LENGUAJE E IMAGEN - LAS VOCES
LENGUAJE E IMAGEN LAS VOCES
Se le enredaron los en las ramas de formando un cordón trenzado y verde que la inmovilizó. Aleteó brazos al viento y sólo
sucedieron las
dejando huella. Fue así como sintió la voz lejana de esa reunión
frágil y sin causal alguna. No le importó, fue señalando que debía allí quedarse así fuera como mendiga.
Y mendiga de actitudes se gesto como símbolo y signo corrosivo. Que te
corroe el que de a poco te lástima y que finalmente dejas que el verdugo se haga cargo con una sonrisa.
El verdugo no es un ser cualquiera solamente cumpliendo un rol. Es un ser
disfrazado de hasta con ojos casi claros como los pide la iglesia.
Se pasea con una pequeña maleta donde guarda la daga y
definidas como afiladas, cada vez que la cuerda del equilibrio se le afloja, el verdugo saltará para esquivarla arremetiendo contra aquellos que
dependen del poder que se le adjudicó. Un poder de del espacio alrededor, espacio prodigado como si fuese un regalo. Y las personas lo envuelven (así venga en papel de diario) en todo el celofán encontrado en las bodegas inútiles de la casa que baila y no baila, la casa emborrachada o llena
de una rebeldía sin causa alguna y falta de talento,
Casa de experimentos donde lo lúdico es arrastrado por la inseguridad de la cuerda que la sostiene.
La persona que llegó a ésta anhelando voces, ese ser que no pudo desenredarse de las ramas de eucaliptos, se fue hundiendo en el
de la casa, hasta cuerpo cubierto.
El sin máscara a estas alturas, pala en mano término de enterrarla. Si no hubiese sido por los relucientes de la joven testigo y enamorada del verdugo, quien con una barra de fierro fue esculpiendo la salida. No le costó efigie viviente; lleno de alas de ángel la comenzada fue ayudando el cuerpo humillado de
La que se creía mendiga.
La mujer se reencarnó en una y cuando creció bailo un .
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