posible encuentro entre la actitud copyleft
y las prácticas fotográficas contemporáneas
en la cultura digital
A diferencia de otros cruces entre el ámbito de los productores culturales y la tecnología que hemos comentado previamente (el caso de la música por ejemplo, o la producción de textos), el encuentro entre fotografía y cultura libre es un escenario de posibilidades, no una realidad significativa aún. Este texto recorre algunas posibilidades en el futuro y algunas que se definen en el presente, y se pregunta también sobre el lugar clave que ocupan los productores culturales en esas decisiones; atisba otro escenario posible a partir de algunas prácticas actuales aisladas, o en crecimiento; y también revisa algunas postales del pasado, que han entrado en fuerte contradicción en los entornos digitales.
El gráfico de arriba nos introduce en una serie de nuevas relaciones entre algunas innovaciones tecnológicas y la forma en que nos apropiamos de ellas, haciendo foco - valga la redundancia-, en las prácticas fotográficas contemporáneas. Las tecnologías nombradas en el gráfico no tienen más de 20 años, y algunas muchos menos, por lo que nos preguntamos por un fenómeno claramente reciente, y del que quizá muchos no tengan aún experiencia directa. Por eso mismo hablamos de un escenario de posibilidades, y de como éstas se definen en el presente, aún cuando paradójicamente la fotografía está en el origen de gran parte de los cuestionamientos que a la producción cultural le han hecho las tecnologías de reproducción técnica.
En ese sentido, vale recordar el "potencial crítico" de la fotografía, desplegado desde 1839 y planteado por W. Benjamin en 1936 en su célebre artículo1, y la tradición de crítica a la noción de autoría (desde las vanguardias históricas) como nodos centrales en los antecedentes del movimiento de cultura libre, que habilitan la convergencia potencial en el presente, generada por el movimiento de software libre (1984) a partir del principio de copyleft.
Se guardan memorias digitales - 2007 - Lila Pagola
potencial crítico de la técnica hacia el arte
El potencial crítico de la fotografía es su posibilidad de cuestionar ciertas categorías claves de la imagen, especialmente en el campo de las artes visuales:
- el status de la imagen única (reproductibilidad y consecuente atrofia del aura)
- la noción de autor (en favor del dispositivo y de los usos sociales de la imagen fotográfica)
- una forma técnica accesible a muchas personas, como poseedores de imágenes (progresivamente desde 1839) y como productores (fotoaficionados desde 1880)
La imagen múltiple que permite la reproductibilidad técnica de la fotografía supuso una transformación radical en nuestro vínculo con las imágenes; poseer una imagen y en especial una imagen de uno mismo, era un privilegio de clase que la fotografía desmoronará en pocos años: primero mediante el creciente acceso al retrato de sectores amplios de la población, hasta la incorporación de nuevos productores en los fotoaficionados.
Para el mundo del arte, la fotografía representó una amenaza clara desde su invención, que intentó ser conjurada y controlada durante todo el siglo XIX, y que obligó a la representación visual no-técnica a redefinirse.
Benjamin analiza ese fenómeno a partir del concepto de aura, y como ésta se atrofia en las obras de arte reproducidas técnicamente. El aura de una obra de arte podría describirse como la experiencia estética que añade distancia con su receptor: a través del espacio en el que se la ubica (separada del resto de los objetos), el modo en el que se la señala y protege, la forma en que se considera a su autor (un genio), y la valoración que se atribuye al momento y lugar en el cual fue creada: su origen y prueba de autenticidad. Estos valores auráticos, reformulados, aún permanecen en las prácticas artísticas del presente, incluidas las fotográficas. Allí encontramos la primera paradoja: la fotografía vino a desestabilizar ese sistema aurático con la posibilidad de reproducirse casi ilimitadamente, y a partir de su invento una economía de circulación de la imagen basada en la escasez, se torna potencialmente accesible a muchas personas, como poseedores de imágenes (primera democratización) pero también como productores de imágenes: como nuevos autores.
Una de las consecuencias de su potencial crítico será que la fotografía transita todo el siglo XIX sin ser reconocida como forma artística, en la medida que su modo de producción, circulación y recepción son totalmente incompatibles para la institución arte del Siglo XIX, y abrirá los interrogantes que la autocrítica de la vanguardia ejecuta.
Imágenes accesibles y nuevos autores
Decíamos arriba que un sistema basado en la escasez (imágenes únicas producidas por individuos con habilidades no frecuentes e "innatas") se ve trastocado por una forma técnica y sus usos sociales, esto es: la forma en que la gente se apropia de una tecnología, destacándose en la historia de la fotografía, el retrato de personas como motor de la innovación tecnológica (que buscaba reducir los tiempos de exposición) y la fotografía de aficionados (que significa el fin del monopolio de los profesionales en la realización de tomas). La circulación de las imágenes, y la posibilidad de crearlas, por tanto, ha estado en el eje de las rupturas que la fotografía provoca en la economía de las imágenes.
La convergencia de cultura libre y fotografía se da en la propuesta de modelos alternativos de circulación y producción (atribución de autoría y proceso creativo) a los que viene impulsando la industria cultural frente al cambio en las condiciones de circulación que han instalado las denominadas TICs, con internet como máximo exponente, desde hace poco más de 10 años.
Dos posiciones se han definido para enfrentar estos cambios:
1- refuerzo de los mecanismos de control = por ejemplo: Digital Millenium Copyright Act
2- redefinición del acuerdo entre autores, intermediarios y receptores = actitud copyleft
La opción de las corporaciones editoras y de las gestoras colectivas de derechos de autor ha sido la primera, en el refuerzo de los mecanismos de control de la copia no autorizada basados en los derechos de autor y el copyright, existiendo numerosas iniciativas legales y técnicas que buscan:
- incrementar el alcance del copyright (más años)
- endurecer las penas a quienes lo violan (multas millonarias a los que bajan música en redes p2p, TLC con cláusulas contra piratería, etc.) o
- impedir técnicamente la copia (medidas técnicas DRM=Digital Rights Management)
La segunda opción, la redefinición del acuerdo entre autores, intermediarios y receptores es la que inauguró concretamente la propuesta de copyleft, como modelo de circulación para el software libre. Otras iniciativas previas (que llamaremos proto-cppyleft) y posteriores se basan en ideas similares, y son quizá menos conocidas.
Este grupo de iniciativas buscan repensar el acuerdo que dio origen al copyright, en función de que las formas técnicas de publicación y circulación han cambiado rotundamente en los últimos 20 años. La sociedad, que cedió su derecho a disponer libremente de los bienes simbólicos para beneficiar al autor, estimular su producción y favorecer la circulación, gracias a los beneficios que se conceden al autor/editor, (en el marco de un "negocio" de alto nivel de riesgo: el de los objetos materiales que hay que producir y hacer circular: libros, discos, películas, fotografías) se pregunta hoy si tal balance entre derecho de acceso a la cultura y derechos de copia sigue resultando adecuado frente los cambios tecnológicos en la circulación y producción.
¿qué pasa cuando las condiciones en las que se generó ese acuerdo han variado a punto de que no es necesario un "editor" para que una obra circule? Este caso, más conocido en el caso de la música (las net.labels en la web) o las letras (la edición electrónica independiente) tiene en la fotografía una notable representación en el fenómeno de los fotologs. Recientemente algunos de ellos han incorporado licencias de uso distintas que el copyright, como por ejemplo flickr, usando creative commons.
Algunos autores entienden que es necesario redefinir ese acuerdo, y reconocer que el autor es una construcción histórica, que no siempre existió ni es una figura imprescindible para que haya creación, partiendo del hecho de que no todas las culturas lo conciben como Occidente. Si todo autor se nutre de la tradición cultural de su comunidad y crea a partir de ella, haciendo síntesis originales y aportes específicos sobre ese trasfondo, entonces la innovación exige que las fuentes de la tradición sean accesibles a todos en las mismas condiciones.
El siglo XIX consolidó la llamada "ficción del individuo" y con ella una interpretación de la dinámica creadora de la humanidad que omite el valor fundamental que tiene la tradición cultural para las nuevas producciones simbólicas, y se centra sólo en la novedad, la originalidad y la consecuente atribución "individual" a las capacidades de un sujeto.
El modelo de autor que propone el copyleft apuesta por la diversidad en la producción como un valor en sí misma, que es necesario garantizar; sin que ello haga desaparecer las diferencias entre los productores, en términos de calidad de sus productos. El eje se desplaza desde la "autoridad" (atención a la etimología) del emisor, hacia los efectos del mensaje en los destinatarios: osea, importa más que se hace, que quien lo hace. Si el autor reconoce esa dialéctica con la historia de lo hecho anteriormente -con la que se puede estar de acuerdo (hacerla progresar, como la ciencia); actualizarla (en los múltiples retornos de los estilos, la moda) o criticarla (como en el caso de las vanguardias históricas y su herencia), entonces, también podría proponer nuevas formas de circulación de su obra.
Asumiendo que en los entornos digitales la copia es inherente a su funcionamiento (hacemos una copia de los archivos de un sitio web para verlos) y que supone un inédito potencial de distribución deslocalizado a poner en circulación para producir sentido (no aura), la actitud copyleft supone una serie de prácticas frente al consumo cultural que en Latinoamérica practicamos hace tiempo:
- libre circulación de textos, videos, fotos y música en la forma de "copias No autorizadas"
- iniciativas proto-copyleft: serían aquellas que sin usar una licencia copyleft o haciéndolo avant la lettre, animan a los receptores a descargar, copiar, redistribuir e incluso modificar una obra. Ej: proyecto visionario, las obras de mujeres públicas o de iconoclasistas, la música de planeta X o casa de juego, los textos de betatest y liminar, etc. por nombrar iniciativas argentinas.
¿qué pasaría si mañana no pudiésemos efectivamente acceder a fotocopias de textos, copias de software, música o películas? Como -afortunadamente- eso es muy improbable, la discusión sobre la circulación legal (¿o legítima?) de una obra en este contexto se torna algo artificial: la mayoría de nosotros no percibimos la copia como un delito (excepto, a veces, cuando somos los perjudicados, como autores).
¿en que se diferencian las iniciativas proto-copyleft, o las críticas de la autoría, de lo que proponen las licencias de contenido abierto? En teoría, en el marco legal que ambas generan: en un caso, implícito y problemático, que expone al receptor cuando al "descargar" un archivo se torna un infractor de los derechos de copia. Las licencias de contenido abierto, por el contrario, crean un marco válido ante una demanda legal.
En la práctica, sin embargo sabemos que el copyright se controla de manera discrecional (a veces sí, otras veces claramente no). Entonces, ¿porqué preguntarnos/preocuparnos por esto? El principal efecto de cualquier respuesta que como autores nos demos, es performativo: nos obliga a posicionarnos al respecto. Si como receptor, me cuesta concebir mis consumos culturales sin las copias No autorizadas, entonces, ¿porqué me olvidaría de eso como autor?
Algunos autores han respondido desde la "copyleft attitude", con iniciativas legales como (ya comentadas en artículos previos):
- licencia art libre (www.artlibre.org Francia, 2000) es la primera adaptación de la GPL (Licencia Pública General) para obras de arte en lugar de software
- el sistema de licencias de contenido abierto más difundido actualmente: Creative commons (www.creativecommons.org USA, 2004)
La principal característica de estas licencias es que a diferencia del copyright, permiten la copia y son de contenido abierto. Esto último en fotografía, sería equivalente a entregar los archivos editables de una imagen compuesta (p.e un fotomontaje), o una imagen de alta resolución, o un negativo digital o químico.
Como receptor, una licencia copyleft me permite:
- usarla con cualquier propósito (incluso comercial)
- copiar la obra
- estudiar como está hecha y modificarla
- redistribuir mi modificación con la misma licencia
si no cumple esos 4 requisitos, no es copyleft
Ambos tipos de licencias habilitan (opcionalmente CC y por definción LAL) las obras derivadas, que junto con el uso comercial, es la posibilidad más problemática de las licencias copyleft aplicadas a la producción artística, en cuanto que desdibuja efectivamente la distancia entre autor y receptor.
Las obras derivadas provienen de la posibilidad de modificar la obra y para hacer eso necesito los archivos editables y si la modifico, genero obras derivadas . Algunas consecuencias de las obras derivadas para la concepción de autor clásica serían:
- se pierde fácticamente (no de modo simbólico) el control sobre la interpretación (y el "respeto a la integridad de la obra")
- la obra derivada se puede relacionar de múltiples modos con su "origen": parodia, continuación, crítica, contradicción.
Las obras derivadas no implican calidad: sólo apropiación y acceso; permite la materialización de las interpretaciones divergentes sin apelar a la autoridad de otro autor o al permiso. De ese modo, redefine la concepción de autoría, desplazando el acento sobre el individuo hacia la construcción de sentido (el producto + su circunstancia).
fotografía y autoría
La definición de la noción de autoría en relación a la fotografía enfrentará varias concepciones de la época en la que se inventa, tornándolas artificiales y arbitrarias. Mientras que la autoría de una pintura o un dibujo era claramente mérito de su realizador, la autoría de una fotografía se dirimirá entre los méritos del equipo que uno posea y la propia escena representada (prejuicios que subsisten en la actualidad detrás de las frases como: ¡con esa cámara cualquiera hace buenas fotos! o ¡qué lindo lugar/persona/momento!). Todo el siglo XIX la fotografía deberá probar que detrás de cámara hay sensibilidades eligiendo y construyendo un determinado resultado para el receptor: ni meros testigos ni operadores indiferentes. Quizá es esa larga disputa que los fotógrafos llevaron adelante para ser reconocidos como autores la que hoy los limita para reconocer los cambios en este concepto, y las potencialidades de su medio para explorar los entornos digitales con sus nuevas reglas de producción y circulación.
Decíamos al empezar que esto es un escenario, no una realidad: la forma que ésta adquiera en el futuro depende, en gran medida, de las decisiones de los productores del presente. La forma técnica digital habilita un conjunto de posibilidades radicales en la historia de las imágenes, su producción y circulación: el origen de esta transformación está en la fotografía. ¿cómo responde la fotografía a esta radicalización del paradigma que inició en 1839?
Se decide en el presente, la regulación de la circulación de obras en entornos digitales, entre ellas, las fotografías. Ninguna forma de control será sostenible ni punible si la contradicen las prácticas cotidianas de miles de personas, y con esas mismas prácticas la distancia entre autor y receptor (construida artificialmente) tiende a desaparecer modificando en simultáneo la propia idea de autor. Podemos volvernos hacia atrás y rescatarla, protegerla, distinguirla ... o atender a esta nueva dinámica y aportar críticamente a las transformaciones que promete.
Algunos recursos
información desde Argentina
http://www.compartiendocapital.org.ar
http://www.nomade.org.ar : ver dossier arte y copyleft
http://copyleft.usla.org.ar/
repositorios de obras
http://estudiolivre.org/
http://www.fotolibre.org
experimentos
http://www.ojodelata.com.ar/
http://gotadeluz.wordpress.com
Proyecto Pinhole Copyleft Camera
activismo
http://www.openraw.org
licencias libres (entre otras)
http://www.artlibre.org
http://www.three.org/openart/
http://www.creativecommons.org
Lila Pagola - Córdoba, 31 de diciembre 2007
este texto está bajo una licencia Creative Commons Argentina [CC ar by sa 2.5]
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