Cuento. TERE MARICHAL LUGO - CARLOS ESTEBAN CANA
TERE MARICHAL LUGO - CARLOS ESTEBAN CANA
Columna a cargo de Ricardo Castro
Ojo de Sirena
De : Tere Marichal Lugo teremarichal@hotmail.com
Ojo de sirena recordaba agua salada y coral rojo profundo. Canto enloquecedor, cabello suelto, peine de caracol y dientes de tiburón. Ojo de sirena flotaba como medusa en aquel espacio lleno de químicos que enrojecían su pupila y su cornea.
El corazón de Ojo de Sirena era normal: un solo ventrículo y una aurícula. Ese extraño ser recordaba la perfección de su cuerpo. Su cola era abanico que se besaba con el mar. Sus escamas eran como monedas de oro de algún tesoro abandonado en lo profundo de aquellas aguas donde ella era, junto a sus hermanas, ejercían todo el poder y el control. Mujeres de agua y de pasión permanente, de miradas lejanas y confusas. Asi era ella.
En aquella ocasión, al percatarse de la presencia del fantasmagórico barco que intentaba invadir aquellos mares, sintió que su corazón bombeaba mas sangre que de costumbre. Ella quería devorar el cuello azotado por el sol, sentir el mordisco fatal y maravillarse con el rojo pasión. Por eso cuando vio el barco salió del agua y sobre roca de mar se sentó con cepillo de caracoles. Escondió sus dientes triangulares como cuchillas que aparecían dispuestos en su mandíbula en varias filas ligeramente inclinadas hacia el interior porque solo así daba la impresión de ser completamente inocente.
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