HERIBERTO YÉPEZ (SIC): POESÍA ES LA CAPACIDAD HISTRIÓNICA DEL LENGUAJE
HERIBERTO YÉPEZ (SIC):
POESÍA ES LA CAPACIDAD HISTRIÓNICA DEL LENGUAJE
[...] invento una lengua que debe brotar necesariamente
de una poética muy nueva.
Mallarmé
El verso es la forma óptica del pensamiento.
Víctor Hugo, Prólogo a Cromwell (1827)
La esencia del poetizar es continuar el habla, el canto
y el cuento a expensas de la verdad.
Heriberto Yépez (H.Y.)
Desde México: César Horacio Espinosa V.
(((Pero este libro
pertenece
Al sufrimiento
del canto ido,
al gorgoritmo del canto roto.
El canto inmediato destruido, melifluo.
Este es el libro de lo post-poético))).
Heriberto Yépez, El libro de lo post-poético,2012
En mis dos colaboraciones anteriores (Escáner Cultural #158 y 159), dedicadas al editor y postpoeta –por mencionarlo de algún modo–Ulises Carrión, me permití hacer amplias citas a partir de uno de los editores y traductor del libro El nuevo arte de hacer libros, el escritor, poeta y crítico fronterizo (radica en la frontera de México con EE.UU.) Heriberto Yépez(Tijuana, 1974).
Heriberto Yépez (H.Y.)
Catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC, Facultad de Artes), psicoterapeuta y estudioso de la filosofía,que cursó con el legendario Horst Matthai, un discípulo de Gaos –el único filósofo alemán formado en nuestro país–, H.Y. es uno de los más prolíficos jóvenes escritores de la actualidad. Entre los años 2000 a 2012 ha publicado más de una veintena de libros de distintos géneros. Se define a sí mismo como un escritor post-nacional.
Ha sido acreedor de más de una docena de distinciones. Entre las que se cuentan el Premio Nacional de Ensayo "Abigael Bojórquez" con Luna creciente. Contrapoéticas norteamericanas del siglo XX (2001); el Premio Nacional de Poesía Experimental “ Raúl Renán” con la obra El órgano de la risa (2007); el Premio Nacional de Ensayo “Carlos Echánove Trujillo” con El Imperio de la Neomemoria (2007) y el Premio Nacional Malcolm Lowry de Ensayo con su estudio (inédito) sobre Jerome Rothenberg en México (2009).
De modo habitual colabora en español y en inglés, además de dar lecturas en San Diego y Tijuana. Sustenta pláticas, talleres o conferencias en instituciones como la Universidad de Naropa, Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y Berkeley, la Universidad de Arizona o Harvard University, entre otras. En el 2011 fue profesor visitante del programa de maestría en escritura de la Universidad de California en San Diego (UCSD).
Entre sus libros están: La increíble hazaña de ser mexicano, 2010; Al otro lado, 2008; Contra la Tele-Visión, 2008; El órgano de la risa, 2008; El imperio de la Neomemoria, 2007; Sobre la impura esencia de la crítica, 2007; A.B.U.R.T.O., 2005; El matasellos (novela), 2004, por mencionar algunos. También están el libro visual bilingüe Here Is Tijuana / Aquí es Tijuana y su primer libro en inglés: Wars. Threesomes. Drafts. & Mothers.
Lástima que la mayoría de tales libros han sido editados en el noroeste de México (Tijuana), y por lo mismo son difícilmente conseguibles en el centro del país; y no se diga en los demás países de habla hispana e incluso del inglés.
En 2012 publicó El libro de lo post-poético, que consta de 35 poemas no muy extensos en verso libre con estrofas generalmente cortas –abundan las de uno y dos versos–, con una sintaxis que privilegia las frases simples y un discurso tajante que permite un acceso rápido y sin escalas a la propuesta post-poética del autor.La sintaxis simple y fluida contrasta con este intermitente ejército de sustantivos y adjetivos, creando así una marcada densidad que en algunos casos cuelga del verso como lastre1.
Ante todo / Se puede post-poético?
Por supuesto: y post-poético es la causa y es el efecto:
abandono del estado poético.
Ese estado que se ha vuelto inexistente.
Inverosímil.
El también crítico y escritor Evodio Escalante apunta: Yépez trabaja con el lenguaje. Su máquina de guerra es el lenguaje, esa totalidad en movimiento. Por eso practica todos los géneros: la poesía, la crítica, el ensayo, la novela, la intervención artística, la psiconáutica, el blog. (FIN DE CITA.)
Y bien, puedo decir que en el marco de una (tele)conversación-entrevista con H.Y. he trabajado mucho en torno a su libro Sobre la impura esencia de la crítica (2007), que me ha parecido fascinante y de donde he destilado muchas de sus enunciaciones para tratar de penetrar en el meollo de las tesis.
Por ello, al elaborar este “cuestionario” más bien he llegado a la utilización de muchas de sus aseveraciones; Yépez, a su vez, acepta este juego plagiarístico (SIC: ¿meta-dialógico?) que me permite presentar sus propios textos para manejarlos en calidad de “preguntas” y de los temas a tratar en la entrevista; en realidad, mediante este recurso hablo de meta-diálogo porque utilizo sus tesis en dicha materia al estilo del Quijote de Menard, lo cual hago notar en esta introducción (que, por demás, es lo que sucede en todas y cualesquier entrevistas que leamos).
Mail de H.Y.- SIC: César, Al leer el texto me parece que ya está listo. Podría agregar o decir algo, pero ya se lee completo, además de las imágenes, tiene aspectos de obra autosuficiente. Hay dos o tres lugares en que podría intervenir pero me cuesta interrumpir tu voz (¡en serio!).
O sea, de algún modo podría decirse que la entrevista la realizó el propio entrevistado, con lo cual el entrevistador (yo) paso a desaparecer, pero también sucede que el autor original puede desconocer la nueva estructura o los énfasis distintos dados a sus propios conceptos, de suerte de que caemos en un juego de autodesconocimientos un tanto tautológico o circular… Un juego de círculos ¿viciosos?, ¿cuadratura del círculo? En fin, círculos que se encierran unos en otros, ¿esto vendría a ser el meta-diálogo?
En el título incluyo la partícula (SIC) como parte del tratamiento de manejar sus propias tesis como tema de la entrevista, y también para introducir las imágenes que he elaborado para acompañar al texto (que forman parte de un trabajo gráfico que vengo realizando desde hace 20 años), en espera de que vayan de acuerdo en cierta manera con el desarrollo de la “entrevista”.
En esta ocasión, a partir de su libro, destaco los temas de lo poético, la poesía y el poeta, y quisiera dejar para una segunda parte el tema de la crítica, que le da un sustento determinante al propio libro (así lo dice el título de éste), si H.Y. lo ve bien y podemos llevar adelante este proyecto poético-periodístico.
Interviene Evodio Escalante: Yépez trabaja de modo sistemático en la deposición de la categoría autoral. Los heterónimos de Pessoa se convierten en el emblema inevitable de nuestro tiempo. El heterónimo vampiriza desde el inicio la (con)sagrada propiedad del nombre, bien entendido como identidad del autor.
Evodio Escalante
H.Y. cree en la teoría del solipsismo textual. Por eso afirma: “Cada obra es una mónada cerrada (Leibnitz) en que cualquier referencia ajena es impertinente.” Encontramos ahí mismo: “Creer en el valor extratextual de la escritura es una aberración. Han sido nuestros pésimos hábitos de lectura crítica los que nos han inculcado la idea de que el valor de un texto excede su propio límite verbal. Ya lo saben los taoístas: el lenguaje no puede expresar nada del mundo. El lenguaje no habla del mundo”2.
Pero quien lo escribe no sabe si en algún momento cayó dormido
o
todo
lo
escribió
despierto.
Estamos frente a un yo poético condenado por la línea fronteriza, por los límites: ni puede cruzar al otro lado de la línea, ni puede olvidarse de ella. Continúa, pues, y se refuerza esa indecisión que parece la base de la propuesta post-poética. Un yo que, tras varios poemas, deja de lado esa línea y lo que hay a ambos lados de ella para centrarse obsesiva y compulsivamente en la imposibilidad de la decisión: se mantiene inmóvil –y convencido– en la incertidumbre, dictamina Escalante.
LA ENTREVISTA o META-DIÁLOGO
1. A partir de las tesis de Jean Cohen, sobre la doble desviación y la orientación paragramatical de la poesía, ha llegado a integrarse una poética del sentido o semántica… Al parecer, en contraste con esos planteamientos veo que estableces que la poesía ha podido decir todo porque desconoce lo que dice; es decir, al ser solamente forma, forma llena y a la vez incompleta, es un fondo que desde su origen es forma a posteriori: llena porque es primordial (el primero de los hilos) e incompleta, porque la forma reclama sentidos. O bien, su esencia es un puro vacío
H.Y.- SIC: La poesía no es, en ningún caso, los puntos de vista que dice o calla. La poesía no podría enunciar su esencia a través del “contenido”. Exactamente porque la poesía desconoce lo que dice es que ha podido decir todos los contenidos posibles… y por ello el corpus poético total ha podido decir todo, y autocontradecirse históricamente en cuanto a su ideología o definición.
Buena señal de haber vislumbrado la esencia de la poesía sería que ella consistiese en un puro vacío. En este sentido, la poesía esencialmente sólo es forma.
Es cierto que el poeta no es jamás sus enunciados… La esencia de la poesía no está en el contenido de ninguna de sus proposiciones. Ningún enunciado de la poesía podría decir su esencia porque cada uno de ellos se ha producido como resultado de esa esencia. Los enunciados de la poesía son demostraciones ciegas de la esencia de la poesía, no explicaciones lúcidas de ella.
Definir qué es el poetizar tendría que basarse en la interpretación del vacío que los enunciados de su decidor nos deja; es interpretar la imposibilidad de su decir-lo-esencial-del-poetizar; por ello, la esencia de la poesía reposa en el hecho de que nada que diga puede afirmar su propia esencia
La poética construye dis-cursos; discurso quiere decir intriga u oscilación, un avance de un lado hacia otro; comprendemos que la esencia del discurso es su indecisión. La poesía, sin embargo, sí permanece en su carácter de discurso; por ende, en su condición de indefinición propositiva.
La poesía, el amor y la muerte pertenecen a una misma categoría de experiencias hacia lo desconocido, praxis en busca de su definición última guiada por un simultáneo afán infinito de no llegar a ella.
Estoy atorado
entre este y el otro lado.
Y cuando mi salto está listo:
la raya se desplaza.
2.A partir de la proliferación de enunciatarios que postula, desde sus heterónimos, Fernando Pessoa, y de algún modo desde la desaparición elocutoria del poeta (Mallarmé) y la ulterior “muerte del autor” (Barthes), enterrado en beneficio de la escritura, pues lo que importa no son los enunciados, sino la enunciación, expresas que poetizar siempre es heteronomizante; que todo poeta, aunque no haga un uso explícito de heterónimos, es un heteronomista…
H.Y.- SIC:No se puede decir que Pessoa fuese un poeta. Era varios… Era Alberto Caeiro, Bernardo Soares, Ricardo Reies, Álvaro Campos, “Fernando Pessoa” y una larga lista de otros heterónimos.
En sentido estricto, Pessoa no creó a sus heterónimos sino lo contrario: cada heterónimo se creó a sí mismo y en su conjunto todos ellos crearon a “Pessoa”, el poeta-heteronomista.
El poeta es aquel que se inventa un yo (o varios), el poeta inventa un sujeto para todos sus poemas o uno para cada uno de ellos Cada vez que se escribe se construye un sujeto textual que no sobrevive sino en la página; así, poetizar es ficcionalizar al yo; es yoificar la ficción, hacer que la identidad sea un texto. Tejido. Pero el poeta no es jamás sus enunciados: la esencia de la poesía no está en el contenido de ninguna de sus proposiciones
¿Qué es el poetizar? Es servirse del lenguaje como máscara y alteridad. Las palabras como productoras de identidades.
La poesía es el paroxismo de la Producción, la pasión extremosa por producir no sólo objetos, mas también sujetos…
Una producción que no la hace un individuo sino que fabrica al individuo mismo que la produce y que la consume, una producción vuelta sobre sí misma, colmada de todos sus procesos, de todos sus agentes, una producción que inventa en superávit todo lo que requiere para seguir reproduciéndose.
3. En cierto modo, a contrapelo del enunciado de Heidegger en su “esencia de la poesía”, cuando cita a Hölderlin, “Y se le ha dado al hombre el más peligroso de los bienes, el lenguaje... para que muestre lo que es...”, tú inquieres:¿Qué es el poetizar?
H.Y.- SIC: Es servirse del lenguaje como máscara y alteridad, palabras como productoras de identidades; hace que el lenguaje construya enunciados.
Entonces, poesía es la capacidad histriónica del lenguaje, su capacidad reinventiva, su secreta capacidad autoparódica; el poetizar, por otra parte, nos ayuda a recordarnos que cuando usamos el lenguaje, alguien más lo está usando: decir es ser otro, cada palabra es un desdoblamiento. El poema nos recuerda que, gracias al lenguaje o por culpa suya, no somos quienes decimos que somos.
Las definiciones del poetizar siempre han estado personalizadas, ligadas al autor o cultura que lo ha dicho. Por eso la búsqueda de nuevas identidades imaginarias es la empresa propia de la poesía.
La esencia del poetizar es fingir que sus enunciados pueden decir su esencia. La poesía quiere acabarse, por eso nunca termina, por eso transmuta. Toda poesía es un artificio para poder re-presentar su presencia, su participación en la coexistencia.
La esencia del poetizar no es un enunciado o varios. (…) Mi definición de la poesía, por eso –¡como todas!– no es más que un nuevo juego que el poetizar emprende para seguir burlonamente huyendo de sí misma y de todos nosotros.
[…] Soy un hombre de frontera. Mi obsesión es el umbral.
¿A este zigzag se reduce
poetizar?
¿Es una conclusión?
Sí y no.
4.La forma expresiva de la poesía ha sido tradicionalmente la verbal y escrita… A su vez, la palabra poética se enclava dentro de lo que los lógicos llaman “universales” o a priori, siempre para dejar pasar a plenitud todos los particulares en los casos más cercanos o entrañables que tenga el enunciador.
H.Y.- SIC:Digamos que los heterónimos de Pessoa hicieron evidenciar las comillas implícitas en todo nombrar, la ficcionalización que todo nombramiento produce. La poesía es ficción. La poesía es una mentira.
La esencia del poetizar es la heteronimia; el desdoblamiento que la voz realiza. La voz nos hace, forzosamente, otros.
Lo primordial del poetizar es la capacidad de tener una voz, no lo que la voz enuncia. Lo importante es la construcción de un sujeto y/o de un texto, la comprobación de la vocalización. Poetizar es siempre heteronomizante.
5. Al hablar del enunciatario, también estableces que la voz poética no sólo concierne al lenguaje hablado-escrito, sino a ámbitos que trascienden a las palabras o competen al arte. En tal sentido, mencionas el papel del poeta.
H.Y.- SIC: Esencia del poetizar ha sido crear un sujeto que sustente el nombre de poeta; este sujeto, por supuesto, (re)crea poemas, pero ello es secundario, se puede hablar de poetizar más allá de los vocablos o el arte. “Poeta” es la ilusión interna del sujeto para ser-otro; sea porque escribe o recibe, el poeta en ese sentido es una máscara ritual en la vida de aquellos que gozan el lenguaje.
El proyecto poético (de hacer-satisfactorio) trasciende estas esferas e inunda toda la existencia; esencia del poetizar es formar definiciones falsas de sí misma, esencia del poetizar es continuar el habla, el canto y el cuento a expensas de la verdad.
Mudar de apariencia, cambiar el patrón de sus apariciones materiales o sus universos metafísicos; así, la búsqueda de nuevas identidades imaginarias es la empresa propia de la poesía.
Las palabras juntas nos deparan mil y un desdoblamientos; el poema no dice esto o aquello; dice: “algo está siendo dicho”, “alguien está diciendo”, “las palabras están apareciendo” como parte de una actuación escritural clandestina o confesa.
Si la poesía tiene una función central, ésta no es propiamente crear poemas sino crear una entidad que los crea y que la reciba; por ende, la poesía es el paroxismo de la Producción, producción vuelta sobre sí misma, colmada de todos sus procesos, de todos sus agentes, producción que inventa en superávit todo lo que requiere para seguir reproduciéndose.
¿Es una melancolía?
Puede que sí, puede que no.
Un misterio que jamás será resuelto.
Cada vida, un enigma.
—Los enigmas resueltos
no deben comunicarse a otros—
6. En las evocaciones críticas del libro haces aparecer varias veces a la poeta norteamericana Laura Riding con sus tesis sobre el escribir y la poesía; son tesis definitivamente radicales; se ha dicho que citar es citarse, ¿hasta qué punto te involucras en estos enfoques, como el siguiente?:
“La poesía es derrota, el fin no es un fin sino un detenerse-antes porque es imposible llegar más allá; la poesía enloquece; es el absolutismo de la insatisfacción. La poesía adormece y adorna. No puede hacer nada más, sólo adormece y adorna. La poesía agota lo que ya estaba de por sí exhausto: elegimos esa autodestrucción socialmente aceptada y lentamente procurada llamada poesía.”
O bien este otro enfoque, que se aproxima a la anulación del sentido que postulas en algunas de tus exposiciones:
“(…) forzar a cada palabra a ir más allá de sí misma hacia una muerte del sentidoen la que, por lo menos, está a salvo de perjurios tanto de la sociedad como de la poesía; esta noción de la muerte del sentido como requisito para que la palabra pueda ser útil al escritor resulta inusitada; los poetas normalmente se hacen pasar por los revitalizadores del verbo. La labor del auténtico amante del vocablo debe matar todos sus sentidos ‘intrínsecos’, ‘lógicos’ o ‘poéticos’”; “la poesía es quizás la única actividad de desarrollo antisocialmente”, su creación legítima comenzaría precisamente con la muerte del significado: las palabras, en su uso puro, el cual asumo que es su uso poético auténtico, son negaciones y no afirmaciones de la realidad”.
H.Y.- SIC: Esta noción de la muerte del sentido como requisito para que la palabra pueda ser útil al escritor resulta inusitada. Los poetas normalmente se hacen pasar por los revitalizadores del verbo: Mallarmé y la purificación de las palabras de la tribu.
Riding, por el contrario, anuncia que la labor del auténtico amante del vocablo debe matar todos sus sentidos “intrínsecos”, “lógicos” o “poéticos”. El individuo ocupado con el lenguaje debía evitar descender a cualquier contexto verídico: “la poesía es la única actividad de desarrollar antisocialmente”.
La creación legítima comenzaría precisamente con la muerte del significado. Sólo después de esa muerte podría usar la palabra de manera irreal, libre ya de ataduras veristas.
7. Cuando dedicas un trabajo crítico a la obra de Evodio Escalante sobre la poesía y la poética de José Gorostiza, te refieres a la propuesta que realiza este autor de “prosificar” el poema Muerte sin fin, empresa que aplaudes y según planteas Muerte sin fin en prosa es superior a Muerte sin fin en verso.
H.Y.- SIC: Presentar un poema por medio del verso, ¿no será una maquinaria retórica excesiva?
No contento con escribir Poesía, el autor le impone la estructura ocular del verso; es como si un extravagante ingeniero decidiera mantener visible la armazón interna de su edificio, como soberbia ostentación de su pericia arquitectónica.
La poesía es una extralimitación que los poetas se atreven a agravar todavía más, exagerando, recalcando, destacando su condición de privilegio a través de la prevaleciente presentación versística.
En una etapa más atrevida, sin embargo, el verso será una fase preliminar y autodestructiva hacia la prosa.
Los poetas serían aún más magníficos si prosificaran sus poemas al momento de publicarlos, pues el verso sería una fase preliminar, auxiliar de la composición armónica del lenguaje, pero sólo perteneciente a los borradores y pruebas hacia el poema prosificado definitivo. Pero no ha sido así.
[…] Y como si existir no fuese suficiente afrenta
hoy amanecí con los lentes rayados.
No me pida nadie que lo mire de frente.
Yo prefiero mi vidabizca.
8. En el libro dedicas una parte importante a referirte a la antipoesía de Nicanor Parra y en cierto modo la de Jorge Luis Borges, así como a la neovanguardia estadunidense de los años 50-60 del siglo pasado; ¿podrías ampliar esos juicios?
H.Y.- SIC:La antipoética es la sátira sistemática contra el sujeto poético; la antipoesía alteró al sujeto poético (fin del Yo lírico solemne), al contenido de la poesía y al lugar del poeta frente al lenguaje y la sociedad; se trató de la vanguardia: aspirar al antipoema (artefacto cómico de desacralización de la estructura, vocabulario y sujeto poético) se convirtió en regla básica de un gran sector del lenguaje vanguardista del continente americano después de la década de 1950.
Nicanor Parra
La antipoesía históricamente ha mermado la posición del sujeto lirico como eje del lenguaje, además de corroer su seriedad ontológica y su función metafísica como voz dirigente en la conciencia del poema.
La influencia de los antipoemas de Parra fue decisiva para muchos poetas protagónicos de la neovanguardia estadunidense de los años de la década de 1960, como Ferlinghetti y Ginsberg…
Ferlinghetti
Ginsberg
Al igual que la antipoesía de Parra, aunque desde estilos y posiciones opuestas, el sujeto poético es atacado en su acordada (por la tradición) Seriedad Eidética. Es la contrapropuesta socioestética de redefinición radical del Decir más original que se produjo en Latinoamérica a mitad de siglo.
Si el neobarroquismo latinoamericano quiso comenzar una era partiendo de su Exageración (un rasgo que tradicionalmente anuncia su decadencia), la antipoética borgeana comenzó (desdeñosamente, es cierto) una renovación literaria partiendo, paradójicamente, del supuesto de la muerte funcional del espíritu vanguardista; podemos confirmar la índole vanguardista de la antipoética (en este caso la borgeana), pues parece haber ido más lejos que sus antecesoras francesa y alemana.
Borges
Además, este antivanguardismo burlesco bien podría ser uno de los rasgos futuros de las “vanguardias” que puedan surgir en el siglo XXI. La burla más cruel, en este caso, es el amor al prójimo radicalista.
La antipoética es la sátira sistemática contra el sujeto poético.
La idea subyacente en estas sátiras es que la vanguardia murió de mediocridad, monotonía y solemnidad, es decir, murió por falta de una antipoética que no le permitiera reconvertir al artista en un “gran héroe”.
La vanguardia se asfixió de su propia seriedad pusilánime.
Viene al caso concluir con el aserto de Evodio Escalante: El lema filosófico de Yépez fue descubierto hace ya muchos años por la escritora estadunidense Laura Riding, y dice así: “La verdad siempre se despliega en un número infinito de círculos que tienden a ser, pero nunca son, concéntricos”.
Antipoesía, Parra
REFERENCIAS:
1.Patricia Oliver, Heriberto Yépez El libro de lo post-poético, ICBC/ CONACULTA, México, 2012, pp. 104
2. Evodio Escalante, “Fichas para (des)ubicar a Heriberto Yépez”, La Jornada Semanal, Domingo 8 de junio de 2008 Num: 692
Ilustraciones: C. Espinosa, serie SIC Poeinstantes.
César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. (Post)Escritor, docente, editor, cultivador del plagiarismo, investigador privado (de arte y poesía), promotor y curador de poesía visual-experimental. Creó y fue coorganizador de las Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2009). Ha publicado libros y ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación; uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte, crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especialesde esta revista virtual.
e-mail:poexperimental@gmail.com
Blog:http://profunbipoviex.blogspot.com
Blog:http://postart1.blogspot.com/
FACEBOOK:PRO FUNDACIÓN BIENALES INTERNACIONALES DE POESÍA VISUAL/EXPERIMENTAL
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