelicidad y Larry se debate entre la sinceridad y sus oscuros deseos. El film nos lleva a reflexionar que estar en pareja no es fácil, más cuando somos seres complejos con oscuros pasadizos enraizados en nuestras necesidades más inconscientes que generan actitudes compulsivas, respuestas emocionales viscerales, ya sean expresadas o silentes. Son mecanismos, respuestas condicionadas que se activan en algunas situaciones. ¿Qué sucede? ¿Por qué es tan difícil aceptar que en la pareja existan esos espacios vacíos, repetitivos, absurdos pero totalmente humanos? Sin duda alguna un film provocativo, sobre un tema que incita a polemizar. Algunos lo han catalogado de frío, y no podemos negar que tiene un corte minimalista, pero a mi criterio le sienta bien al ritmo de la historia. No se dejan engañar por el spot publicitario que habla de una comedia sobre la pareja en el nuevo milenio, si bien el film tiene escenas graciosas, se trata de un crudo drama, acertadamente dirigido y excelentemente actuado, que nos plantea una visión cínica e implacable del amor, que incitara a más de uno a revisar su concepto sobre las relaciones.


Open Water (2003): Agonía en el océano


 


Se trata de una producción independiente, furor de la audiencia en el festival de Sundance, que con un costo menor al millón de dólares y sin efectos especiales, logra introducir al espectador en una pesadilla llena de adrenalina que lo mantendrá al borde del asiento durante sus 80 minutos de duración. Nos recuerda en su efecto, a ‘The Blair Witch Project’, que en 1999 aterrorizara en base a un miedo con dejos tan genuinos que producía escalofríos. En Open Water el terror se siente real, cercano, acechante presentando una nueva propuesta dentro del género. El film narra la historia de un matrimonio acosado por el stress del trabajo y las obligaciones, que decide tomarse unas merecidas vacaciones en una isla paradisíaca para descansar y practicar submarinismo. Daniel y Susan se embarcan en un bote, junto a otros turistas, que ancla lejos de tierra para que los buzos puedan disfrutar del mundo submarino. Después de 40 minutos bajo el agua, subirán a la superficie para comprobar atónitos que la embarcación se ha ido, dejándolos por equivocación a la deriva en el medio del océano. Aquí es donde verdaderamente comienza la película, junto a la cual hacemos un viaje plagado de ansiedad, sobresaltos y hasta agotamiento. Nuestros protagonistas quedan abandonados en el medio del mar, a merced de su fauna, que incluye enormes tiburones que los rodean periódicamente. Rodada con cámara digital al hombro, sin dobles, con actores submarinistas profesionales, sin grandes efectos computarizados, y en una misma locación durante tres cuartos de cinta, este reto lo asume con arrojo, Chris Kentis al frente del guión, la dirección y la edición. La fotografía la hizo junto a su esposa Laura Lau quien además encara la producción del film. Una historia, que, por increíble que parezca está basada en hechos reales. Aunque parece difícil dotar de ritmo una película en la que sólo intervienen dos personajes en un único escenario, el director logra el cometido en base a un nuevo tipo de terror que genera claustrofobia. Parece un contradicción tener sensación de encierro en el vasto océano, pero nuestros protagonistas se encuentran 'atrapados' en su destino que les ofrece dos claras opciones: o serán rescatados cuando la tripulación se de cuenta que ha cometido un error o morirán de hambre y sed o devorados por los tiburones. Este sentimiento de encierro que produce el film, no aburre al espectador, por el contrario, lo acerca al drama humano de Daniel y Susan, generando una sensación de desasosiego. El ritmo se mantiene, allí donde parece imposible, en base a las conversaciones de los protagonistas, sus peleas, sus cambios de animo, sus necesidades fisiológicas, las posibilidades de rescate, y la intranquilidad creciente que se apodera de la pantalla. Aunque parece difícil dotar de ritmo una película en la que sólo intervienen dos personajes en un único escenario, el director logra el cometido en base a un nuevo tipo de terror que genera claustrofobia. Este sentimiento de encierro que produce el film, no aburre al espectador, por el contrario, lo acerca al drama humano de Daniel y Susan, generando una sensación de desasosiego. El ritmo se mantiene, allí donde parece imposible, en base a las conversaciones de los protagonistas, sus peleas, sus cambios de animo, sus necesidades fisiológicas, las posibilidades de rescate, y la intranquilidad creciente que se apodera de la pantalla. Rodada en las Bahamas, ‘Open Water’, es una película verdaderamente inquietante que nos enseña lo poco que solemos valorar nuestra cómoda vida y nos señala lo frágil que es el hombre frente a la inmensidad de la naturaleza. El guión es algo flojo y no profundiza en el desarrollo emocional de los personajes. Sin embargo, la fotografía es imponente y capta un impresionante espectro de luz marina. Una propuesta económica y arriesgada que vale la pena ver, solo si se es amante del género y se quiere experimentar un terror agónico y visceral.
 

Babel (2006): Impactante Laberinto




Según el director González Iñárritu esta es su última colaboración con el guionista Guillermo Arriaga, en lo que el llama el cierre de un trilogía, por lo que Babel es la última entrega, al menos por ahora, de este conjunto tan prolífico y profesional. Todo empieza a girar con un disparo, emitido por un niño jugando con un rifle en el desierto de Marruecos que desencadenará una serie de hechos aparentemente fortuitos que conectarán a una pareja de norteamericanos que entrarán en una lucha por sobrevivir y trascender terribles circunstancias. Por otra parte, nos encontramos con la niñera de origen mexicano que cuida a los niños de la pareja, que cruzará ilegalmente la frontera junto a los infantes y a una adolescente japonesa sordo-muda y rebelde cuyo padre es investigado por la policía. A pesar de las culturas distintas que los separan así como las distancias geográficas, este grupo de seres comparten un hado de aislamiento y dolor que los lleva a sentirse perdidos: en el desierto, dentro de sí mismos, dentro del mundo que los rodea para lentamente sumergirse en el abismo de la confusión y el miedo, mientras navegan las profundidades de las relaciones. Si bien como en las películas anteriores de este director, hay varias historias, en esta ocasión ocurren en tres continentes diferentes y es multilingüe, por lo que fue un reto rodarla, logrando tanta precisión en la recreación de los distintos ambientes. El realizador sale airoso en el sentido estético aplicado a cada cultura, con el inteligente uso del color y los movimientos de cámara logran hacernos sentir el caluroso desierto marroquí con la misma veracidad que la urbe japonesa. Como en sus anteriores films revela una pericia técnica sobresaliente en el uso de efectos de cámara y los visuales recursos narrativos. Logra además, incluir al espectador en el mundo emocional de los personajes, con impactantes primeros planos y una edición precisa en un desarrollo no lineal. Con un sólido reparto el film se apoya en excelentes actuaciones. Estamos sin duda frente a una gran obra que desborda creatividad e ingenio. Puede pensarse que el guión y el montaje, critica que han hecho muchos, responden a una forma artificial que solo busca el exceso de drama. Sin embargo su estructura es una opción válida para llegar a lo más hondo de los personajes, cometido que se logra gracias a los recursos usados por el director como la cámara en mano, composiciones tipo descuidadas, aceleramiento de la imagen y un excelente manejo del sonido que juega magistralmente, con los silencios y la banda sonora. Vale destacar el maravilloso trabajo de Gustavo Santaolalla en la música de la cinta. Toda esta conjugación de elementos: el inteligente y sólido guión de Arriaga, la dirección eficaz y sobresaliente Iñárritu., las maravillosas actuaciones y en suma el gran trabajo de todo el equipo detrás de cámara, dan a luz un brillante film que se nos mete en la piel a través del sufrimiento existencial de sus personajes en un época contradictoria, seres enfrentados al miedo, el vacío, la soledad, la inadecuación y otros sentimientos inherentes a la vida contemporánea. Seres que se que nos quedan en la memoria y que nos hacen reflexionar sobre el dilema de la existencia en un mundo globalizado, pero plagado de sectarismos y separación.En suma se trata de un film profundo que además resalta por su impecable factura. Babel es en suma un film que plasma el mundo polarizado en el que vivimos, reflexión que se hace a través del acercamiento a distintos dramas existenciales. Definitivamente un tema interesante pero es la forma en que está contada y filmada lo que hace que esas diversas historias nos lleguen adentro, en un laberinto como la Torre de Babel. Se trata de cine de autor, con un sello claramente definido. Para algunos es una formula repetida, para mi es un vehículo adecuado, una forma para contar distintos contenidos y considero que cada uno de sus films podrán parecerse en su estructura pero son por separado obras que valen por sí mismas. Sin duda estamos frente a un director de alto calibre, que con Babel ratifica que esta dejando huella en el cine contemporáneo.
 

The Departed (2006): La Maestría de Scorsese




 



Los Infiltrados (the Departed) es la última y genial película de un maestro del séptimo arte como Martin Scorsese, que por sus 40 años de carrera y films emblemáticos que han marcado pauta como ‘Taxi Driver’ (1976), ‘Toro Salvaje’ (1980) ‘La última tentación de Cristo’ (1988), ‘Buenos Muchachos’ (1990), por solo citar algunos, genera un nivel de expectativa verdaderamente alto. El realizador sale airoso generando una gran cinta, que lo devuelve a la trama del thriller gansteril que con tanta maestría sabe recrear. Los Infiltrados es un film consistente que no decepciona ni cansa a pesar de sus dos horas y media de duración y que recalca el talento de un director de auténtico sello. Atención ojos ávidos de buen cine, Scorsese ataca de nuevo y no da tregua en base a un film cargado de suspenso, tensión dramática, humor negro y la dosis justa de violencia. ‘The Departed’ es la tercera colaboración de Scorsese con Leonardo Di Carpio quienes ya habían demostrado ser una dupla creativa interesante, tanto en ‘Ganster de Nueva York’ como en ‘El Aviador’, pero que desbordan ingenio en esta última producción adaptación de la película taiwanesa ‘Infernal Affairs’ realizada por Andrew Lau y Andy Mak en el 2002.El guión fue adaptado magistralmente por William Monahan, generando una película tan vertiginosa como la original pero con claras diferencias. : Los Infiltrados resulta una ola refrescante dentro de un género que ha tendido a repetirse hasta el cansancio, rescatándolo, actualizándolo para terminar con un producto sólido que nos remonta a las mejores películas de su director pero claramente modernizado en trama y factura. Con su acostumbrada y exquisita filmografía, cada detalle cuidado a la perfección estamos ante un film de excelente realización y que arrolla con su elenco actoral y que a la vez demuestra la excelente dirección de actores de la que es capaz Scorsese .Los Infiltrados nos introduce en el corazón del crimen organizado y en el universo de la corrupción policial, tanto en la doble moral del discurso oficial como en la desgarradora realidad del mundo gansteril. La trama se centra en El Departamento de Policía de Massachussets que se ve envuelto en una guerra sin cuartel para atrapar a la mayor banda de crimen organizado de la ciudad. El plan es acabar con el poderoso jefe de la mafia Frank Costello (Jack Nicholson) desde dentro. Para eso reclutan al joven policía Billy Costigan (Leonardo DiCaprio), criado en el sur de Boston, a quien logran manipular para que asuma el riesgo de infiltrarse en la organización y ganarse la confianza de Costello. Por otro lado otro joven policía que también ha surgido de las calles del sur de la ciudad, Colin Sullivan (Matt Damon), sube rápidamente de categoría dentro de la policía del Estado. Colin, que se ha ganado un buen puesto en la unidad de Investigaciones Especiales, forma parte de un grupo de oficiales de élite cuya misión es acabar con el mafioso. Pero lo que sus superiores no saben es que Colin trabaja para Costello y lo mantiene un paso delante de la policía. Mientras se desarrollan las historias paralelas de los dos jóvenes, cada vez sus caminos se verán más entrecruzados hasta que los dos bandos se dan cuenta que cada uno tiene un infiltrado y ambos protagonistas tendrán que correr para develar la identidad del otro primero y así recuperar sus vidas. El film nos ataca con un incesante bombardeo de imágenes cruzadas, que con ritmo vertiginoso logran introducirnos en la acción. Apoyada en un guión inteligente las conversaciones llevan algunas veces moralejas con un toque de humor negro que se agradece. Apoyada en un elenco fenomenal, forma un paquete compacto de suspenso inteligente.Una y otra vez me pregunté porque esta película me había gustado tanto y logrado atraparme totalmente. Evidentemente no fue solo por la calidad de su realización sino por el alma de los personajes, seres oscuros, atrapados entre el bien y el mal, donde nadie es totalmente bueno o malo y la línea entre lo correcto e incorrecto comienza a hacerse invisible. Esa dualidad con que Scorsese pinta ambos mundos supuestamente antagónicos: los ganster vs la policía nos hace ver que no hay mucha diferencia entre unos y otros, que ambos manejan el poder a su antojo, mienten, engañan, manipulan, asesinan…Entonces la pregunta que surge inevitablemente en mi mente es: ¿hay excusas validas para matar? ¿Esta el hombre capacitado para manejar el poder con integridad? ¿Es el poder una droga que deforma a las personas? Sin duda este film nos deja pensando sobre eso y otras cosas. Fue allí que encontré la clave de mi fascinación: como amante del suspenso esta obra logra el cometido de manejarlo magistralmente, como exigente de la fotografía la factura del film es impactante, como interesada en las temáticas retadoras esta cinta es sin duda controversial en su contenido y en su forma realista de pintar a ladrones y policías, como observadora obsesiva de las actuaciones la película logra el cometido de que resalten todos sus actores. La única crítica que tengo es la subtrama creada entre una psicóloga policial y ambos protagonistas, que genera un triangulo amoroso que parece un barco a la deriva y no aporta nada trascendental a la trama agregándole minutos de más al film. La única explicación que encuentro para la presencia de la psicóloga es que se convierte en la única testigo silente de la historia. Nosotros, la audiencia somos los testigos de lujo, que vemos las tramas en paralelo y vivimos la verdad de ambos personajes al extremo. Este es definitivamente un film que vale la pena y que tiene muchas lecturas además de acción y suspenso, es en suma un thriller inteligente y provocador que deja otro indeleble sello en la excelente filmografía de este grande del cine como es Martin Scorsese.
 

Lord of War (2005): Escalofriante realidad



 



Nicolas Cage refuerza su faceta dramática, en este excelente y provocativo film de corte independiente, del director Andrew Niccol (Gattaca, Simone) que nos relata los inicios de un joven emigrante ucraniano en el tráfico de armas hasta convertirse en un poderoso del ramo acosado por débiles pero consecuentes dilemas morales. Sin convertirse en un panfleto sensiblero, la película expresa una decadencia existencial y moral difícil de ignorar y pone sobre la palestra un tema candente. ‘El señor de la guerra’, basada en hechos reales, nos presenta la historia de Yuri Orlov, un insatisfecho inmigrante ucraniano, que lleva una vida gris trabajando en el restaurante de su familia, hasta que un día, la violencia que lo rodea lo lleva a concluir que el mejor negocio consiste en suministrar armamento para los odios y las guerras, no importa entre quienes sea, ya que estas siempre existirán entre la raza humana. Partiendo de esta triste conclusión sobre la ‘normalidad’ de la intolerancia entre sus congéneres pasa de vender su primera arma, hasta convertirse en uno de los más grandes traficantes de armas del mundo. El film está narrado en primera persona por su protagonista Nicolas Cage, cuya voz profunda y su hablar pausado le agrega un toque sombrío a la película, lado oscuro que este versátil actor maneja a la perfección, brindándonos un performance de excelente factura que sin duda quedará como una de sus mejores actuaciones. La película tiene su toque irónico y nos presenta con notable naturalidad la inhumanidad brutal de este comercio, el cual las grandes potencias dicen combatir, siendo estas mismas la que lo estimulan. Impecablemente hilada, su realización visual es precisa y original. De entrada el director hace una subjetiva de una bala, desde su fabricación, su traslado, su venta y su destino final: la cabeza de un joven de menos de 15 años. Con la bala nos adentramos en un recorrido fatídico, que nos introduce sin anestesia en la cultura de la muerte. El trafico de armas lo contamina todo y hace que predomine la mentira y la hipocresía ya que detrás de este se encuentran los intereses de los países más poderosos del mundo, así como los de cada mini guerra, cada bando con sus ideales extremistas. Hay suficiente odio en el mundo como para hacer el negocio de venta de armas altamente lucrativo. Muchas fibras delicadas son tocadas en la cinta, como la venta de material bélico, residuo de la guerra fría por kilo como si fuera arroz, hasta la venta de armas a déspotas africanos a cambio de drogas y diamantes. Es verdaderamente una extrema sátira sobre el comercio ilegal de armas, cuyo personaje principal es moralmente inhumano y aun así tiene dilemas éticos, siempre teñidos de cierto toque sardónico, que en la persona de Nicolas Cage encajan a la perfección logrando un personaje detestable pero entendible y hasta simpático dentro del humor negro de sus reflexiones. Es justamente la frialdad de los razonamientos de Yuri y lo que ve a lo largo de su carrera como contrabandista, lo que toca indiscutiblemente nuestra conciencia. Escuchar el narrador hablar del negocio del tráfico de armamento como si estuviera comentando sobre cualquier tema banal, mientras vamos observando las sucesivas y múltiples guerras alrededor del globo y la cotidianidad de la muerte en personas de todas las edades y culturas es lo que verdaderamente nos hiela la sangre. Sentados en nuestra realidad, ignoramos que de cada 12 personas una tiene un arma, olvidamos que se libran varias guerras en el mundo día a día, que esa bala pulcra que nos introduce en la película es un símbolo de poder que decide entre la vida y la muerte de un ser humano. Sin duda la mejor película de este director hasta el momento, que si bien es acusada de maniqueísta por sus efectos de edición y su ritmo frenético, es precisamente este último el que termina de completar el perfil cinematográfico de la trama. No se trata de un drama denso a pesar de la gravedad del tema cosa que se agradece como espectador con ganas de reflexionar en base a propuestas originales y no a formulas sensibleras. La crítica ha sido bastante dura con la cinta, catalogándola de mediocre, yo los invito a conseguirla en dvd y formarse su propia opinión. Es de esas películas que deben ser vistas y no contadas y de la que habrá opiniones disímiles y controversiales.
 

The Butterfly Effect (2004): Causa y Consecuencia




 



Según la teoría del Caos, el batir de las alas de una mariposa puede producir un tornado en el otro lado de la tierra. La ‘mariposa’ no es un elemento aislado del sistema caótico sino que forma parte de éste y por tanto todo lo que ella haga va a influir a todo lo demás. De esta premisa parte esta cinta interesante, que reflexiona sobre las causas y consecuencias de nuestros actos a partir de la posibilidad de cambiar hechos del pasado. Escrita y dirigida por Eric Bress y J. Mackye Gruber, ‘El Efecto Mariposa’ nos cuenta la historia de Ewan (Ashton Kutcher), quien mantiene la mayoría de los recuerdos de su traumático pasado en un olvido involuntario. Rodeado de fantasmas y de las vidas quebradas de sus amigos de la infancia, se reencontrará con los diarios que escribía como niño y a través de ellos hallará una grieta en el tiempo que le permitirá volver a momentos de su niñez pero con su mentalidad actual. Gradualmente nuestro protagonista va descubriendo las situaciones más difíciles que vivió como infante y tratando de enmendar el presente, comenzará a cambiar los hechos en búsqueda de una justicia ideal que le permita a él y sus amigos una realidad más feliz. Sin embargo, cada modificación traerá consigo impredecibles consecuencias, generalmente desastrosas lo que hará que Ewan se embarqué en una carrera de obstáculos, viajando constantemente al pasado a fin de arreglar los desbarajustes del presente. El tema de los viajes en el tiempo ha sido ampliamente tratado en el séptimo arte, por lo que resulta fácil caer en lugares comunes. Este film bien construido, se las ingenia para eludir lo predecible, en base a una historia compleja bien sustentada y desarrollada, que terminan por construir un film entretenido, con una buena dosis de intriga, un suspenso trepidante y algunos efectismos típicos del género. Resalta una estética innovadora, con interesantes planos cenitales, situaciones que quedan fuera de pantalla pero que se insinúan, una concepción luminosa y algo minimalista y un guión con estimulantes giros inesperados. La primera media hora es totalmente atrapante, luego la película pierde un poco el ritmo y la cordura, presentándonos situaciones bastantes extremas, alejadas de los grises y puntos medios que conforman la verdadera existencia. La actuación de Ashton Kutcher es bastante mediocre, demostrando que este ídolo juvenil no nació precisamente para el drama ( ¿o para la actuación…?). El resto del elenco, en especial Amy Smart, quien desempeña con precisión cuatro destinos y personalidades distintas, esta a la altura de una buena película. Los guionistas desbordan en imaginación para narrar las imprevistas consecuencias de los actos de Ewan, logrando sorprender al espectador. A primera vista todo mantiene coherencia, y verdaderamente hay que ponerse quisquilloso para encontrar huecos argumentales, que sin duda los hay. No se trata de un film genial, pero sin duda es una cinta interesante, que por sobre todas las cosas ofrece pleno entretenimiento, en un género que mezcla el suspenso con la ciencia ficción y que nos invita a meditar sobre el poder que las elecciones que hacemos hoy tienen en nuestro futuro, invitándonos a vivir con plenitud y responsabilidad el día a día. Como toda producción hollywodense, presenta un final bastante flojo, pero en vista del buen viaje que ofrece durante su duración, esto pierde gravedad. Si tenemos en cuenta que estamos ante una cinta con una temática bastamente visitada por el cine, podemos afirmar que esta película sin ser una obra de arte, ofrece buenos resultados. Se trata de un film que da tema para conversar a su salida ya que la fascinación del hombre con viajar en el tiempo sigue siendo una constante en nuestros días….interesante opción.

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Escáner Cultural nº: 
112

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