NICANOR PARRA: LA ULTIMA CENA
NICANOR PARRA: LA ULTIMA CENA
Desde Panamá, Rolando Gabrielli ©2006
Nicanor Parra tiene más letra menuda que el Dante y se pasea por el Infierno, como Pedro por su casa. No tuvo una Beatrice, sino una Mónica Silva y muchas más, que le llevaron del paraíso al Infierno y nunca estuvo más lejos, ni más cerca, que de su propia distancia, la Antipoesía. En su más reciente entrevista, al diario argentino Página 12, Parra, autor de Poemas y Antipoemas, Versos de Salón, Obra Gruesa y Canciones Rusas, ha hecho unas revelaciones a sus casi 92 años, para curarse en salud.
Desde un inicio de la entrevista el Antipoeta definió el terreno: usen la memoria, no quiero cámaras, ni grabadoras. El único testimonio sería la palabra. El periodista Guillermo Pellegrino y el Antipoeta, instalados en una terraza frente al océano Pacífico, iniciaron la charla. Le llamó la atención al reportero como una familia semirrural de Chillán, había trascendido las fronteras de la cultura. La respuesta la responderá Parra más adelante y podemos agregar algo que no está en la entrevista. Allí nació Bernardo O`higgins, Violeta Parra, Claudio Arrau , Ramón Vinay, Nelson y Pedro Villagra Garrido. ¿Son las aguas de las termas de Chillán las que dieron estos personajes? Todos trascendieron las fronteras de Chile y más allá. Chillán significa en idioma mapuche, Silla de Sol. Es curioso que Parra nunca haya titulado un poema o un libro con este nombre hermoso. Me lo plagiaré, ya saben.
TERREMOTO DE CHILLAN (24 de Enero de 1939)
Que se levante el raudo viento azul de otoño,
que aquí no pasa nada que puramente todo.
Chillán existe como una rosa blanca
sobre mi corazón húmedo y sin palabras.
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