HIELOS A LA DERIVA. LIBUŠE MONÍKOVÁ
HIELOS A LA DERIVA. LIBUŠE MONÍKOVÁ
Por: Fran Ilich
No estoy tan seguro de que V y yo fueramos hielos a la deriva caminando por los alrededores del Polígono San Pablo y Nervión, en Sevilla. Lo qué sé es que todo comenzó la última noche en España. la última última antes de regresar a nuestra querida América. Buscábamos desesperadamente revistas porno para llevar como souvenir a un buen amigo. No teníamos suerte, pero yo me había prometido confiar de nuevo en cosas como el flujo y lo estaba intentando. Entramos a un Corte Inglés y fluí. Creo que compré 2 o 3 libros, pero el primero que pagué fue el detonante: Hielos a la deriva, de Libuse Moníková. Di con él por accidente, para entonces ya la más sonriente de las empleadas le había dicho a V que el Corte Inglés no vendía revistas porno, que para eso había que ir a la estacion de trenes de Santa Justa. Entonces decidimos buscar recetarios de cocina española. Yo rastreaba la mesa de las rebajas esperando una sorpresa, y como parte de mi ejercicio y práctica de flujo me topé con un libro que tenía una fotografía de icebergs en la portada. Tan solo lo ví y pensé en Groenlandia utilizando eso que llaman libre asociación de ideas. Groenlandia, la tierra prometida, ese lugar que V y yo pensamos visitar algún día.
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