Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757

ESENCIALES DEL CINE FRANCES (1)

Fernanda Bargach-Mitre

ojoadicto@gmail.com


37°2 le matin  (Betty Blue /1986)

Basada en la novela de Philippe Djian, con guión adaptado y dirección a cargo de Jean-Jacques Beineix, este film marcó pauta en su estreno. La película narra la historia de Zorg, un aspirante a escritor que trabaja como encargado de unos bungalows en la playa donde conoce a Betty, una joven tan bella como salvaje e impredecible. La vida tranquila de Zorg dará un vuelco en esta tormentosa y ferviente relación y observará como el carácter sin reglas de su amada empieza a descontrolarse hasta colindar con la locura. El film es una maravilla, una historia con mucho sexo y una ternura muy natural que describe  una relación tan desgarradora como intensa. La fotografía es maravillosa, interpretaciones geniales tanto de Jean Hugues Anglade como de Béatrice Dalle , música perfecta y lo más importante: la trama nunca decae y nos atrapa desde el primer fotograma. Se trata de una pieza fundamental del buen cine erótico francés acompañada con un color intenso  y sentimientos inquietantes. “Beineix consigue alejarse del estilo realista que predominó en el cine francés en los años 70 para traernos, sin duda alguna, una de esas películas que el paso del tiempo no callará.” Estamos frente a una de las más influyentes películas de “ amor loco” que se hay realizado. Su huella queda indeleble en las emociones del espectador, sus escenas quedan resonando en nuestra memoria, es sin duda, una cinta inolvidable.

Le Grand Bleu (The Big Blue/1988)

Está coproducción entre Francia, Usa e Italia fue dirigida por Luc Besson, quien estuvo a cargo de crear la historia y ser uno de los guionistas. Estamos frente a una obra poética con la genial música de Eric Serra (versión original) que entre fantásticos azules y las profundidades del océano es un canto a la amistad, el reto, la valentía , el riesgo y el amor. Protagonizada magistralmente por Jean-Marc Barr, Rosanna Arquette y Jean Reno resulto ser super taquillera en todo el mundo. El film trata sobre la vida e historia legendaria de Jaques Mayol, buceador, amigo de delfines y profundista o practicante del deporte llamado Apnea. La película no intenta ser biográfica, si bien está inspirada en la vida del famoso Mayol, es libre en su desarrollo como historia. La cinta nos ubica en la infancia del protagonista en Grecia y nos lleva hasta su adultez cuando este eterno amante del mar con una especial habilidad para el buceo, ayuda al profesor Lawrence en sus experimentos marinos. Nada de lo que tiene o consigue Jacques en la vida le llena tanto como el mar. Pero la belleza que admira, también puede esconder un peligro imperceptible. La obsesión, el deseo de superación y la competencia son aditamentos que le agregan peligro al ya riesgoso deporte del profundismo que Mayol tanto ama. En suma es una cinta de cita obligada, con una fotografía excepcional de los paisajes naturales y amplio despliegue técnico que conforman junto a la eficaz dirección de Besson una obra imperecedera del séptimo arte.

Camille Claudel (1988)

Dirigida por  el fotógrafo Bruno Nuytten y protagonizada soberbiamente por Isabelle Adjani, la película viaja por la vida y obra de Camille Claudel, talentosa e inteligente escultora, amante de las artes en el sentido más amplio y rico, y compañera durante más de 10 años del también escultor, Auguste Rodin. La trágica historia de esta mujer apasionada, que terminó sus días como una indigente e internada en una clínica psiquiátrica, está llena de matices actorales y abarca varios momentos. En estas escenas, es cuando Adjani se luce en extremo, donde una simple mirada es capaz de revelarlo todo. Se trata de una historia de soledad provocada por la contradicción entre una mujer que amaba la libertad pero rechazaba la sociedad que le tocó vivir. Así mismo se retrata su tumultuosa relación como amante de Rodin, retratado como un ser egoísta y desleal. El film obtuvo varios Premios César incluyendo mejor película, actriz, fotografía, decorados y vestuario. También obtuvo Oso de Oro en el Festival de Berlín y estuvo nominada a dos Oscar como mejor actriz y mejor película extranjera. Se trata de una cinta intensa, que retrata a un alma muy pura que no soportó sus propias circunstancias y el mundo que la rodeaba. Es en suma una película hermosa, excelentemente confeccionada que deja una sensación en el espectador de haber vivido una experiencia profunda.

La double vie de Véronique (The double life of Veronique/1991)

Hablar del cine de Krzysztof Kieslowski en poco espacio no es fácil, este creativo del séptimo arte se convirtió en un emblema de fama mundial gracias a una obra magnífica y enriquecida de matices y extraños sentimientos frente a los cuales se encienden las ganas de filosofar acerca de la existencia. Este film es para aquellos que aman el cine intimista, que ofrece planteamientos abiertos, perspectivas subjetivas y provocadores interrogantes. Entrelaza la vida de dos mujeres idénticas físicamente, huérfanas de madre, amantes de la música, solitarias, pero de personalidades contrapuestas y cada una en un país distinto: Veronika en Polonia y Véronique en Francia. Se trata si se quiere, del mito del doppelgânger, según el cual todo ser vivo, tiene, en alguna parte, un doble de sí mismo, de apariencia idéntica y personalidad opuesta. Dicen que cruzarse con el doble presagia la muerte de alguno de ellos. El arquetipo del doble se abarca de manera fascinante, nos pone cara a cara con la ambivalencia de existir y la identidad pasa al primer plano de la reflexión. En la Doble Vida de Verónica, dos cuerpos exactos viven en lugares distintos pero se hallan unidos por una misma esencia vital. La película es impactante en base a un manejo exquisito del color. Kieslowki relacionaba el color con sentimientos humanos y lo utilizaba como recurso narrativo en todos sus trabajos. Estamos ante una cinta misteriosa, que para algunos será una serie de hermosas escenas sin coherencia y para otros se convertirá en un viaje entre colores, simbolismo y belleza difícil de olvidar.

Delicatessen (1991)

Esta obra de arte, ya emblemática del cine de los noventas estuvo dirigida y escrita por Jean-Pierre Jeunet y  Marc Caro, una poderosa  e inexperta dupla creativa que demuestran en esta cinta un toque único de originalidad y belleza. Esta cinta que marcó la estética de diseño fantástico de su década esta habitada de extraños personajes. En un viejo edificio conviven unos raros seres obsesionados con alimentarse y Louison (Dominique Pinon), un payaso retirado, que llega como nuevo inquilino y que desequilibrará la dinámica imperante entre los habitantes del lugar. A la cabeza de todos se halla el carnicero (Jean-Claude Dreyfus), que da trabajo a Louison como encargado de mantenimiento, con vistas a convertirlo en la siguiente presa. Se plasma “un universo singular, de rebuscada y asfixiante estética y con un guión tan extraño como incómodo", que logró marcar pauta como otro tipo de cine. Son atrapantes los tonos rojizos y marrones de la fotografía, memorables las actuaciones de todo el elenco, una trama distinta, arriesgada en su propuesta, pero que logra un resultado fascinante. Un guión que desborda imaginación e ingenio y una ejecución interesante que nos sitúa en un lugar que podría estar fuera de este mundo. Quizás algo sobrevalorada, como suele pasar con las películas que se convierten en cintas de culto, su locura no es para todos los gustos, puede resultar retorcida para muchos y genial para otros, cualquiera sea el caso, el film se trasformó en un hito del séptimo arte que no ha perdido vigencia en el tiempo.

 

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