Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Realizar ...la Acción


David Lynch
De la metáfora delirante a la fragmentación a la letra

No me queda muy claro porqué emprendo la escritura de esta serie de artículos sobre la obra –magistral- de David Lynch. Quizás por haber dedicado tantos años a la investigación sobre la obra de Michel Haneke, en las antípodas de Lynch, compilada en mi libro: ‘La realidad ordinaria y la obra de Michel Haneke’. Quizás porque el año 2011 se lo he dedicado a la obra de John Cage, todo un descubrimiento para mí, que me ha llevado a poder pensar sobre el valor de ‘el silencio’ no solo para el arte sino para el sujeto moderno (serie de artículos publicados en Escáner Cultural). Quizás porque esto me ha llevado a leer con más detenimiento el trabajo fundante que hace Jacques Lacan sobre la obra de James Joyce, ‘la estructura como una escritura’. Si en Cage me quedó claro que la música es ‘a la letra’, ni para el instrumento ni para la voz, como objeto, demostrar cómo Lynch pasa de sus primeras películas, fundadoras de su obra, construidas como una metáfora delirante,  a sus últimas donde poco a poco se va perdiendo toda narración, si alguna quedaba, para ir construyéndolas ‘a la letra’, fragmento a fragmento, será todo un reto.  Quizás por el prestigio incuestionable que su obra ha adquirido no sólo a nivel académico y artístico, más allá del cine, tal que se ha hecho imprescindible para poder leer el derrotero que la imagen ha producido en el siglo XX: de Hitchcock a Lynch, es decir demasiado. Quizás por la densidad visual y de comprensión de su obra, tantas veces su visionado se hace insoportable, atravesar lo insoportable, poder decir algo sobre lo insoportable será parte de este trabajo, espero poder cumplir con cada una de las etapas señaladas y ofrecerles el recorrido prometido.

He dividido mi trabajo en etapas, quizás para poder seguir un programa marcado previamente, quizás para poder hacer etapas en el camino, etapas que no había podido realizar con anterioridad:

La construcción del agujero, segunda parte
La invención de lo salvaje (L’Autre)

El hombre elefante
Título Original: The Elephant Man
Año: 1980
Duración: 125 min.

País: EEUU
Director: David Lynch
Guión: David Lynch, Eric Bergren, Christopher De Vore
Música: John Morris
Fotografía: Freddie Francis (B&W)
Reparto: Anthony Hopkins, John Hurt, Anne Bancroft,John Gielgud,
Wendy Hiller, Freddie Jones
Productora: Paramount Pictures.

Productor: Mel Brooks

Frederick Treves (Anthony Hopkins), un cirujano en el Hospital de Londres, descubre a John Merrick (John Hurt) en un circo victoriano donde está gestionado por el brutal Bytes (Freddie Jones). Merrick es tan deformado que tienen que usar una capucha y una capa en público, y Bytes declara que es un retrasado mental. Treves se encuentra intrigado desde un punto de vista profesional por la condición de Merrick y paga a Bytes para llevarlo al hospital a fin de examinarlo. Allí, Treves presenta Merrick a sus colegas en una sala de conferencias, lo que muestra como una curiosidad fisiológica. . Al regresar Merrick al circo, Bytes le pega tan severamente que un aprendiz alerta a Treves, quien le devuelve al hospital. Bytes acusa a Treves de explotar igual que él a Merrick para sus propios fines, lo que lleva al cirujano a hacer lo que pueda para ayudar al pobre hombre.

En función del análisis de esta película de David Lynch, les he anticipado en el artículo anterior de que el Museo Quai Brandly, de Paris, 2012 organiza una gran exposición titulada ‘La invención de lo salvaje. Zoos Humanos.’ La invención de L’Autre (de El Otro). La visita y la lectura del catálogo publicado ex profeso me ha remitido a otra gran exposición ‘Identidà-e-alterità’ figure del Corpo 1895-1995 catalogo de la 46ª Esposizione Internazionale d’Arte. La Biennale di Venezia, Venezia 1995, o sea, 17 años antes.

‘La invención de lo salvaje.
Zoos Humanos’

Musée du Quai Branly
Paris, Francia
noviembre- Junio del  2012
General Curator Lilian Thuram
Scientific curators :
Pascal Blanchard,
Nanette Jacomijn Snoep 

Parece a primera vista que no tienen relación entre si, pero esto no es así, la tesis fundamental de la última exposición: La invención de lo salvaje. Zoos Humanos, es la construcción del Otro (L’Autre), aproximadamente alrededor del 1780 (La Revolución Francesa), así como la tesis fundamental de la Biennale del 1995 (100 años de la primera) es el concepto de identidad, y por lo tanto el alter, el otro como yo. Entre una y la otra (doscientos años) la construcción y la caída de la modernidad. El Imperio (lo central, lo Otro) y las colonias (lo periférico, lo otro).

La visión primero y la lectura después de ambas grandes exposiciones y de sus respectivos catálogos (imágenes y textos) implicarían una investigación en si misma (que por razones de tiempo y espacio no me puedo permitir), pero si  puedo señalar algunas cuestiones importantes que sirvan de referencia a la película de Lynch (y a la obra en general de Lynch) que estamos trabajando.

Esta película consta en el catalogo de la exposición de Paris, ya que se refiere a la vida de un personaje real de la época, personaje que formó parte de dichos Zoos Humanos, y por dicho interés de ‘más allá de lo humano’ o mejor dicho de ‘más acá de lo humano’. Cuestión que ya viene planteada por los griegos, ‘más acá de lo humano’: todos los que no sean hombres y ciudadanos de la pólis (324), los esclavos, las mujeres, los niños, los animales, etc. ‘Mas allá de lo humano’: los dioses, el Olimpo como construcción imaginario/simbólica de este ‘más allá’. Recordemos que estos dioses olímpicos tenían formas humanas, y estaban organizados en familias: el padre, la madre, los hijos, los hermanos, etc. Pero también había un mixto entre lo humano y los dioses: el centauro, el minotauro, la sirena, los faunos, los sátiros, etc. formaciones corporales mitad humano, mitad animal, mitad humano mitad dioses. Aquí aparece ya esta otredad que es como yo pero que es Otro.

Otra cuestión fundamental es ‘el dominio del lenguaje’, lo humano en tanto poseedor del lenguaje. Los dioses se comunicaban con algunos humanos: las pitonisas, y los héroes. Por un lado Delfos (Hermes) y por otro los héroes como Aquiles, que tenían este pode poder del dominio del lenguaje para traducir los mensajes de los dioses. Los dioses estaban más allá del lenguaje, L’Autre. El lenguaje no abarca totalmente al Otro. De allí que estos ‘seres’ particulares, entre lo animal y lo humano o entre lo humano y los dioses tengan este poder de atracción y este misterio tan particular. Lo humano se define entre este más Acahay y este más allá. Entre el Otro y el otro (Del Otro al otro. Seminario XVI. 1969 Jacques Lacan. Editorial Paidos) Es Jacques Lacan y el estructuralismo francés con Levy Satrauss a la cabeza que han construido un pensamiento lógico entre el Otro y el otro, por consiguiente a un sujeto que piensa, que habla y que hace entre ‘un Otro y un otro’.

Tercera cuestión fundamental: el cuerpo. En ambas exposiciones el cuerpo es el objeto en cuestión, es a través de la imagen, de la construcción de dicha imagen, del registro de dicha imagen, de sus representaciones, de sus distintos modos de expresión, de la materia, del color, de la luz, etc. que se pone en evidencia esta primacía, la primacía de la mirada por encima de la escucha. El Otro, el Gran Otro que nos mira, el otro como la mirada. Con esto quiero señalar que se excluye al menos dos grandes cuestiones: la voz, la voz del otro como extraña, y la escritura, sus textos, su producción escrita. El descubrimiento del Otro es a través de esta mirada del Otro que ya estaba ahí para ser descubierta, para ser estudiada, medida, analizada, expuesta, excluida, incluso rechazada, como extraña.

 

Identidà-e-alterità’
figure d el Corpo 1895-1995
46ªEsposizione Internazionale d’Arte.
La Biennale  di Venezia,
Venezia 1995
Marsilio Editori
General Curator Jean Clair

 

Podríamos extendernos mucho más en el análisis de estas cuestiones pero creo que ya contamos con material suficiente para abordar la película que nos ocupa.
Se trata de un personaje real Joseph Merrick, vivió en Londres y los dibujos y las fotografías son de 1887. Históricamente consta que formó parte de estás exposiciones, de circos, de zoos humanos de la época.

Con estos datos quiero señalar ‘el lugar’ que ocupaba ‘más acá de lo humano’, excluido en guetos, en forma de exhibición, circos o zoos. Como exhibición de un cuerpo/imagen que no estaba bajo el dominio del ‘lenguaje’, que no hablaba como los humanos. Pienso que esto es lo que nos quiere señalar Lynch, al principio de su carrera cinematográfica, que parte de la imagen (de lo imaginario humano) está bajo el dominio del lenguaje y que parte no pertenece al dominio del lenguaje. Y aquí voy a rescatar un concepto que creo clave en estas cuestiones, el concepto de ‘fenómeno’. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué es un fenómeno? A diferencia del síntoma, que es la parte de la imagen que cae bajo el dominio del lenguaje, de lo simbólico, el fenómeno no.todo cae bajo el dominio del lenguaje, tal es así que podemos hablar de síntoma en el lenguaje (la errata, el lapsus, el equivoco, el chiste inclusive), y de fenómeno cuando el sonido, no todo se transforma en palabra, por ejemplo la tartamudez, no todo el sonido se traduce en palabras. Podríamos extenderlo a esta etapa infantil previa a la palabra, sonidos que los padres no reconocen como habla, a ‘otros’ idiomas que no reconocemos como familiares o cercanos, o también a algo extraordinario. Esta cantante es un fenómeno, por ejemplo Mozart era considerado un fenómeno, un niño que componía sonatas a los 5 años.  De nuevo nos encontramos mas acá de lo humano, más allá de lo humano, Mozart tenía la capacidad de escuchar a Dios (eso decían), trasmitía la palabra de Dios.

Y esto es lo que nos quiere trasmitir Lynch, el gesto, la caricatura, la deformación, lo ridículo, en suma el misterio, no todo se puede decir, no todo se puede mirar, no todo se puede escribir, entre este ‘más acá’ y este ‘más allá’ Entre Merrick y Mozart.

Amadeus
Dirección Miloš Forman
Guion  Peter Shaffer
Música  Sir Neville Marriner
Fotografía Miroslav Ondrícek
Protagonistas   F. Murray Abraham
                       Tom Hulce
                       Elizabeth Berridge
País  Estados Unidos
Año  1984

Entre los que necesitan del lenguaje para demostrar que son humanos y los que usan el lenguaje, para ir más allá, para trascender.

Si tenemos en cuenta esto, dos momentos fundamentales de la película: el encuentro con la ciencia y el encuentro con el arte. De uno y otro lado el encuentro con el saber, el saber, que permite demostrar que es humano, no solo que habla sino que trasmite un pensamiento a través del habla, y por otro el encuentro con el teatro, con el Romeo y Julieta de Shakespeare. La ciencia a través del Doctor Frederick Treves y el arte a través de una destacada actriz de la época, que no solo lo presenta a representantes de la monarquía inglesa (la princesa Alexandra, la princesa de Gales, en nombre de la Reina Victoria) sino al público del teatro donde ella es su representación máxima.

Pero retomemos el desarrollo de la película. Por un lado, si recordamos ya en su primera película ‘la fantasía’ tiene que  ver con ‘el origen’, es una fantasía de origen. Al cuarto mes de embarazo la madre es atacada por un elefante, y el protagonista siempre recuerda a la madre intentando gritar, digo intentando, porque no se siente el grito de la madre, si el rugido del elefante que la ha atacado. La imagen de un grito que no es escuchado, la imagen visual y la imagen sonora no coinciden. Es un grito que ensordece. De allí que a él nadie lo escucha, por lo tanto no habla.

La primera escena, una feria ambulante, señala en el cartel de entra ‘Fenómenos’, ante estos  fenómenos la gente se siente atraída, pero sale espantada: ‘esto es monstruoso’. Cambia de escenario, pasa de ser observado por el público de la feria a la academia médica donde el Dr. Traves lo presenta como ‘algo extraordinario’, tiene deformaciones, enquistamientos, bronquitis, afecciones brazos y piernas, pero los genitales no están afectados.

Aquí surge otra cuestión importante, ‘la denominación’: “Ha sido llamado el Hombre Elefante”. Pero en el hospital el Dr. Traves lo presenta como: inglés, John Merrick y hombre, en este orden. Es la manera de presentar ‘el fenómeno’ a la ciencia, no es suficiente que hable, también debe comprender, dice el director del hospital. El asombro se produce cuando recita el Salmo 23 de la Biblia: “cuando era pequeño leía la biblia cada día…” De nuevo señalo aquí los tres estados, lo animal, ruge, lo humano habla, pero lo sagrado, la palabra de Dios. ¿Qué nos quiere decir Lynch  con esto? ¿No es suficiente la palabra para diferenciar lo humano? ¿Hay otro tipo de salvaje? Aquel que no lee y comprende la palabra de Dios. ¿Qué representan estos dos estados fundamentales, el lenguaje y Dios? Dos maneras de distinción de la naturaleza, esto es por un lado griego, lo humano se distingue de la naturaleza, la Acrópolis es una posición frente al mundo natural. De allí que Merrick construye la maqueta de una Iglesia, St.  Philips, y lee la Biblia. La imagen no es suficiente como construcción de lo humano, requiere poseer el don de la palabra, y acceder mediante la lectura a ‘la palabra del Otro’. De allí que los colonizadores no trasmiten el pensamiento (griego) sino la palabra de Dios para colonizar a ‘los salvajes’, a los indígenas, a los primitivos…etc.

El origen, materno, la palabra, de Dios.

La serie materna: ante las primeras notas en la prensa local, la gran dama del teatro londinense, la Sra. Kendal quiere conocer a Merrick y dice: “Quiero conocer a este caballero”. Ya no es un fenómeno, no es un hombre, ahora, es un caballero, se trata de una categoría social. La actriz le lleva dos obsequios una imagen suya y una obra de Shakespeare: Romeo y Julieta. Al primero el responde mostrándole una imagen de su madre, que conserva misteriosamente, al segundo responde recitando algunos fragmentos, por lo que lleva a que la Sra Kendal diga: “Ud. no es el hombre elefante, Ud. es Romero.” Aquí se produce otro salto en la mecánica de la nominación, pasamos de intentar nominar a un fenómeno, ‘el hombre elefante’ a nominar a un mito: el amor.

Merrick, se transforma en ‘una curiosidad’ entre dos padres: una curiosidad para ‘la feria’, el Sr. Bytes, una curiosidad para ‘la ciencia’, el Dr. Traves. Bytes y Traves son dos modalidades del padre, ambos lo exhiben, lo muestran, lo miden, lo tratan, mal o bien. ¿Qué tratan? Este salto entre lo sexual y lo social, este mito perdido entre una doncella y un animal (recordemos el minotauro), entre la madre y el elefante, y lo social que lo acepta/rechaza, lo aísla /lo exhibe. De allí que Bytes y Traves son dos caras del padre.

De allí que se produce ‘el retorno del padre terrible’. La feria se instala en el hospital. Segunda vuelta, Bytes vuelve a raptar a Merrick, se vuelve a denominar El Hombre Elefante, se vuelve a exhibir en una feria, pero esta vez Merrick se escapa, ‘los otros fenómenos’ de la feria lo ayudan a escapar y regresar a Londres. Cuando es descubierto en Victoria Station (Merrick estaba bajo la protección de la Reina Victoria) Merrick dice: “No soy un monstruo, no soy un animal, soy un ser humano: soy un hombre.”

En las escenas finales Traves lleva a Merrick al teatro donde se representa  una opera/ballet donde los animales no solo cantan sino que bailan, lo animal se anima. La Sra. Kendal lo presenta al público londinense como ‘un amante del teatro, aunque es la primera vez que asiste’. El arte le permite nominar aquello que la ciencia no termina de nominar: ‘un amante del teatro’. Dar nombre a algo que no termina de representarse, a algo que no termina de simbolizarse, lo imaginario suplirá esta deficiencia, se tratará de una nominación suplencia. No es suficiente una nominación de la ciencia ‘un fenómeno’, no es suficiente la nominación filial, de un padre desconocido, de una madre del goce, entre lo humano y lo animal, será una nominación imaginaria, más allá de lo terrible: la imagen de la madre, la enfermera del hospital, la mujer de Traves, la actriz, la princesa, y a lo lejos la reina, que lo nominan como ‘ciudadano de la corona inglesa’, como ‘hombre de letras’, Romeo, lector de Shakespeare, como hombre de Dios, lector de la Biblia, como ‘amante del teatro’.

No quiero sacar conclusiones anticipadas, creo que ya contamos con los elementos que serán la guía para seguir la obra de Lynch, aunque los escenarios sean más actuales, los paradigmas son los mismos, aunque las imágenes parezcan muy diferentes, la falta que señalan es la misma, no se trata del ‘retorno de lo reprimido’, la falta que nos particulariza en el dominio del lenguaje, se trata del ‘retorno de lo terrible’, de lo que no se puede representar mediante dicha falta, de lo irrepresentable. El final de la película nos señala algo ‘incomprensible’, lo infinito, y una voz que dice: “Nada morirá, nada morirá”

alberto caballero
                                                                                                                                                                  barcelona, junio del 2012

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Escáner Cultural nº: 
148
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