JUVENAL RAVELO, LA CALLE, EL ARTE Y LA GENTE
JUVENAL RAVELO, LA CALLE, EL ARTE Y LA GENTE
Por: Carlos Yusti
El arte cinético en nuestro país siempre fue visto con cierta suspicacia y con más cinismo que crítica neurálgica. Se le criticaba su sentido elitista, su malabarismo cromático y esos trucos de mago trasnochado con el movimiento y la luz. Se le ubicaba como un arte que venía a colmar el gusto orillero de los nuevos ricos productos del petróleo. Era un arte enquistado en la oficialidad más aparatosa. Quizá por esa razón, y para deslastrarse un poco de tanto malentendido, los pintores cinéticos tuvieron/tienen entre sus preocupaciones principales tratar de establecer un nexo cercano con el espectador. De un espectador activo y no como mero ente contemplativo, de un espectador que se involucre con la obra de arte desde la participación directa y donde fuese como especie de actor principal imprescindible.