Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Panóptico

CUERPOS COMTEMPORÁNEOS: DE SPINNING, SUDOR Y LÁGRIMAS

Walther Maradiegue


Abre paréntesis 1

Abre paréntesis 2

Cada vez que paso cerca al gimnasio más cercano a mi casa, no puedo evitar deslumbrarme ante uno de espectáculos matinales favoritos: decenas de bicicletas estacionarias, ocupadas por otros tantos clientes que usan e interaccionan con ellas. Podría decirse que se trata de una orquesta que avanza en un ritmo semejante (pero no perfecto), que puede variar según los gritos de un trainer a la vez sensual que riguroso. Como es de esperarse, esta orquesta tiene músicos imperfectos que no “avanzan” al mismo ritmo que la masa perseverante, pero están ahí precisamente para ser como ellos, para algún día lograr la meta que probablemente hace pocos días se habrán impuesto: estar en forma.

Este espectáculo seduce al curioso obsesivo que llevo dentro, pero también a mi científico social: aquél que no sabe cómo devorar este tema. Por mis investigaciones actuales no puedo evitar asociar este esfuerzo colectivo con un imperativo neoliberal que disciplina nuestros cuerpos hacia ideales occidentales de la estética. Pero también hacia prototipos que debemos cumplir para que nuestro desempeño como individuos económicamente productivos sea mejor aún, en términos de eficiencia, eficacia y efectividad. En este sentido la “forma” que se espera tener no tiene solamente fines individualistas, sino de ajuste a normas sociales más grandes que la elección de “vencer las excusas, y bajar esa pancita” (tomado literalmente de la publicidad de nuestro gimnasio inspirador).

Y no es casualidad que esta derrota masiva de las excusas se lleve a cabo dentro de un espacio urbano, lejos de los supuestos de que correr o montar una bicicleta, sea una actividad que lleve a la persona a algún lugar, sino más bien se convierta en una actividad que lleve el cuerpo de la persona a otra condición. Podemos agregar asimismo que estos emprendimientos no son sólo estimulados por Gimnasios Corporativos, sino también por todo tipo de entidades estatales (Municipios, Ministerios, Estado) y privadas (Marcas de Zapatillas, relojes, ropa deportiva). Lo que nos llevaría a la reflexión que se trata de un canon aceptado unánimemente e incorporado al sentido común.

 

 

Cierra Paréntesis 2

Conversando sobre estas curiosidades con una amiga, me sorprendió saber que rechazaba tajantemente mis argumentos y más aun las dudas que continuaban merodeándome. Quizás su condición de cliente asiduo hace ya varios años de un gimnasio marcaba su opinión (y la condición mía de nunca-cliente marcaba la mía).

Me contaba que este espacio al que yo veía como “dictatorial y prejuicioso” era un espacio donde muchas mujeres –aburridas de la rutina, ignoradas por sus esposos e hijos, necesitadas de bajar “rollitos”- se podía reunir no sólo para hacer ejercicios, sino para conversar con otras mujeres cuya condición compartían. De este modo, conversar, reír, jugar se convierten en rituales que alivian el peso de una vida que quizás no fue elegida, pero sí tomada en resignación. Por lo tanto el gimnasio se convierte en un espacio de oxígeno, de alivio; y mis conjeturas sobre el disciplinamiento del cuerpo… ¡no tienen ningún sentido¡.

Cierra Paréntesis 1

Probablemente ni el curioso obsesivo ni el científico social podrían haber contemplado esta nueva forma de ver el mismo paisaje. Probablemente siempre habrá algún testimonio que desbarate nuestras teorías, nuestras conclusiones –eso es lo maravilloso de estudiar a la sociedad, de estudiar(nos)-. Probablemente lo que me cuenta mi amiga, fortalezca de alguna manera mis presupuestos previos, habrá que meditarlo.

P.D.: Los paréntesis no son un artificio narrativo, son los niveles en que se me dio pensar este artículo, o etapas, según como quiera tomarlo el agitado lector.


Imagen 1: http://blogs.elcomercio.pe/sienteteregia/Gimnasio_Aerobicos.jpg

Imagen 2: http://abysportnebolel.sk/wp-content/uploads/2012/12/spinning-2.jpg

Escáner Cultural nº: 
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A mi tambien me llama la atención ver este espectáculo, que casi siempre está visible a través de grandes ventanales. Los que sufren con la bicicleta estática se distraen con el exterior y anima a apuntarse a los observadores exteriores. Reconozco que lo he intentado en dos ocasiones, que los resultados se notan en pocas sesiones, pero el sudor que genero encontrándome en un local cerrado es increible. Ni un pañuelo en la cabeza, ni la ingesta contínua de liquidor me alivia. No hay remedio, yo necesito realizar ejercicio, en este caso la bicicleta, al aire libre. ¡Qué se la va a hacer!
A mi tambien me llama la atención ver este espectáculo, que casi siempre está visible a través de grandes ventanales. Los que sufren con la bicicleta estática se distraen con el exterior y anima a apuntarse a los observadores exteriores. Reconozco que lo he intentado en dos ocasiones, que los resultados se notan en pocas sesiones, pero el sudor que genero encontrándome en un local cerrado es increible. Ni un pañuelo en la cabeza, ni la ingesta contínua de liquidor me alivia. No hay remedio, yo necesito realizar ejercicio, en este caso la bicicleta, al aire libre. ¡Qué se la va a hacer!

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