Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Micelio

 

 

Restrepo desnuda a spinosa

(no dar un solo paso que no sea bello)

 

Una entrevista de Jorge Restrepo a nicolás spinosa

 

Me impacta el trabajo exquisito de Nicolás Spinosa en todas sus expresiones. Los objetos que se amoldan a su cuerpo, para luego liberarse y convertirse en masas con nueva vida y forma...los rastros de arcilla en el papel con gestos desgarradores, que me recuerdan las huellas que los arqueólogos dejan al horadar la tierra, los mantos sagrados, la sangre de las escenas donde ha habido un crimen pasional...

Me atrae "la palabra precisa, la palabra oportuna" que él dispara sobre la imagen, para conseguir ese efecto transversal de la inteligencia aguda en su obra.

He compartido en eventos internacionales de performance con Spinosa, caminado y jugado con él a las preguntas inteligentes. Quisiera haber llevado una grabadora oculta para desnudar aún más al artista y compartir estos diálogos con quién no estuvo allí para escuchar lo que hemos conversado.

Si recorro los registros de las acciones de Spinosa, una vez más veo en el arte de acción el mensaje explícito sobre la funcionalidad de la mente: pensamos con el cuerpo y el cerebro, en función del lugar y en un sistema extendido que aún no podemos comprender.  Este paradigma que los neurocientíficos buscan explicar, se resume en la obra de Spinosa, lo dice a gritos, lo comprueba.

 

  

 

Jorge: Cuando usas arcilla sobre papel generas una huella gigantesca, que nos lleva a un auténtico expresionismo conseguido no sólo con la mano como instrumento del cuerpo sino haciendo de tu cuerpo un órgano instrumental de la historia, de la vida, de lo que sentimos todos.  ¿Cuál es la función del estudio en el conjunto de sucesos de tanta complejidad que tú abordas? ¿Es éste un escenario, o un laboratorio?   

Nicolás: Efectivamente, entre otras cosas mi trabajo está muy relacionado con la huella, con el resto, el vestigio y la falta… Entendidos no tanto como residuo de algo que estuvo y que desapareció, sino como gesto que marca esa porción de lo Real en donde se anuda lo imposible. Más que con un expresionismo en el sentido que le dieron al término las vanguardias históricas, mi investigación tiene que ver con un poner en actos, movilizar, gesticular… Ponerle el cuerpo a aquello que se encuentra fuera del orden del lenguaje y que como tal no tiene palabra que lo designe, pero que es plausible de ser encarnado. Entiendo los procesos de producción en los cuales trabajo como el camino de un médium o de un mago. Es decir, como una suerte de catalizador en donde converge (y emerge) aquello que nos con-forma como sujetos culturales, sociales, históricos y políticos. En este sentido mi investigación tiene que ver con un desplazamiento del yo al nosotros, del ego al alter y de la unidad a la multiplicidad.

El “estudio” puede ser leído como espacio de trabajo o como acción de estudiar. Creo que en mi proceso ambos aspectos se entrecruzan y se solapan. El lugar de trabajo es sin duda un laboratorio, un ámbito en el cual se despliegan todos aquellos tránsitos que luego van a generar un tiempo y espacio particular en el momento de ser mostrados. El espacio, que tiene que ver con el estar, hace a la obra y la determina en tanto que territorio que posibilita el des-pliegue de todo aquello que habita y se anuda en el cuerpo. Y es ese desplegar, justamente, lo que entiendo también como un estudio, como un proceso de investigación cuya funcionalidad no sería revelar verdades ocultas sino más bien des-velar capas de ese nudo gordiano que nos sujeta a nuestro estar en el mundo.

No obstante, en toda producción, acción o trabajo hay implícita una puesta en escena. No en el sentido de espectáculo, sino en el de contar con la mirada de un otro. Cuando uno produce siempre lo hace para un otro, real o imaginario, pero siempre está presente esa otredad que nos mira y nos interpela.

Jorge: En el Festival Zonadeartenacción Argentina 2012 utilizaste una cámara en un cuarto cerrado,  por medio de la cual transmitías a la sala externa tu acción, ¿qué nos querías decir con esta forma de presentarte?

Nicolás: Este dispositivo, que también he utilizado en otras acciones, está relacionado con varias problemáticas que creo se ponen en juego a la hora de presentar / representar una acción. Por un lado me interesa poner en evidencia que todo aquello que vemos está mediatizado, es decir que el acto de ver no es algo puro ni objetivo, sino que siempre está condicionado por las circunstancias socio-históricas que se interponen entre lo que está sucediendo y lo que vemos. En este sentido creo que en el momento histórico que vivimos, en el cual, siguiendo a Baudrillard, todo parece haberse convertido en “pantalla total”, muchas veces creemos que algo es “verdadero” porque lo estamos viendo, que aquello que puedo ver con mis propios ojos es fidedigno y tiene la garantía de la imagen como trasunto de la verdad. Pero olvidamos que aquello que vemos siempre está filtrado y procesado a través de un dispositivo que nos ofrece una visión parcial de la realidad. La imagen siempre es un recorte y como la parte no sustituye al todo, esa parcialidad, por más high quality que se presente, nunca va a poder dar cuenta de las infinitas lecturas que nos ofrecen las realidades.

Asimismo este dispositivo me permite abordar otras cuestiones que también se desprenden del hecho de poner en circulación una imagen. Una de ellas es el tema de lo público y lo privado, ámbitos que hoy en día se separan por una línea muy difusa y, debido a la inmensa profusión de imágenes que consumimos día a día, no siempre podemos distinguir muy bien de qué se trata cada uno y qué problemáticas plantean. ¿Es público todo lo que se muestra? ¿Basta con que una imagen sea puesta en circulación para que pase a pertenecer al dominio de lo público? ¿El visionado de un acontecimiento nos da la certeza de que todo ha sido revelado, que no quedan espacios ocultos o por descubrir?  ¿Qué nos dicen y qué nos ocultan esas imágenes? ¿Dan cuenta de nosotros y de nuestra realidad? ¿Podemos afirmar que hemos logrado ir más allá de nosotros mismos por el mero hecho de hacer públicas nuestras imágenes? ¿Somos productores de imágenes o son ellas las que nos producen? ¿Se trata de lo que dicen las imágenes o de lo que las imágenes dicen de mí?...

Por otra parte el hecho de hacer público sólo una parte del proceso, tiene que ver con enfatizar la imposibilidad de acceso a lo Real, con señalar que las realidades que están siendo no son traducciones de lo que Es, sino que más bien se presentan como una suerte de “sinthome” de aquello que sucede en otro plano, el cual podemos soslayar pero nunca abordar en su totalidad. En este sentido el registro de la imagen actuaría como una suerte de “imaginario” que posibilita visualizar algo del orden de lo simbólico pero que no puede dar cuenta de aquello que está escrito en lo Real.

 

 

Jorge: Si el cuerpo organiza nuestro pensamiento, las acciones en las cuales tu cuerpo juega en la arcilla y el papel han de tener efectos increíbles en tu función mental. ¿Tienes algún hallazgo consciente en este sentido?

Nicolás: Por empezar pienso que la dicotomía cuerpo-mente, entendidos el uno como el campo de lo sensorial-afectivo y el otro como el de la razón,  es una falacia. Hubo momentos históricos en los que se intentó hacer pesar más una cosa que la otra, pero hoy en día, después del amplio debate modernidad-postmodernidad, se hace difícil pensar cuerpo y mente como realidades separadas u opuestas. Yo me inclinaría por decir que somos sujetos históricos y en tanto tales nuestra corporalidad toda, que implica un cuerpo, un habla, un sentir, un pensar y un estar, es una construcción cultural que nos coloca ante la realidad desde un determinado paradigma.

Si la modernidad estuvo signada por el cogito cartesiano, creo que en nuestra contemporaneidad el “pienso” ha sido desplazado por un “cuerpo, luego existo”. Me parece, no obstante, que no se trata de pensar ese cuerpo como la mera realidad de la carne, sino más bien como una construcción simbólica de condición cultural que soporta en sí múltiples representaciones de experiencias, creencias y saberes. Somos cuerpo porque encarnamos ese complejo sistema de entrecruzamientos que nos define como sujetos y actores de una realidad.

En mi proceso personal ese “encarnar” no tiene que ver con una acción consciente de transferir al cuerpo aquello que sucede en la mente. Se trata de un proceso mucho más complejo en el cual lo corporal, lo racional, lo sensorial o lo afectivo se amalgaman en una nueva instancia que no es ninguna de ellas en símisma y es todas a la vez.

Jorge: La frase"no dar un solo paso que no sea bello" enuncia tu obra. ¿Cuál es el origen de ésta?

Nicolás: Es una frase de Thoreau que utilicé en diversas acciones. A mí me llegó a través de Marta Galán, escritora, dramaturga, investigadora, performer, gran amiga y persona.  En uno de sus textos Marta dice:

pese al miedo, no daba un solo paso que no sea bello.

lo dice Henry David Thoreau en sus diarios. se refiere a un zorro que estaba espiando y persiguiendo…

 un día te explicaré, Sofía, qué es para mí la belleza… te doy una pista: se parece más a un parto que a un paisaje.

 

El tema de la belleza siempre ha estado bastante presente en mi trabajo. No me preocupa tanto la pregunta por lo bello, sino más bien los lugares en los cuales se manifiesta lo bello. Me parece que en el momento histórico que vivimos preguntarnos qué es la belleza carece de sentido, pues todas esas categorías absolutas han sido por demás cuestionadas y se ha puesto de manifiesto que lo bello o el gusto son aspectos totalmente subjetivos condicionados por el contexto sociocultural al que se pertenece. Mi pregunta apunta más bien a identificar aquellas instancias en las que se hace patente el momento en que lo Real se hace carne. Encarnar. Corporeizar. Entrañar. Ésos son para mí los lugares de la belleza.

La frase también intentaba interrogar la acción misma que se estaba desarrollando, pues en varios momentos de la performance se sucedían imágenes que quizás podían ser leídas como lo opuesto a lo que comúnmente se denomina bello. Y así, a través de ese diálogo y cuestionamiento, me interesaba interpelar también al público en relación con su propia concepción de la belleza y de “los pasos” que cada uno realiza en pro de ella.

Por otra parte, en un momento en el cual muchas de las producciones culturales que circulan son banales hasta el hartazgo, el texto de Thoreau es toda una declaración de principios. Es un reafirmar mi opción vital y posición como sujeto histórico desde una mirada que retoma aquello que lo personal es político, en el sentido que le da Adrienne Reich cuando plantea que “el instante en que un sentimiento penetra en el cuerpo es político”.

Jorge: Ejes fundamentales de la sobrevivencia humana, como el trabajo y los alimentos estaban presentes en el proyecto que presentaste en Mulchén. A la vez, elevaste el trabajo al límite de la muerte...¿cuál era la finalidad de esta narración?

Nicolás: La propuesta que presenté en Mulchén (Des-figuración de la fuerza de trabajo. Acción II) forma parte de un proyecto más amplio en el que intento reflexionar en torno a la problemática del trabajo en el contexto actual. En particular me interesa pensar sobre los procesos de producción, distribución, comercialización y consumo de aquello que el mercado denomina arte contemporáneo. Poner de manifiesto la constante precarización del trabajo cultural que, concebido desde una lógica de consumo y a través de una sistemática mercantilización, desplaza la categoría de producción cultural entendida como forma de intercambio simbólico colectivo, a mero bien de uso despojado de toda capacidad de transformación social, cultural y política. Asimismo, partiendo de mi propia experiencia como sujeto histórico insertado en un contexto de producción capitalista, me interesa hacer visible la relación paradójica entre productores y establishmentcultural que, desde su lógica perversa, legitima o invalida las imágenes que se ponen en circulación.

El proyecto surge de un texto de Jean Baudrillard en el cual plantea que el que trabaja, como el esclavo, sigue siendo aquel al que no se le ha dado muerte, al que se le condena “a la abyección indefinida de la vida en el trabajo”.  Baudrillard afirma que el poder del capital proviene de la negación de esa muerte.  Y concluye  “la única alternativa al trabajo no es el no trabajo ni el tiempo libre, es el sacrificio”.

En el formato que adoptó la acción en Mulchén, dadas las características del lugar y del encuentro del cual formaba parte, me interesaba que la propuesta tuviera un carácter procesual que propiciara una democratización del discurso y de la producción artística. Es por ello que durante los días que duró el encuentro estuve elaborando con trabajadores de Mulchén pequeñas acciones e imágenes que formaron parte de la propuesta.

Tanto el incluir a la gente del lugar como la utilización de vísceras de animales para trabajar o el hecho de llevar la acción, no al límite, sino a la muerte misma, tenían como objetivo un intento de salir de la metáfora para instalar la acción y el discurso como saberes localizados y encarnados que se corporizan en un sujeto y su contingencia.

Jorge: He pensado realizar en el marco del proyecto "Mancha" una acción inspirada en tu trabajo; esto lo hemos discutido con otros artistas.Tus manchas sobre el papel son de una gestualidad única, tanto por la dimensión de éstas, como por la fuerza que reflejas. ¿cómo dialogas con la mancha en el momento en que la realizas?

Nicolás: Es complejo decir qué es mancha y qué no en el momento en que estoy trabajando. Sin duda se trata de un diálogo, de un intercambio, de un ir y venir, de un dar y tomar, pero para mí es muy difícil establecer el límite en donde el cuerpo-trabajo es “manchado” por nicolás y el cuerpo-nicolás es “manchado” por el trabajo. Podría decir que en el proceso de producción establezco una relación “carnal” con lo que estoy haciendo. No hay mucha conciencia en ello, ni tampoco es una acto voluntario por medio del cual me pongo a hacer algo que creo es lo más conveniente. En verdad se trata de una suerte de “enamoramiento”, dicho esto no en el sentido romanticista del término sino más bien como demanda del Otro que invoca un estar-allí.

En palabras de Lacan diría que se trata del goce del cuerpo del Otro, porque “el goce sigue siendo pregunta, porque la respuesta que pudiera constituir no es necesaria y todavía hay más. No es tampoco una respuesta suficiente, porque el amor pide amor. Lo pide sin cesar. Lo pide… aun. Aun es el nombre propio de esa falla de donde en el Otro parte la demanda de amor.”

Es ese aun-en el cuerpo lo que se pone en juego una y otra vez en el proceso de ser manchado, tocado, penetrado, travestido, enajenado por esa falta constante que demanda sin cesar.

Jorge: ¿Hacia dónde va la obra de Spinosa?

Nicolás:  …

explicar con palabras de este mundo

que partió de mi un barco llevándome

        A. Pizarnik

                                  

 

                                            

Más información sobre nicolás spinosa en:

http://nicolasspinosa.wordpress.com/

http://www.nicolasspinosa.com/

Escáner Cultural nº: 
166
Muchas gracias, no conocía al artista y me gustó e interesó muchísimo. Muy potente entrevista. Saludos desde México.

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