Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Talleres enmarcados en el
Programa Leer y reír con PP
de motivación a la lectura a través del humor

A QUIEN PUEDA INTERESAR.

En septiembre de 2009 comenzamos con los Talleres enmarcados en el /Programa Leer y reír con PP/, de motivación a la lectura a través del humor, desarrollados en las sedes de los campamentos (barrios marginales) de Lampa, Ochagavía, El Melocotón y San Gabriel, todos en la Región Metropolitana. Chile. Un Techo para Chile fue el gestionador y co-organizador, consiguiendo financiar la compra de los libros con un aporte de la Empresa Toyota Chile. Alrededor de 70 niños “en riesgo social”, de estos campamentos, participaron en el Taller. (Para ver los detalles del diseño del Programa y los Talleres, nos encantaría que te dirigieras al menú “/Programa Leer y reír con PP”/ en la weblog www.pepepelayo.com <http://www.pepepelayo.com/>

En diciembre finalizó la realización del Programa con una actividad en forma de Gala en los campamentos donde los niños y niñas que habían asistido al Taller les leyeron chistes y les hicieron lecturas actuadas de los libros que trabajaron, a los familiares y vecinos. Para llegar ahí se trabajó duramente en todas las sesiones. Sesiones donde no solamente se leía. Al contar un chiste o un cuento, se hacía hincapié en la dicción, la proyección de voz, la postura, los gestos, las puntuaciones, los silencios, etc. Y muy importante, la comprensión lectora. Entender el chiste que están leyendo (corto o largo), preguntar o buscar de otra forma lo que no se entiende, memorizar y comenzar a generar una cierta capacidad de improvisar. Todo en un marco de risas y juego.

En un balance final podemos asegurar que el éxito fue increíble, porque más de 20 niños y niñas quedaron motivadísimos con las lecturas de libros, sin contar los logros secundarios como ganancia de seguridad en la personalidad, mejora de su expresividad y capacidad de comunicación, pérdida del pánico escénico, reír sin taparse la boca, etc.

Vimos como algunos participantes se enfrentaron a sus padres para continuar en los Talleres, fuimos testigos de cómo mejoraron sus lecturas en voz alta y cómo aumentaron su comprensión lectora. Incluso profesores y directores de sus escuelas preguntaron y hasta se presentaron en los Talleres para averiguar qué estaba pasando con sus alumnos que se había disparados en los rendimientos.

Todos los niños pasaron de curso y todos mejoraron sus notas.

Todo esta labor fue ad honoren, tanto de Pepe Pelayo, el creador del Programa, con sus visitas y las capacitaciones que realizó, como la mía como co-organizadora del Programa y facilitadora de los Talleres en los cuatro campamentos.

Pero el trabajo no se podía quedar trunco y dentro de las iniciativas de seguimiento, estuvo la creación de un club. Entonces, cada semana, asistimos a la sede de Ochagavía (físicamente no podía ampliar ese trabajo extra a otras sedes) y vimos el nacimiento del primer Club /Leer y reír con PP/, por la presión que hicieron cuatro niñas de los siete que recibieron los diplomas al final en ese campamento.

Además de intercambiar entre ellas los nuevos libros que leían y que le suministrábamos con nuestros recursos (cada una de ellas ya ha leído 8 libros y seguimos avanzando) y de reunirnos también para jugar y reflexionar, nos pidieron hacer alguna actividad para poderle dar algo de alegría a la comunidad, entendimos que era una forma de “devolver la mano” por lo bien que lo pasaban. Entonces decidimos que la actividad principal este mes de febrero, sería llevarlas a la Comuna de Las Condes a leerles chistes a los automovilistas, con el objetivo de mejorarles la vida con risas en los “tacos” y así practicar las lecturas de ellas y los logros secundarios.

Ya llevamos dos sábados, parados entres las 12 y 13:30 en la esquina de Manquehue con Colón, donde las hemos grabado, porque en el auto nuestro solamente caben las niñas y no han podido verlas sus papás en acción.

Pero sí lo han hecho decenas de automovilistas, cuyas reacciones han sido diversas pero que nos hacen concluir que a la inmensa mayoría de los habitantes de Santiago, a lo menos, les hace falta una palabra amable…gratis. Y no entienden que cuatro niñas en una esquina, con su uniforme del CLUB lo hagan, y que les rechacen las propinas y que, además, les den un regalito como una chapita del personaje Pepito de sus libros y les pidan, a cambio de eso, que estén buena onda todo el día.

Eso mismo ha hecho que las niñas quieran seguir, leyendo, para encontrar en los libros, tal vez, un mundo mejor, y contando chistes gratis a la gente a ver si sus sueños se dan.

En fin, todo un éxito el Programa. Programa que nos gustaría replicar en otros campamentos, en escuelas públicas y privadas, y en general donde haya un niño/a NO lector/a.

Para eso es necesario conseguir recursos financieros que ha sido inmensamente costoso conseguir y que agradecemos a la Toyota por haber apostado por nuestro proyecto. Aunque no sabemos si podemos obtener este año el apoyo para ampliar este agradecido y lindo trabajo. Y que no se siga con esta labor tan importante nos duele demasiado.

Un Programa que ya no sólo es motivar a leer a niños/as no lectores. Fuimos más lejos. Porque en nuestro trabajo en la calle con el Club, descubrimos otra desgracia en nuestra sociedad. Por ejemplo, de cada tres autos, uno cerraba la ventana, otro decía que no quería chistes y otro lo aceptaba. En una ocasión, cuando una de nuestras niñas le dijo a un hombre, acercándose a la ventana de su auto: "¿Señor, quiere que le lea un chiste infantil?, el hombre le respondió: "No, no quiero nada de tí, chiquilla".

Si nos ponemos a enunciar las respuestas y las actitudes de la gente, se entendería mejor el horror que presenciamos, pero nos da vergüenza.

Las niñas saben que son discriminadas a priori, porque las "huelen" de población. Vimos a dos de ellas llorar. Y sufrimos mucho. Pero fue bueno. Finalmente a ellas les dio tanta pena, que se comprometieron a seguir. No decayeron en sus deseos de hacer reír a los miembros activos del "oscurantismo Santiaguino", no desmayaron frente a los desprecios y fueron más las ganas de seguir leyendo sus chistes infantiles, su orgullo por hacer reír y NO aceptar propinas, aunque los que se ríen, que son varios, han sacado hasta billetes. Pero en nuestra inversión personal les hicimos poleras y gorras que dicen, entre otras cosas: “Mi propina es su sonrisa”.

Los invitamos a ver el video de “Pepito en la calle”, muy cortito y muestra lo que hacemos.

http://www.youtube.com/watch?v=-niccjVWtpE

(La canción y los carteles están hechos por las niñas.)

Insistimos, lograr que más de 20 niños y niñas de 70 se motiven a leer, y que unos cuantos se motiven a seguir reuniéndose y haciendo actividades como las de leerles chistes infantiles a los adultos amargados de nuestra sociedad, es algo trascendental, más que importante y necesario.

Sólo queremos decirles que si no podemos continuar con este maravilloso Programa, somos culpables nosotros, ustedes y todos los chilenos.

Muchas gracias por leer este texto hasta aquí.

Mireya Silva

Representante Programa

/Leer y reír con Pepito/.

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