UNA DISCUSIÓN TRADICIONAL: “¿VANGUARDIA VERSUS NEOVANGUARDIA?”, CONFRONTANDO A DOS TEÓRICOS DEL ARTE: PETER BÜRGER VERUS HAL FOSTER
UNA DISCUSIÓN TRADICIONAL: “¿VANGUARDIA VERSUS NEOVANGUARDIA?”,
CONFRONTANDO A DOS TEÓRICOS DEL ARTE: PETER BÜRGER VERUS HAL FOSTER
Parte III: Reflexiones finales
Robert Smithson “Spiral Jetty” (1970)
Pía Cordero
Después de revisar las perspectivas de Peter Bürger y Hal Foster en torno a la vanguardia y neovanguardia (partes I y II del presente artículo), surge la necesidad de generar un enfoque total que aúne ambas visiones. Por un lado, la visión de Bürger se erige como pesimista e historicista, al proponer un punto de inicio y final, a tan anhelado momento de quiebre y cambio en la esfera del arte. Para Bürger, la sentencia es clara, el arte está condenado a seguir siendo un servil esclavo de la sociedad capitalista en la que se desarrolla, pues sus intentos de desesperada liberación, terminaron generando los mismos barrotes de hierro, que conformarían su neo-prisión o neo-vanguardia. Al ser repetición, el arte permanece en una constante e ineficaz muerte, sigue siendo arte, es decir, institución servil y lucrativa, lejos del despliegue vital. En contraste, a tan triste panorama, Foster cree ver una salida. La vanguardia no fabricó sus barrotes, sino al contrario, forjó el potente filo que la liberaría de su silente servilismo, mediante la neovanguardia. Con este movimiento, el arte expande su campo se acción, siendo posibilidad de crítica. Desde esta perspectiva, abre espacios, no tan sólo de acción, sino de mediación y meditación, pues posibilita el despliegue de un tercer elemento de síntesis, entre objeto y observador, esto es, la crítica de arte. Mediante ésta, se
Robert Smithson “Spiral Jetty” (1970)
siguen minuciosamente los nuevos lineamientos que el arte irá construyendo en su horizonte abierto de acción (land art, body art, arte medial, etc.). Panorama infinitamente abierto, paradójicamente, causado por su más ferviente enemigo, una temible economía liberal, que anuncia consumirlo todo, y que ha posibilitado la caída de las fronteras culturales, para reducirlo todo a una especie de desenfrenada globalización. De este modo, la tarea de la crítica es enfrentar el presente del arte, muchas veces entendido como muerte, de cuya existencia tan sólo percibimos una aparición espectral. Asimismo, la acción crítica se hace fundamental, volviendo a ejercer su casi arcaico kritein (discernimiento), en este caso, de los límites difusos de un arte en tiempos globales, observando y registrando su recorrido, especie de mueca esquizofrénica, que choca con las paredes de los diversos ámbitos que habita, para narrar la historia de su actual locura, en tiempos en los que todo se mezcla, todo es sabido, todo es parte de todo. Finalmente, la crítica de arte se plantea como delimitación de los límites de acción del arte, reconstruyendo trayectorias, para arrojar luz, sobre el pasado y poder leer sin temor el presente.
Robert Smithson “Spiral Jetty” (1970)
Bibliografía:
Argan, Giulio. “El Arte Moderno”. Madrid: Akal, 1991.
Benjamin, Walter. “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”. México: Editorial Itaca, 2003.
Bürger, Peter. “Teoría de la Vanguardia”. Barcelona: Ediciones Península, 1997.
Debord, Guy. La Sociedad del Espectáculo. Valencia: Pre-textos, 2003
Imágenes:
www.wikipedia.org
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