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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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///…realizar…la acción…///
El silencio como modo de acción XIV
Alberto Caballero


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El encuentro con John Cage significó el retorno a un momento original: por un lado a un punto final, la decadencia de las vanguardias aparentemente renovadoras y concluyentes en si mismas, y por otro la propuesta de que el retorno al origen nos permite una revisión profunda de las estructuras, de los elementos y de los valores hasta el momento considerados intocables. John Cage es un renovador absoluto de estos valores, y un defensor acérrimo a esta vuelta al origen, donde se encontrará con los tres elementos fundamentales a su hacer: el ruido, el silencio, el sonido, por un lado, y por otro saca a las artes, todas, de su encasillamiento clasificatorio y propone una revisión a fondo del tiempo y del espacio, él los denominará el tiempo y espacio sonoro.
 

El silencio como modo de acción (XIV)
(el proceso de una investigación)
Alberto Caballero
acaballero@geifco.org

De la representación a la diferencia
Freud, Deleuze y Cage

Gilles Deleuze (París, 18 de enero de 1925 - París, 4 de noviembre de 1995) filósofo francés, considerado entre los más importantes e influyentes del siglo XX. La obra de Deleuze puede clasificarse en dos. Por una parte, después de finalizar sus estudios en 1948, se consagró a realizar una serie de monografías sobre algunos filósofos (Bergson, Foucault, Hume, Kant, Leibniz, Nietzsche, Spinoza) y artistas (Bacon, Jarry, Kafka, Proust, Sacher-Masoch), los cuales, pese a su eminente valor didáctico, contienen las primeras instancias de consolidación de su propio pensamiento intelectual. Este pensamiento se configura plenamente con la publicación de ‘Diferencia y repetición’ y ‘Lógica del sentido’, el primero de 1968 y el segundo de 1969 .

En mis rastreos por Internet he encontrado las siguientes notas, o referencias que nos pueden ayudar a introducir el pensamiento de Deleuze, para después justificar mi interés particular para poder justificar el lugar que Cage ocupa en las líneas de pensamiento señaladas.

“En sus primeros trabajos,  su principal proyecto filosófico puede condensarse en la inversión sistemática de la relación tradicional entre identidad y diferencia en metafísica. Tradicionalmente, la diferencia se deriva de la identidad. Por ejemplo, para decir "X es diferente de Y" se asume alguna identidad mínimamente estable tanto para X como para Y. Deleuze arguye, por el contrario, que toda identidad es resultado de la diferencia. Las identidades no anteriores a la diferencia lógica o metafísicamente. Esto es, no solo que nunca dos cosas son la misma, sino que las categorías utilizadas para identificar individuos se derivan, en primer lugar, de las diferencias. Identidades aparentes tales como X se componen de un sinfín de series de diferencias donde X = la diferencia entre x¹ y x², y = la diferencia entre..., y así.”

Obras
Empirismo y subjetividad (1953)
Nietzsche y la filosofía (1962)
La filosofía crítica de Kant (1963)
Proust y los signos (1964)
Nietzsche (1965)
El bergsonismo (1966)
Presentación de Sacher-Masoch (1967)
Spinoza y el problema de la expresión (1968)

Diferencia y repetición (1968)
Lógica del sentido (1969)
Spinoza: Filosofía práctica (1981)
Francis Bacon: Lógica de la sensación (1981)
Cine-1: La imagen-movimiento (1983)
Cine-2: La imagen-tiempo (1985)
Foucault (1986)
Pericles y Verdi (1988)
El Pliegue (1988)
Crítica y clínica (1993)

Así, más adelante, me encuentro con la reseña de este seminario, lo que me llama la atención esta intersección entre Gilles Deleuze y John Cage

Silencio y Rizoma

Este espacio dará cuenta acerca de una propuesta de seminario de pregrado dictado en el año 2007 res.nº 087/2007 c.d; 2º cuatrimestre por la lic. Adriana Paloma en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina,  estará abierto a la multiplicidad, a la diversidad de lecturas que se puedan realizar acerca de las problemáticas abordadas desde "silencio y rizoma: arte, educación, política y subjetividad". Esta propuesta está atravesada por el pensamiento contemporáneo, y puntualmente desde dos intercesores Gilles Deleuze y John Cage.

El silencio en los distintos saberes
Filosofía, psicología, arte.

silencioyrizoma.blogspot.com/

“Esta propuesta de seminario indagará acerca de la filosofía de Gilles Deleuze; sus planteos estéticos, éticos, políticos y pedagógicos. Entonces surgen preguntas: ¿Quién fue Gilles Deleuze?, ¿Cuál es el carácter general de su filosofía? Primeramente señalamos que su filosofía es la producción de alguien, cuya obra difiere en muchos aspectos de la de sus predecesores y contemporáneos. Alguna vez Michel Foucault pronosticó que la filosofía del siglo XXI sería deleuziana. Nuestro autor desplegó un pensamiento creativo, libre y libertario. A diferencia de otros pensadores que ocupan siempre el centro de la plaza pública con su voz, Deleuze es un filósofo que, como Nietzsche habla poco y escribe mucho. Quizá porque ocupar el centro de la plaza pública es pretender ejercer el poder. Mientras que para él; la filosofía es un modo de resistencia a todos los poderes. Porque muestra que pensar es algo distinto de opinar, discutir o clasificar. Porque enseña que pensar es crear. Por todo lo anteriormente puntualizado es que una de las ideas básicas de este curso consiste en el propósito de indagar en los problemas filosóficos, estéticos y políticos que constituyen una filosofía de la diferencia. Además, estableceremos la relación entre las consecuencias que se derivan del planteamiento de Deleuze y ciertas cuestiones del debate ético contemporáneo. Su filosofía es una “repetición” de saberes filosóficos y no filosóficos, que no pretende buscar su identidad sino reafirmar su “diferencia”. Es la creación de un pensamiento diferencial, como alternativa al pensamiento de la representación -que reduce la ‘diferencia’ a la ‘identidad’. Podríamos señalar que su filosofía tiene una técnica de montaje, es un collage de inspiración dadaísta. Obra filosófica que se interesa por los dominios de la ciencia, la literatura, las artes, construyendo ‘prácticas afirmativas’ que proponen y producen nuevas formas de vivir y pensar. Sostiene que hacer filosofía es mucho más que repetir o repensar a los filósofos y a la historia de la filosofía. Como sostiene Adrián Cangi: “Una filosofía de la diferencia se sostiene en las prácticas afirmativas y creadoras, en sus funcionamientos inmanentes o procesos de producción y en las interferencias o resonancias entre dominios heterogéneos, con un único objetivo: responder en qué consiste el acto de pensar, o como lo llama Deleuze: el de interrogar a los acontecimientos que nos fuerzan a pensar y el de crear propiamente acontecimientos que orienten al pensamiento”. La noción de diferencia que abordaremos en el curso es entendida como “no-identidad”, como una desigualdad mucho más grande que el concepto lógico de “diversidad” o que el otro dialéctico de “distinción”. Es necesario comprender que estética para Deleuze no es un saber sobre las obras, sino un modo de pensar por imagen, en el que se elabora la cuestión de lo sensible y el poder de pensar. Pero, ¿qué entiende por política? Entiende por política modos de la resistencia afirmativa materialista, donde la subjetividad es capaz de descubrir la potencia de transformación y de impulsar la intencionalidad crítica y expresiva. Por todo lo puntualizado, es que proponemos aquí en este seminario, una multiplicidad de paisajes. Textos como herramientas que sirvan para producir ideas, textos que trazan una multiplicidad de recorridos como el pensamiento nómade de Gilles Deleuze.” Fuente: Lic.: Adriana Paloma

Organizan: Seminario de Pregrado "Silencio y Rizoma: Educación, Arte, política y Subjetividad", Facultad de Psicología conjuntamente con el Centro de Estudios e Investigaciones de Pensamiento y Arte Contemporáneo Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional  de Rosario. Gentileza: http://blogs.clarin.com/seminariopregradounr2005

Otro seminario, aquí el encuentro entre Deleuze con Freud:
‘La repetición en Deleuze y Freud’, por Susana Corullón Paredes (Madrid)
Esquema del trabajo

1. Qué es la Repetición
a -Repetición frente a representación en Deleuze
. Repetición y simulacro
. Repetición y tiempo
b -Repetición y recuerdo en Freud
. Repetición y transferencia
. Repetición y represión
. La repetición, más allá del principio del placer
2. Freud y Deleuze ante la repetición
a -Las síntesis pasivas y el inconsciente
b -Fantasma y transferencia
. Objetos virtuales frente a represión
c -Freud y el pensamiento representativo
d -Eterno Retorno e Instinto de muerte
e -Repetición y placer
3. Conclusión
4. Bibliografía

“El propósito del presente trabajo, es establecer las relaciones que existen entre las concepciones que Deleuze y Freud tienen acerca de la repetición. Para ello se verá, en primer lugar, las líneas generales con las que Deleuze trata dicho concepto. Después veremos lo que al respecto dice Freud. Quizás sea artificioso separar las dos concepciones, pues Deleuze trabaja con conceptos freudianos. La tercera parte del trabajo, va encaminada a poner de manifiesto esta relación.

Para entender el concepto de repetición en Deleuze, es preciso conocer el contexto en el que éste se inscribe. En su obra Diferencia y Repetición, Deleuze intenta superar lo que denomina como pensamiento representativo. Esta es la línea tradicional del pensamiento metafísico occidental, que según Heidegger, tiene como puntos de vista fundamentales, la remisión a la idea, o representación. La diferencia, según Deleuze, ha sido sometida por esta tendencia del pensamiento a las cuatro rejillas de la representación: "Es siempre en relación a una identidad concebida, a una analogía juzgada, a una oposición imaginada, a una semejanza percibida, como la diferencia se convierte en objeto de representación"(Martínez, 1987, p. 198).

Desde la representación, la repetición sólo puede explicarse de modo negativo; es una limitación relativa a nuestra representación del concepto, lo que nos impide acceder a la multiplicidad de las cosas que éste puede representar. La repetición sería "la diferencia sin concepto"(Diferencia y Repetición, p. 71), y no es entonces representable. La repetición propia del presente, es una repetición material, como sucesión de elementos actuales, entre los que no aparece la diferencia. "Pero, a partir de la impresión cualitativa de la imaginación, la memoria reconstruye los casos particulares como distintos, conservándolos en el 'espacio de tiempo' que le es propio. El pasado deja de ser entonces el pasado inmediato de la retención, para pasar a ser el pasado reflejo de la representación"(DR p.152).

En una tercera síntesis, la repetición ha de liberarse tanto del hábito, como de la memoria, pues en ambas la diferencia aún aparece sometida a lo semejante. Es preciso que la repetición sea "la diferencia en sí" (DR p.171). "La síntesis del tiempo constituye aquí un porvenir que afirma a la vez el carácter incondicionado del producto, por relación a su condición, y la independencia de la obra con respecto a su autor o actor"(DR p.170). El eterno retorno es la repetición en ésta tercera síntesis. Lo que retorna es lo nuevo, que ha sido purificado y seleccionado. Es lo incondicionado, la pura diferencia. Este círculo del eterno retorno no tiene centro, es esencialmente excéntrico y descentrado, y lo que hace retornar y circular es la diferencia" (Martínez, 1987 p.240

Freud trata de la repetición fundamentalmente en su obra ‘Más allá del Principio del placer’. En dicha obra, Freud nos expone como el Psicoanálisis pasó de ser una ciencia basada en la interpretación, a forzar al enfermo a realizar la reconstrucción de su pasado, para obtener mejores resultados terapéuticos. Sin embargo, la tarea de hacer consciente lo inconsciente, no siempre daba resultado, pues el enfermo tendía a "reprimir", precisamente los momentos de su pasado que pudieran ser más representativos. Quedaba entonces "obligado a 'repetir' lo reprimido como un suceso actual, en vez de -según el médico lo desearía- recordarlo cual un trozo de pasado"(MPP p.1684).

Aparece en Freud una clara distinción entre repetición y recuerdo. En el ensayo ‘Recuerdo, Repetición y Elaboración’, nos dice al respecto: "El analizado no recuerda nada de lo olvidado o reprimido, sino que lo vive de nuevo. No lo reproduce como recuerdo, sino como acto; lo repite sin saber naturalmente lo que repite"(RRE p.1.684).

Podríamos decir, que mientras el recuerdo es una vuelta consciente al pasado, ya fuera éste previamente consciente o inconsciente, la repetición es una acción compulsiva (Wiederholungswang), que se explica sobre todo por la represión y la transferencia producida durante la cura. Este fenómeno constituye, sin embargo, ‘su manera especial de recordar’(RRE p.1.685). Con la repetición se pone de manifiesto, que la enfermedad no debe tratarse como un hecho histórico, sino como algo actual. Tanto la represión como la transferencia, son fundamentales para comprender la repetición. El analizado repite "todo lo que se ha incorporado ya a su ser partiendo de las fuentes de lo reprimido: sus inhibiciones, sus tendencias inutilizadas, y sus rasgos de carácter patológico" (RRE p.1.685).

En ‘Más allá del principio del placer’, Freud se cuestiona, por qué esta obsesión de repetición aparece en los enfermos, a pesar de hacerles revivir situaciones ingratas, y que además no esté en contra del principio del placer. Esto le hace plantearse, en un sentido trascendental, que hay más allá de este principio, cuales son las condiciones que lo hacen posible. Descubre así, que la obsesión de repetición que se produce en la vida anímica, está realmente más allá del principio del placer. A pesar de que la repetición sirva a la represión, como un disfraz tras el que ocultarse, y esto suponga una concesión al principio del placer, la obsesión de repetición parece ser "más primitiva, elemental e instintiva" (MPP p.2.517). El principio del placer sería entonces una tendencia, al servicio de la función de mantener la excitación del organismo, al nivel más bajo posible. Esta función formaría parte de la aspiración general de todo lo animado: "la de retornar a la quietud del mundo inorgánico"(MPP p.2.541).

Vemos, de esta forma, que la obsesión de repetición está, en última instancia para Freud, relacionada con la pulsión de muerte. No puede decirse que Freud y Deleuze estén en la misma línea de pensamiento respecto a la repetición. Como veremos más adelante, Deleuze le reprocha a Freud estar inmerso aún en las coordenadas del pensamiento representativo. Sin embargo, la conexión entre ambos es clara, ya que Deleuze utiliza conceptos freudianos en su pensamiento.

Deleuze habla de las síntesis pasivas, tanto del hábito como de la memoria, como sub-representativas (DR p.158). Esto hace pensar en el inconsciente de Freud. En el caso de la memoria, Deleuze supone la existencia del pasado puro, que no se identifica con los antiguos presentes. Freud al hablar de pasado, nos dice: Sucede aquí muy frecuentemente, que se 'recuerda' algo que no pudo nunca ser 'olvidado', pues nunca fue retenido ni llegó a ser consciente, y además, para el curso psíquico, parece totalmente indiferente que tal elemento fuera consciente y quedase luego olvidado o que no penetrase jamás en la conciencia (RRE p.1.684).

En el pensamiento de Deleuze es fundamental este magma sub-representativo, que como ya vimos, da lugar a la formación de yoes larvarios, si pensamos en la primera síntesis pasiva del hábito, o a un yo que se encuentra "en el punto de unión de los dos círculos disimétricos que se recortan, el círculo de los objetos reales y el de los objetos o focos virtuales"(DR p.179).

Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre estas dos concepciones pues, como antes se ha dicho, para Freud, es la represión la que en principio estaría detrás de la obsesión de repetición. Si para Freud, la obsesión de repetición se explicaba por la represión, Deleuze nos dice: Es debido a que la repetición necesariamente aparece disfrazada, en virtud del desplazamiento característico de su principio determinante, por lo que se produce la represión, como una consecuencia que afecta a la representación de los presentes (DR p.185). Según esto, la repetición sería una instancia más profunda que la represión: "No se repite porque hay represión, hay represión porque se repite"(DR p.185).

Pero la diferencia fundamental entre Deleuze y Freud, que se deja traslucir en lo anterior, no es otra que la profunda adhesión de éste al pensamiento representativo. Para Deleuze, la concepción de la repetición en Freud, se encuentra subordinada a las exigencias de la representación, "desde el punto de vista de su realismo, de su materialismo y de su subjetivismo" (DR p.184). Es realista, porque todo ocurre entre presentes; materialista, porque en su fondo subyace un modelo de repetición bruta, como lo es la vuelta a lo inanimado, que busca sobre todo la pulsión de muerte. Es subjetivista, por último, porque el antiguo presente y el nuevo, son considerados solamente, como representaciones del sujeto, sean éstas conscientes o inconscientes. Se trata siempre de una realidad "psíquica" considerada como originaria.

 Freud descubre que la repetición está ligada al principio del placer. Si bien esto es claro en algunos casos, plantea problemas en otros. En los juegos infantiles, por ejemplo, la obsesión de repetición y la satisfacción instintiva acompañada de placer, parecen estar claramente relacionados. Así mismo, en la primera síntesis pasiva, nos dice Deleuze, se produce placer ligado a la contemplación, como respuesta del yo contemplativo al problema planteado por la urgencia de la vida. La repetición de preguntas y soluciones da lugar a la costumbre. Para Deleuze, "se denomina placer al proceso, a la vez cuantitativo y cualitativo, que resuelve la diferencia" (DR p. 173). Puesto que en la repetición tiene lugar este proceso, ella sería el más allá del principio del placer.

Freud no vio que la diferencia estaba íntimamente ligada a la repetición. Entiende que la repetición está al servicio del principio de realidad, gracias a la represión, pero se ve en la necesidad de justificar, que la repetición pueda suscitar satisfacción por sí misma, como vuelta al pasado. En última instancia, el placer sólo puede venir, de la tendencia natural a volver a lo inanimado.”

DR (Diferencia y Repetición / G. Deleuze)
MPP (Más allá del Principio del placer / S. Freud)
RRE (Recuerdo, Repetición y Elaboración / S. Freud)

Además podemos contar con:
‘Ontología y diferencia: la filosofía de Gilles Deleuze’

Francisco José Martínez Martínez
http://www.revistadefilosofia.com/23-03.pdf

Para quienes quieran hacer un recorrido por la personalidad y por la obra de GD
O, esta de la que podemos extraer algunos parágrafos muy interesantes.
Compendio sobre la obra deleuziana.
http://www.sindominio.net/versus/paginas/textos/textos_00/deleuze.htm

“Uno de los objetivos de la ontología deleuziana consiste en elaborar un pensamiento capaz de captar los acontecimientos en su singularidad, y aquí retoma, por una parte, los análisis estoicos, y por otra, las aportaciones literarias y lógicas de L. Carroll.  Pensar el acontecimiento exige elaborar una noción de tiempo, distinta al Cronos clásico, y así Deleuze retoma la noción de Aión, como un tiempo que divide constantemente el instante presente, sin pasado ni futuro. En cuanto a la relación del acontecimiento con los cuerpos, los estoicos situaban los acontecimientos en la superficie de los cuerpos. El acontecimiento es un fenómeno de superficie que se desplaza en los limites de los cuerpos y de sus mezclas; y además es siempre efecto, a lo mas que llega, es al estado de cuasi-causa, pero la causalidad efectiva le es negada y reservada a los cuerpos. Los acontecimientos son lo mínimo que se da de ser, son extra-seres; por esto los estoicos los consideraban como incorporales. Incorporales que relacionan las palabras y las cosas, que se deslizan dibujando una superficie que une y separa a la vez las proposiciones y los hechos a los que estas se refieren. El sentido de la proposición es lo que se refiere al acontecimiento, es la cuarta dimensión de la proposición, irreductible a la significación, a la expresión y a la designación.”

“Otro de los desafíos lanzados a la filosofía moderna, especialmente por autores como Nietzsche, consiste en romper con el platonismo o al menos invertirlo. Deleuze recoge este desafío y lo intenta solventar mediante una teoría del simulacro y del fantasma, obtenida a partir de los atomistas antiguos y de Freud. Los simulacros son aquellas copias malas que no sólo no intentan parecerse a los modelos como las copias buenas, sino que recusan el esquema del modelo y de las copias. Los simulacros son los falsos pretendientes que, mediante la proliferación y el disfraz, subvierten la relación de participación entre la idea y sus copias. Los simulacros estoicos y epicúreos contra las buenas copias platónicas.”

“El pensamiento occidental ha estado siempre presidido por la categoría de representación, se ha mostrado siempre como un pensamiento puramente  representativo, basado en la identidad del concepto, la oposición de los predicados, la analogía del juicio y la semejanza de la percepción.
El pensamiento representativo se basa en una serie de postulados, el primero de los cuales alude al hecho de que este pensamiento esta basado en un principio original y fundante;…; es un pensamiento entendido como reconocimiento, como re-presentación de un modelo original y previo, ya dado; la detección del error es uno de los principales cometidos de la razón en este tipo de pensamiento; el error aparece aquí como el negativo del pensamiento, pero, a la vez, como incapaz de sustraerse a su dominio; el pensamiento de la representación es solidario con una noción de proposición incapaz de entender el sentido como uno de sus aspectos irreductibles a la significación, la designación o la manifestación; el pensamiento representativo tiene como modelo ideal  de pensamiento el axiomático; es un tipo de pensamiento mas centrado en el teorema que en el problema y que ignora la dimensión problemática constituyente del pensamiento ontológico, que define un ámbito por encima de lo positivo y lo negativo que seria el ámbito de las preguntas, de los problemas; por ultimo, el pensamiento de la representación tiene como objetivo ultimo el conseguir un conocimiento, (un saber), y para el, el proceso de aprendizaje es un mero instrumento.”

“La noción de diferencia ha recibido un primer tratamiento sistemático en la obra de Aristóteles, el cual se mantiene en el ámbito de la representación que Deleuze denomina ‘orgánica’ y que permanece limitada a lo finito. La representación se hace ‘órgica’ cuando se abre a lo infinito, tanto a lo infinitamente pequeño gracias a Leibniz como a lo infinitamente grande en la obra de Hegel. Pero ni la representación orgánica ni la órgica permiten comprender la diferencia en sí misma, es decir, como un simulacro y no como una simple copia. En la filosofía clásica solo se vislumbra una posibilidad semejante, paradójicamente, en ‘El Sofista’ de Platón, en el que aparece la hipótesis de una diferencia pura, libre de toda determinación, aunque solo para ser inmediatamente desechada. Vistas las dificultades que presenta un pensamiento representativo, Deleuze esboza algunas condiciones que tendría que reunir un pensamiento que quisiera ir más allá de la representación.  Este pensamiento seria no reflexivo ni el producto de una consciencia, seria un pensamiento de la diferencia y de la repetición. Este pensamiento no se basa en la analogía, sino que es radicalmente unívoco, y por ello es acategorial, ya que las categorías, aunque no toman al Ser como genero supremo, si lo distribuyen y además están definidas respecto a la categoría fundamental de substancia. Se centra en la categoría de lo virtual, más que en la categoría de lo posible, es decir, que es un pensamiento de lo real virtual, aunque no de lo actual, y en este sentido se apoya en las intuiciones de Bergson y en los descubrimientos de la biología contemporánea. Es un pensamiento que renuncia a la idea de un fundamento sólido de la creencia, y así se aleja del modelo cartesiano, al que opone la idea de un sin fondo que subvierte la noción de fundamento en sus tres aspectos: de esencia ideal, de razón suficiente y de memoria fundante. En resumen este pensamiento deleuziano afirma la alteridad, la ausencia del fundamento, la diferencia y la repetición frente al pensamiento representativo de la mismidad, el fundamento, en sus distintas formas (Dios, Yo o Mundo), de la identidad y la generalidad.”

‘Filosofías de la diferencia: Foucault, Deleuze, Derrida y Lévinas’
Esther Zarzo Durá

http://www.realidadyficcion.es/Revista_Lindaraja/esther_zarzo/diferencia.htm

Índice:
 0. Resumen
1. Antecedentes
1. 1. La Repetición en S. Freud
1. 2. El Acontecimiento en M. Heidegger
2. Pensamiento Francés Contemporáneo
2. 1. El Pensamiento del Afuera de M. Foucault
2. 2. Identidad y Diferencia en G. Deleuze
2. 3. La Alteridad en J. Derrida
2. 4. El Otro en E. Levinas
3. Comentario de textos
4. Bibliografía

“El presente trabajo analiza un interés, aparentemente general, que surgió en Francia, en la década de los 70, por nociones como novedad, Acontecimiento, Ruptura, Discontinuidad, Alteridad, Repetición, etc. que generó relecturas de autores como F. Nietzsche, S.Freud y M. Heidegger, quienes si “se encontraron” con tales nociones, pero no pudieron explicarlas con sus Sistemas.  ¿Por qué no las podían explicar? ¿Qué no contemplaban? ¿Cómo se puede atender a lo que se escapaba a sus sistemas? Trataremos primero la Repetición de S. Freud y el Acontecimiento en M. Heidegger, para después estudiar cómo algunos de los autores del llamado Pensamiento Francés Contemporáneo, intentan, desde distintos puntos, atender a lo que escapa a este Sistema de la Representación por su propio funcionamiento, a lo “Más allá” de lo decible, de lo experimentable, o de lo recibible. Iremos viendo cómo M. Foucault plantea que se puede atender a ese “Más allá” del Sistema haciendo una Arqueología de las discontinuidades en las sujeciones base del Pensamiento considerado. Por otro lado, G. Deleuze definirá una Metafísica de Flujos que permita concebir la inter-contaminación del Adentro y el Afuera. También, J. Derrida señala a ese “Más allá”, concibiéndolo como un habitante asediante indecidible, pues considera que no se puede salir a un Afuera Neutro. Y por último, E. Lévinas, dirá que se puede ir “Más allá” del Sistema de la Totalidad, no con una operación del Pensamiento Totalizante, sino como vacío respecto a él, partiendo del Otro Concreto Infinito como Revelación, y la Relación Ética como Otro Modo que Ser. No dicen lo mismo, ni hay linealidad entre ellos, pero todos intentan no partir del Sistema de la Identidad originaria, entendiéndola como fruto de Diferir de si misma, señalando que lo catalogado por el Sistema como Radicalmente Otro a la Identidad, está Dentro.”
María Ester Zarzo Durá.
Licenciada en Filosofía por UNED.Investigadora en la UNED,Departamento Filosofía, Programa: Lectura e Historia.
Revista Lindaraja. nº  20, diciembre de 2008


Luego de este repaso general, para ubicarnos, podemos entrar en nuestra lectura del texto:

Diferencia y Repeticion Gilles Deleuze
Editorial: Amorrortu Editores
(Trabajo original publicado en 1968)
Buenos Aires, 2006

Deleuze, G. Diferencia y Repetición
Alberto Cardín, traducción
Gijón: Júcar Universidad, 1988
Introducción de Miguel Morey

Freud, S.(1972-1983). Obras completas 9 vol.
(L. López Ballesteros, trad.).Madrid: Biblioteca Nueva.
Nueva Edición en Amorrortu Editores

Intentaremos hacer una lectura parcial del texto, como toda lectura, teniendo en cuenta estas consideraciones previas: el pensamiento de la representación, la relación entre representación y repetición, y el pensamiento de la diferencia, para ver como Deleuze nos permite pensar en la cuestión de la pequeña diferencia. La pequeña diferencia no sólo como una operación simbólica, entre lo simbólico y lo real, sino también como una operación imaginaria, lo que él denomina ‘pensar la imagen’, para poder acceder al pensamiento cageano de ‘la acción’ como pequeña diferencia imaginaria, mejor dicho entre lo imaginario y lo real.

Podemos avanzar, ya no se trata de una simulación, entre lo real y lo simbólico, mediado por lo imaginario, quiere decir simulación fantasmática, sino un simulacro, un simulacro de acción entre lo imaginario y lo real, mediado por lo simbólico. Ya hemos trabajado en artículos anteriores como Cage hace caer el fantasma de la música hasta ese momento, quiere decir el fantasma precedido por Beethoven y la gran música mítico-fantasmática de la Europa del XIX, yo adelantaría e incluiría a Wagner en su intento singular de dar lugar a la mítica-fantasmática de la Alemania de su época.

La caída de la representación implica la caía del mito, del mito del héroe que recorre la Europa Occidental desde La Odisea a Napoleón, el héroe que salvará el Mundo Clásico, el Mundo de los Mitos, el del sujeto representado por la representación, entre la imagen y el significante, dejando a lo real como eso a lo que no se puede acceder, implicado tanto en la teoría del mito y todas sus significaciones, y en la teoría del lenguaje en todo su desarrollo propio del siglo XIX y parte del XX, todo no se puede decir, todo no se puede escribir, el significante no todo esta representado por imagen, la imagen no toda esta dicha por el significante.

Y es aquí donde nos encontramos a Gilles Deleuze, del lado del pensamiento, y a John Cage del lado de la música, uno dice el pensamiento tiene que ser creativo, más allá del pensamiento de la representación (desde Platón a Nietzsche), y el otro dice ‘penar la música’, más allá de la música y sus representaciones (de Beethoven a Wagner).

El cuidado y el método en el tratamiento del texto, colocan a Deleuze en un erudito en estas cuestiones, su lectura exhaustiva de los autores, su lectura exhaustiva de los conceptos, nos permite ubicar precisamente el problema: la caída de la represtación no solo en el pensamiento moderno sino en el arte moderno y el surgimiento de la teoría de la diferencia. La pregunta que surge, y que quizás deje pendiente es si la representación depende de la repetición, la repetición como el operador de la representación y esta como objeto/producto de dicho operador. ¿Qué sucede con la repetición si la representación cae? Deleuze nos intenta hacer pensar que ahora la repetición producirá un nuevo objeto/producto que es la diferencia, la pequeña diferencia. ¿Pero es realmente una nueva propuesta, o es sencillamente, una nueva interpretación de la antigua, ancestral, idea de la repetición como el fundamental aparato. ¿No se tratará también de la caída de la representación, y por consiguiente de su producto estrella, ‘la pequeña diferencia? ¿No se tratará de un derrumbe del aparato que deja como consecuencia a ‘la pequeña diferencia’ deslocalizada, flotante? ¿No se tratará justamente de un fallo en lo simbólico, tanto del lado del lenguaje como del acto (Wittgenstein por un lado y Lacan por el otro) y la primacía de lo imaginario? De lo imaginario no solo en la construcción del lenguaje, en relación a lo real, sino como soporte del significante, en relación a lo simbólico.

Es por aquí que Cage hace caer a ‘la representación musical’ pero también a su escritura, la escritura como dominio de la representación musical, como lo será en literatura, la gramática como dominio de la escritura literaria. La acción ya no será un producto entre nota y nota, o entre significante y significante, sino errara sola, no en el sentido de errata, como garantía del lenguaje, que algo de la representación no ha funcionado, sino como errar…perdida de su discurrir, desorientada de su meta, accionar a la siguiente nota, accionar al siguiente significante. La cadena se ha roto, la serie se ha perdido…lo que queda es la acción como mecanismo y producto.

Tomaré algunas de las frases, o parágrafos del texto, como acostumbro, para demostrar estos postulados:

Pág. 15: “El primado de la identidad, cualquiera se la forma que esta sea concebida, define el mundo de la representación. Pero el pensamiento moderno nace del fracaso de la representación, de la pérdida de las identidades (de las identificaciones)….El mundo moderno es el de los simulacros.”

Pág. 17: “No es tarea del simulacro ser una copia, sino dar por tierra a todas las copias, haciendo también lo mismo con los modelos: todo pensamiento se convierte en una agresión.”

Pág. 18, llegamos aquí a una conclusión fundamental, ya no se trata de lo imposible de decir, de lo imposible a re-presentar, sino de lo imposible de escribir, dice: “¿Cómo hacer para escribir si no es sobre lo que no se sabe, o lo que se sabe mal? Es acerca de esto, necesariamente, que imaginamos tener algo que decir. Solo escribimos en la extremidad de nuestro saber en ese punto extremo que separa nuestro saber y nuestra ignorancia, y que hace pasar el uno dentro de la otra….Tal vez la escritura mantenga con el silencio una relación mucho mas amenazante que la se dice mantiene con la muerte.”

En la introducción dice. Pág. 23: “Desde todo punto de vista la repetición es la trasgresión. Pone la ley en tela de juicio, denuncia su carácter nominal o general, a favor de una realidad (otra)…”

En los parágrafos siguientes, siempre en la introducción, intenta dar cuenta de distintos puntos de vista sobre la repetición, la repetición en Kant, como algo más allá que la ley moral, ya que la repetición implica una trasgresión, lo que le lleva a la cuestión en Abraham donde al contrario la trasgresión, de la ley o mandato divino, a llevado a la eterna repetición, la aceptación de la ley como trasgresión: la repetición de este engaño como constituyente.

En la Pág.31 adelanta una cuestión importante para nuestro trabajo, la cuestión del movimiento, si con Hegel de lo que se trata  es de quedarse con el movimiento lógico abstracto, con la representación del movimiento, Deleuze dice que de ‘se trata de hacer del movimiento mismo una obra, sin interposición, de sustituir representaciones…por signos directos…el movimiento en tanto real…seria, dice Deleuze ‘lo infinito del movimiento real como la diferencia absoluta..’ Y da un ejemplo muy pertinente a nuestra investigación: ‘El teatro de la repetición se opone al teatro de la representación, así como el movimiento se opone al concepto y a la representación que lo relaciona con el concepto.’ Pág.34

Siguiendo con el desarrollo de su teoría Deleuze en la Pág.40 a la relación que hay entre repetición y rememoración: “Lo que le falta a la memoria es la rememoración, o mejor dicho, la elaboración” Hace un cambio radical de autores, pasando de la filosofía al psicoanálisis, de Hegel y Kant, de Kierkegaard y Nietzsche, a Freud y Lacan, por lo que agrega: “Cuando falta la conciencia del saber o la elaboración del recuerdo, el saber, tal como es en sí, no es más que la repetición de su objeto: es jugado, es decir, repetido, puesto en acto, en lugar de ser conocido. La repetición aparece aquí como el inconsciente del libre concepto, del saber o del recuerdo, el inconsciente de la representación. Fue Freud quien señaló la razón natural de semejante bloqueo: la representación, la resistencia, que hace de la repetición misma una verdadera ‘imposición’, una ‘compulsión’.

En ‘Rememoración, repetición y elaboración’, Freud dice: recordad, elaborad el recuerdo para no repetir…mientras tanto el sujeto es excluido de dicho saber, el modo en que ‘no sabe que sabe’. A lo que Deleuze agrega: “Pero, al mismo tiempo, el héroe no puede representárselo; debe, por lo contrario ponerlo en acto, interpretarlo, repetirlo.” Y aquí Deleuze nos libera definitivamente de ‘la interpretación’: “La repetición aparece pues como una diferencia, pero una diferencia absolutamente sin concepto, en este sentido, diferencia indiferente. En todos los casos, lo que repite sólo lo hace a fuerza de no ‘comprender’ de no recordar, de no saber o de no tener conciencia.”

Pág. 43, siguiendo con la lectura de la teoría freudiana dice: “El momento crucial del freudismo aparece en ‘Más allá del principio del placer’- antes me gustaría señalar algunas cuestiones ya propias del título de la obra: una es la cuestión ‘del más allá’, y la otra la del placer como principio, lógico matemático, cuestiones que Deleuze desarrolla con suma precisión- en donde la pulsión de muerte no aparece vinculada con las tendencias destructivas ni con la agresividad, sino en función directa con la repetición.” La asociación es directa, y el salto también, ya no se trata solo de un operador de lo simbólico, del lenguaje, sino de lo real, la repetición en tanto pulsión de muerte, ‘de allí su dominio y su sentido’. Esa es la razón de su naturaleza ante todo silenciosa (no dada en la experiencia) en tanto que el principio de placer es ruidoso.

Aunque más adelante sostiene que la repetición es simbólica en tanto…el simulacro es el argumento de la repetición misma. Para en la pág. 45 decir: “Porque la repetición difiere por naturaleza de la representación, lo repetido no puede ser representado, sino que debe ser siempre significado, enmascarado por lo que significa, enmascarando, a su vez, lo que significa”. Aquí queda claro que diferencia radicalmente representación y repetición, toda repetición no puede ser representada, o sea imaginarizada, algo de la repetición viene de la pulsión misma. A lo que concluye: “No repito porque reprimo. Reprimo porque repito, olvido porque repito. Reprimo porque, en primer lugar, no puedo vivir algunas cosas o algunas experiencias más que bajo la forma de la repetición.” Es muy clara la primacía, que Deleuze, le otorga a la repetición. Se trata de ir al origen de la repetición, de la pulsión misma, le da a la repetición un principio propio, pero también una potencia propia. De allí que toda repetición no se deja explicar por la forma en la identidad del concepto o en la representación, hay un más allá que es la pulsión.

En la pág.48 será más preciso aún y dirá: “…consiste entonces en desmembrar la causalidad para distinguir en ellas dos tipos de repetición: uno, referido solamente al efecto total abstracto; el otro, a la causa actuante. Una resulta de la obra, pero la otra es como ‘la evolución’ del gesto. Una remite a un mismo concepto, que sólo deja subsistir una diferencia exterior entre los ejemplares ordinarios de una figura; la otra es repetición de una diferencia interna que ella comprende en cada uno de sus momentos y que transporta de un punto notable a otro. Se puede intentar asimilar estas repeticiones diciendo que, desde el primer tipo hasta el segundo, lo que ha cambiado es sólo el contenido del concepto, o bien, que la figura se articula de otra manera. …Pues en el orden dinámico, ya no hay ni concepto representativo, ni fura representada en un espacio preexistente. Hay una Idea y un puro dinamismo creador del espacio correspondiente.”

Pág.53: “Pero entre estos elementos discretos, entre estos objetos repetidos, debemos distinguir un sujeto…que se repite a través de ellos, verdadero sujeto de la repetición…la repetición en su forma pronominal…la singularidad en lo se repite. En todo caso, más que lo repetido y el repetidor, el objeto y el sujeto, debemos distinguir dos formas de repetición. De todos modos, la repetición es la diferencia sin concepto. En un caso la diferencia se plantea simplemente como exterior al concepto, como diferencia entre objetos representados bajo el mismo concepto, como caen en la indiferencia del espacio y del tiempo. En otro caso, la diferencia es interior a la Idea; se despliega como puro movimiento creador de un espacio y de un tiempo dinámicos que corresponden a la Idea. La primera repetición es repetición de lo Mismo, que se explica por la identidad del concepto o de la representación; la segunda es la que comprende la diferencia y se comprende a si misma en la alteridad de la Idea, en la heterogeneidad de una ‘apresentación’. Una es negativa, por defecto del concepto; la otra, afirmativa, por exceso de la Idea. Una es hipotética; la otra, categórica. Una es estática; la otra, en la causa. Una, en la extensión; la otra es intensiva. Una, ordinaria; la otra, notable y singular.

Los interesados en profundizar sobre estas cuestiones les sugiero, leer capítulo por capítulo donde el autor desarrolla cada una de estas cuestiones y da cuenta de ello.

Para los lectores nuevos, para los lectores que siguen la serie de artículos que dedico a descifrar la obra y el pensamiento de John Cage subrayo: “En un caso la diferencia se plantea simplemente como exterior al concepto, como diferencia entre objetos representados bajo el mismo concepto, como caen en la indiferencia del espacio y del tiempo. En otro caso, la diferencia es interior a la Idea; se despliega como puro movimiento creador de un espacio y de un tiempo dinámicos que corresponden a la Idea.”

Creo que estos dos subrayados nos indican con suma precisión dos cuestiones fundamentales, que per-seguimos en nuestras lecturas: la indiferencia del espacio y del tiempo en la obra de John Cage esto es fundamental, la obra se puede dar en cualquier espacio y en cualquier tiempo…lo importante es sostener la diferencia…en su total indiferencia, y por otro, se despliega como puro movimiento creador de un espacio y de un tiempo, en si misma se despliega cada vez, diferente, como movimiento puro, alejada de toda interpretación, como creación de un espacio y un tiempo, cada vez, de manera diferente.

Con estas notas quiero demostrar la imbricación de la obra de Cage y de su pensamiento, en el pensamiento que desarrollara la modernidad...más allá de Kant. Para nada se trata de un pensamiento y de una obra intuicionista, o incluso proveniente de la meditación, todo lo contrario es una obra y un pensamiento radical, que está estrechamente relacionado con otros pensamientos radicales, como estamos viendo en estas notas, que han colaborado en la construcción del pensamiento y del arte más allá de la modernidad. Nos arriesgamos a decir, con todas sus consecuencias, más allá del Padre.

Alberto Caballero, Barcelona, agosto de 2011

 

 

 

 

 

 

 

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Escáner Cultural nº: 
141

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