PARRA Y ROJAS, EN EL TÍO VIVO DEL NOBEL
PARRA Y ROJAS, EN EL TÍO VIVO DEL NOBEL
(¿Las nuevas Vacas sagradas de la poesía chilena?)
Desde Panamá, Rolando Gabrielli ©2006
Es muy difícil que la Academia Sueca premie con el Nobel a un tercer poeta chileno. Los factores que intervienen en una decisión, son diversos y complejos. La Academia puede llegar a ser tan letal como una rosa muerta. Es sólo un autor el escogido entre los cinco continentes que suman más de seis mil millones de habitantes y algunos cientos de escritores que podrían ser agraciados por Estocolmo. Es casi el azar de una aguja en el pajar. Un solo sombrero para muchas cabezas. ¿Más fácil que atraviese un camello el ojo de una aguja que un escritor las puertas del reino de la Academia? En un mundo sin poesía, Chile presenta este año la candidatura de dos poetas. Nicanor Parra, ya vitalicio al Nobel, y Gonzalo Rojas, un primerizo de 90 años. Entre ambos suman 182 años, casi toda la historia poética chilena. Casi dos siglos, es un tiempo prudencial, para un par de personas y poetas. La poesía se está quedando sola con su palabra solitaria. No hace ruido, no suena, ni truena, en el mundanal ruido de la farándula y del mundo digital. El poeta es el verdadero aguafiestas en este paraíso perdido. Hace unos días, almorcé en el restaurante El Poema, y su Carta era un solo verso: Hoy, poesía. Un silencio sepulcral recorría las vacías mesas y las servilletas organizaban una pequeña obra de bailarinas aladas, una danza donde el tiempo se olvidaba de todos los mañanas. Afuera, la calle, la ciudad, el país, y adentro, la TV y el mundo que arrastra la imagen del fracaso, la rueda cosmética del caos.
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