PABLO BATELLI Y LAS FOTOTRANSCRIPCIONES
Este mes dedicaremos en Escaner un vistazo crítico a la obra, poco visible de un artista bastante singular quien vive y trabaja en Bogotá. Este vistazo en honor a este artista sin lugar a dudas controvertido, se acercará para poder entender una serie de imágenes que surgen en el límite de la obra de arte, pues bien sabemos que para que una obra, sea obra de arte, debe ser expuesta. Pero creo que las fotos de Batelli, en ocasiones son realizadas para no ser exhibidas, entre vasos de whisky y las banalidades que rodean todo vernissage, pues la furtividad con que han sido realizadas, nos hace pensar que ahí deben quedarse: en el domino de lo privado, de lo exclusivo, de lo fugaz, como si solamente unos pocos fueran los privilegiados para poder verlas.
Hay una actividad a la que Batelli se ha dedicado los últimos años: la transcripción. Un ejercicio bastante complejo que traduce de manera cruda, los discursos de los actores culturales del medio artístico local. Esto le ha traído varias “amonestasiones” públicas, por transcribir discursos tal como se enuncian, sin maquillarse, sin editarse, pues él cree que así se devela el pensamiento en esencia. Estas transcripciones nos hacen pensar en “la escritura vocal” que reclamaba Philippe Sollers a propósito de Antonin Artaud. Transcripciones que develan la fuerza o la debilidad de los discursos. Dicho de otra manera, las transcripciones de Batelli, demuestran el uso sin permiso del discurso, lo que pone, a quien habla, en un serio aprieto, pues la exigencia de lo que se dice es muy fuerte.
Serie "Contra la ciudad" Pablo Batelli.
Algo similar sucede con las fotografías que Pablo Batelli realiza. Sus imágenes fotográficas, se enmarcan dentro de lo que podríamos llamar, fototranscripciones. Todas ellas (al menos las que conozco), estan provistas de un cierto balbuseo visual, un tartamudeo que vela la imagen bien realizada, bien enfocada, fabricada en busca de lo perfecto, donde lo fotografiado, escapa a la pose del lo fotografiado y al control de quien fotografía. La cámara fotográfica, el artista la lleva como si se tratase de una pequeña grabadora de mano, lista para enregistrar hasta la mínima vibración de una voz. Lo he visto tomar algunas de sus fotos y algo que me sorprende es que el artista no mira a través de su cámara, como podría hacerlo un fotografo común y corriente; por el contrario, la cámara se convierte en una extensión de su brazo quién a su vez se convierte en la extensión de la mirada del artista. Esto hace posible que se logren fotos enmarcadas dentro de lo impre-visible, dentro de la accidentalidad, donde lo difuso, lo invisible deviene una constante de los que nosotros podemos ver. Así la pose, lo escenificado, lo calculado pierde su valor, dejándo al desnudo la esencia esencial de lo fotografiado.
Sus fotografías estan cubiertas de una velo, que nos impide ver en detalle el objeto fotografiado; sin embargo, ese velo revela una condición propia de la fotografía: es ella quien nos cuestiona sobre lo que miramos y sobre lo que no vemos, enceguecidos por la inmediatez de las imágenes que nos rodean en la vida cotidiana. Por ejemplo en la serie “Contra la ciudad”, el artista nos muestra como una espesa nube de contaminación termina desdibujando lo que tenemos frente a nuestro ojos. Ahí no hay simulación, solamente una insondable desnudez de la realidad. Estas fotos se convierten en una señalamiento importante a nuestra ceguera mental, que nos impide ver en qué mundo vivimos, donde el medio ambiente está cada vez contaminado y hacemos muy poco por evitarlo.
Serie "El fin del mundo. mirando al techo". Pablo Batelli.
En las fotos aparecen, Adrian Villa, Carolina Pizón, Edgar Guzmanruiz, y Ricardo Arcos-Palma
Esas fotos, que ahora usted estimado lector puede apreciar, quizá con la misma sorpresa con que yo las descubrí, le deje llevar por el goce estético de unas imágenes que escapan al dominio, ahora tan banalizado, de la fotografía contemporánea. Lo bello, lo bien hecho, la foto lograda quedan excluídas del proyecto estético de Batelli. Con este vistazo crítico entonces, hemos tomado al transcriptor por asalto, en pleno trabajo. Las fototranscripciones de Pablo Batelli, seguirán haciendo ruido, así como sus propias trasncripciones nos seguiran abriendo los ojos, sobre aquellos qe detentan el poder del discurso, sin importarles ya que se dice, donde se dice y cuando se dice. Resta pedirle excusas al artista por haberle tomado sus fotografías a riezgo de someterlas a la transcripción que él mismo defiende. Mientras tanto las fotos de Batelli, continuan haciendo ruido al margen del evento más importante de fotografía que se desarolla en este momento en Bogotá, insistiendo que la excelencia solamente se logra con rigor.
Ricardo Arcos-Palma
Bogotá, agosto del 2007
fototranscripciones