EL RETRATO EN LA GALERIA MÜ

Por Ricardo Arcos-Palma

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Hasta hace pocos días estuvo abierta al público en la Galería MÜ la exposición colectiva Retratos integrada por los artistas: Luis Avendaño, Amir Hossein Keihani y Juan Felipe Rubio. El retrato es abordado por los tres fotógrafos de manera diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Existe una puesta en escena o una escenificación que va más allá de la fotografía y del retrato. En este sentido sus imágenes son verdaderas exploraciones plásticas, que confrontan lo que significa hacer fotografía.

Luis Avendaño, realiza una serie de retratos anónimos de personajes que tienen rasgos indígenas. Sus rostros están recubiertos de un color dorado; estas imágenes no dejan de conectarnos con un pasado lejano, donde los indígenas se recubrían la piel para adorar al Sol. Estos retratos, donde la identidad parece desaparecer en esta especie de máscara, pues los ojos han prácticamente desaparecido de la imagen y las expresiones están prácticamente congeladas: el rostro de una mujer de un hombre y de un niño, nos permite ver esa familiaridad de un pasado mítico ya lejano a nuestra realidad.

Amir Hossein Keihani, con fotografías en blanco y negro elaboradas con gran calidad, juega con su propio rostro que dibuja y deforma bajo el vestido negro que cubre la corporeidad de las mujeres en la República Islámica de Irán. Aquí no existe una postura crítica, tan común en occidente frente a estas costumbres religiosas. Al contrario el artista asume el otro pero con mucha poesía, generando una mirada sobre una metamorfosis entre el hombre y el animal: el devenir animal del que nos hablaban Deleuze y Guattari aquí cobra sentido. Su rostro se transforma poco a poco en una ave: un cuervo quizá. Estas imágenes muy sencillas en su procedimiento, logran crear en nosotros espectadores una mirada desprejuiciada sobre las costumbres islámicas que en particular atañen a la mujer a la hora de cubrir su cuerpo y su rostro de negro. Una mirada muy inteligente y poética la de Keihani sobre su entorno social.

Finalmente Juan Felipe Rubio realiza una serie de retratos de seres cercanos a él, amigos, su madre, él mismo que se plasma en un autorretrato, etc. Sus retratos parecen desvanecerse en la superficie, casi desaparecer en el blanco que soporta la imagen. Aquí la idea de imagen como dibujo de luz cobra mucho sentido: esos retratos sobre-expuestos recrean una cierta fantasmagoría, que nos permite reflexionar sobre lo neutro de la expresión.

Estos tres artistas tienen en común que anulan la expresividad de los rostros que retratan, hay una cierta neutralidad de la identidad lo que hace de esta muestra, una apuesta a lo que significa la mirada sobre un tema tan ampliamente tratado como el retrato pero que por fortuna, aquí nos muestra otra faceta que va más allá del retrato.

Para ver más de la muestra visite el siguiente vínculo: http://www.galeriamu.com/actual_ret.php