Dictadura
Víctimas, victimarios
Dibujos y reflexiones en los Juicios de Crímenes de Lesa Humanidad
Eugenia Bekeris1
María Paula Doberti2
JUICIOS DE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD. Mega Causa ESMA. Plan Cóndor. Juicios de Apropiación de menores. Comodoro Py, 2013.
"Termine como termine la guerra ya la hemos ganado contra ustedes; no quedará ninguno par dar testimonio, pero incluso, si algunos se salvaran, el mundo no les creerá. Podrá haber sospechas, discusiones, investigaciones, realizadas por historiadores, pero no habrá certezas, porque al destruirlos a ustedes destruiremos las pruebas. E incluso si algunas subsistieran y si algunos de Ustedes sobrevivieran, la gente dirá que los hechos que cuentan son demasiado monstruosos para ser creídos. La historia del lager la escribiremos nosotros" (Levi, 2000)
En 1997, durante el gobierno de Menem (ocho años después de la promulgación de las leyes de amnistía3), H.I.J.O.S. concluyó que "Si no hay justicia hay escrache". La agrupación entendió que había necesidad de escrachar para "revelar en público, hacer aparecer la cara de una persona que pretende pasar desapercibida"4, dar a conocer su identidad para evitarles gozar de impunidad, para apuntar a la memoria urbana, para involucrar al ciudadano y evitar el olvido público.
El grupo Etcétera junto al GAC (Grupo de Arte Callejero) pusieron el cuerpo señalando las casas de los represores de tal modo que los vecinos entendieron que con ellos viviendo cerca, la vida cotidiana cambiaba totalmente. Etcétera realizó acciones performáticas con la utilización de grandes muñecos y máscaras satíricas, participativas, y terminaba arrojando pintura roja en el edificio del represor. Los artistas del GAC diseñaron señales viales que marcaban los domicilios de los genocidas y los centros clandestinos de detención, y las instalaron en los postes callejeros cercanos. Conservaron el trazado estético de la cartelería original de la ciudad, para lograr interferir en la percepción inadvertida.
En agosto de 2003 el Congreso de la Nación Argentina declaró la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y en junio de 2004 la Corte Suprema falló a favor de su inconstitucionalidad. En 2005 comenzaron a formularse los pedidos de elevación a juicio de las diferentes causas, que se llevan a cabo desde 2007, a través de los tribunales de todo el país.
Se posibilitó entonces el juzgamiento a los responsables del terrorismo de Estado. Las agrupaciones de Derechos Humanos se posicionaron como querellantes en los procesos judiciales.
En diciembre de 2012 el Programa Memoria en Movimiento dependiente de la Secretaría de Comunicación Pública de Presidencia de la Nación dio a conocer que actualmente hay trece juicios orales y públicos en curso donde se está juzgando a más de cien genocidas en diferentes lugares del país5, también notificó que trescientas causas se encuentran en etapa de instrucción o esperando su elevación a juicio oral. También comunicó que ya hay novecientos veintitrés procesados y trescientos setenta condenados en diversas causas.
El desarrollo de los juicios de crímenes de Lesa Humanidad desmiente la estrategia genocida y hace bien visible la responsabilidad de las distintas Fuerzas de Seguridad durante el golpe cívico-militar en nuestro país, lo que permite impartir justicia.
Comienza entonces un profundo trabajo de reparación histórica para toda la sociedad y en particular para los testigos-víctimas6 y sus familiares.
A tales efectos se instauraron distintas estrategias:
DIBUJOS URGENTES
Dibujos y reflexiones en los Juicios de Crímenes de Lesa Humanidad
2010/2014
Hoy se llevan adelante los Juicios de Crímenes de Lesa Humanidad en los tribunales de diferentes provincias argentinas, como resultado del compromiso de los Organismos de Derechos Humanos en la búsqueda de la Verdad, la Memoria y la Justicia.
La posibilidad de presenciarlos es una oportunidad histórica sin precedentes. Son fundacionales, contribuyen a evitar la repetición de hechos aberrantes y a desplegar estrategias de reparación del dolor.
Los juicios dan visibilidad al genocidio -ya que el concepto de desaparición pretende arrasar con toda huella del crimen, a las víctimas y con ellas intentan invisibilizar la responsabilidad de los genocidas en los crímenes de Lesa Humanidad.
En 2010 el Tribunal Oral y Federal Número 5 prohibió que las cámaras registren los juicios a los genocidas. Por eso y bajo la consigna “No se los puede filmar, no se los puede fotografiar, pero se los puede dibujar”, la agrupación H.I.J.O.S. y el Departamento de Artes Visuales del I.U.N.A. invitaron a dibujar a los militares acusados en los juicios por violaciones a los derechos humanos que hoy continúan. Las llamaron “Clases con modelos vivos gratuitos en Comodoro Py”, en referencia a los Tribunales de Justicia Comodoro Py en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Abrimos un espacio de reflexión desde nuestra práctica como dibujantes en los Juicios, sobre su significado para la reconstrucción de la memoria social de las dictaduras, el papel de los Organismos de Derechos Humanos en la recuperación democrática del Cono Sur.
"Blanco/Negro", exposición de tapices experimentales de Claudia Tapia (2012)
por Carolina Benavente Morales*
cbenavem@gmail.com
Por medio de una serie de tapices experimentales construidos bajo los conceptos de "economía de medios" y "recuperación de memoria", la muestra “Blanco/Negro”, de Claudia Tapia Rabuco, investiga la diferencia cultural existente en torno a estos dos “no-colores”, como les llama. Esta muestra puede visitarse en la Biblioteca de Santiago hasta el próximo miércoles 30 de mayo de 2012.
La motivación original para desarrollar estos tapices, de acuerdo con la artista, se relaciona con las contrapuestas lecturas que poseen el blanco y el negro en dos civilizaciones: Occidente y Oriente. En efecto, mientras en el primer caso "el negro simboliza el luto y el blanco la pureza", en el segundo "el negro es símbolo de protección y el blanco lo es de pérdida y muerte". Desde la psicología del color, anota ella, es posible advertir cómo éste afecta a las personas y su percepción del entorno, pero ¿de qué manera incide la cultura en nuestra propia manera de percibir los colores? Tal es la pregunta que parece guiar la investigación de la artista.
Arte, ciudadanía y cultura popular:
"Arte de Cordel Recargado" en Valdivia (noviembre 2011)*
por Carolina Benavente Morales
cbenavem@gmail.com
Índice (los vínculos sólo funcionan con la página abierta)
Ciudadanos-artistas en la Plaza
Una buena cazuela, un gran collage
Durante el año 2011, los chilenos nos familiarizamos con incontables manifestaciones que cautivaron a la ciudadanía y cohesionaron el movimiento estudiantil en torno a sus demandas por una educación gratuita y de calidad. Tal explosión de creatividad colectiva no se había visto antes en el país, pero los cuerpos pintados, los pasacalles, los suicidios colectivos y los flashmobs, entre otros, forman parte de una larga serie de intervenciones estéticas en la sociedad. Realizada en distintas localidades de Chile el sábado 19 de noviembre de 2011, "Arte de Cordel Recargado" no surgió directamente del movimiento estudiantil, pero es parte de esa otra historia que se hizo visible gracias a sus protestas. La actividad, organizada por la plataforma virtual llamada en forma irónica Museo de Arte Moderno de Chile (MAMCHI), consistió en que cualquier persona interesada pudiese exhibir sus obras de arte colgándolas de cordeles en el espacio público, con el fin de expresar sus propias y diversas reivindicaciones.
Debido a su mayor exposición mediática, las acciones artísticas dirigidas a la televisión y a las redes sociales acaparan la atención de ciudadanos y expertos, a pesar de que se acompañan y en general se imbrican a otras que carecen de tales características. En particular, “Arte de Cordel Recargado” no sólo privilegió la acción desenchufada y desconectada, sino que además se desvió de la estética pop predominante. En efecto, su referente es la literatura de cordel, un género popular rural-urbano que tuvo vigencia sobre todo en el siglo XIX y cuyo nombre responde a que sus pliegos impresos se vendían, justamente, colgados de cordeles. Esto plantea mucho interés desde el punto de vista de la relación de las intervenciones artísticas con la cultura popular, ya que, al recurrir a ésta, los chilenos movilizados de hoy ensayan estrategias estéticas que no tienen cabida ni en la masividad ni en la esfera virtual. Ahora bien, si este tipo de intervenciones persiguen la transformación social, ¿cómo fue que lo logró “Arte de Cordel Recargado”? Voy a abordar esta pregunta en términos de los agentes, los discursos y las prácticas socioestéticas enfocando la actividad realizada en Valdivia, en la cual participé.
PILARES DE NUESTRO TIEMPO II
NIDO DE RATAS
(La “Escuela de las Américas”)
I LA NUEVA INQUISICIÓN
“Escuela de las Américas”, un nombre que no dice nada. Tras esta fachada deliberadamente insípida se esconde la institución en que se (de)formaron muchos de los cabecillas, gestores y ejecutores del triste periodo histórico en que América Latina fue torturada casi de punta a cabo por traumáticas dictaduras militares. Trauma histórico y continental en cuyas mazmorras –materiales y psicológicas- fue engendrado nuestro tiempo.
Su primer nombre fue LATIN AMERICAN TRAINING CENTER-GROUND DIVISION. Lo que esa frase signifique en castellano, da lo mismo. Fundada en Panamá (más específicamente en Fort Amador, en la boca del Canal que mira hacia el Océano Pacífico) en 1946, este “Centro de Entrenamiento” jugaría un rol decisivo en el sorprendente vuelco de los acontecimientos que transformó lo que sería la Era de la Revolución y el “Hombre Nuevo”, en la era de la represión y el hombre amordazado.
Con eficiencia anglosajona, este verdadero nido de ratas ubicado, estratégicamente (y para guardar las apariencias) en la cintura de América, fue la primera manifestación física y tangible de lo que se denominó Doctrina de la Seguridad Nacional, ese maquiavélico cuerpo dogmático que consiguió redefinir en la mente de cierta oficialidad las prioridades y objetivos hacia los que dirigir la maquinaria militar.
Fue tal la eficacia de esta nueva Inquisición en el lavado de cerebro de sus alumnos, que sus graduados, al regresar a sus (nuestros) países, olvidaban por completo la función natural de las fuerzas armadas como guardianas de las fronteras nacionales. Cual zombies sometidos a misteriosa hipnosis, los becados volvían a nuestras sociedades ansiosos por masacrar a los nuevos enemigos: sindicalistas, folkloristas, dirigentes estudiantiles, artistas en general, el quiosquero de la esquina que vende cancioneros, y todo individuo o agrupación que denunciase la impotencia de las instituciones existentes para hacer mejorías estructurales en el cuerpo social.
PILARES DE NUESTRO TIEMPO
FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE,
MAESTRO DE TIRANOS
Marcelo Olivares Keyer
olivareskeyer@gmail.com
LA BATALLA DEL SIGLO XX
Ciertamente, el devenir histórico es uno solo, y toda división de este en periodos es sobretodo un recurso didáctico que a su vez enmascara una versión tendenciosa de la realidad. Pero también es cierto que los flujos y reflujos de la Historia van imprimiendo al paisaje humano tonalidades discursivas y texturas políticas que diferencian radicalmente un conjunto de décadas de otro conjunto de décadas.
Aunque la mayoría de los libros de historia que nos hacen leer desde niños se empecinen en señalar otra cosa, la verdad es que la Segunda Guerra Mundial, así como otros hechos capitales para la historia del planeta, comenzó en España. Pero no aquella mañana de mediados de julio de 1936 en que un grupo de generales se sublevaron contra un gobierno constitucional que llevaba apenas cinco meses en el poder, sino a partir de los días y semanas siguientes, cuando las organizaciones de base exigieron y -lo fundamental- consiguieron armas para oponerse al golpe, dando así inicio a la conflagración que comenzaría a delinear nuestro tiempo.
Pero, volviendo a lo planteado en las líneas que encabezan estas digresiones, ¿cuándo comenzó nuestro tiempo? Ante esta pregunta se viene de cajón la pregunta previa ¿qué define a nuestro tiempo? A mi parecer son dos los rasgos que predominan en Occidente (y más allá) desde hace ya un cuarto de siglo: Un capitalismo ya no sólo triunfal sino descarado y avasallador, y una fragmentación hasta la atomización de toda clase de reivindicaciones, reclamos y cacareos. Cuadro muy distinto de lo que sucedía hace medio siglo, cuando la amplitud y disciplina de las organizaciones de base, el alto grado de conciencia política de buena parte del proletariado, la gran cantidad de leyes sociales conseguidas tras un siglo de marchas y huelgas, mezclados a una religiosa creencia en un final feliz y en un cinematográfico triunfo de los buenos (o ,cuando menos, de la mayoría), daban para vaticinar que las izquierdas ganarían por fin la cruel y agotadora batalla del siglo XX. Pero no fue así, y a continuación de ese tiempo de esperanzas fundadas en la acción, vino este tiempo, nuestro tiempo.
Si el umbral entre ambas épocas estuvo en los años setenta, cuando coexistieron la fe tozuda de unos con la despiadada reacción de otros, resultaría erróneo buscar el principio del fin de la era de la esperanza por esos mismos días, ya que todo elemento o fenómeno que habita el universo incuba en su seno la semilla de su propia destrucción. Entonces, hay que retroceder a esos casi tres años comprendidos entre julio del 36 y marzo del 39, cuando en los campos, pueblos y ciudades de España, esa península europea que no por casualidad apunta hacia América, convergieron -como convergen todas las bestias en un pantano aún húmedo al inicio de una gran sequía- las facetas que la condición humana podía mostrar en ese estadio del tiempo: El heroísmo autodestructivo, la ingenua fe en las instituciones, el frío y certero cálculo, la venganza, la locura, y todos los monstruos que dormían en el ático, y que la guerra, ese desmoronamiento de todos los pactos, soltó de nuevo en las calles, como se suelta una manada de toros desbocados en una fiesta desquiciada.
GUILLERMO NÚÑEZ (Parte 2)
Un volcán sudamericano humano... demasiado humano
Desde Chile, Muñozcoloma
Cuando levanto el lápiz me percato de que el sol ya no está y en la ventana, el manto oscuro de la noche invita a cantar a cuanto bicho habita a los pies de la Cordillera de los Andes. He terminado mi tercer dibujo y Núñez lleva como 25. Él ni siquiera ha levantado la cabeza una sola vez, pareciera que está en un trance obsesivo o más bien parece un chamán intentando conectarse con el infinito, o simplemente un sonámbulo. Yo quiero seguir conversando, pero de niño aprendí que a los sonámbulos no se les puede despertar así como así, o si no se quedan en el sueño (mito de campo).
Carraspeo para distraerlo, pero nada; toso... y nada; le pego una palmada a la mesa... nada. Tomo el lápiz que estaba utilizando y lo hago rodar por la mesa hasta donde se encuentra él. Recién cuando el grafito pasa por encima de su dibujo para de trabajar, levanta la cabeza y me mira. Sigamos -le digo-. Él asienta, toma dos tarros de laca y me lanza uno, sellamos los dibujos, nos volvemos a sentar y de la nada comienza a sonar la música nuevamente, esta vez es la "Sinfonía Coral - La Noche de Cristal" de León Schidlowsky.
GUILLERMO NÚÑEZ (Parte 1)
Un volcán sudamericano humano... demasiado humano
Desde Chile, Muñozcoloma
Hoy es todo diferente, hace meses, quizás años, que no dormía. Hoy los rayos primaverales del sol acariciaron mis húmedos y descansados ojos, no perforándolos como en otras oportunidades, y una sensación perdida en el fondo de mis recuerdos se hizo presente, vulgarmente la llaman "sensación de bienestar" y nadie la aprecia en su justa medida, sólo los que la podemos abrazar en minúsculas y lejanas ocasiones. Al final el sueño reparador de una noche hizo lo que la desesperación y la rabia no pudieron en tantos años. Con esa agradable y purificadora sensación comencé a observar el techo de la habitación, ese tan lejano e inconmensurable, donde las constelaciones iluminan tenuemente la bóveda celeste y hacen presa la carne de los desesperados que buscan en ellas un consuelo, una señal, un atisbo de esperanza o regocijo.
Hoy es todo diferente, lo diáfano del día me hace pensar que ingreso a otra etapa de mi existencia, si fuera marxista diría que he subido en una vuelta más en la espiral ascendente de las evoluciones históricas que se repiten eternamente, mejorando en cada ciclo, en fin, que existe la evolución.
LA HISTORIA ES UNA CARRERA ENTRE EDUCACIÓN Y CATÁSTROFE
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge
Me temo que la frase excelsa de H. G. Wells (1866-1946) con que titulamos este breve ensayo recoja apenas, en el nivel estilístico, lo que, con detenimiento espiritual, esboza o difícilmente insinúa. Nunca fue más cierta que hoy día, cuando nos hemos acostumbrado a vivir con la violencia en todos los niveles del desarrollo humano, como si fuera una virtud, un talento o una habilidad particular. Ser violento, en nuestros tiempos, es una forma lúdica de hacernos creer que estamos vivos, que tenemos el poder, que controlamos nuestras pequeñitas existencias. La cotidianidad se ha saturado de tanta violencia que nuestros amaneceres rara vez tienen atardeceres en lugares como África, Asia o América Latina.
Pero existe la violencia de quien se encuentra solo y la violencia de aquel que se halla abrumado por una compañía ruidosa, exuberante e impertinente. La primera es la de los dictadores, megalómanos y tiranuelos de toda ralea. La segunda es la de las masas, la de las colectividades anónimas, aquellas vulnerables al seductor sonido de las promesas, de los paraísos de ficción y de las utopías sin sentido de la realidad. Porque creemos que las utopías son los andamios ciertos, justos y justificados para los que se encuentran en el más gélido desamparo, y a quienes deberíamos educar para impedir que los hombres solitarios se los arrebaten.
PALDEN GYATSO, EL REGRESO DESDE UNA HOGUERA ETERNA
Desde Chile, Alvaro Oliva
Tras pasar gran parte de su vida encarcelado este anciano logró huir para alertar al mundo sobre los extremos a los que ha llegado China.
La tortura y opresión no es un derecho reservado de nuestro país y del pasado, sino que es una aberración que aún existe en diferentes puntos del globo y en diversos matices. Para ser más específicos nos referiremos China, ese rojizo caracol que ha dejado tras su paso una pegajosa huella de dolor muy difícil de limpiar.
Una de las tantas víctimas de la China Comunista y, por suerte, uno de los más importantes testimonios actuales, es el monje tibetano Palden Gyatso. El relato de la vida en cautiverio de este pacífico anciano se ha difundido en todo el planeta, su conmovedora historia y equilibrado carácter han traspasado, con la ayuda de los vientos de sus maestros, diversas naciones, llegando a convertirse en la más fiel prueba de los desgarros que persisten en Oriente.
Palden Gyatso nació en 1933, en Panam, a doscientos kilómetros de la capital del Tíbet. Como un habitante más de la región su vida estaba orientada a las labores de cualquier monje y a sus continuas reflexiones. Su amor por las tradiciones de su tierra lo arraigaban a una búsqueda de la perfección espiritual.
Adiós a las semillas
TEXTO ORIGINAL: CAVILA www.cavila.cl
http://www.cavila.cl/2011/05/13/adios-a-las-semillas/
ACTUALIDAD NACIONAL
Entre cuatro paredes, sin consultar con la ciudadanía, senadores aprobaron vender todas las semillas chilenas a la empresa norteamericana Monsanto.
La noticia pasó inadvertida en medio de las movilizaciones contra el proyecto Hidroaysén, registradas en Santiago, Valparaíso y otras regiones del país. Ni la televisión ni las radios ni menos la prensa escrita informaron sobre esta decisión que dejó a muchos estupefactos pues en la práctica significa una fuerte pérdida de soberanía.
En palabras simples, con el “acuerdo” de los senadores, la empresa norteamericana Monsanto, conocida en todo el mundo por su elaboración de semillas transgénicas, será la dueña de todos nuestros vegetales, hortalizas, frutas y verduras, de aquí a un corto plazo. Esto, porque la empresa poseerá las patentes de todos los tipos de semilla que existan en el país, por lo tanto, como dueña de la marca “tomate chileno” podrá cobrar derechos a todos quienes cultiven tomate pues usaron sus semillas para hacerlo.
El asunto parece grave y muy grave. No se entiende cómo un grupo de senadores que supuestamente trabajan para el país, entregan a la venta algo tan sensible como las semillas: el inicio de toda la cadena alimenticia, de todo el ciclo, algo ancestral, que está en la tierra, y donde al menos culturalmente, reside gran parte de la escasa identidad que tenemos los chilenos como pueblo. Si lo pensamos en términos de soberanía, claramente el asunto constituye un mordisco importante a la bandera, el escudo y todo lo que se entiende por “patria”.
EL ARTE EN MEMORIA DE LOS 30 AÑOS DESDE EL GOLPE MILITAR Y LA DICTADURA EN ARGENTINA
Columna a cargo de Marcela Rosen Murúa
En Argentina se recordaron los 30 años desde el golpe militar de 1976 con marchas en la calle, con intervenciones artisticas, arte correo, arte acción, exposiciones de artes visuales, en el Centro Cultural Recoleta , en las universidades, en Zonadearte.
Un saludo desde Escáner Cultural a los amigos y amigas argenti@s por su creatividad, para que no se olvide y no se repitan acontecimientos tan tristes como las dictaduras en nuestro continente.
Grupo de Arte Callejero Periferia
corda - doberti - kuperman
www.grupoperiferia.com.ar
"Siga participando "
viernes 24 de marzo 18 horas
LENI RIEFENSTAHL
El triunfo de la voluntad
Desde Chile, Muñozcoloma
Hoy llueve, el cielo está tan gris como el de los acorazados, el viento mece los álamos y ya está oscureciendo. Como todas las noches de lluvia la soledad me invade con cierta violencia. Podría recorrer las habitaciones de esta casa en busca de algún espíritu errante, pero no quiero. Tampoco quiero salir y el sueño lo he extraviado por completo. Busco algo (que por cierto, no sé) en la ventana y la luz comienza a escasear.
Al final mi deseo desemboca en el alcohol como era de esperarse y esta vez me inclino por el coñac (muy oportuno para este tipo de días). Al ir hacia el bar, paso por delante de esa puerta que nunca me he animado a abrir (una de tantas) y me tiento, no con la esperanza de encontrar algo o a alguien, sino por simple desidia.
La habitación es un cubo perfecto (a simple vista), y las paredes laterales tienen repisas desde el cielo hasta el piso llenas de latas de películas. La pared del fondo es blanca, inmaculada, incómoda. Y en medio de la sala hay un proyector de 16 mm, un sofá, una copa, una botella de coñac y un cenicero con los cigarrillos correspondientes (el mechero lo tengo yo).
DANA D, EN EL FEROZ TRAPECIO DE BABEL Y OTRAS HISTORIAS PENDIENTES DE UN HILO
en el horroroso blog de la historia. (La Carta de George a Santa.)
Desde Nueva York, Silvia Banfield
CIRCUITO EN D
Intentaba definirla pero era inasible, un viento raudo sobre la espalda, ese vértigo de asombro y de la nada. Se esfumaba de sí misma, y lo lograba. Ese perfil del punto y coma, donde un paréntesis gana un nuevo espacio, le correspondía y hacía juego con una sonrisa nerviosa. El poeta buscaba definirla y yo buscaba en su Diario, ese retrato íntimo de un solo trazo. No daba con la palabra, imagen, una descripción que no permitiera ambigüedades aunque ella, Dana D., obstruía sus propias convicciones. Son muchos pisos psicológicos o un laberinto circular, espeso, como una estatua de Buda. Jugaba a una cierta desconocida, que era y no, ella. Un raro aceite le recorría el cuerpo, como esos viejos metales que brillan de todas, maneras. Siempre estaba al tope, si no, no era ella. Una cierta urgencia, la velocidad de la rueda que no cesa de girar. Ese compromiso con estar en movimiento. Buscaba la palabra, una descripción que le calzara. Dana D., era más que un trazo verbal o una oración incompleta. Algo parecido a una obsesión sin punta. Un largo kilometraje de contradicciones.
LEONARDO RAMOS ARQUITECTO ARGENTINO. ARTE Y POLÍTICA EN MOVIMIENTOS SOCIALES URBANOS DE RESISTENCIA EN ARGENTINA
Por: Leonardo Ramos
Desarrollamos metodologías de trabajo de técnicos (arquitectos, urbanistas, artistas) como "mediadores" en el contexto de la integración multidisciplinar del arte, la arquitectura y la política en los procesos de creación o de re-creación del espacio público. Planteamos el tema del técnico como "mediador" es un cambio en las concepciones que comprenden la posibilidad que el arte (la arquitectura, el urbanismo, el diseño) posea un papel social en nuestro contexto.
Un mediador tiene como misión fundamental la de dinamizar procesos sociales, hacerlos emerger y ayudar a su transformación en procesos, objetos, acciones con una componente estética. Supone, también desarrollar una capacidad de negociación para manejar los intereses, las motivaciones y los deseos de movimientos sociales que no son necesariamente homogéneos.
Requiere habilidades políticas y de negociación puesto que en última instancia, este técnico-mediador deberá conseguir junto al movimiento social recursos económicos de la administración pública para poner en marcha los proyectos.