¿COMO SE LLAMA ESO QUE IMITA AL ARTE?
¿COMO SE LLAMA ESO QUE IMITA AL ARTE?
¿Los "osos" del arte?
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¿qué nombre tendrá, eso que imita al arte?
Por Juan José Díaz Infante
Jdiazinfante@altamiracave.com
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La vida imita al arte mucho más que el arte imita la vida
Oscar Wilde
Propuesta 1:
Tesis:
Atar a un curador a la pared de un museo, de preferencia a una franquicia del Guggenheim y, no darle agua o comida y, esperar a que muera.
Justificación:
El curador iba a morir de cualquier manera.
Cada 30 segundos muere un ser humano, el 50% de estas muertes son bajo condiciones de violencia extrema, crímen, guerra, injusticia social e inanición.
El 99% de los humanos mueren por falta de poesía aunque sigan vivos.
¿por qué cuando esta muerte se hace en medio de la atención pública genera tanta crítica?
Convocatoria: curadores interesados mandar sus candidaturas por email, los curriculums serán revisados por un panel de expertos que elegirá al menos preparado, en esta misma revisión se ofrecerán otras posiciones administrativas.
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Hay un arte que imita al arte, se parece, es casi igual, pero no es arte. Hay poeta y el que imita al poeta.
Los grandes artistas del sur de España, gitanos o flamencos, ya canten, ya bailen, ya toquen, saben que no es posible ninguna emoción sin la llegada del duende. Ellos engañan a la gente y pueden dar sensación de duende sin haberlo, como os engañan todos los días autores o pintores o modistas literarios sin duende; pero basta fijarse un poco, y no dejarse llevar por la indiferencia, para descubrir la trampa y hacerle huir con su burdo artificio.
García Lorca, Teoría y juego del Duende
Hay un arte que imita al arte, es tan obvio, que causa una especie de ira cegadora al verdadero artista. Esto no es asunto del derecho de autor ni del derecho de copia (copyright). No es tema de la reproducción ni de la imitación exacta, sino esa imitación que varía tan poco que pudiera dar la idea de una nueva hipótesis al ignorante y medio engañar al golpe de vista del ojo del seudoexperto.
Para probar el punto, Sir Lawrence Olivier solía hacer castings sin establecer su identidad, es decir, de desconocido, solía entrar a llamadas de actores para cualquier parte de cualquier obra, para ver qué era lo que podía obtener. Muchas veces resultaba parte del coro, allá en el fondo perdido, sin que nadie pudiese "ver" que él era Sir Lawrence Olivier, con una barba.
Cuando se impone un orden, no se puede evitar el violar la unidad de la experiencia del trabajo y autor -- la dialectica íntima que trasciende el registro, y se vuelve inrrecobrable al teórico. Un catálogo razonado es el retrato del artista por el teórico que solamente captura la superficie y en el mejor de los casos una pista de su personalidad y definitivamente no captura al ente creativo.
Una explicación de las imitaciones al arte, lectura de un manual:
Desde un punto de vista de un observador inexperto, la identificación mínima, es la posibilidad de reconocer un proceso siguiendo un libro de reglas exactas. Esto no quiere decir que se pueda crear algo artístico a partir de esta serie de reglas que se usan para su reconocimiento. El libro o manual debiese de ser tomado, sin soberbia, como una referencia y lo importante es la potencialidad del conocimiento que se encuentra codificado en la obra y su relación con el artista. Así hay que hacer notar esta línea divisoría, el valor de la obra junto con los procesos de actitud es distinto al valor del manual, Dos libros diametralmente distintos, el arte escrito por el artista, el teórico es una traducción por un traductor que no domina el lenguaje, geografías de conocimientos distitnos. Varios niveles Arte versus pintura versus colorear por números Desafortunadamente, se han formado una serie de círculos alrededor del arte contemporáneo de expertos en manuales de arte. Estos círculos han creado una cultura de capas y sedimentos de " artistas" que imitan el arte, cuya metáfora pudiese ser el de colorear por números, quedan bonitos al final, pero todos son iguales..
Estos círculos que son más de poder que otra cosa, hoy en día sigue los manuales al pie de la letra y lo que se reconoce es la literalidad del texto. Se reconoce el "formalismo" de la aplicación de la regla. Y la conversación se da entre "formalistas" cuya relación es dependiente de la literalidad. Resultado, escuelas y museos llenos de "formalistas" que generan Bienales "formales", pero que cada vez menos son fuente de una discusión fresca de arte. Si a esto le sumamos la interferencia del mercado, el ruido que puede hacer las tésis neoliberalistas económicas. Los formalismos se vuelven todavía más rebuscados y propiamente inentendibles, ya que en realidad lo que resulta es la necesidad de una especie de abogado o administrador que navegue este mar de reglas. Solamente que las ganacias se las llevan los manejadores y no los artistas. Los manejadores entienden mejor a los que colorean por números, ya están ordenados a manera de la historia y ya están ordenados a la manera de la catalogación, hace más facil el trabajo de curador, crítico o historiador del arte.
Este cuadro el cual Berenson le asignaba su autoria a Tiziano y Duveen deseaba que fuera de Giorgo da Castelfranco (eventualmente hoy se considera un Giorgo). Esto fue lo que hizo que la asociación entre ellos terminara. Quizá la sociedad de mejor reputación de defraudadores y la más famosa del mundo del arte. El cliente: el cliente, llamese banco, museo, colección privada, resulta que es una parte fundamental del coronamiento. Así, Frida Kahlo al momento que la compra Madona es un producto distinto y queda desechada cualquier otra opinión. La falta de calidad en las cosas que nos rodean, mejor llamado mercado masivo, responde a que lo importnate es el símbolo. Así una camiseta cualquiera tiene un valor y la misma camiseta con un logotipo de Tomy Hilfiger cuesta 8 veces más. La teoría contable de valor es el sumar los elementos mediáticos al producto. Es decir esa cosa que imita el arte, tiene un valor real, que no es la de la factura de calidad, sino el valor de que todo mundo lo "reconoce" (reconoce en el sentido de identificación). Es el valor de una tarjeta de beisbolista que tienen los gringos. El cliente se pone de pechito, prefiere algo reconocible a algo bueno, primero porque no sabe la diferencia, segundo por la gran inseguridad de su falta de cultura.
¿Arte falso? o ¿semi falso? o ¿de mala factura? , ¿de buena y mala factura?, siempre me cuesta trabajo discutir este tema, porque toca el sistema de legitimización. Cuando el sistema de legitimización es pobre y legitimiza arte que imita arte, Es un problema técnico o tal vez una paradoja, ya que al cumplir con todos los requisitos formales este arte es arte. ¿Qué sucede?, la pregunta de dónde queda el público, la posibilidad de aprendizaje, de generación de metáfora, dónde queda la seriedad de la historia y desafortunadamente dónde quedan aquellos artistas cuya preocupación sí es la poesía, la cuestión es preocupante cada día más. Hay tal desesperación de narrativa emocional que el ser humano la sustituye con más de menos calibre, el hábito del entretenimiento infinito. Circo es OK.
Es también una anécdota que uno de los consultores de Berenson, Baron Gottfried von Kopp, le vendió el Arco de Constantino a John R Thompson, un hombre de negocios americano. El precio era de medio millón de dólares, Thompson dejó 100 mil dólares de apartado. Igual lo que deberíamos hacer es una medición tipo de hotel, con Arte Gran Turismo para el mejor artista que tenga arte para alberca y una estrella para los artistas de paso que venden de una cajuela de un coche.
Recientemente recibí un correo, o ya no sé si decir "el correo", ya que tiene como un millón de copias marcadas sobre la "exposición" y "obra" de Guillermo Habacuc Vargas titulada "eres lo que lees". Exposición de Agosto del 2007, Nicaragua, Galería Códice. En esta obra se amarra a un perro a la pared de la galería y se le deja morir. ESto más que una crítica, se convierte en un análisis del fenómeno y donde hay que remontar desde los filtros básicos. La discusión no tiene que ver con la muerte o no del perro. Todas las críticas de la obra están basadas en la crueldad al animal, la muerte del perro no es la geografía exacta del problema, el insulto al público es, la proliferación del mal arte y del mal gusto. El artista está en su derecho de ser un mal poeta. El contexto en el que está puesto es el que tiene serios problemas. Apenas el día de ayer estaba platicando con unos amigos del MIT, de como estaban demandando a Frank Gehry por negligencia por los problemas que estaba dando el nuevo edificio recién terminado. Yo comentaba que la demanda y la resposabilidad civil de la misma está sobre aquel que lo contrató a hacer un edificio que parece un edificio.Se confunden los rituales de sacrificar un animal a Huixilopoztli con el arte. El fenómeno aislado, podría verse como un accidente, una bala perdida o un riesgo mal tomado. La idea de la exploración del arte tiene que ver con la toma de riesgos Sin emabrgo ahora a Honduras le parece genial y hay que ponerlo en la Bienal Centroamericana de Arte 2008. Circo es OK.
Ahora hay una necesidad de que haya muertos y explosiones en el arte para que sea entretenido. Así los artistas desesperados por atención se dedican a filmar la muerte de la madre o del padre, los muertos en Vietnam, cadaveres embalsamados. Así artistas han logrado cierta fama como Pedro Meyer que fotografió la muerte de su padre o Bill Viola grabando en video la muerte de su madre. Habría que sumar al gran manual de apreciación artística que deban de filmar un muerto para ser artístas o embalsamar un cadaver.
Haciendo mención al pensamiento de Rothko sobre el orden de clasificación que interrumpe la dialéctica entre la obra y el artista. AL romperse la dialéctica y esa intimidad entre la obra y el artista, cualquiera es artista. El problema radica en una invisibilidad del "alma" del artista. En latinoamerica hay mas alma, pero el complejo de conquistados nos lleva a imitar eso que ni siquiera nos pertenece. Sumándole el desorden latinoamericano, el "desórden político" (que mas bien corresponde al botín", no solamente interrumpe el proceso dialéctico, piensa que lo puede crear, administrar en un contexto de conveniencia política. De ahí lo importante de la legitimización extranjera de los artistas latinoamericanos. Si los discursos ordenados son fállidos, los discursos desordenados latinoamericanos, que intentan imitar al orden extranjero son todavía más fállidos y erosionan cualquier materia gris con un mínimo de sentido común.
Hace un par de semanas me invitaron a dar una plática sobre "la muerte de la pintura" en el Centro Universitario de Investigación Humanistica. Con un poco de pena, medio pregunté, de qué querían hablar, no solamente por ser un tema agotado, anacrónico, lugar común, sino porque además el retomarlo es una necedad. En fin, nadie me dio una explicación y, bueno si se puede repetir una serie de televisión, por qué no repetir al infinito las preguntas, quizá algún día podrían cambiar el final. En el lago de los cisnes en algunas versiones no matan al cisne. Yo sigo viendo el mismo partido de futbol de mi equipo favorito, quizá algún día sean campeones. Resultó que la conferencia se habló poco de la difunta, todo mundo esquivó el hacer cuestionamientos de un muerto, ya que normalmente la estima brota una vez que el finado no existe. Y se confunden términos de manera gratuita y casi siempre equivocada, donde lo que hay que hacer es redifinir, si ser pintor es ser artista, o se puede ser pintor, solamente siendo un buen pintor. En fin los distintos ponentes del tema, más bien hicieron referencia al siguiente paso de la pintura (¿?). Y por alguna razón había un concenso de que el Graffitti es lo de hoy y el futuro de la pintura.
Fue después de la conferencia que me puse a buscar un poco de literatura en cuestiones de Graffitti, me encontre un libro de venta en una tienda de ropa, libro titulado "Wall and Piece" de un personaje llamado Banksy que vive en Lóndres. En realidad es un personaje anónimo, cuya obra artística revuelve alrededor del Graffitti. Lo que es importante entender en su literatura es que el graffitti es un evento efímero y tiene que ver más con la acción que con la pintura.
Banksy permite recordarnos que el arte debe de suceder fuera de la galería, en un plano social, cuyo mensaje no sea "yo quiero estar en un museo". Se requiere de romper los falsos equilibrios.
Para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que quema la sangre como un tópico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometría aprendida, que rompe los estilos, que hace que Goya, maestro en los grises, en los platas y en los rosas de la mejor pintura inglesa, pinte con las rodillas y los puños con horribles negros de betún; o que desnuda a Mosén Cinto Verdaguer con el frío de los Pirineos, o lleva a Jorge Manrique a esperar a la muerte en el páramo de Ocaña, o viste con un traje verde de saltimbanqui el cuerpo delicado de Rimbaud, o pone ojos de pez muerto al conde Lautréamont en la madrugada del boulevard. Garcia Lorca, Teoría y Juego del Duende.
Koldo Chamorro, fotógrafo español y amigo mío divide a los artistas como todos lo hacemos en buenos y malos. Los buenos artistas son los que le ponen energía a su obra no importa el tema. Los malos artistas son aquellos que les piden prestada la energía al tema.
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