Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

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EMPLAZAMIENTOS: VISTAZO CRITICO A LA OBRA DE DAVID ZARATE.

Por Ricardo Arcos-Palma
 

El hombre, medida de todas las cosas

Vitrubio.

La relación del cuerpo humano con la arquitectura y las cosas, es tan antigua como el ser humano mismo. Las construcciones se realizaban - y parece ser que se siguen realizando pese a los fracasos del urbanismo moderno -, bajo el parámetro del cuerpo humano. Digo parece ser pues cuando vemos como los conjuntos habitaciones estan cada vez más realizados como para liliputiences, que podrían vivir en una caja de fósforos :espace ist money. El antiguo lema enunciado por Vitrubio “El hombre, medida de todas las cosas”, es sin lugar a dudas un paradigma de creación que va desde la Antigüedad Clásica hasta nuestros días.  Siguiendo de cerca esta misma esencia, el joven artista David Zarate, egresado recientemente de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, realiza una serie de fotografías, a la manera de autorretratos, fundiendo su cuerpo con el paisaje y jugando con el mobiliario urbano y arquitectónico.

  

En este sentido su trabajo plástico revela una serie de diálogos que denotan una tensión entre el cuerpo que trata de acoplarse a la arquitectura en su mayoría de corte modernista. El cuerpo del artista modelado por una rigurosa disciplina atlética, imita y mima las tensiones de los vértices de la arquitectura, como insistiendo que es el cuerpo que tiene que acoplarse a la frialdad de este tipo de edificaciones y no lo contrario. También asumume posturas propias de los objetos urganos, tratándose de mimetizarse como en esta foto donde su cuerpo intenta ser un banco de esos que se encuentran entre la falcultad de ingenieria y la falcutad de artes.

 

Emplazamientos alude a un lugar determinado del paisaje urbano compuesto por edificios habitables o en ruina, puentes y los objetos del mobiliario urbano como bancos, postes de luz, etc. En esto lugares el cuerpo humano se desplaza y se emplaza incrustándose en esos lugares, en esos objetos, forzando su anatomía e intentando fusionarse con ellos. Estas fotos son el resultado de una acción performática que no pretende ser performance  ni tampoco acción plástica; sin embargo sus fotos tampoco son registros de estas acciones; por el contrario podemos afirmar que sus fotos son performativas en sí. Frente a esto podemos afirmar que una foto es performativa pues da cuenta de una acción sin ser necesariamente un documento de tal acción, pues la acción determina la foto y se queda en la fotografía; es decir que la imagen fotográfica es en sí misma el objetivo de tal acción por lo tanto podemos afirmar que es performativa.

 

 

 

Estas fotos podrían haber sido manipuladas por fotoshop, u otro medio digital contemporáneo. Pero no es así. David Zarate insiste una y otra vez, que el cuerpo debe estar presente en estos espacios urbanos que en su mayoría se ven solitarios, como si solamente el cuerpo del artista los habitara: un campo sembrado de postes eléctricos y la fachada de la Escuela de Artes Plásticas le sirven de asidero: en la sengunda foto, el Tritón en bronce parece ser el único y mudo testigo de esa acción donde el artista se cuelga de la ventana.

El antiguo Matadero Distrital le sirve de escenario donde su cuerpo parece soportar el peso del techo, el campus de la Ciudad Universitaria y otros espacios abiertos donde no se ve a nadie: tan solo el artista que juega a amalgamarse con las cosas y esas construcciones. A veces su cuerpo deviene viga, en otras ocasiones deviene columna o simplemente un vértice de una ventana. En otra de sus fotos le vemos seguir el movimiento de un paradero de bicicletas, en otra parece querer ser un poste.

 

 

Estas fotos no dejan de sorprendernos por su sencillez: donde no hay artificio alguno, en donde tampoco hay escenificación, solamente el intento por habitar un espacio urbano en la mayoría de las veces exterior y en una hora donde no hay nadie. en ese afuera. Quizá en esta ausencia de personas es donde radica la fuerza del trabajo de Zarate. y en ese tinento por develar la frágil relación entre la ciudad y el ser humano donde este último parece intentar amoldarse a las cosas y no lo contrario en una pérdida cada vez más grande de la diemsnión humana. Es indudable que este trabajo que apenas despunta, necesita mucho más y tiempo para ser más cuntundente, sin embargo, una obra de estas sin duda alguna logrará abrirse camino en el complejo mundo de la fotografía contemporánea.

Ricardo Arcos-Palma.Bogotá, abril 2009.