Carlos Yusti
GROUCHO Y LA IMPORTANCIA DE NO TOMARSE EN SERIO
Texto: Carlos Yusti
Una de las frases de Groucho Marx que me han permitido sobrevivir a la madurez sin convertirme en un señor adusto y amargado, o que me permite mantenerme a flote en esas circunstancias de la vida en las que todo parece empantanarse de gravedad y cosa, es aquella que postula: "Esos son mis principios, si no le gustan, los cambiaré". Frase que encierra en sí toda una filosofía y por cierto sin toda esa batahola retórica a la que nos tienen acostumbrado los filósofos.
No hay nada más tedioso y pesado que los dichosos principios, los cuales en muchas ocasiones son un pesado fardo que no nos permite movilizarnos con agilidad; a veces son sólo una muletilla percudida que esgrimen muchos seres obtusos para tomarse en serio más de lo previsto e incluso los dichosos principios empujan a mucha gente a creerse predestinada a cumplir una alta misión en la sociedad; personas que se sienten llamadas a dictar pautas éticas, a ser espejos cívicos de los demás, aunque tengan su closet privado atestado de cadáveres y desviaciones de todo tipo. Los principios vuelven a los seres inamovibles, piedras en el camino para esos que andan a sus aires sin otro principio que el ser felices. También suelen los principios empujar a los individuos a tomarse la vida, el arte, la cultura o la nefasta actividad política muy a pecho y con una gran dosis de pompa agrisada y circunspecta. He creído siempre que cuando uno se cree jefe, presidente, mayordomo, portero, banquero o lo que sea, la vida deja de tener su fluidez maravillosa. Cuando uno se toma en serio puede amargarse y amargarle la existencia a los demás, puede convertir en un infierno cotidiano todos los días del calendario. Que a uno lo tachen, a la larga, de inmaduro, irresponsable, trotabares, es menos enfático que a uno lo clasifiquen de carraca, plomo o cualquier otra etiqueta almidonada propia de manual de buenas maneras.
MONTSE MORILLO
El color de las sensaciones
Texto: Carlos Yusti
De aquellas figuras femeninas de grandes ojos y metafóricos cuerpos queda poco de esta nueva exposición "La otra sensación" de Montse Morillo.
Ahora el color es el protagonista. El color utilizado con cierto desgarro. Algunos rostros y tenues figuras se dejan entre ver en pinceladas amplias de color. En este trabajo pictórico no es estático. Existe una fuerza, una pulsación intensa al momento de utilizar la fuerza de los colores.
En muchos de los cuadros los colores están en pugna. Colores cálidos como el amarillo se entremezclan con colores fríos como los azules, los verdes y los grises sin desarmonizar y logrando un equilibrio tenso, pero que el espectador capta con emotiva sorpresa.
Sicosis para Leer
Carlos Yusti
El músico norteamericano Jhon Cage tiene tres composiciones (4`33``, 0`,00`` y reunión) cuya base es el silencio. Cage lo explicó en una conversación con Daniel Charles: “La primera, 4'.'3.'3", es para uno o varios músicos que no producen sonidos. La segunda, 0'00", indica una obligación respecto de otro que debe ser cumplida, parcial o totalmente, por una sola persona. La tercera consiste en la reunión de varias personas que practican un juego -puede haber dos o más jugadores- en una situación que se amplifica. Cualquier juego -por ejemplo una partida de bridge, o de ajedrez- se convierte en una obra musical, que es esencialmente silenciosa.”
Kazemir Malevich, un pintor ruso, es el creador de un famoso cuadro "Cuadrado blanco sobre fondo blanco" (1918), en el que el blanco representa lo que el silencio para Cage. Este gesto creativo de no-pintura, de no-música lleva tanto al creador como al escucha (o al espectador) a entrar en esa zona en la cual la creación artística intenta explorar todas las posibilidades del arte, busca abrir puertas inéditas para que el acto creativo se radicalice a tal punto que se convierta en su propia caricatura, en una burla consciente, premeditada y alevosa.
Las vanguardias artísticas en su cinco minutos de fama buscaron darle otra de vuelta de tuerca al arte convencional y así el cine, la pintura, la escultura y la literatura se convirtieron en objetos llevados al laboratorio de la experimentación. Algunos productos fueron realmente interesantes, otros se quedaron en un amago deleznable. Luego estas vanguardias pasaron a formar parte de la tradición artística y el ciclo se iniciaba otra vez. Los vanguardistas desmontaron el arte más que visto, le hicieron morisquetas al arte clásico archivado en los museos y en la memoria estética como obras intocables. Sólo trataron de que el arte volviera a escandalizar, a causar angustia, a que hiciera sentir vivo al espectador tan difunto en la cotidianidad doméstica con horarios.
MARIA EUGENIA CATONI. ONÍRICO BARROCO
Texto: Carlos Yusti
Sus cuadros son un territorio de objetos, formas, colores, dibujos y fotografías. Azar complejo y orden sencillo reordenan el mundo espiritual y onírico de la pintora María Eugenia Catoni. Como es lógico perderse en sus cuadros es tratar de encontrar un nexo con todo aquello que se agita en ese espacio improbable del sueño.
Pintura que no sigue un patrón especifico, sino que se desarrolla a partir de un tema determinado. Encontramos un conjunto de pinturas que conforman una serie. Así tenemos la serie dedicada al Quijote, la dedicada al falo o la serie sobre la tragedia de vargas titulada "Vargame Dios". En todas ellas la visión crítica, entre el humor y la profundidad reflexiva, de María Eugenia se expande y emplea sin rubor un buen número de recursos plásticos (el collage, lo barroco religioso, el Kitsch) para darle voz estética a sus puntos de vistas, a sus sueños o a los distintos matices de su intimidad.
ARTE, CARNE Y LITERATURA
Texto: Carlos Yusti
Descubrí primero mi deseo de ser escritor que mi sexualidad. Tenía diecisiete años cuando alguna prostituta de un lamentoso lenocinio de la Zona Sur Valenciana me enseñó de qué iba el sexo. La cosa más que placentera estuvo algo enlaberintinada, pero desde ese momento quedé enmujerado, vaginizado y enredado en ese aroma de metal dulce que exhalan los cuerpos femeninos. Como digo esa prosti me llevó al puerto seguro del deseo hecho carne, pero para ese momento ya me había leído una treintena de clásicos, todo Julio Verne, la "Paideia" de Wener Jaeger, a Moro, San Agustín, Voltaire y había garrapateado mis primeros ensayos y poemas.
Luego de mi primera experiencia porno quise enterarme más del asunto. La lectura de algunos clásicos del erotismo me llevó a considerar que entre pornografía y erotismo existe una línea muy delgada, pero ambas, tanto en la vida como en la literatura, se entremezclan y a veces es bastante complejo establecer diferencias claras y precisas.
ARTE Y LOCURA. UNA INSÓLITA SIMBIOSIS
Texto: Carlos Yusti
Perder la razón es un viaje (muchas veces sin boleto de regreso) por el laberinto de la mente, en donde no hay Minotauro ni un hilo de Ariadna para el retorno. Aunque lo escrito encierra mucha cursilería literaria, se puede asegurar que la locura la locura está lejos de la metáfora y bastante cerca del horror.
La locura más que un desorden fisiológico es un problema de orden social con implicaciones éticas y morales cuyo tratamiento (a fines del siglo XVIII fue considerada como enfermedad) hoy sigue basada en la represión y el aislamiento del alienado mental.
No obstante la locura seduce. Desde los griegos fue observada con curiosidad filosófica por Platón y Aristóteles. Los artistas tampoco escapan a su poder seductor. En la Edad Media a los desequilibrados se les trataba como poseídos y eran llevados a la hoguera, forma de profilaxis nada humanitaria patentada por la Iglesia. Hyeronymus Bosch, conocido como El Bosco, vivió todo ese tiempo nublado de superstición religiosa y crueldad. Su pintura lleva al extremo dicho horror y por ese motivo el mundo que pinta parece alejado de toda normalidad, parece responder a una visión afiebrada y delirante.
CRISTÓBAL RUIZ DENTRO DE LA PARÁBOLA
Texto: Carlos Yusti
Cristóbal Ruiz algunas veces tenía el aspecto singular de un desarrapado. Parecía venir de un suburbio triste y delirante. Otras venía con todos los colores del amanecer en las pupilas. De seguro llegaba del puerto de los sueños. Traía la ropa ajada de espejos, la barba llena de pájaros y el pelo empapado de nube. No era casualidad. Estaba medio loco y era pintor.
Bohemio. A ratos pintor autodidacta. Oriundo (y esto si no es casual) de La Luna , un pequeño microcosmo situado en el sector Urama del estado Carabobo. La calle fue su escenario, su taller encantado, su modelo. Pintor urbano. Pronto se convirtió en un accesorio inusual de la ciudad.
Lo conocí cuando yo quería ser un poeta maldito. O sea, que tenía ínfulas de geniecillo voraz. También por esos días estaba de trotacalles con mi amigo el fotógrafo Yuri Valecillo. Merodeadores de la escuela de Teatro Ramón Zapata nos tropezamos con Cristóbal Ruiz. Cantaba. Hacia cabriolas de ballet en el bulevar de la facultad de derecho. Gritaba.
EL QUIJOTE
Texto: Carlos Yusti
Ese universo intenso y delirante que es El Quijote ha servido de soporte a muchos pintores, quienes han tratado de plasmar en su trabajo plástines plástico la travesía de un hombre ganado por los sueños y la locura, tan escasa estos días. En las primeras páginas de "Don Quijote de la Mancha", Miguel de Cervantes describe a los personajes principales. Realiza, si se quiere, un boceto sucinto de Alonso Quijano y de Sancho Panza. Sobre el primero escribe: "Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza". Con respecto a Sancho es más parco: "En este tiempo solicitó don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien (si es que este título se puede dar al que es pobre), pero de muy poca sal en la mollera". Aunque unas páginas más adelante Cervantes, cuando consigue los manuscritos de Cide Hamete Benengeli y los hace traducir, descubre una ilustración: "junto a él estaba Sancho Panza, que tenía del cabestro a su asno, a los pies del cual estaba otro rótulo que decía: Sancho Zancas, y debía de ser que tenía, a lo que mostraba la pintura, la barriga grande, el talle corto y las zancas largas, y por eso se le debió poner el nombre de panza y de zancas, que con estos dos sobrenombres le llaman algunas veces la historia".
LO CURSI REVISITADO
Texto: Carlos Yusti
En su diccionario María Moliner afirma que la esencia de lo cursi es pretender ser "elegante, refinado o exquisito", pero con resultados de "afectado, remilgado o ridículo". Corominas, finalmente, aparte de admitir lo incierto del origen del vocablo, cree que la palabra entró a Andalucía desde Marruecos como apropiación de la palabra kursi, que habría evolucionado, semánticamente, desde la connotación de cátedra, sillón solemne y trono de un soberano, a pedantería y pretensión. Por cierto, la palabra apenas aparece documentada en español desde 1865.
Se podría denominar que lo cursi es una exageración empalagosa por el artificio, es una inclinación en superlativo por el mal gusto. Posee una lógica entre lo solemne y lo caricaturesco. Lo cursi no es el paraíso, sino su añoranza con soponcio y telele incluido. Es la Miss Venezuela electa, quien sobreactuando su sorpresa por ser la ganadora se baña en lágrimas de cocodrilos y reparte besos, mientras las perdedoras la saludan cuando en verdad quisieran asesinarla. Es el político que con gravedad protocolaria exclama: "¡En esta hora decisiva que la Patria nos llama, acudimos presurosos y con la frente en alto.!".
LECCIONES DE DIBUJO
Texto: Carlos Yusti
Siempre me ha intrigado que impulsó al hombre prehistórico a pintar las paredes de las cavernas. Que raro sentimiento lo llevó a horadar las piedras con signos y líneas. Pintar tiene que ver más con ese ojo interior de ser que trata de mirar el mundo con un ritmo distinto.
La pintura comienza por la mirada tanto del pintor como de aquel que concentrado la observa. El hombre de las cavernas dejó su agitada vida y se detuvo a mirar el mundo que le rodeaba, comenzó a descubrir la belleza y el horror de ese espacio que lo habitaba y en el cual se movía. El mundo comenzó por adquirir una acepción alejada del común y que era menester traducir en líneas y colores, en una poética que más que comunicar intentaba fijar el mundo desde la emoción de ese milagro que es mirar.
Allí comenzó todo. Los pintores clásicos flamencos descubrieron el pigmento, pero su aporte decisivo fue la perspectiva. Crear un mundo tridimensional en un plsano fue un momento sublime en eso de pintar cuadros. Por supuesto que esa representación era un burdo engaño, una elaborada ilusión óptica.
MUSEO SOTO: UN PASEO POR LA VANGUARDIA PICTÓRICA
Texto: Carlos Yusti
Si visita el Estado Bolívar, y más específicamente, su capital Ciudad Bolívar, es imprescindible darse un paseo por el Museo de Arte Moderno Jesús Soto. Tres razones bastan para dispensarle un recorrido:
* El diseño arquitectónico pertenece al mítico arquitecto Carlos Raúl Villanueva
* Apreciar obras del Maestro Jesús Soto de distintas épocas.
* Entrar en contacto con pinturas y esculturas de los más reconocidos precursores del arte contemporáneo del siglo XX.
Una inigualable constelación de artistas de primer orden conforman las obras del Museo Soto. A este respecto el arquitecto Freddy Carreño escribe: "Uno de los aspectos que destaca la importancia y singularidad de la colección es su carácter contrastivo, que nos permite ver y apreciar gracias a un conjunto de obras excepcionales, la dinámica artística de una época marcada por grandes contrastes y profundos cambios.
HENRI CARTIER-BRESSON, CON EL CORAZÓN EN LA MIRADA
Texto: Carlos Yusti
"En cualquier actividad, debe haber siempre una relación entre los ojos y el corazón. Con el ojo cerrado uno mira hacia adentro y con el ojo abierto mira hacia afuera. "
Henri Cartier - Bresson
Fotógrafos hay muchos, pero Henri Cartier-Bresson fue un malabarista de lo estético, un poeta exacto de la imagen. Muchos otros fotógrafos han aprendido de él, no obstante ninguno ha logrado laminar el mundo en fragmentadas piezas de indiscutible belleza, en la que se conjugan impecable y limpia técnica fotográfica.
Capturó en sus fotografías la vida con sus dramas y sus tragicomedias sin escamotear nada. Otras veces captó el horror que el hombre acicala muy bien. Estuvo en el momento preciso para accionar su cámara. Escribirlo así puede sonar sencillo, sin embargo no basta con estar en el momento indicado, sino saber ver con el corazón y saber donde está la magia y la estética de este mundo absurdo, bochornoso y surrealista.
ARTE EN LA CIUDAD
Texto: Carlos Yusti
Las ciudades poseen una historia arquitectónica que las explica. También tienen una estética que les proporcionan un perfil espiritual característico. Sus calles, plazas, centros comerciales y parques son los espacios públicos en los cuales la gente entra en contacto con el arte.
Ciudad Guayana como toda ciudad comenzó a partir de una idea, fue el sueño y la pesadilla de algunos. Poco a poco dejó de ser ese espejismo en un paraje desolado para convertirse en un componente abrupto en el paisaje, para devenir en un hecho palpable con su comedia humana desarrollándose en sus entrañas, con su Shakespeare barato escenificando en sus intersticios.
Como es lógico el arte, en sus distintas manifestaciones, aporta los huesos y nervios espirituales necesarios para que la practicidad urbanística de la ciudad sea más tolerable. En muchos sitios de la ciudad se encuentran obras de arte de gran valor. De igual modo existen obras que no pasan de ser atentados estéticos, en las cuales el mal gusto y la dejadez mental, tanto del artista como de las autoridades, se entrelazan ofrecer a la ciudad piezas de arte de dudosa sensatez y calidad.
ARTE PARA COMPARTIR
Texto: Carlos Yusti
En la actualidad el hombre contemporáneo tiene un contacto directo con el arte, a diferencia del hombre en épocas pasadas. El arte está en la calle, irrumpe en las plazas, en el metro o en algunos edificios. Ya no es patrimonio exclusivo del Estado ni de mecenas poderosos. Sin embargo, en todo este pujante universo de arte al alcance de todos logran deslizarse obras de dudosa calidad, inigualables bodrios artísticos que a lo largo conforman un atentado a la mirada y el buen gusto.
En la esfera privada el arte, fuera del mero rol decorativo o de plusvalía, posee otras connotaciones menos filisteas. Un cuadro, una escultura o una fotografía proporcionan sensibilidad, sentido y prestancia a los espacios. Una casa sin obras de arte resulta algo monótona, sin vida espiritual. El arte aporta luz y color, cuestión que quiebra la redundancia espacial.
DALÍ, LA GENIALIDAD PRESCINDIBLE
Texto: Carlos Yusti
El Dalí Avida Dollars, sobrenombre irónico que le endilgó André Breton, siempre estuvo años luz de aquel otro Dalí preciso y aguijoneado, embaderillado de surrealismo, de ese surrealismo que le permitió ablandar la realidad e incendiar jirafas en sus cuadros. O sea después de su etapa surrealista Dalí se convirtió en un hombre anuncio, derivó hacia el profesional del arte con un alto sentido del comercio y la publicidad. Delineó no sólo su estilo, sino sus características de actor rimbombante y rocambolesco, de artista a contracorriente, pero con el objetivo claro de vender su obra a buen precio. Su avidez de dinero era proporcional a su avidez de publicidad y megalomanía. Genio. Si. Ciertamente fue un genio peculiar que escandalizaba para brillar, aunque su trabajo plástico ya era sólo la maroma de una pinceladas aprendidas hace rato.
Dalí estudió muy bien su papel y debutó como artista contestatario con un dominio escénico sin igual. Sus presentaciones públicas eran dignas de un circo mágico. Salía de una enorme caja de regalo con una barra de pan en la cabeza.