PETER KURTEN: LA SOMBRA QUE ASOLÓ A DUSSELDORF
PETER KURTEN: LA SOMBRA QUE ASOLÓ A DUSSELDORF
Por: Alvaro Oliva
Una vez más Europa engendró a un asesino en serie bautizado por la prensa de la época como "El Vampiro de Düsseldorf".
La sociedad alemana de entre guerras fue testigo de la existencia de un misterioso y hábil asesino que atemorizó a la población y puso en jaque a la policía de esos años. Sus horribles crímenes, que tal vez fueron un vaticinio de la cascada de sangre que originaría el Tercer Reich, recayeron en hombres, mujeres y niños eximidos de poder y dinero, situación que coincidió con la insuficiente capacidad de las autoridades de la época.
El mes de febrero de 1929 fue una constante y lenta tortura para la sociedad alemana que junto con el implacable frío debía soportar la inflación, cesantía y el hambre. Los días en la ciudad industrial de Düsseldorf veían en su epílogo a vagabundos rogando por algunos mendrugos y abultadas prostitutas, algunas de ellas sin dientes, luchando por sobrevivir.
En este decadente panorama, aunque no mucho mejor que el telón que dejaría caer la Segunda Guerra Mundial en los años posteriores, se dieron a conocer continuas noticias que relataban las fechorías de un escurridizo asesino que la prensa se encargó de bautizar con diversos apodos: Anticristo, Massenmrder (asesino en serie) y, finalmente como el "Vampiro de Düsseldorf".
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