TERESA CORASPE: Sola contra la jauría
TERESA CORASPE: Sola contra la jauría
Carlos Yusti
Me enfrento a la jauría, a los demonios que andan sueltos
jamás me inclino ante el soborno. TC
Por Carlos Yusti
Nació en un pueblo llamado Soledad y como el nombre del sitio de sus orígenes asumió la creación poética. En soledad ha tallado el árbol duro del lenguaje para construir un mobiliario poético de gran belleza y reciedumbre. En soledad se afincado en su tarea: crear una obra poética de gran fuerza creativa. En soledad escribe el desorden del corazón, los insomnios de la razón, las aporías que el alma dicta con la voz acicalada de gritos y tiempo.
No es la primera vez que escribo sobre Teresa Coraspe, esta mujer encuadernada en palabras y tiempo. En sus fotos de juventud hacía gala de una belleza sin algarabía, recatada, fina, una belleza serena con una sonrisa de boca pequeña y gruesa. Luego los días y el duro trabajo con las palabras han moldeado su madurez de mujer con ventanas y pasadizos, de mujer abierta a muchas direcciones, de poeta altiva con un puerto sin barcos encallado en sus huesos y con una casa sin puertas en sus ojos.
Teresa Coraspe iba para mujer normal con esposo, casa e hijos. Entonces llegó un momento en el cual comenzó a sentir la asfixia, sintió que estaba hundida en la rutina, que se ahogaba en la domesticidad mundana y silvestre. Se aferró a la palabra poética para respirar de nuevo, para renacer y darla una nueva oportunidad a su espíritu.
Desde la publicación de sus primeros libros de poesía lo hizo con un dominio depurado del lenguaje. Entre sus libros tenemos: Este silencio, siempre (Asociación de Escritores de Venezuela, Seccional Bolívar, 1991), Vuelvo con mis huesos, (1978) Vértice del círculo, (1987) Tanta nada para tanto infierno, (Ediciones al Sur, 1994) La casa sin puertas, (Asociación de Escritores de Venezuela-Seccional Bolívar, 2004) y su primer libro: Las fieras se dan golpes de pecho. Su poesía retrata, de manera borrosa y colateral, la cotidianidad con sus miserias del alma, esas soledades en tumulto, los desamores y amores con horarios y esas guerras calladas con las vibraciones ordinarias del día a día. Poesía de abismos introspectivos que cuenta las monedas de inhumanidad del mundo que le rodea, que cuenta las minucias de ese sueño carroñero de éxito y esplendor. En cualquier caso es todo lo contrario de una poeta confeccionada en algún taller literario o un poeta con oficina cultural incorporada. Sin mencionar que siempre se ha involucrado en el quehacer literario desde otras trincheras como la creación de suplementos culturales. Colaboraciones en revistas literarias y ahora por la Internet en la cual escribe un blog (Teresa en el tiempo) y mantiene una relación escritural con muchas Web literarias. Lectora voraz y con un amplio conocimiento de los vaivenes poéticos del país. En una conversación con Teresa Coraspe hay más literatura y ars poética que todo lo escrito en 5 años por muchos poeta de corte y pega promocionados por las cúpulas del poder cultural, sean del color que sean.
Teresa detesta todo ese mundo de componendas del ambiente cultural. Le enferma la medianía de tanto poeta improvisado, no soporta la flojera para con el lenguaje a la hora de escribir poemas como si fuesen recetas de comida. No por casualidad comparte lo escrito por otra gran poeta como Sophia de Mello Breyner: “aquél que es cómplice de la mediocridad es enemigo de una sociedad mejor, por mucho que pregone grandes principios revolucionarios”. Con Teresa no hay mediocridades que valgan. Por su crítica frontal se ha ganado en buena lid su fama de puntillosa, cascarrabias y peleadora. Lo que hace que amigos y enemigos la tengan al margen, obvien su poesía y la citen en notas al pie a sabiendas que es una de las poetas vivas más representativa y sólida de la literatura en el país. A pesar de esto prosigue con pulso firme y la arrogancia necesaria para escribir con agria luz una poesía que no claudica ante los traficantes de sombras.
Muchos poetas suelen tener entre sus horizontes la academia, otros el poema redención social, otros el ministerio para redactar sin preocupación el Justo Brito y Juan Tabare para reafirmar la identidad tan en boga estos días. Pero una verdadera poeta como Teresa Coraspe está sola escribiendo con esas frágiles palabras de siempre el instante de lo perdurable.
Enviar un comentario nuevo