Literatura
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXXI
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
EL PADRE
Un hombre sin hijos es como un árbol sin frutos. Altisonante afirmación de mi padre. Papá era cordial, bonachón; aunque nada tonto, pues tenía un sólido bagaje en los trances de la supervivencia. Me gustaba hablar con él y escuchar, cuando estábamos a solas, lo que a nadie le comentaba (o eso decía): Cuando abordes a una mujer tienes que mantenerla entretenida, hablar sin darle tregua. Después se encargan de hablar de sobra por ellas y por uno mismo, pero al comienzo es como te digo. Un tipo vacilante está perdido, lo consideran un idiota.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio TRECE
Los cuentos que yo cuento…
[Part One]
Dedicado al gran maestro Joaquín Sabina.
“…Ya los locutores, lo saben, lo saben… Y los periodistas, lo saben, lo saben… Ya los ingenieros, lo saben, lo saben… Todos los del poli, lo saben, lo saben… Ya también los Pumas, lo saben, lo saben… Todos los rebeldes, lo saben, lo saben… Los que están oyendo, lo saben, lo saben… Los que están parados, lo saben, lo saben… Los que están sentados, lo saben, lo saben… Esos grandototes, lo saben, lo saben… Ya los chaparritos, lo saben lo saben… Todos los güeritos, lo saben, lo saben… Menos los prietitos, lo saben, lo saben… Los que me faltaron, lo saben lo saben…”
La Boa .
La Internacional Sonora Santanera .
Por José Agustín Orozco Messa
By Copyright©José Agustín Orozco Messa.
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Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos. Era Prieto por parte de padre y Urdangarín de los Montejos por parte de madre, según ella, de ancestros del país vasco. Como, al joven Acacio, se le ocurrió la brillante idea de dedicarse a las artes y en su casa, como eran muy liberales: su mamá era psicóloga y su papá, empleado de la compañía de petróleos. Pues lo alentaron; bueno, realmente fue la madre quien lo alentó pero el resultado fue el mismo.
Además, por aquellos tiempos, ser empleado de petróleos era como haberse sacado la lotería sin comprar billete. Tenías asegurado un salario muy por encima de la media nacional y prácticamente de por vida. Con el inigualable plus que, todos los empleados de petróleos, se auto jubilaban con apenas veinte años de servicio en la empresa. Entonces, a los cuarenta y pocos años de edad, se dedicaban a otra cosa gozando de salario completo. ¡Al fin que era dinero del gobierno!, no importaba. Los más avarientos, continuaban trabajando para petróleos aunque ahora, por contratos temporales, de manera que cobraban doble sueldo. ¡Por eso éste país era el cuerno de la abundancia! Aunque, el grueso de los jóvenes jubilados, decidía dedicarse el resto de su tiempo, a rascarse la panza en su casa, gozando de su salario completo.
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXIX
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
PARANOIA
De nuevo nos amenaza la celebración navideña, pero este año me negué rotundamente a asistir; la capacidad de resistencia disminuye. Qué no daría por ver a todos mis hijos unidos, clamaba mamá sin dejar una y otra vez de lamentar mi ausencia. Al tildarme Marta de egoísta, Rosario reiteró que no me interesan las reuniones, ni siquiera familiares, que prefiero estar solo. ¿Cuándo entenderán que es un enfermo?, incluso Julia intervino.
Un psiquiatra cliente mío asegura que detrás de cada loco hay un sinvergüenza, soltó Alberto con su carcajada de hiena mientras encendía un puro. Sólo Marta le hizo eco. Amonestación de mamá: Alberto, me desagrada que hables así; tu hermano es un muchacho que solamente padece de desajustes nerviosos. No voy a tolerar esa palabra en mi presencia; ya lo sabes. Punto final. Al rato bajó la tía Josefa con su hijo, el ex-monstruo Carlos, y la nueva novia de éste, cierta lánguida modelo rubia; guapa pero, para mi churrigueresco gusto, un depósito de huesos.
Lo inusual llegó al final de la celebración: la dulcecita Hilda se excedió con el vino tinto y comenzó a quejarse del tiránico Alberto, mostrándose indiscreta al revelar que mi hermano aún no ha podido superar su conflicto infantil de "mojar las sábanas". Mi hermano le arrebató la copa y la remolcó a la cocina, donde Marta la inundó de café. Los “digitales” –al igual que la nieta de la Robinson y su novio, miran inexpresivos, como si uno fuera invisible, hacia la distancia que no existe-, Esteban y Luis, hijos de ambos, desesperados por terminar la comida y largarse con sus novias a un bar con docenas de neutrones chocando entre humo, música estridente y televisores en cada esquina. La gente es apenas capaz de mirarse de frente, menos a los ojos.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio DOCE
Dos-Cientos-Cuatro-Bancos
. “El teatro consiste en representar figuraciones vivas de acontecimientos humanos ocurridos o inventados, con el fin de divertir…”
Bertold Brecht .
Por José Agustín Orozco Messa
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Hacer escenografía tiene sus problemas inherentes a la materia en sí. Primero tienes que leer la obra de teatro para conocer las especificaciones. Después tienes que ir a medir el escenario donde se va a montar porque luego hay cada espacio que parece bodega más que teatro. Si el autor ya no se cuenta entre los vivos, pues te lo has quitado de encima. Pero si resulta que, todavía está con nosotros, hay veces que está presente dando consejos y opiniones que no vienen al caso. Sin mencionar que, las más de las veces, esa función la cumple el director de la obra; quien, generalmente hace suya esa frase que dice: “sacar el pequeño Hitler que todos llevamos dentro”, y nada le gusta y todo hay que cambiarlo, según esté el humor del día.
Por eso dicen que el teatro es una familia. Porque, al igual que ocurre en el seno familiar: están aquellos que nos caen gordos y son antipáticos, pero hay que soportarlos porque resulta que son de tu misma raza y ya no te queda más remedio que darles la vuelta. Igual en el teatro, están los directores que forzosamente tienes que trabajar con ellos y ni modo. O los actores que: en escena están muy bien, pero fuera de escena ni quien los aguante. Sin embargo, al fin como en cualquier actividad colectiva, siempre hay un grupo de gente que hasta en las peores circunstancias, nunca pierde el sentido del humor y hace agradables los momentos difíciles.
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXVIII
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
UN POCO AFUERA
Me siento especialmente compulsivo en estos días resecos: He llegado a creer que haciendo ciertas tareas con mayor rapidez puedo alterar la velocidad del tiempo… Engañarlo. El asunto empeora. Ah, el orden, el orden. Incluso, un libro fuera de sitio se hace agresivamente desproporcionado. Bien; provechoso que entiendas las reacciones de tu comportamiento, afirma satisfecho el anciano psicólogo. Agobiante no poder resolverlas. Recuerda: sobrellevarlas, no resolverlas. Usted no se imagina lo mucho que pesa ese fardo, doctor.
¿Cómo va el diario?, me evade como si no me percatara. Va hacia ninguna parte… He escrito bastante, pero no me gustaría que usted lo lea. No es tal mi propósito, y se reclina. A veces lo he pillado somnoliento durante la terapia, pero es más cálido que el psiquiatra; éste no es precisamente cálido, sino amable… Tanto uno como otro reciben más de cien billetes por consulta. Cualquiera sería encantador con un trabajo así. Pero es innegable que la gente se rompe las bolas estudiando para conseguirlos. ¿Estarías dispuesto a eso? No creo, pero veo que tergiversas el punto nuevamente. Temprana noche aún. Intentaré leer un poco a ver qué tal anda mi concentración; quizás geografía o alguna novela. Sí, pero son libros pequeños, de un volumen. Hay enciclopedias repetitivas, bosques de inutilidad, que es mucho peor. Ir a la biblioteca durante la semana a entregar videos, pero primero debo pasar por la oficina de correos más cercana para enviar el pago mensual del servicio de cable.
ESTO NO ES FICCIÓN
Episodio ONCE
Should I stay or Should I go?
“…Should I stay or should I go now? Shold I stay or should I go now? If I go there will be trouble and if I stay it will be double…”
The Clash .
Por José Agustín Orozco Messa
By Copyright©José Agustín Orozco Messa.
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Eran los primeros años de la década de los ochentas y Aristeo Cano Mina ya estudiaba en el glorioso conservatorio de la universidad local. Luego de salir airoso de los exámenes de admisión por pura casualidad. Como ya sabemos, Aristeo soñaba con ser una estrella del rock’n’roll. De modo que siempre trataba de estar al tanto de lo último de lo último del plano musical. Ahora sería algo bien fácil y que casi cualquier tonto lo puede hacer, principalmente: gracias al Internet. Sin embargo, en aquellos citados años, había que gastar dinero en comprar revistas especializadas sobre la materia. Que la mayoría de las veces, no tenían lo que interesaba a Aristeo, sino que eran más de lo mismo porque estaban escritas para un público general y no para gustos especializados como el suyo. Además, el canal de MTV todavía estaba en pañales y tenía pocos meses de haber iniciado sus transmisiones. Sucediendo lo mismo que en las revistas especializadas: tenían una programación musical extremadamente heterogénea donde prácticamente no existían los videos que interesaban a Aristeo.
En el rubro que más dinero tenía que invertir Aristeo, era en la compra de material sonoro. Es decir, en adquirir los discos o acetatos, como se les conocía por aquellas pre-históricas décadas a los discos de plástico: negros, pesados y extremadamente frágiles, donde venía grabada la música. Era el único modo de oír específicamente la música que a ti te gustara, a menos que fueras al concierto y lo hicieras en vivo. ¡De veras que, visto a la distancia, aquellos eran tiempos primitivos! Como dirían y hoy dicen, realmente, los actuales chavos que forman parte de la generación del teléfono inteligente o Smartphone ja ja, quienes sienten que se les acaba el mundo si un día no hay Internet y no se pueden conectar. No, pues en aquellos tiempos que se estaba más aislado que una ínsula, ¡ni pensarlo! Se nos hubieran muerto de tristeza los chavos de la actual generación Smartphone.
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXVII
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
MEDICAMENTO BARRIO
Coincidí con Amelia justo en la puerta del edificio: Buenos días. ¿Cómo está? No me quejo, respondí falso, mientras sin detenernos ella pasaba, oh, pulsación de céfiro, cerca de las butacas en el recibidor donde los viejos estruendosos discutían las noticias del día. Me asomé a la ventana. Amelia emergió del edificio en negro siendo una silueta de Las mil y una noches. Disfruto verla rodear canteros hacia la amplia acera del edificio plano en pos de nimios sortilegios; deseando que la siga. ¿Es su propósito? ¿Volteará mirando cómplice hacia mi ventana, tal vez para disolverla como Orfeo a su Eurídice?, ¿Cómo procesar la píldora en el engranaje? Avanza en horizonte lineal sobre la cabeza de Amelia.
Doctor, diría que la Trenvega no me está haciendo efecto últimamente, y lo peor es que me provoca demasiado sueño. Te recetaré una igualmente efectiva que espero te caerá mejor: Vivaril. Asistí a la farmacia ahíto de ilusión como cuando los Reyes Magos me dejaban los juguetes junto al árbol navideño. ¿Qué aspecto tendrá mi píldora nueva? Parece que desenvuelvo un paquete de regalo. Es una cápsula, no una pastilla, pero muy bonita: mitad verde esmeralda, mitad verde marino. Supongo que así puede sentirse uno el día de su graduación, cuando está listo para bien servir a la sociedad y sus perínclitos valores. Los eones políticos se unen para decretar un himno y yo, en la tarima, acompañado por retumbes y banderas, fanfarria, ceremoniosamente trago mi primera Vivaril. Ha sido un día histórico, señores. Suena un pedo con aroma a cornetazo. Me arrojé, vocación de balón, sobre el sofá. Documental. El Egipto faraónico. Incestuosos faraónicos, y me dormí recordando las preñadas tetas de Julia. Soy organizado por una razón simple: ya que mi cabeza se desempeña en desorden trato de evitar la confusión externa; de lo contrario viviría sería el caos.
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Episodio DIEZ
El Escenógrafo, el ladrón, la oportunidad y Richard
Por José Agustín Orozco Messa
By Copyright©José Agustín Orozco Messa.
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Era un viernes por la noche. Después de un largo día laboral… Bueno, no exactamente laboral porque ellos no eran empleados asalariados. Eran estudiantes. Empero, laboraban como estudiantes y trabajaban duro estudiando para aprender… Bueno, eso también es un decir, porque, para ser sinceros, se esforzaban, en una escala del 0 al 100, apenas a un 75 u 80%... Claro que si lo comparamos con las generaciones actuales… Las cuales, ¡ni siquiera estaban por nacer en ese viernes por la noche!, quienes ocuparán las aulas veinte o más años después de ellos: entonces, ese 75 u 80% los convertiría en súper estudiantes.
Porque los estudiantes de la actualidad se la pasan chateando en el celular durante todas las clases… Y tienen un desconocimiento pasmoso de todo lo que existió, hasta antes de que ellos cumplieran siete u ocho años de edad. Es decir, si les mencionas algo ocurrido en la década final del siglo XX. ¡Pareciera que estas refiriendo algo sucedido dos mil años atrás! Algo tan ancestral que es imposible que ellos, ¡los nacidos a partir del año dos mil!, lo tengan que conocer.
De modo que, para dar clases, no se pueden poner ejemplos prácticamente de ningún tipo: ¡porque los alumnos desconocen todo! Ah, pero eso sí, vivimos en la época de la comunicación. Donde a través de las redes informáticas, podemos ver la superficie del planeta Marte desde nuestra computadora… Pero, paradójicamente, los alumnos universitarios no saben leer correctamente y, a veces, no saben redactar un texto coherentemente aunque sea lleno de faltas de ortografía. Escriben igual, por no decir peor, que estudiantes de nivel primario quince años menores que ellos.
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXVI
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
ASEDIO
Sorprenden algunos insectos; asombra que esos pequeños montoncitos sean capaces de tanto. Las cucarachas son holgazanas; se trasladan con despreocupación. Se detienen de pronto, sus antenas satelitales husmean, reconocen, y quedan ordenadas, listas para que mi primo Carlos las incendie. Pero otro enemigo acecha. La tribu hormiguera despliega su sistema de señas tras la pared del holocausto que le sirve de madriguera y, sin aviso, se lanzan en masa las atacantes. Cadáveres volteados de cucarachas, bandejas cargadas por las ordenadas hormigas que tejen redes de esperma, deseosas de tragarse todo lo que encuentran.
Una de las cucarachas percibe a una compañera agonizando entre el tropel apachurrado en medio del salón de banquetes, en ruta hacia el horno matorral y acontece la desbandada; todas las hormigas se precipitan en cuanta dirección exige el libro de rescates-o de recetas-, apuran retrocedidas patitas, tosen conjurando mil fórmulas. Al fin, una de ellas se envalentona contra la cucaracha que la detesta desde el primer folleto atardecido, pero la persistente cucaracha ruge: ¡Hora del desquite, abusiva cabroncita, ventajista!, y la mordisquea salvajemente. Tobillos al aire, masticación paciente. Es como una corista dando pataditas mientras un sucio vaquero carga con ella hacia el granero próximo con la bragueta abierta.
El marxismo en América Latina
ALBERTO HÍJAR: Lucha de clases en la imaginación*
*Miguel Ángel Esquivel, ALBERTO HÍJAR: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, y Cisnegro (lectores de alto riego), México, 2015.
Por César H. Espinosa
Con motivo de la celebración de los 80 años de vida del filósofo Alberto Híjar Serrano, a finales de noviembre de 2015 tuvo lugar una jornada de mesas redondas, presentaciones de libros y otras actividades conmemorativas; algunas de ellas bajo intentos de ser pospuestas o de no realizarse, como la presentación en la Facultad de Filosofía y Letras del libro que aquí reseño: ALBERTO HÍJAR: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, por Miguel Ángel Esquivel, con una intervención autobiográfica del propio Híjar, pero donde faltó la sensibilidad de proporcionar el aula magna del plantel después de haber sido solicitada en tiempo y forma.
El libro, de pequeño formato, contiene un amplio panorama sobre el desarrollo intelectual –teórico– y político dentro de un prolijo recorrido por las actividades y proyectos en que ha participado el protagonista, siempre desde una postura –praxis– militante encuadrada en un concepto crítico del marxismo. Práctica teórica y escritura militante son parte de los ejes vitales que especifica el autor sobre el personaje estudiado.
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Episodio NUEVE
TENEMOS MÁS VARIEDAD DE FAUNA QUE UN ZOOLÓGICO
Dedicado a mi soul brother, por todos conocido como, "Ruso".
Por José Agustín Orozco Messa
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Bernal Almazán Merino pertenecía a una familia común y corriente. Su papá era burócrata y su mamá ama de casa. Como todas las familias, tenía tíos y tías regados por aquí y por allá. A los cuales veía en contadas ocasiones, normalmente en fiestas familiares y fines de año. De esos parientes, unos más lejanos que los otros, todos eran o habían sido comerciantes de todo tipo y los menos, burócratas. Según lo poco que sabía Bernal, ninguno se había distinguido ni sobresalido. Lo más sobresaliente que conocía de sus ancestros, era un nebuloso tío que no conoció porque más bien, parece que era tío de su mamá y no de él, que nunca se mencionaba en la familia. Al parecer el tío había sido de dudosa reputación moral, como solía decir la abuelita. Lo cual podía expresar cualquier cosa o nada. Pero, luego de buscarle significado, resultó ser que el mentado tío había sido homosexual y por eso estuvo, y todavía continuaba, negado en la familia.
Con esos antecedentes tan parcos, Bernal no tenía muy claro de dónde le había salido la inclinación por las artes. Aunque, para ser sinceros, ni siquiera él mismo tenía muy clara su inclinación por las artes. Le gustaba dibujar y, según él, dibujaba bien. Por lo menos, dibujaba mejor que el promedio de sus condiscípulos escolares. De manera que siempre que había que participar en alguna actividad escolar colectiva: él ponía los dibujitos. También le gustaba bailar, así que desde la primaria, había participado en talleres escolares de danza folclórica. De manera que en los fiestas que se organizaban periódicamente desde la primaria hasta la preparatoria; de ser necesaria su participación, ésta había sido bailando folclórico. Y, nada más por aclarar, no es que en el nivel universitario no existan ese tipo de eventos, lo que ocurre es que Bernal acababa de egresar de la preparatoria y apenas iba a escoger qué carrera universitaria estudiar; de allí que todavía no hubiese tenido la oportunidad de enterarse. Asimismo, cuando estaba en la secundaria, a la par de los talleres extracurriculares de danza folclórica se impartían, casi en los mismos horarios, unos talleres de teatro. Como el folclor ya se lo conocía bien, Bernal decidió entrar a dichos talleres y, si bien, no se convirtió en actor, si le tomó gusto a eso del teatro. Aunque realmente esos talleres funcionaban más como un club social que como una escuela teatral pero bueno.
NOVELA: YO BIPOLAR.
Capítulo XXV
Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados,
sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau
Por Jesús I. Callejas
CRISIS
En la consulta del psiquiatra vi y escuché discutir violentamente a un barbudo asirio y a un enano cartaginés que habían sido sometidos a electrochoques. Interesante: aseguraron haber notado una creciente mejoría al manejar complicadas zonas de recuerdos. Raro: Cuando el barbudo sentó al enano sobre sus rodillas, asemejando un ventrílocuo con su muñeco, y comenzaron a discutirse derechos sobre un juego de tarot criollo, cuatro enfermeros tomaron rápida acción colocándolos en habitaciones diferentes. ¡Alarmante! Tres semanas sin bañarme: uñas ennegrecidas -catastrófico: me asquean mis propias manos-, el sudor agrio como yogurt, el cabello tan grasiento que los dedos se colocaron peluquitas de brillo.
Aparece, sin ser convocada, una jefa de embarque con quien trabajé en un almacén de libros. Al recibir una orden de despacho de manos de una oficinista de zonza cabellera comentó cuando se alejaba: Tiene tanta grasa en la pelambrera que la puede exprimir sobre una sartén y freír los tostones en ella. La lúbrica vieja -bembona, cabello corto teñido de melocotón, con menos afición por los tostones que por el plátano macho, exageradísima protuberancia a estribor y escaso frontispicio-, fue descubierta ejecutándole felación a un camionero tras la carga bajada de su rastra y ambos fueron despedidos. A esta altura deben estar más que retirados, invernados; las mamadoras bocas a nivel de torcida parcela. Los labios de esa mujer, dignos de una talla polinesia, no se aleja... ¡Cuidado con la bragueta perseguida por aerodinámica dentadura! Baño: torrentes de agua tibia con jabón, estropajo, recorte y cepillo en las uñas; duchazo frío al final. La vida no es tan mala; hoy tienes aspecto reposado.
HANITO GENIO DEL PLACER- Primera Película PORNO en CHILE
Felipe Vilches Rubio
Filosofón, atache culturel...
Todos los dias pasaba forzosamente frente a la Botillería El Corcho Abstemio en Bellavista. Yo no bebo alcohol. Veia al Jano con sus rulos negros su cara blanca y su sonrisa blanca detrás del mostrador, las rejas con los tres candados, y solo una ventanita para atender a los cabros, las mujeres y las bandas más nocturnas buscando cervezas, bebidas, botellas de Pisco, cigarros y galletas.
Como todos, pasaba caminando lento a la casa.
El Jano apareció en la puerta y me dijo :
Oiga Felipon... Ud es guionista- y me paso el porro a lo argentino, era de fuego puro, y empecé a toser:
- Efectivamente conteste. Soy el guionista.
-Ah…Ud es el mítico guionista de Takilleitor, y yo con Barrera queremos hacer una película porno-
Jano, tenía los ojos abiertos como zapatos viejos.