(H)ojeando. LECTURA AMOROSA DE GÓMEZ VALDERRAMA
LECTURA AMOROSA DE GÓMEZ VALDERRAMA
Desde Colombia, Isaías Peña Gutiérrez
Universidad Central (Bogotá)
La satisfacción que produce la lectura de un autor se duplica cuando ella nos permite leer tanto al libro como a su autor. Leer un autor, por eso, resulta, en muchas ocasiones, un eufemismo. Porque no siempre el libro lee a su autor: sucede cuando el libro y su autor no están en consonancia, cuando se riñen una vez aquél se independiza de éste. En tantas ocasiones hemos dicho, "me quedo con sus libros", para significar un implícito rechazo a la persona autora de los libros. A pesar de los autores, sin embargo, amamos sus libros, mediados por el milagro de la literatura. Los libros de Balzac van más allá del pensamiento y la conducta social suyas, para citar un ejemplo traído por todos. En cambio, otros autores con sus libros -no sabemos en qué proporción- salen plenos, sin ambages, confiados, al encuentro del lector amante. Es, entonces, cuando el placer de la lectura se desdobla, que es una forma de duplicarse, sobre el texto y el autor del texto (estuve por decir "textor"). En Colombia, autores como Jorge Isaacs, José Eustasio Rivera, Manuel Mejía Vallejo y Pedro Gómez Valderrama, por la fidelidad y lealtad, por la equidad entre hombre y libro, se leen con similar entusiasmo en sus vidas y en sus libros.