TARDE SUFÍ
TARDE SUFÍ
Santiago de Chile, por: Raúl Hernández
Conversemos de esto y de lo otro, por mi por lo que inevitablemente se pega al costado de nosotros como restos de algodón de azúcar en los dedos embarrados. Háblame de esta ciudad, yo vivo algo triste, algo cansado, disimulo, eso si, hago como que no me duele, que todo esto alrededor no me duele, si no que pienso y medito por nuestras ojeras claroscuras. Ruego por que mi voz no se arranque, digo que ruego por que ella y su hijo lleguen a su casa bien y sin novedades. Amo la soltura de los nudos en el instante pleno de irse a reposar, no quiero molestarte, conversemos de esto y de otro
Tomo mate con cascaritas de limón, si deseas no hablemos de lo que anuncian los diarios que va a pasar inevitablemente, estoy acá pero no lo deseo, un paso hacia la cocina y beberé del alcohol traicionero, chusma chamusqueada, no te quiero más. Permíteme la resonancia de mis débiles huesos. Entonces, como dijiste, yo ahora nunca estaré solo de cosas caíbles y fatales como una parrilla de sopetón al suelo. Adoro esa risa tenue cuando ha dejado de llover, mi jardín crece inexplicablemente y corto lo que me dicen que corte esos fugaces duendes imprescindibles.
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