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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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NOMENCLATURA PARA LA CLASIFICACIÓN ARTÍSTICA

Por Mario Rodríguez Guerras

direccionroja@gmail.com

Introducción

La utilización de los distintos términos que se emplean para realizar una clasificación de las obras artísticas, se hace con una falta de rigor por parte a veces de los más prestigiosos críticos. Tanto vale utilizar el término estilo como el término movimiento cuando se trata de hacer referencia a la catalogación de una pieza.

Y casi es hasta lógica la falta de precisión pues, aunque se tiene la sensación de que las manifestaciones artísticas deben poder agruparse por algún criterio, nadie sabe cual es ese criterio. Y resulta indiferente utilizar un término u otro pues nadie distinguirá la precisión de la denominación elegida.

Recordemos que, hasta hace muy poco, todos los movimientos de principios del siglo XX se incluían bajo la denominación de Vanguardias sin establecer casi relaciones entre ellos y cuando se hacía, ciertamente con justicia, faltaba la razón.

Nosotros, que hemos establecido el origen y la clasificación del arte del siglo XX, sabemos cual es el árbol genealógico de las vanguardias y podemos definir las relaciones familiares de sus manifestaciones.

Los fundamentos

El término más genérico es el de fundamento. El término fundamento tiene en arte el mismo significado que en filosofía, la designación bajo la cual se incluirán las fuerzas que dan origen a un fenómeno, aquí, artístico. De tal modo que un fundamento nada tiene que ver con una obra concreta ni directamente con una dirección general que lleva el arte. El fundamento designa la existencia de un principio que da origen a que las épocas muestren distintas orientaciones. Así, el fundamento de las vanguardias fue el ideal del conocimiento, es decir, la razón, aunque tal forma de conocimiento solo constituya un ideal para el hombre socrático; El fundamento del arte griego, fue la idealización de la existencia; Y la del renacimiento, el ideal estético.

Las tendencias

El principio fundacional, la fuerza generadora, la idea que predomina en el pensamiento de una época, orienta la creación en un determinado sentido. La orientación general marca la tendencia de la época. Hemos dicho que  el fundamento de las vanguardias fue la razón y ahora podemos añadir que la tendencia que generó fue una tendencia cientifista. Por su parte, la tendencia griega fue la verdad; y la renacentista, la belleza.

Las corrientes

La ciencia estudia los diversos aspectos que conforman el objeto de su estudio. Hegel había dado una definición de arte diciendo que era idea, materia y figura. En numerosas ocasiones hemos recordado la necesidad de incluir la técnica entre las cualidades de una obra de arte, puesto que en el siglo XX  se ha vuelto evidente que la utilización de diversas técnicas de representación da lugar a diversas manifestaciones artísticas. Además esta inclusión establecería para la obra de arte cuatro elementos, lo cual coincide con los requisitos que impone con la filosofía. Ahora bien, la ciencia no puede estudiar la idea de la obra, así que solamente puede ocuparse de los aspectos materiales, la materia, la  técnica y la figura.

La ciencia va a permitir que el arte recorra esos tres caminos, los cuales serán corrientes artísticas. Nosotros hemos definido, en las vanguardias, las corrientes matericista, tecnicista y figuracionista.

Los movimientos

Cada una de estas corrientes tiene, en teoría, la posibilidad de desarrollarse también en tres formas, pues el artista sigue utilizando los principios de razón, que siguen siendo tres.

En la materia se va a estudiar su sustancia, su forma y el elemento en el que se manifiesta, dando lugar al arte abstracto, matérico y conceptual. Efectivamente, la corriente matericista, sigue la pauta general de distinguir tres formas, puesto que la materia es susceptible de un triple estudio.

En cambio la corriente tecnicista solo establece una forma, el cubismo, puesto que no es posible más estudios de una representación plana. Serían posibles otros estudios, como la representación sobre una esfera o una tridimensional, como una holografía Lo mismo le ocurre a la corriente figuracionista, únicamente desarrolla un movimiento, el expresionista porque solo trata de la conducta del hombre ante distintas circunstancias. La única diferencia posible sería estudiar las conductas de distintos tipos de hombre, como el niño, el hombre y el santo.

Los estilos

Estas últimas afirmaciones pueden resultar sorprendentes.

En la corriente figuracionista hemos visto tres variantes, el expresionismo del Puente, el del Jinete Azul y el Fauvismo, que nosotros consideramos la variante francesa del expresionismo alemán y la consideramos incluida en el mismo movimiento. Estas tres formas no constituyen tres movimientos, son el mismo movimiento con tres variaciones. Es aquí donde se aprecian los estilos: el expresionismo es un movimiento con tres estilos. En el breve estudio que hemos realizado de cada caso hemos llegado a apreciar, también, tres variantes, las cuales resultan ser sub-estilos.

En la corriente tecnicista solo aparece como movimiento el cubismo, el cual se manifiesta en tres formas el geométrico, el analítico y el sintético, formas que constituyen los estilos de ese movimiento.

En los movimientos matericistas no hemos identificado sus estilos, no por ello entendemos que cada movimiento solo desarrolla un estilo. En el arte abstracto, por ejemplo, entre el lirismo de Kandinsky, en primer lugar; el constructivismo, el suprematismo y el neoplatonismo, en segundo; y el rayonismo o el orfismo, en el último; configuran diversos estilos originados a partir de un movimiento por la aplicación de los principios de razón, y en unos apreciamos más que en otros, la materia, la técnica o cierta libertad compositiva.

El estilo del artista

En la obra ejecutada por un artista debemos distinguir el contenido y la forma. El contenido se configura con las experiencias y deseos del artista, con la forma de entender la existencia, de acuerdo con su grado de elevación personal. podríamos definirlo como estilo estético. Íntimamente ligado al contenido aparece la intención. Esta puede ser artística, la que resulta la más deseable, pero puede tener una intención política. De esta afirmación ha resultado un efecto contrario, una intención anti-artística que aparece muy ligada a la intención política.

Cada artista interpreta las obras de un estilo de acuerdo con sus cualidades personales. Esto es lo que se denomina también estilo, pero es el estilo técnico, diferente del estilo artístico. Pueden quedar muchas veces confundidos pues, en muchas ocasiones, el estilo de un artista condiciona el estilo artístico. Por ejemplo, no podemos concebir el expresionismo del Puente como estilo sin confundirlo con la obra de Kirchner. Los estilos artísticos son, en cierto modo, la ejecución aséptica de un artista. Sabemos que esta definición es prácticamente imposible que se cumpla. Pero el artista que posee mayor formación teórica puede alcanzar una mayor perfección en la ejecución. La contrapartida, como se habrá supuesto, es que, aquellos artistas que no han alcanzado el grado más alto de perfección, cometen errores y estos se disimulan con su "gracia". En general, se entiende por el estilo personal esta "gracia" que no es más que un recurso personal para superar una dificultad técnica que la preparación de un artista no le permite ejecutar con la debida perfección.

La definición exacta de estilo personal es muy distinta. Si dos cantantes de ópera lograran alcanzar la misma y absoluta perfección técnica, las cualidades de su tono y su timbre de voz distinguirían a uno de otro y estas diferencias físicas constituirían la base para denominar estilo al diferente resultado de la ejecución personal.

Pero asumido que la perfección es imposible y asumido un cierto grado de imperfección en la ejecución, la denominación ha tomado el segundo significado.

Cada vez es más frecuente el aprecio del estilo. Pero esto no significa otra cosa que una falta de perfección y hasta un desprecio hacia la técnica. Solo hay que ver, en todo el que habla en público, el histrionismo y la moderna entonación (insoportable e incompatible con el buen gusto) que nos ofrecen. Gracias a ella, de la nada surge un valor, pues si ofrecen una personal interpretación, es que poseen "estilo". Y el concepto, socialmente impuesto, suple todo valor real, porque tal cualidad ni posee mérito ni individualidad.

Eras y períodos

Período artístico es la duración de una tendencia artística. Es decir, el tiempo en el que el principio definido por un fundamento produce manifestaciones artísticas.

Era es el conjunto de períodos desarrollados conforme a un conjunto de fundamentos ligados por un principio unificador. La cultura egipcia constituyó una era. Pero la era de la que podemos hablar con mayor claridad es la que constituye la cultura occidental, la cual, por tener su origen en las formas áticas, se denomina era griega o cultura griega. No sería preciso definir esta cultura como período, el período griego se refiere exclusivamente al tiempo de esplendor de la manifestación cultural en Atenas.

En la cultura occidental, en la era griega, podemos distinguir sus diversos períodos (tendencias) que con mucha frecuencia se muestran en etapas (corrientes) que se desarrollan en clases (movimientos -generalmente uno solo), las cuales suelen mostrar únicamente una forma (estilo) porque no admiten mayor división salvo por lo visto en las vanguardias del siglo XX en las que se logra un perfecto desarrollo de todos los estados que sirve para ejemplificar esta exposición.

La clasificación: era, períodos, etapas, clases y formas, es, eminentemente, una división temporal. La siguiente, desarrollo de una cultura (que reducimos a cultura), tendencias, corrientes, movimientos y estilos, es una clasificación formal.

Los estilos artísticos

Generalmente, al hacer referencia a un período artístico (o a una etapa o a un movimiento) se emplea el término estilo. Con lo que vemos que esté término tiene un significado tan amplio que sustituye cómodamente cualquier otro haciendo innecesaria ninguna distinción.

El término forma, sirve para referir las manifestaciones de cualquiera de las divisiones. Lo mismo ocurre con el término período que puede referir cualquier división temporal.

La elección de los términos

El estilo es algo concreto, tanto, que el término procede del utensilio utilizado para realizar incisiones sobre tablillas. Supongo innecesario justificar este término como el último y más concreto en la clasificación de formas estéticas.

El movimiento indica una variación, lo que supone que abarca varias formas concretas.

La corriente indica una alteración más fuerte que los movimientos, de las cuales, abarca varias.

La tendencia es una orientación general que influye en toda manifestación artística.

Entiendo que los términos deben ir en este orden, del primero con un sentido más extenso, al último con un contenido muy concreto.  No sería posible alterar estas designaciones para definir al cubismo analítico como una corriente y al cubismo como un estilo. El estilo es una forma de expresión ya determinada y la corriente es una fuerza que arrastra otros elementos.

Los usos impropios

El término fundamento implica la existencia de una fuerza general cuyos efectos orientan toda la producción. Tales fuerzas generales constituyen los fundamentos de una estética y deben ser algo preciso pero,  como digo, algo general. Sin embargo, es muy frecuente ver utilizar este término con un significado impropio o incluso sin significado alguno, tan solo como un elemento elegido por su sonido o su prestigio.  La confusión que existe entre corrientes, movimientos y estilos es casi aceptable porque todos ellos dan a entender una manifestación estética, además, en muchas ocasiones, una corriente solo ha generado un movimiento y, este, solo un estilo por lo que los términos resultan equivalentes. Pero no resulta aceptable el uso impropio del término fundamento, aunque dé origen a una tendencia, pues no implica una expresión estética ni formal. Los fundamentos son las causas últimas de las cosas pero ajenas a todo fenómeno. Los fundamentos hacen referencia a la idea, no a su manifestación. Siendo, sin embargo más importante que la obra real pues sin causa última no tendríamos la manifestación concreta. Para comprender un período artístico precisamos conocer los fundamentos, para valorar una obra determinada necesitamos el análisis de su estilo. Para entendernos,  el cuerpo y el alma. Aunque Nietzsche no estuviera de acuerdo con esta comparación.

Estética

Este término se presta a continua confusión debido a sus diversas acepciones

Platón le había empleado para distinguir las artes materiales de las inmateriales. Estas últimas serían la música y la poesía. Generalmente se utiliza, cuando se pretende expresar el primer significado, el término de artes plásticas.

El significado más común es el de percepción de la belleza. Este uso produce otra confusión, la de identificar como arte aquello que se juzga bello, y es un error muy frecuente puesto que todo el mundo se cree en posesión de un criterio, incluido el de lo bello, ya que el concepto de belleza es relativo. Pero arte no es necesariamente la representación de lo bello, incluso admitiendo su valoración por el gusto. La definición de arte tiene más que ver con la mesura de los filósofos clásicos.

Pero el más adecuado, y el menos utilizado, sería el significado kantiano de capacidad sensible, haciendo referencia  a la posibilidad de conocer mediante los sentidos el mundo exterior. Nietzsche utiliza el término con este sentido cuando dice que solo como fenómeno estético tiene sentido la existencia y el mundo. Es decir, el mundo como  apariencia, como percepción completamente interesada de todo acontecimiento. La posición perspectivista del individuo que reconoce en el fenómeno lo que él aprecia y se niega a percibir lo que se le opone a su interés. Por ello, el hombre es un artista de la existencia porque la embellece para hacerla soportable. Pone en las cosas lo que quiere encontrar y lo percibe mediante su sensibilidad y se oculta la verdad del conocimiento real del mundo. Pocas veces aparece un sujeto que llega a conocer la esencia de las cosas. La oposición entre la verdad y el interés se salva en contra de la verdad. La percepción de la verdad por parte de los sabios no implica su asimilación fisiológica, el conocimiento que adquieren es teórico y carece de posibilidad práctica.

Esta correcta expresión precisa una explicación así que actuaremos en contra de la estética en aras de la claridad. La existencia como fenómeno estético trata de hacer soportable la vida, mediante la descarga de lo espantoso en lo sublime, por eso, el grado de belleza se corresponde con el grado de verdad que se alcanza. La apariencia hace así soportable la realidad, pero solo en el caso del heleno artista. El hombre moderno, un hombre socrático, no descarga la realidad en la apariencia sino que, con su fe en la lógica, desconfía de cualquier verdad no demostrada y se convence de que lo indemostrable racionalmente carece de realidad. Si en el drama griego la verdad sucumbió por una superafectación de lo lógico, la razón sucumbió a causa de sus estrechos límites, y no por aquellos que impiden llegar a un mayor conocimiento, sino por los que la impiden mostrar la versatilidad que se le exige para ajustar la conclusión racional a la necesidad social. Si a la época trágica le correspondió el hombre artista y al período moderno le correspondió la existencia de un hombre racional, a la posmodernidad le corresponde el hombre social a quien la lógica solo interesa en la medida que confirma sus derechos. El optimismo teórico, que en sus formas inferiores es hostil al arte, ha desembocado en el derecho y la ley. El hombre posmoderno, también mediante un engaño, se cree la realidad que inventa en lugar de usarla como catarsis, eliminando de su contemplación una parte mayor de la existencia, la desagradable, como si, mediante esa intervención de su fantasía, pudiera trasformar la existencia real de la misma forma que ha conseguido ajustar la existencia social a sus conveniencias. Huelga decir que el hombre no teórico no descarga el mundo en alguna forma sublime sino que le combate, pues también existe una productividad de los actos según le indicaba Goethe a Eckermann, y que la calidad de tales actos guarda relación con la calidad del hombre que los lleva a cabo pudiéndose apreciar en la vida las mismas manifestaciones prácticas que otros alcanzan en sus consideraciones teóricas.

En su exposición Nietzsche no llega a definir cual sería ese interés de cada hombre pero digamos que esta expresión es consecuencia de un análisis parcial del hombre en el que iguala sujetos e individuos. Nietzsche termina por concluir que el conocimiento sensible, que es la capacidad de conocer por la experiencia interna ajena a la razón, a la deducción lógica mediante conceptos, se identifica con un proceso fisiológico y, por eso,  afirma que la mayor parte de nuestro pensamiento es un pensamiento inconsciente. Y, como hombre razonable que es, Nietzsche habla en contra de los hombres racionales.

Librería de la Fundación Proa, Buenos Aires

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mil gracias....es increible que esta terminologia, pueda ser tan confusa y divagante aun con quienes son doctos en el tema, me parece que no encontre mejor desglose de conceptos, si agregaran ademas las escuelas de arte seria aun de mas ayuda...sin mas un saludo y nuevamente gracias

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