Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Libro

INVITACIÓN

Dr. César Ross, director(s) del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, y Marisol Vera, Directora de Editorial Cuarto Propio, tienen el agrado de invitarle a la presentación del libro “Tecnopoéticas Argentinas. Archivo blando de arte y tecnología”, editado por Claudia Kozak.

Claudia Kozak es Doctora en Letras de la Universidad de Buenos Aires e investigadora independiente de CONICET/Instituto Germani. Actualmente, dirige el proyecto de investigación “Artes transmediales, tecnología, crítica cultural y sociedad” (Instituto Gino Germani, UBA) y Ludión, Exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas (www.ludion.com.ar). Su libro Tecnopoéticas Argentinas (Caja Negra, 2012), reúne distintas entradas “que mapean el eje tecnológico del arte argentino”, como bioarte, glitch, net.art, remix y videoarte, entre muchas otras.

La visita de Claudia Kozak a Chile forma parte del proyecto Fondecyt Regular "Samples y loops en la poesía contemporánea", cuyo investigador responsable es Felipe Cussen, académico e investigador de IDEA. El libro será presentado por Carolina Gainza, profesora de la Universidad Diego Portales, Directora de la revista Laboratorio (www.revistalaboratorio.cl) y miembro demanzanamecanica.org; y Daniel Reyes León, artista visual, docente de la Universidad de Chile, fundador de arteycritica.org y editor de Adrede Editora.

Esta actividad, gratuita y abierta a todo público, se realizará el jueves 24 de abril a las 18:30 horas, en el Auditorio de IDEA, ubicado en Román Díaz nº 89, Providencia.

Invitado

NOVELA: YO BIPOLAR. Capítulo III

Por Jesús I. Callejas

Todos los hombres están locos y, pese a sus cuidados, sólo se diferencian en que unos están más locos que otros.
Nicolás Boileau

LA CONSULTA

El psiquiatra es idéntico a algún maduro barítono de zarzuelas: Alto, ancho, lustrosos cabellos; discreto, voz resonante. Un caballo dice: Parece impostado…De pronto -o no tan pronto-, el cabello se desploma sin aventurar relinchos. El psiquiatra -o el caballo- no interrumpe anotaciones. Hojea mi vida resumida en expedientes, pasajes, caminos, toses, guiños, pasadizos. Cubil con pinturas de histéricos colores y las peceras que me recuerdan el viejo calendario habitación. Doctor, estas paredes, y en especial los peces, me recuerdan los cuadros de Klee. ¿De quién? De Paul Klee. Ah, sí. Gracias; ¿bonitos, no? Y muy terapéuticos; agrega, anotando, revisando, revolviendo de norte a sur el expediente. Ya pasó el instante… ¿Estoy ahí? Intuyo que ese dossier es mi habitación, pero con nuevo intruso inoculado a la garganta; me acerco curioso para cerciorarme de ser yo, no un impostor. La ya aplanada habitación es doblada meticulosamente por las enguantadas garras. Imposible despegar los brazos del cuerpo. ¡Cuidado! Nunca asumir que puedo desdoblarme en otro… u otros. ¿Ka egipcio o doble etéreo? ¿"Gemelo malvado"? Temido alter ego, el doppelgänger… Tranquilify me provoca dolor de cabeza, taquicardias, sueño. ¿Continúas teniendo las visiones terroríficas antes de dormir? Las tengo, pero sin secuencias específicas. Bueno, te prescribiré el resto de las habituales y cambiaremos esa píldora por otra de la misma familia, pero mejorada: Trenvega; notarás un descenso en los efectos secundarios. Puesto que no está cubierta por tu seguro y por el momento carece de genérica, te daré algunas muestras al igual que hice con la otra.

Escáner Cultural nº: 
166
Invitado

 

NOVELA: YO BIPOLAR. Capítulo II

 

por Jesús I. Callejas

 

¿EL COMIENZO?

Hora de las píldoras nocturnas. Locozepam (genérico de Locopin), Locural (genérico de Locotrigine) y Tranquilify (esperamos con alborozo su genérico; el seguro médico sólo cubre éstos). Veamos: Locopin en Estados Unidos, Locotril en Europa, Canadá, Suramérica. He pasado sin detenerme del todo por muchos sitios intuyendo que pertenezco a ninguno. ¿Dónde resido hoy? En Bajagracia… ¿Dónde se encuentra situada? ¿Permanezco en Bajagracia? Los he recorrido sin dejar que jamás me impregnen de confianza… Locozepam suena bien; sólida fonética en oídos provinciales. Por la mañana tuve cita con mi psicólogo, anciano afable en una colección de ancianos afables… Rellenar momias con nombres inéditos… justificaciones. ¡Ah!, los demás; o mejor, ellos. He soñado con el Yeti, pero no lo busqué en el Himalaya, sino en catacumbas talladas a mordidas bajo los zapatos. Duermo con bagaje de pesadillas, coitus interruptus oníricos; sueño aterrado, despierto inquieto, regreso al sueño… Dormir, con o sin píldoras, es refugio perfecto, pero fatiga despertar ante el ¿mismo? día.

Hoy me levanté maldiciendo frases: Alguien me ama (¿acaso seres anónimos sepultados en millones de recuerdos que pueden no serlo?); Hay esperanza para el mundo; El amor nos reivindica. Abundan más los buenos que los malos… Seamos serios, por favor. A esta hora el sol cede paso a sombras despintadas y fachadas de remolachas gemelas, dejando atrás docena de torcidos muros y discrepancia de canteros. Tras el café de sabor a llanta me dediqué a clasificar las píldoras semanales y distribuir las restantes fotografías de calendario a lo largo de mi habitación. No describirla; suficiente con decir, por el momento, que permanece prolija. Le facilito el trabajo a la seria empleada semanal enviada por el Seguro Social para la limpieza. Clasificar píldoras es el mejor bosquejo de la masturbación. De nuevo la confusión entre sujeto y objeto. Por el momento, el entero cuerpo es volumen apergaminado, docenas de escleróticas frases; cada llamado año acredita grácil movimiento articulado página; la entintada letra, mediante sus estilos sobre Yo, recompone órganos y músculos, desatasca arterías.

Escáner Cultural nº: 
165

Paola Gonzalez libro

 

ARTE, DISEÑOS Y MENSAJES DEL PUEBLO DIAGUITA
 

Para ningún chileno es desconocido el Pueblo Diaguita y su arte, es precisamente desde la particularidad estética de su alfarería y diseños que se estudia en todos los colegios de nuestro país. Pero ¿Qué expresan estos diseños? ¿Cuáles fueron las inspiraciones de los artesanos indígenas para crear tan complejo arte? ¿Cuáles los contextos sociales y culturales que llevaron a desarrollar estas refinadas expresiones? ¿Cómo puede ser comprendido este concepto indígena de lo estético? son algunas de las preguntas que la arqueóloga Paola González, intenta dar respuesta en su más reciente libro “Arte y Cultura Diaguita Chilena: simetría, simbolismo e identidad”.

El pueblo Diaguita habitó el desierto semiárido de nuestro país, entre los ríos Elqui y Choapa, los hallazgos arqueológicos en torno a su cultura nos hablan de un pueblo con una agricultura simple, de subsistencia  y con baja evidencia de estratificación social (clases sociales), pero con un fuerte sentido de identidad y pertenencia, el que se veía plasmado en sus diseños.

Invitado

EL PAÍS QUE NO ES de Edith Södergran


Editor de la colección Satura Traducciones: Christian Anwandter Donoso


La colección de traducciones Satura recoge la expresión latina "Lanx Satura", es decir "plato guarnido y variopinto", y que dio origen posteriormente a la palabra "sátira". De esta forma, Satura, hambrienta de poesía y literatura en general, constituye un proyecto de restitución de la ambigüedad sabrosa de las lenguas, para ofrecer toda la variedad y el color que éstas conllevan, inscribiéndose así, lejos de cualquier traición, en la confianza de la mesa compartida.

 


Prefacio

Christian Anwandter


El país que no es sugiere a la vez un lugar y su negación. Un no-lugar, especie de utopía, que se opone al lugar común en el que se reconocen apresuradamente quienes prefieren ver el dedo antes que el sol… Pero también, en otro sentido, este no-lugar constituye, ya sea en el espacio de la imaginación o en el transcurso de la lectura, un lugar de encuentro nuevo, un lugar creador de lo que hombres y mujeres podrían llegar a tener en común y compartir. Una comunidad posible.

Delimitados por la lengua, la traducción sobrepasa esos primeros límites de lo posible. Efectúa un desplazamiento que impone en cierto contexto lo que venía de otro. Más que traición – como reza ese conocido lugar común –, mediación abriendo espacios a través de centros inconmensurables de espesor lingüístico, histórico, político, en el que se cruzan y atraviesan diversas formas de vida y de arreglárselas. Centros que no necesariamente ven más allá de sus fronteras o su(s) lengua(s), rígidos de tanto no ver más allá.

Este país que no es tiene algo de paraíso artificial, algo que responde a la tristeza que causa una realidad insuficiente o incompleta, y frente a la cual la imaginación y la poesía vendrían a ofrecer una salida parcial o compensatoria.

Escáner Cultural nº: 
164
Invitado

NOVELA: YO BIPOLAR

Capítulo I

Por Jesús I. Callejas

SOLO

Recupero el fragilizado párrafo: “Veinticinco años residiendo en el punto medio de una ciudad nauseabunda llamada Bajagracia.”, e intento relajarme mientras secuestro más café. La ventana en posición: lista. Querida Catábasis: ¿Nos autorizas a extraviar vidas ancestrales? Al final del piso, mujer joven a la que intento observar sin que se percate. Me place verla fluir hacia el elevador, dictaminando que no es ella, sino nuestro arrugado edificio el que retrocede; mucho place verla perderse en la brumosa gente rodeando jardines. Quizás, quien retrocede… pues el edificio siempre se transforma en humanoide. Malograda fábula... ¿Son o no lo mismo? Negro parteluz sobre rostro alargado con trazos de Modigliani no condenados a la guillotina, y ojos magistralmente dispersos. Cohesiva dosis nostálgica saviando de oliváceo ánimo facciones, pecho, brazos, cobijada en tejado inmejorable, piel, o sea, de suave persistencia. No hay ocasión en que no salude apocada, a lo que correspondo lacónico, anticipando la peligrosa llovizna emocional. Prudente no desinflar la burbuja. Las mujeres se han transformado para mí en fuente de sensación contemplativa, estética estática; las observo evitando recordarles rostros; mejor diluyéndolas en memoria abominable.

Escáner Cultural nº: 
164
Invitado

 

MATADEROS de Ricardo CARREIRA (reseña)

Por Augusto Munaro

MATADEROS
Ricardo CARREIRA
Epílogo: Ricardo Piglia
Ediciones Stanton
Buenos Aires, Argentina. 2010. (124 Págs.)

El artista plástico y escritor argentino Ricardo Carreira (1942-1993), ha dejado una obra desperdigada, inobjetablemente inclasificable; que a pesar de su marginalidad ha logrado trazar una zona atípica dentro de la literatura nacional. Hacedor de curiosos textos conceptuales, desarrolló a través de una vida azarosa (interrumpida por varias internaciones en el Borda), un singular trabajo poético y teórico sobre el lenguaje. Con una escritura que abre otra relación lingüística con la realidad, su mayor logro consistió en buscar otro sistema de significación. Su poesía denotativa se descubre paulatinamente mientras se enuncia a través de subrayados y cuestionamientos gramaticales. Así es como con el verso libre introduce conceptos para llegar (con un léxico simple y prosaico) a deshabituar al lector de la funcionalidad de las palabras; con el fin de arrimarlo a otro grado de literalidad. “El lenguaje sirve muchas veces (más) para perderse que para encontrarse”, nos advierte en un pasaje desconfiando de la utilidad con que la sociedad se sirve de él. “Lo único que queda es la distancia entre nosotros y la realidad que nombramos” afirma convencido en volver a los fundamentos del valor subversivo que encripta toda palabra. Su vida fue una tentativa de acortar ese recorrido aludido. Crear y organizar otro lenguaje.

Escáner Cultural nº: 
160

 

Rayuela: Instrucciones para salir ileso

 

 

Todo lector de Rayuela percibe de inmediato el acaudalado bagaje de lecturas que forma el andamio intelectual con cuya ayuda Cortázar levanta su novela. Esas lecturas aparecen a lo largo del libro a veces como puntos de apoyo sobre los cuales hace palanca la obra, otras, simplemente como nervaduras invisibles o semivisibles que alimentan o sostienen sus páginas”.

Jaime Alazraki (Prólogo a Rayuela, reedición Biblioteca Ayacucho)

 

Carlos Yusti

En esa montaña rusa (que es la experiencia lectora/leída) con sus movimientos de serenidad y de vértigo hay libros ( y autores) que te persiguen toda la vida aunque uno no se encuentre huyendo de manera abierta y declarada; libros que forman parte de tu arsenal espiritual, de tu trinchera para resguardarte de la artillería sostenida de la deshumanización y la estupidez que a diario te bombardea.

Rayuela, esa novela que escribió Julio Cortázar como un exorcismo y un recorrido de iluminación zen (el título pensado por el escritor para la novela en principio fue Mandala), especie de viaje místico hacia ese abismo personal del ser. Dicho así la trama de una novela que es dosenuna parece simple, pero zambullirse en sus páginas y personajes, más que en una trama especifica en sí, puede resultar resbaladizo para no utilizar la palabra peligroso. Su lectura te dejas marcas y moretones, nadie sale indemne de su lectura.

En mi biblioteca hay varias versiones, desperdigadas aquí y allá como pétalos de una flor exótica y cambiante. La razones para esta obsesión rauyuelesca la ignoro, pero he logrado contabilizar alrededor de 15 ediciones en español de países distintos, y sin duda incluiré la última edición en homenaje a sus 50 años. Novela que no envejece y la cual en el momento de su publicación resultó experimental y un tanto vanguardista, pero hoy su propuesta de los dos novelas en una resulta una especie de fuego/juego de artificio con esa subrayada petulancia tan argentinosa.

Lo que importa de Rayuela no es tanto su estuche (o sus pretensiones de puzzle que buscar hacer participe al lector), sino esa forma especial con los cuales Cortázar amasó a sus personajes; personaje, que al igual que en esas grandes novelas etiquetas como clásica adquieren vida autónoma, relegando a su autor al papel de secretario de esas pasiones tan humanas que de alguna manera se traspapelan con las pasiones de los lectores. Personajes que son vitrinas, espejos y ventanos donde el lector se pierde de manera irremediable.


 

MADRES LITERARIAS
Como es lógico a la memoria de mi madre


Carlos Yusti


Madre hay una sola, pero madres literarias hay en cantidad y no tan santas e inmaculadas como nuestras madres reales. Las madres literarias suelen ser un tanto excesivas y esto quizá cautiva en muchos lectores.

La madre por antonomasia está en la novela La madre de Máximo Gorki. Cuando se milita en un partido, de lo que antaño se llamaba de izquierdas, no leer esa novela era casi una traición a los ideales del partido. La novela cuenta, a grandes rasgos, el nacimiento de conciencia revolucionario de Pelagia (conocida como la madre), cuyo hijo Pavel es dirigente de la fábrica donde trabaja. Hoy sin duda la novela tiene los aditamentos del maniqueísmo más burdo, pero leerla en plena efervescencia juvenil y contestataria produce un deslumbramiento como pocos.

Otra madre a tomar en cuenta es Úrsula Iguarán, la mítica matrona que con su esposo José Arcadio Buendía, funda el iluminado y mágico Macondo de García Márquez. En la novela cien años de soledad se le describe como; “Activa, menuda, severa, aquella mujer de nervios inquebrantables, a quien en ningún momento de su vida se la oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro de sus pollerines de olán. Gracias a ella, los pisos de tierra golpeada, los muros de barro sin encalar, los rústicos muebles de madera construidos por ellos mismos estaban siempre limpios, y los viejos arcones donde se guardaba la ropa exhalaban un tibio olor de albahaca”.

PREVENTA del Libro

Encuentro de Gestiones Autónomas de  Artes Visuales Contemporáneas

Jorge Sepúlveda T. e Ilze Petroni (editores)

Editorial Curatoría Forense.

Durante el mes de abril se realiza la preventa online de la única publicación en Sudamérica dedicada a analizar detalladamente, y desde la voz de sus protagonistas, la formación y consolidación de las gestiones autónomas y su relación con las escenas locales de arte contemporáneo.

 

La edición recopila en 260 páginas las transcripciones de los debates sostenidos durante tres jornadas en las que se discutieron las problemáticas y los desafíos de la gestión autónoma en artes visuales de Argentina a partir de tres ejes vinculados a la complejidad de las relaciones en las escenas locales y provinciales; los vínculos entre regiones y el sistema de arte contemporáneo y el establecimiento de convenios y alianzas a nivel internacional.

 

Incluye textos de análisis sobre el estado de la gestión autónoma de arte contemporáneo y su articulación con la institucionalidad artística; información sobre los distintos espacios y colectivos invitados y un glosario descriptivo de términos, personas e instituciones que ayuda a contextualizar el debate.

 

El libro es una forma de hacer historia desde la contingencia. Es hacer historia desde las propias voces y desde nuestros lugares en tanto hacedores y participantes de la dinámica del campo artístico.

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: "Tangos para Viajar. 12 Historias inútiles"

 

"Tangos para Viajar. 12 Historias inútiles" es un libro del autor Muñozcoloma quien presenta una serie de cuentos nacidos en torno al tango, relacionados con elementos urbanos y principalmente,
con personas que subsisten en medio de la indiferencia que ofrece la ciudad, viviendo en una soledad must...
Próximo lanzamiento libro "Tangos para viajar. 12 historias inútiles

Viernes 14 de diciembre - 19.00 horas.
Microcine IMPA Oracio Campos (Querandíes 4290, piso 4. Almagro. Buenos Aires
https://www.facebook.com/TangosParaViajar12HistoriasInutiles

 

“Tangos para Viajar. 12 Historias inútiles”

Muñozcoloma

Libro de relatos del autor Muñoz Coloma. Editorial Al Aire Libro 2012. Proyecto ganador de la beca de creación literaria 2012. Fondo Nacional de Fomento al Libro y la Lectura.

Descripción

 


 

Polvareda
(Novela por entrega)
III

Por Rocío Casas Bulnes

Trato de recordar pero fue hace tanto tiempo que ya no me ayudan ni los números ni lo que otros me han contado. Hago un gran esfuerzo por dejar que las imágenes pasen cual nubes, sin que yo trate de retenerlas, como lo hace quien espera la muerte con valentía. Creo haber estado caminando sobre un suelo húmedo. Sí, es lodo y estoy metida en medio de la selva. Tengo nueve años. Camino sola. Mi respiración está demasiado agitada, aunque mis pasos de felino van lentos y cautelosos. No estoy segura de qué tengo miedo, pero escapo de algo sin saber en qué dirección viene. Muevo mis brazos para encontrar una salida. No veo nada, sólo a veces un hilo de luz se cuela entre las crestas densas. Baja para desaparecer dentro del fango transformándose en renacuajos.

Había estado en medio de una pelea. Es una casa desconocida y todo se viene abajo entre risas de hombres. Vuelan cabezas de aquí para allá, embistiendo violentamente lo que hasta hace un momento era una cena agradable. Algunos huesos humanos de estos que tengo frente a mí tienen carne que se niega a desaparecer, y los gusanos roen felices restos de lo que antes fue piel. Otros han pasado por el blanco impoluto para mutar al polvo duro, como la tierra que se pega dentro de sí misma formando en apariencia una roca. Se deshacen con cada viaje por el aire, van desprendiéndose pedacitos que se disuelven y desaparecen. Otras se parten en trozos grandes, por aquí una mandíbula sin los dientes delanteros, por allá un pómulo y la concavidad del ojo vacío.


Trato de recordar pero fue hace tanto tiempo que ya no me ayudan ni los números ni lo que otros me han contado. Hago un gran esfuerzo por dejar que las imágenes pasen cual nubes, sin que yo trate de retenerlas, como lo hace quien espera la muerte con valentía. Creo haber estado caminando sobre un suelo húmedo. Sí, es lodo y estoy metida en medio de la selva. Tengo nueve años. Camino sola. Mi respiración está demasiado agitada, aunque mis pasos de felino van lentos y cautelosos. No estoy segura de qué tengo miedo, pero escapo de algo sin saber en qué dirección viene. Muevo mis brazos para encontrar una salida. No veo nada, sólo a veces un hilo de luz se cuela entre las crestas densas. Baja para desaparecer dentro del fango transformándose en renacuajos.

Había estado en medio de una pelea. Es una casa desconocida y todo se viene abajo entre risas de hombres. Vuelan cabezas de aquí para allá, embistiendo violentamente lo que hasta hace un momento era una cena amagradable. Algunos huesos humanos de estos que tengo frente a mí tienen carne que se niega a desaparecer, y los gusanos roen felices restos de lo que antes fue piel. Otros han pasado por el blanco impoluto para mutar al polvo duro, como la tierra que se pega dentro de sí misma formando en apariencia una roca. Se deshacen con cada viaje por el aire, van desprendiéndose pedacitos que se disuelven y desaparecen. Otras se parten en trozos grandes, por aquí una mandíbula sin los dientes delanteros, por allá un pómulo y la concavidad del ojo vacío.

Escáner Cultural nº: 
150

 

Polvareda

(Novela por entrega)

II


Por Rocío Casas Bulnes

Antes que los señores de las grandes casas esparcieran su poderío por toda la tierra, hubo dos reyes poderosísimos que de diversas maneras los engendraron. Se dice de ellos que hicieron grandezas, que le dieron nombre a su cultura y que además la convirtieron en una presencia inmortal. Creían en la edad de las ciudades y en que estas permanecían luego de ser saqueadas, tragadas por la selva o reducidas a sus cimientos. Esa fe inalterable hacía orgullosos a los señores, actuando con una crueldad desmedida. Además tenían en su sangre naturaleza mágica, y aunque esto último fuera cierto, no pudo ser visto en sus acciones. Sus nombres fueron Cucumá y Chalcó.


Ambos reyes, mientras convocaban el poder absoluto, fueron destruyendo campos, selvas y desiertos, arrasando al paso los distintos pueblos y ciudades con toda la gente que tenían dentro. Entre los sitios poblados y las civilizaciones que ya no existen se cuentan aquí cerca nuestro historias de humanos con apariencia fantasma, con pintura en el cuerpo y cabezas puntiagudas. Habían otros que abiertamente permitían a las mujeres llevar la casa y la economía familiar, así como las tareas de medicina, para ellos dedicarse a tomar y hacer la guerra. Se cuenta de unos que vivieron encaramados en la selva hasta que de manera misteriosa desaparecieron abandonando sus ciudades. Otros hablaron de seres con un poder mental tan grande que podían mover piedras monumentales a grandes distancias, sorteando incluso riscos y acantilados. Los que estaban cerca de las faldas de un gran golfo no habían sido vistos nunca, pero sí sus rastros de cabezas gigantes. Unos más, a través de las cordilleras bailaban con ropas de color fosforescente y daban giros que les hacían llegar al trance.

 

 

Polvareda
(Novela por entrega)


I

Por Rocío Casas Bulnes

“Y ésta fue su existencia, porque ya no puede verse el libro que tenían antiguamente los reyes, pues ha desaparecido. Así, pues, se han acabado todos”

Nombres de todos los descendientes salidos de nuestros abuelos. ¿Los recuerdas?, estos son sus nombres. Convocaremos aquí a las generaciones de reinos y de nuestros primeros padres. Vinieron desde muy lejos, atrás en el tiempo, cuando de pronto el negro infinito del cielo se llenó de puntos. Y aparecieron unas como luciérnagas que se desplazaban a todo lo ancho, a veces chocando, recorriendo caminos separados hasta que por fin una a una se acomodaron en un rinconcito. Se hicieron su nido en la noche.

Luego, la bola blanca vino desde el oriente. Primero se escuchó el rodar de piedra contra los árboles y la tierra. Al llegar al agua del mar se detuvo un poco, como dudando, y luego se metió así nomás, y mientras avanzaba iba dejando una luz en la superficie de las olas. Salió por allá, donde termina el horizonte, y rodó entonces por el cielo hasta bien arriba. Nunca se movió de ahí, pese a sus eternos cambios de ánimo. Sólo cuando llegó el sol y se dio la vida, sólo ahí las luces de todos los tamaños en el cielo negro desaparecieron a intervalos para dar paso a lo que sería. Nada se vio a su llegada, se cubrieron las cosas con una luz dura que las hizo desaparecer. Poco a poco surgieron sutiles colores nuevos, hasta que ya estando lejos a lo alto se le vio como un punto de fuego. Así lo cuentan.

Salieron de ahí los señores, los primeros padres y estos que después se dijeron primeros padres. Muy atrás la abuela generadora, muy atrás el tapir. Salieron y se hicieron sus casas, que por lo que cuentan eran muy grandes. Había de todo en esas casas, comarcas se armaban de gente funcionando en torno a un señor, manufacturando su vida en función de lo necesario para el otro, y esos señores crecían más y más, y protegían a los suyos para que éstos los protegieran a ellos. Algunos llamaban a eso solidaridad. Primero eran unas cuantas, luego muchas casas aparecieron, nueve casas hubo y tantas como apellidos existían. Eran señores de las ciudades, todas las que surgieron en ese entonces. Se escribieron listas para sujetar esos nombres, para que no se perdieran y algo de legado quedara. Esos grandes señores de las grandes, grandísimas casas. Este era el de la ciudad tal, éste el de la casa de al lado, y así sucesivamente en todas las generaciones perdidas. Primer señor: presidente de la casa grande. Octavo: canciller de las familias. Segundo: encargado de asuntos públicos en casa grande. Quinto, ministro de cultura. Tercero: jefe de fuerzas armadas. Séptimo: Administrador de asuntos jurídicos. Cuarto: recaudador. Sexto, alcalde eclesiástico. Noveno, rey de legislaciones. Nombres de señores, generaciones que ocuparon los asientos. Investidos de autoridad, se les vio ejercer los espacios desde la selva de la chiquitanía al cabo de hornos y los cuatro caminos.