Anarquismo
SUMISIÓN Y REBELDÍA EN ESTEBAN DE LA BOÉTIE (1530-1563)
Parte final
Por Rodrigo Quesada Monge
Servidumbre y rebeldía
I
Con la última cita de La Boétie en la sección anterior, se pueden encontrar elementos muy ricos para explicar algunas de las insinuaciones hechas por el autor, al sugerir la rebeldía contra los tiranos y sus secuaces. El tratamiento que le da La Boétie a este asunto, es conservador, prudente, distante y hasta modesto en algunas de sus aspiraciones y aristas más connotadas. Él apunta con claridad meridiana que no es necesario tumbar violentamente al tirano y a sus servidores. Basta con desobedecerlo, con aplicarle una dosis contenida pero constante de indiferencia y total abulia para que los fundamentos sobre los cuales está apoyado se disuelvan y posibiliten su destronamiento.
SUMISIÓN Y REBELDÍA EN ESTEBAN DE LA BOÉTIE (1530-1563)
Parte 2 de 3
Rodrigo Quesada Monge
Servidumbre y sumisión
I
La primera causa de la servidumbre voluntaria es la costumbre, decía La Boétiei, recordándonos el tremendo daño ocasionado por habituarse a la condición del oprimido, al asumir que la opresión, la esclavitud del que se somete por propia voluntad, es parte indubitable de la naturaleza humana. La costumbre, el ripio cotidiano de aceptar, tolerar y justificar la liturgia que el tirano levanta cotidianamente con el afán de reproducir y fortalecer aquella, llega a convertirse, más temprano que tarde, en una especie de banalidad mortecina, que envuelve a las personas en sus melodías soporíferas de justicia, rectitud y santidad, para legitimar la tiranía de manera recurrente ahí donde se carece totalmente de otras alternativas. Pero el acostumbrarse a la tiranía, nos sugiere La Boétie, es sólo modificable con la educación de la consciencia, con la superación ineludible de la ignorancia y el hastío en el que caen las personas, cuando no vislumbran otra salida. Decía La Boétie: “(…) los libros y el saber dan a los hombres, más que ninguna otra cosa, el sentido y la capacidad de reconocerse a sí mismos y de odiar la tiranía”ii.
Eliseo Reclus y la geografía subversiva1
Capítulo III
Rodrigo Quesada Monge2
La anarquía es la máxima expresión del orden
Eliseo Reclus
Una geografía subversiva
La ecología social que lograron vislumbrar hombres y mujeres como Kropotkin, Reclus y Emma Goldman, atribuía a la noción de espacio una dosis de potencial explicativo sobre el origen de aquellos conflictos arriba mencionados, que lograba poner en primer lugar al espacio urbano, tal y como lo harían luego Lewis Mumford (1895-1990)3y David Harvey, en tanto que escenario indefectible de luchas sociales, económicas, políticas y culturales; pero también le devolvía al espacio rural su deteriorado carácter agrario, en el cual las revueltas campesinas, cada cierto tiempo, redefinían su agenda socio-política. En regiones como América Latina, este espacio rural recuperó también su poderoso contenido étnico y lingüístico, en el que la revuelta agraria adquiere una dimensión simbólica totalmente inédita.
Ese equilibrio armonioso, racional y valorativo al que aspiraba Eliseo Reclus, entre naturaleza y sociedad, entre la construcción de espacios productivos y potencialmente creativos de nuevos espacios, según el buen decir de Mumford, requisito de toda civilización racional y éticamente sustentada, tenía que lidiar, constantemente, con una fragilidad imprevisible, en la esfera de los conflictos humanos, a los cuales Reclus llamaba lucha de clases.
Historiar la forma en que una determinada civilización construye sus espacios de cultura, sorteando los conflictos sociales y con la naturaleza, es uno de los postulados centrales de la geografía histórica imaginada por Eliseo Reclus. No es posible la producción de civilización sin imaginar los espacios correspondientes; y al revés, no es posible, metodológicamente hablando, imaginar la noción de espacio, desprovista de contenidos de civilización. Esta idea la llevaría hasta sus últimas consecuencias nada menos que el gran historiador inglés Arnold Toynbee (1889-1975)4. Las resonancias liberales de las tesis de Eliseo Reclus adquieren aquí, en la obra de este historiador, sus contornos más refinados, por los cuales resulta poco menos que imprecisa la afirmación de que Reclus había estado “enterrado” durante mucho tiempo, hasta su más reciente redescubrimiento por una ecología social subversiva y transformativa. Sin decirlo, expresamente, la historiografía liberal ya lo había recuperado hacía mucho rato.
Eliseo Reclus y la geografía subversiva1
Capítulo II
Rodrigo Quesada Monge2
La anarquía es la máxima expresión del orden
Eliseo Reclus
La Comuna de París (1871)
Existen, por otro lado, dos obras indispensables en cualquier tratamiento de la relación que Eliseo Reclus mantuvo con sus hermanos, tanto en el nivel científico como en el nivel político. Una de ellas es la invaluable bitácora que Elías escribiera de las sangrientas jornadas de la Comuna de París en 1871, la cual debería ser lectura obligatoria junto al monumental testimonio escrito por Lissagaray (1838-1880)3; y la otra es la historia de la amistad política y académica que Elías y Eliseo mantuvieron durante años, escrita por el sobrino ingeniero Paul Reclus (1858-1947), hijo del primero. A éste último no hay que confundirlo con el otro hermano, el médico Paul Reclus (1847-1914), quien también los acompañó en los eventos diarios de la Comuna de París y quien, como ellos, tuvo que esconderse y exiliarse para no ser asesinado, acusado de subversivo y complotista contra el gobierno burgués4.
Rara vez ambas obras han sido analizadas con fines históricos y descriptivos de los acontecimientos que las hicieron posibles. La bitácora que escribiera Elías es de una inmensa utilidad para establecer el comportamiento cotidiano, no tanto de los luchadores callejeros, de los rebeldes atrincherados en las calles de París, sino también de las reacciones asumidas por la burguesía parisina, para reprimir un movimiento que se les había salido completamente de las manos. La otra obra, escrita por un ingeniero eminente, como lo fuera el sobrino Paul Reclus, busca ser un testimonio agradecido de las enseñanzas recibidas por una alianza política y académica, la de su padre y de su tío, cuyos resultados aún pueden apreciarse en el desarrollo de la geografía como ciencia social y humana, y en el del ideario anarquista, fortalecido con ella en los campos organizativo e individual. De tal manera que, según puede notarse a simple vista, no es posible hablar, al menos en el caso de los hermanos Reclus, de la geografía social sin hablar al mismo tiempo del anarquismo como ideal, como utopía, el cual se encuentra expuesto con toda amplitud en la gran obra de Eliseo, El hombre y la tierra, en la que el sobrino tuvo tanta participación.
Eliseo Reclus y La Geografía Subversiva 1
Rodrigo Quesada Monge2
La anarquía es la máxima expresión del orden
Eliseo Reclus
Introducción
La eminencia biográfica de este artículo reside en la recuperación de algunos datos de la vida cotidiana de los hermanos Reclus, que nos permitirán entender muchas de las reflexiones y análisis que se hacen luego. Sin embargo, la trama biográfica de Eliseo y Elías Reclus, sin olvidar algunas menciones al pasar de los otros hermanos, tales como Paul o Louise, no reposa en el simple informe curioso y mórbido, sino, más que nada, en los comportamientos y actitudes existenciales que permiten explicar algunas de las grandes decisiones políticas, científicas e ideológicas tomadas por los dos hermanos, sobre los cuales se enfatiza en este capítulo.
Buscamos entender, en esta ocasión, como lo hemos hecho con otros autores anarquistas3, ciertos movimientos ideológicos, políticos y, por qué no, vitales, que nos permitirán tener una visión más clara, del trajinar científico y social de uno de los autores más complejos y contradictorios que ha producido el anarquismo. Con Eliseo Reclus, sucede una cuestión bastante curiosa, y es que a él nunca le preocuparon las contradicciones analíticas y hermenéuticas en las que incurrió con frecuencia, cuando elaboraba su ideario libertario, según veremos en capítulos posteriores. La metodología científica, sin embargo, lo obligó a depurar sus argumentos cuando se trató de los estudios geográficos, sofisticados y complejos en los que se involucró, en el momento en que emprendió la realización de tres de las más grandes obras geográficas de todos los tiempos. En estos casos, las contradicciones argumentales eran un lujo que no podía darse.
Los intereses políticos, académicos y existenciales que unieron tan estrechamente las vidas de Eliseo y Elías Reclus, solo pueden comprenderse a partir de las características particulares de la educación que recibieran de un padre y de una madre, a todas luces excepcionales. Tal excepcionalidad no residió tanto en la prolífica familia que lograron integrar, pues si todos los hijos hubieran vivido la prole hubiera crecido a unos dieciséis, sino en que, en estas condiciones, por encima de lo usual, los padres alcanzaron a mantener la disciplina de trabajo, la probidad ética y las esperanzas profesionales, humanas y sociales de todos los hijos, pues éstos terminaron siendo hombres y mujeres de bien, como acostumbraba a decir la burguesía decimonónica.
Con este artículo, el autor intentará realizar un retrato de la cálida y comprometida amistad filial, humana y académica que los hermanos Eliseo y Elías, a lo largo de sus vidas, lograron tejer desde una trabazón de temas, preocupaciones e intereses similares en cuanto a resultados, productividad y legados, fertilizados con el afán creativo en las ciencias naturales, las humanísticas y sociales. Esta agenda de aspiraciones científicas compartidas, encajó milagrosamente bien con otro orden de inquietudes, como lo fueron los asuntos políticos, los cuales se encuentran en la esencia misma de la orientación que los hermanos Reclus imprimieron a sus quehaceres académicos. Es decir, en el buen hacer científico de estos hermanos, dentro del mundo de la geografía y de la etnología, dos ciencias que por los años en que ellos vivieron, apenas despegaban, no es posible separar el dato, la dimensión fáctica de la investigación, de sus reflexiones políticas y sociales. La geografía para Eliseo y la etnología para Elías, alcanzaron su mayoría de edad en el momento en que ambas ciencias fueron capaces de hacernos comprender, que era posible la construcción de un mundo más justo y humano, en el aquí y en el ahora.
LOS ANARQUISTAS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939). LA HISTORIA Y SUS PROBLEMAS
Rodrigo Quesada Monge, Costa Rica
Nota introductoria.
En la contraportada del magnífico libro del historiador norteamericano Paul Avrich, un estudio que le tomó treinta años de trabajo para recuperar las fuentes del anarquismo en los Estados Unidos, se dice lo siguiente:
"De todos los movimientos sociales importantes, el anarquismo ha padecido los mayores malentendidos sobre su naturaleza y sobre sus objetivos. Ningún grupo ha sido tan calumniado y mal interpretado por las autoridades o más temido y detestado por el público. ¿Pero quiénes fueron en realidad los anarquistas? ¿Qué tipo de personas eran? ¿Por qué se hicieron anarquistas? ¿En qué actividades participaron? ¿Cómo hicieron frente a los insultos de la gente y a la persecución y al acoso de los representantes oficiales? ¿Qué pretendían y qué consiguieron? ¿Cambiaron sus nociones sobre el anarquismo a lo largo de los años? ¿Se arrepintieron de algo o se sintieron desengañados?" [2] .
Ese fragmento recoge, con mucho, el serio problema que tiene entre sus manos el historiador del pensamiento, el quehacer y las acciones de los anarquistas. Y el asunto con la guerra civil española (1936-1939) no está exento de él. Nos referimos a la ingente masa de prejuicios que existe contra el anarquismo y los anarquistas. No pretendemos, entonces, con esta corta intervención, conjurar todo el mal, las distorsiones y maledicencia que han provenido de la derecha y de la izquierda contra el anarquismo. Resulta, sin embargo, indigestible la cantidad de sandeces y frivolidades que algunos supuestos intelectuales de izquierda se dejan decir sobre el pensamiento y la historia de las acciones anarquistas.
UTOPÍA Y ANARQUÍA EN EL DISCURSO HISTORIOGRÁFICO CONTEMPORÁNEO
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge
Preliminares.
Difícilmente uno puede acercarse a los grandes debates historiográficos contemporáneos sin considerar una crisis: el desmantelamiento de los relatos todo-compresivos, no siempre sustentados en investigación de primera mano, y su reemplazo con pequeños universos temáticos donde las categorías de espacio y tiempo están sujetas a los avatares que dictare el material documental disponible. Este problema se agrava, si pensamos en que nociones como las de utopía y anarquía han recuperado algunas de sus aristas históricas más ostensibles en contextos académicos, hermenéuticos y políticos que en el pasado creyeron ver en ellas, sólo los delirios de iluminados revolucionarios de gabinete.
Uno de los libros recientes que mejor recoge esa angustia es precisamente el que hubiese escrito Fredric Jameson, titulado en inglés Las arqueologías del futuro (Londres: Verso Books. 2005), en el cual se sistematiza de manera sabia y precisa el contorno general del debate sobre nuestros afanes para la construcción de una "utopía más realista y asentada en el piso de lo cotidiano, que se supone es lo más auténtico de nuestras vidas".
HUMANISMO Y UTOPÍA, LA NUEVA IMAGEN DEL ANARQUISMO
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge
Cuando pensamos en el anarquismo, casi siempre su sola mención evoca a un terrorista con los ojos inyectados de sangre y odio, armado hasta los dientes y portando una carga de dinamita lista para ser usada contra cualquiera que le discuta o le cuestione la necesidad de que los ricos deben ser aniquilados. Esta imagen, que pudo haber recorrido los escenarios políticos de la Europa de finales del siglo XIX, es totalmente falsa en lo fundamental. La edad de oro del dominio de la burguesía, de la expansión imperialista y de los más violentos contrastes entre poseedores y desposeídos, produjeron una oleada de terrorismo individual en las ciudades más pobladas y civilizadas del capitalismo industrializado, arrogante y seguro de sí mismo. Rara vez las organizaciones y grupos anarquistas más responsables asumieron como suyos y legítimos los actos de terrorismo individual. Gran parte de los enfrentamientos y desacuerdos entre marxistas y anarquistas, al interior de la Primera Internacional de los Trabajadores (1864), fue provocado, precisamente, por la dificultad que existía, en ese escenario, para tolerar el terrorismo como una táctica justa y efectiva. Aún así, este tipo de práctica se cobró las vidas de políticos y líderes importantes de las clases dominantes, entre finales del siglo XIX y principios del XX, como sucedió con Antonio Canovas del Castillo (1828-1897), jefe del gobierno español en esa época, y responsable de las peores atrocidades contra los revolucionarios cubanos que luchaban por la independencia de su país. Sería ajusticiado por un anarquista español de 27 años de edad, Michelle Angiolillo y Galli. En 1901 el Presidente McKinley de los Estados Unidos es herido a balazos en Búfalo, y el magnicida, León Czolgosz, es acusado de anarquista por la policía y de agente provocador por los anarquistas. El Presidente muere y el terrorista es condenado a muerte. Y podríamos seguir citando varios de estos casos, como los asesinatos de algunos zares de la Rusia pre-bolchevique y de varios herederos a las coronas europeas antes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
ESTUDIOS DE HISTORIA DE LA CULTURA
EL ANARQUISMO DE EMMA GOLDMAN (1869-1940) Y LOS LÍMITES DE LA UTOPÍA
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge
"El Estado es el altar de la libertad política que, como el altar de la religión, está concebido con el solo propósito del sacrificio humano".
EMMA GOLDMAN1
PRESENTACIÓN.
Resulta a todas luces incuestionable, la necesidad que hoy tenemos de conocer mejor a nuestras mujeres de ideas. No tanto por un prurito anti-machista ciertamente postizo a veces, y otras oportunista e inconsecuente, sino porque el redescubrimiento que cada vez hacemos de ellas, nos acerca de manera más efectiva a la comprensión cabal de los fundamentos de la cultura occidental.
ANARQUISMO Y FEMINISMO: LAS MUJERES EN EL DEBATE ANTI- IMPERIASLISTA (1898-1902)
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge
"El internacionalismo es el objetivo
fundamental de la lucha obrera"
BAKUNIN.
EL PUNTO DE VISTA BÁSICO.
A finales de 1898, la ilustre pensadora anarquista Emma Goldman iniciaba en la ciudad de Nueva York una febril actividad para recaudar fondos en favor de la causa cubana 1. Ella sostenía lo siguiente: "América había declarado la guerra a España. La noticia no era inesperada. Durante los meses anteriores, la prensa y el púlpito se habían llenado de las llamadas a las armas en defensa de las víctimas de las atrocidades españolas en Cuba. Mis simpatías estaban con los cubanos y los filipinos que luchaban para liberarse del yugo español. De hecho, había trabajado con algunos miembros de la Junta ocupados en actividades clandestinas para liberar a las Islas Filipinas. Pero no creía en absoluto en que las protestas patrióticas de América fueran acciones desinteresadas y nobles para ayudar a Cuba. No requería una gran sabiduría política darse cuenta de que el interés de América era la cuestión azucarera y que no tenía nada que ver con sentimientos humanitarios.