Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Lectura

-Quien Conoce a Dalmiro Sáenz?
Escritor de cuentos argentino

Por Felipe Vilches Rubio

Nosotros, los chilenos, nos formamos en nuestra educación, muy fuerte en la literatura nuestra y ajena, y es un evento subjetivo y poético, de valor “de escribiente”, que un escritor distinga en algún momento sus influencias, porque pertenezco a los chilenos contados con la mano, que cuando apenas tenían 20 años conoció sus cuentos, y me considero afortunado de degustar la literatura de Dalmiro Sáenz, este escritor y dramaturgo argentino, nacido en Buenos Aires, 13 de junio de 1926,y del cual disfruto de su acelerado destellar de lo humano, por ejemplo ese ajetreo de un ritmo narrativo de bloqueo y desbloque “de latidos” de un papa y su hijo,:

“-Un ladrón.
-¿Un ladrón? ¿Y en dónde?
-En el jardín.
-Yo ahora voy al garaje a buscar una lata de tabaco a la gaveta del coche. ¿Me acompañas?
-Sí, papa.
¿No te da miedo yendo conmigo?
-No papa.
-¿Y solo?
-Un poco.
-¿Te animas? “

Las mejores influencias para nuestra fortuna es la literatura “es de aquí al lado”. Los artistas argentinos nos retumban con su maestría de subjetividad libre en la literatura en cine en muchas disciplinas. Siempre la literatura y el rock, la moda, la política, el arte argentina está en nuestras vidas, allí conocemos en un silencio de afirmado, quizás en un encuadre imaginario a Dalmiro, apacible, con acidez y a veces cruel en el artificio:

“Lo leyó ella, fuerte, el contenido del papel y las palabras recortadas de diarios, pegadas en orden, que decían: Si no dejan quinientos pesos en el lugar que les indicaremos por teléfono su hijo morirá. Resonaron entrecortadas y temblorosas y quedaron dibujadas en esa boca a medida que salían de ella, y la última quedo ahí en forma de mueca, durante varios segundos, endureciendo ese llanto que no llego a salir hasta horas más tarde, cuando el policía, terminante, afirmó: - Si señora; podría ser una broma, pero también podría no serlo.”

Reseña

JESÚS I. CALLEJAS Y SU NOVELA: LA CASA DESBARNIZADA

Un “escritor maldito” en nuestro patio

 

Por José Diaz


Jesús I. Callejas habita Miami desde hace muchos años. Aquí vino a despojarse del “American Dream”, que muchos ingenuos aún persiguen.

Es evidente que para Callejas Miami no es la imagen de la ciudad que venden las compañías turísticas. Y él prefiere más bien utilizar el recurso literario para mirar crecer su dimensión ética personal y de relación con la ciudad, separándose de ésta, renegando de ella y pisoteando cualquier desliz o coqueteo del pasado.

Amores y desamores de un “escritor maldito” con la ciudad que habita. Hiperrealismo literario. Realidad desdibujada a partir de un lenguaje hiperbólico y adjetivado. Analogías estiradas hasta el máximo de su significación entre los despojos del cuerpo y los despojos de su casa en ruinas. Todo lo anterior puede afirmarse del texto narrativo que toma vida propia a partir de la transcripción de sensaciones y sentimientos que desde su conciencia, Callejas, el escritor, decide comunicar y expeler de su cuerpo y mente adoloridas a través de esa analogía matriz: su casa desbarnizada, en ruindad, con su cuerpo moribundo. Es el selfie fusionado de mundo exterior y mundo interior en obsceno estado de descomposición.

Escáner Cultural nº: 
203
Invitado


 

Cien años de soledad. Cincuenta años de gloria


Por Antonio Landauro


A la manera de Los Buddenbrook, la primera novela importante de Thomas Mann, Cien años de soledad ofrece la historia de una familia en el transcurso de varias generaciones. Comienza con el recuerdo que el coronel Aureliano Buendía hace de los momentos en que estuvo frente al pelotón de fusilamiento, cuando “Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construida a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras… como huevos prehistóricos”, y termina con el frustrado amor de Aureliano y Amaranta Úrsula, descendientes suyos.


Esta novela publicada en 1967, que simboliza la cumbre del boom latinoamericano, logra que Macondo cautive con su hechizo los ojos del mundo, y los Buendía guíen los pasos de la narrativa del siglo XX de la mano del realismo mágico. Vargas Llosa la compara con el Amadís de Gaula, por la aureola de misterio y mitificación de la realidad que ella presenta.


Aracataca y Macondo donde no existe el tiempo


La pequeña aldea de Aracataca, donde nace Gabriel García Márquez en 1927 –localidad situada al pie de la sierra de Santa Marta, en los Andes colombianos, sobre la costa del Caribe– le sirve para crear el mítico Macondo, en cuyas calles se entrecruzan espíritus benévolos y malévolos con los que se puede hacer negocio; varones más que centenarios que procrean eternamente; tías absurdas que tejen sus propias mortajas; guerras civiles y fiebres extrañas, como la del banano, que deja enormes secuelas de desgracias como cicatrices y llanto de cataratas.


El tiempo no existe en Macondo, está congelado. Es un lugar ardiente, cenagoso, lleno de episodios donde el encantamiento seduce como un choapino mágico y transporta más allá de la verosimilitud. Aquí todo es posible, hasta lo imposible: mito y realidad, magia e historia, brutalidad y la poesía. El autor, que transforma este pueblo en clave de ficción, logra una fascinante alegoría de la sociología latinoamericana e invita a descubrir la laberíntica fisonomía de la condición humana.

Escáner Cultural nº: 
201

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio VEINTE

HUMOR MUY NEGRO.

 

          “You can run on for a long time… Run on for a long time… Run on for a long time… Sooner or later God’ll cut you down. Sooner or later God’ll cut you down…”

God’s Gonna Cut you down.                                      .

Johnny Clash                                                  .

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

By Copyright©José Agustín Orozco Messa.

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          Cada año ingresa un número variable de alumnos a las distintas facultades de artes, regadas por el mundo. Un mínimo porcentaje está ahí por razones desconocidas. La mayoría, porque sienten que la vocación artística es lo que les gusta en la vida. Aunque cada uno es un caso independiente, hay historias que se repiten cada tanto en tanto.

           El caso de Aarón puede ser uno de ellos. Ingresó a la facultad de artes plásticas para estudiar pintura. Como todos, tuvo que acreditar tres exámenes de conocimientos: tanto teóricos como prácticos para poder ganar un lugar en la matrícula. Como todos, se distinguió más en unos conocimientos que en otros. En su caso, mostró habilidades en el dibujo que llamaron la atención del cuerpo docente. Como siempre, el docente encargado de aplicar el examen a todos, le preguntó algo que le preguntarían repetidas veces durante las siguientes semanas:

― ¿Tú ya habías estudiado dibujo antes? ¿O no?…

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio DIECINUEVE

JUNTOS PERO NO REVUELTOS

 

    “I’m breakin’ rocks in a hot sun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… I needed money ‘cause I had none… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… […] Robbin’ people with a six-gun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and the law won… I lost my girl, and I lost my fun… I fought the law, and the law won. I fought the law, and law won…”

I fought the law                                                               .

The Clash                                                                      .

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

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            Como se ha narrado en entregas anteriores. Transcurrían los primeros años de la década de los ochentas, del siglo pasado, y Aristeo Cano Mina ya estudiaba en el glorioso conservatorio de la universidad local. Luego de salir airoso de los exámenes de admisión por pura casualidad. Como también ya sabemos, Aristeo soñaba con ser una estrella del rock’n’roll. Razón por la cual, se había asociado con sus condiscípulos y compañeros del conservatorio, referidos por los apodos de: “El Payo”; “El Tribilín” y “El Piraña”. Identificados así, respectivamente, porque uno era un ignorante burro sin modales; otro tenía la misma personalidad ingenua del personaje de Walt Disney y, según algunos, también compartía sus atributos físicos. Y, el último, por tener una tremenda dentadura similar a la de los peces carnívoros. Cabe mencionar que, a “Tribilín”, también le llamaba Aristeo, cuando estaba de buen humor, “Super Tribi”. Por las mismas causas ya mencionadas.

             Juntos pero no revueltos, formaban una anónima banda de incipientes aspirantes a roqueros que, precisamente por ser anónima, carecía de nombre. Todo esto, ya se ha explicado en el Episodio Once. Así como sus vicisitudes para ensayar y tener material sonoro para interpretar, hipotéticamente, algún día en público… Entonces, ese día llegó de la manera más inesperada y, se puede decir, que gracias al gobernador que reinaba en la provincia donde ellos vivían.


Pintura de Mauricio Paz Viola

FELIPON - AVENTURAS del LIMPIAHOLLAS ALQUIMIUM
(parte 2)

Por Felipe Vilches

Estoy en Ruka Ray, un hostal en la ciudad de Concepción, y ya en este escrito no existirá en la realidad, y el Emilio me pregunto en el pasado, sobre que es un Limpiahollas Alquimium. Le cuento a Emilio, que un día en Santiago fui a ver las esculturas de Piroluzko, a su taller, y en la cocina estaba Gunther Krucis con el tablero de ajedrez y tenía su primera jugada P4R. Y, de puro instinto le jugue P4AD, lo que significaba que el blanco no iba a tener ninguna oportunidad de ser superior, ya que la Defensa Siciliana, dividía el tablero en una diagonal, donde el blanco queda incomodo, ante una lenta defensa y con muchas expectativas de un golpe de violencia contra el blanco. Le explique a Emilio que de pronto Gunther se vio sin iniciativa de ataque y jugo la jugada de espera P3T. Entonces, salió el habla de adentro mi espíritu de Limpiahollas.


-Oiga Gunther me doy cuenta que respira mal y que tiene seco un pulmón de toda la cocaína del mundo que se chupo en su vida!!!- lo dije tan lento que fue quedando como una estatua del Forestal. Se ennegreció toda su sonrisa.
- Y Ud. Felipon, como sabe esto, estoy con quimioterapea””.- Estaba con ojos como huevos fritos de asombro.
- Lo que pasa que soy Limpiahollas, con la cualidad de ver y mirando se forma mi lenguaje, sabiendo lo que pasa en la persona.-
Le conté de mi Maestro, y algunas experiencias. Y no podía esperarse mucho rato, cuando me pide que vayamos donde el Maestro.
Era invierno y donde vivía era un cerro de cuarzo y tierra roja. Todo eso en invierno es puro jaboncillo. Así termino el partido de ajedrez. Y cuando salió el sol en septiembre lo llame eufórico: "Gunther vayamos donde el Maestro, salió el Sol". Hubo silencio.
""-Y porque podemos ir ahora, me han dado 6 días de vida? En la clínica tengo que pagar 34 millones por la terapea. Porque ahora Felipon???"""
No tuve otra contestación: "Porque hay Sol Gunther, salió el Sol."

CARTA A MI NIETA
 

A Mariana, Germán, Antonio y Santiago, míos.


            Mi corazona:
 
            Recuerde que el abuelo no sabe tutear, habla en obra negra, el pobre. La voz le sale como con mala letra. Punto. Le escribo como parte de la segunda clase del curso para portera de equipo de fútbol, labor que me he puesto sobre mis hombros y que pesa menos que un costalado de azúcar atomizado y untado de ese color rosado químicamente horrendo, pero re-rico, un color similar al de las medias de los toreros. También hay medias de torero de color violeta, le digo por si le sirve para alguna materia del colegio, o sea, para un examen, oh.


            Enseñarle lo que iba a olvidarse, de esa etapa de mi vida en la que fui portero, o sea salvarlo a tiempo de la mancha gris que se toma las neuronas, es como cargar una burbuja de sonrisa sobre el sitio donde los dos omoplatos, vistos desde la espalda, hacen su centro, algo así, leve, como el temblor del tigre mío (mi tigre, debo aclarar, tiembla con el temblor exacto de los alrededores del sitio en la espalda donde va la burbuja de sonrisa, ¿bueno?, o si no, no sale el juego). En resumen, y sin tanta verborrea, sepa que viéndola jugar he vuelto a ser joven, a la cancha del barrio donde jugábamos los más grandes partidos y, también, tuvimos nuestras mejores peleas a mano limpia con nariz reventada y ojo colombino. Me gusta este pedacito de la vida, gracias a su fútbol.

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio DIECIOCHO

Los cuentos que yo cuento…

[Part TWO, viene del Episodio 13]

Dedicado, otra vez, al gran maestro Joaquín Sabina.

 

“Sepan Cuantos…” Este cuento lean…         .

Don Alfonso Reyes Ochoa                   .

Parafraseado por J. A. Orozco Messa         .

 

Por José Agustín Orozco Messa 

 

By Copyright©José Agustín Orozco Messa.

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           [En el dramático capítulo anterior, es decir, el episodio Trece, pudimos ser testigos de cómo, le veían la cara de zonzo a nuestro anti-héroe: Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos. Quien, como ya se explicó, era Prieto por parte de padre y Urdangarín de los Montejos por parte de madre, según ella, de ancestros del país vasco. Pero, si no lo leyó, le invitamos cordialmente a que primero lo haga para mayor entendimiento del tremendo drama que se contará a continuación. Nada más tiene que hacer clic en la parte superior de su pantalla. Exactamente donde dice Cuento’s blog. La liga lo manda a la página donde están todos los cuentos. Allí busca el fatídico Episodio Trece y listo. Aclarado el asunto, ¡continuamos!]

             Pues bien, mientras el maestro Sabina cantaba, de su célebre disco Física y Química:

            “…¿Cómo haré? ¡Que al final!, los cuentos que yo cuento acaban tan mal…”

            ¡Lejos de dejarse amilanar! Acacio Prieto Urdangarín de los Montejos, decidió no cejar en su empeño de buscar trabajo… Lo malo, para él y para todos aquellos que hacían lo mismo que él, fue que decidió seguir buscando dentro de las filas burocráticas gubernamentales…

            Bueno, hay gente que no entiende a la primera… Ni la segunda, ni la décimo novena pero bueno. Las cosas sucedieron así:

FELIPON - AVENTURAS
del
LIMPIAHOLLAS ALQUIMIUM


"Eso, del Mas allá lo puedo arreglar Yo. Tengo gente con esos "peinados astrales."

Felipe Vilches

Eso pensó el Limpiahollas sentado frente al Maestro, que estaba con ese renacido, que hace un rato estaba muerto. El Maestro de Alta Magia dio vuelta alrededor de la mesa y se sentó a mi lado en la silla que diligentemente dejo su hijo. Puso su oreja muy cerca mío y quizás yo era un Dios de la pregunta, porque se puso para que preguntara. Le pregunte como si yo fuera Buda, y que me sacaba la Máscara.

-Que es Ud ?- lo dije a la Oreja como un rayo veloz de luz, porque de salir de la burbuja, no habían pasado ni siete minutos y me centellaban los ojos, escuchaba zumbidos muy agudos como cantos, de otros lugares.

- Sanador- dijo- Ni hubo silencio. Allí una persona escucho. Y le pidió que no lo sanara (¡¡) con groserías disparo bravatas contra el Hospital , y el Maestro lo sano de inmediato, en el mismísimo segundo, y luego el Maestro arranco al centro del Living, desde donde destellaban sus ojos amarillos de lobo misterioso y compasivo. O sea, empieza con un viaje desconocido, hace gala de su magia. Sana y se enoja para esconderse, o para llamarme. Corrí a su lugar, y lo agarre de las solapas- De donde sacas tu Poder??! Hace un gesto, lo suelto y se abre la camisa. Tenía en su pecho un medallón del tamaño de un plato de comer, con la forma de estrella de David, y en cada punta una gema preciosa verde y en el centro una cruz de madera. La pura cruz sin el Cristo Crucificado.

 

 

 

Esto SI es FICCIÓN

Episodio DIECISÉIS

LIBER MYSTERIORUM

 

“…Mwlfgab pywfg)btagn Gh’tyaf nglyf lgbya…”

The Black Tome of Alsophocus        .

Howard Phillips Lovecraft & Martin S. Warnes

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

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                  Por cuarta vez, Mario dijo:

― Es el Necronomicón.

             Y por cuarta vez, dirigí la mirada hacia lo que parecía una corteza de árbol, toda arrugada en su superficie, que Mario había depositado sobre la mesa de centro de mi casa.

― Pues a mí me parece un pedazo de árbol o un montón de basura.

              Mario fumaba nervioso. Viéndolo bien, tenía un aspecto pálido cadavérico con matices verdosos pero, como Mario siempre había sido un drogadicto, pues ese era su color natural desde años atrás.

― ¿Es una broma, cierto? Ya sé. Te envió Andrés para reírse de mí, ¿no?

           Mario siempre había tenido una mirada huidiza, cuando hablaba con alguien veía hacia todas partes menos el rostro de su interlocutor. Respondió.

― No, no me manda Andrés.

― Entonces te manda Víctor, ¿no?

― No me manda Víctor.

― Entonces, ¿quién carajos te manda?

― No me manda nadie. Eres escritor, ¿no? ¿Te debe de interesar un libro como éste, no?

― Pero ¿qué libro, ni qué ocho cuartos? Esta madre que estás dejando aquí es un montón de basura, ¿Cuál Necronomicón?

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio QUINCE

PROMETEO

 

           “…porque vista cosa es que en este mundo no nacen todos los hombres iguales, así en generosidad como en virtudes…”

Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España       .

Bernal Díaz del Castillo                                      .

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

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             Como suele suceder, Benito Nieto Alegre nació en el seno de una familia como tantas. La madre era ama de casa y encargada de “criar” a sus hijos. Lo que debía entenderse como ser pedagoga, enfermera, cocinera, administradora y lo demás que hiciera falta. Mientras el padre era obrero en una empresa de la nación, lo que se pensaba, significaba que sería una empresa sólida por el resto de la eternidad. Quién iba a pensar, menos adivinar, que esa eternidad se acabaría en menos de dos décadas a futuro. Porque el gobierno iba a privatizar todas esas empresas y habría despidos en masa por todo el país. Engrosando las, ya de por sí, gordas filas del desempleo. Pero, en ese momento, todo parecía estar bien. Sin embargo, en la realidad, para la madre de Benito la expresión criar a los hijos venía significando: darles de comer a sus horas; gritarles cuando estuvieran haciendo mucho escándalo; regañarlos cuando no hicieran lo que se les dijo debían hacer y mandarlos a dormir temprano. La palabra pedagogía ni siquiera formaba parte del vocabulario familiar.

            Junto con Benito Nieto Alegre existían otros tres hermanos: dos hombres y una mujer. Todos mayores que Benito, quien casi vino a nacer de chiripa cuando no se le esperaba. Aunque, se dice que en este país: todos los mexicanos nacieron cuando no se les esperaba. Al menos, sucedió así: durante todos los siglos anteriores finalizando con el XX. Si bien, en lo que va del siglo XXI no se ve un gran cambio nacional en las estadísticas de natalidad. Sea como fuere, el caso es que entre sus hermanos y Benito existía una brecha generacional. Cuando vino al mundo sus hermanos ya estaban a punto de ingresar a la enseñanza primaria y él pues era un bebé. Cuando ya podía caminar y hablar, pues hablaba solo porque nadie de sus hermanos le hacía el menor caso. Y la mamá, que para esas alturas ya debería de tener un doctorado en cuidar y educar hijos… Seguía con la misma práctica pedagógica de gritarles a los hijos si no dejaban de estarla importunando.

Escrito original de Salvador Elizondo; ideograma chino para "coito". Foto: Alfredo Ríos

 

Salvador Elizondo, 

o la paradójica imposibilidad existente en la repetición de los instantes

 

En una de tantas noches de insomnio y después de varios intentos, encendí el televisor. Nunca he sido un espectador frecuente y me parece un gasto innecesario contratar televisión de paga. Suponía, erróneamente en aquella ocasión que, dada la calidad de los contenidos en tele abierta, terminaría sucumbiendo ante algún infomercial o cualquier otra cosa transmitida a las 3 de la madrugada. No tuve siquiera que cambiar de canal. Al aparecer en pantalla la inconfundible mirada perdida y el acento porteño de Borges, comprendí que no conversaría con Morfeo en un buen rato.

El audio mono estéreo y las imágenes distorsionadas evidenciaban un programa antiguo, probablemente recuperado de alguna polvorienta bodega. Se trataba de una tertulia entre titanes: Jorge Luís Borges, Germán Bleiberg, el autor de “El guardagujas” Juan José Arreola y el hasta entonces desconocido para mi Salvador Elizondo.

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio DOCE

Dos-Cientos-Cuatro-Bancos

 

                  .            “El teatro consiste en representar figuraciones vivas de acontecimientos humanos ocurridos o inventados, con el fin de divertir…”

Bertold Brecht                          .

 

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

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             Hacer escenografía tiene sus problemas inherentes a la materia en sí. Primero tienes que leer la obra de teatro para conocer las especificaciones. Después tienes que ir a medir el escenario donde se va a montar porque luego hay cada espacio que parece bodega más que teatro. Si el autor ya no se cuenta entre los vivos, pues te lo has quitado de encima. Pero si resulta que, todavía está con nosotros, hay veces que está presente dando consejos y opiniones que no vienen al caso. Sin mencionar que, las más de las veces, esa función la cumple el director de la obra; quien, generalmente hace suya esa frase que dice: “sacar el pequeño Hitler que todos llevamos dentro”, y nada le gusta y todo hay que cambiarlo, según esté el humor del día.

             Por eso dicen que el teatro es una familia. Porque, al igual que ocurre en el seno familiar: están aquellos que nos caen gordos y son antipáticos, pero hay que soportarlos porque resulta que son de tu misma raza y ya no te queda más remedio que darles la vuelta. Igual en el teatro, están los directores que forzosamente tienes que trabajar con ellos y ni modo. O los actores que: en escena están muy bien, pero fuera de escena ni quien los aguante. Sin embargo, al fin como en cualquier actividad colectiva, siempre hay un grupo de gente que hasta en las peores circunstancias, nunca pierde el sentido del humor y hace agradables los momentos difíciles.

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio ONCE

Should I stay or Should I go?

 

“…Should I stay or should I go now? Shold I stay or should I go now? If I go there will be trouble and if I stay it will be double…”

The Clash                                         .

 

Por José Agustín Orozco Messa

 

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          Eran los primeros años de la década de los ochentas y Aristeo Cano Mina ya estudiaba en el glorioso conservatorio de la universidad local. Luego de salir airoso de los exámenes de admisión por pura casualidad. Como ya sabemos, Aristeo soñaba con ser una estrella del rock’n’roll. De modo que siempre trataba de estar al tanto de lo último de lo último del plano musical. Ahora sería algo bien fácil y que casi cualquier tonto lo puede hacer, principalmente: gracias al Internet. Sin embargo, en aquellos citados años, había que gastar dinero en comprar revistas especializadas sobre la materia. Que la mayoría de las veces, no tenían lo que interesaba a Aristeo, sino que eran más de lo mismo porque estaban escritas para un público general y no para gustos especializados como el suyo. Además, el canal de MTV todavía estaba en pañales y tenía pocos meses de haber iniciado sus transmisiones. Sucediendo lo mismo que en las revistas especializadas: tenían una programación musical extremadamente heterogénea donde prácticamente no existían los videos que interesaban a Aristeo.

            En el rubro que más dinero tenía que invertir Aristeo, era en la compra de material sonoro. Es decir, en adquirir los discos o acetatos, como se les conocía por aquellas pre-históricas décadas a los discos de plástico: negros, pesados y extremadamente frágiles, donde venía grabada la música. Era el único modo de oír específicamente la música que a ti te gustara, a menos que fueras al concierto y lo hicieras en vivo. ¡De veras que, visto a la distancia, aquellos eran tiempos primitivos! Como dirían y hoy dicen, realmente, los actuales chavos que forman parte de la generación del teléfono inteligente o Smartphone ja ja, quienes sienten que se les acaba el mundo si un día no hay Internet y no se pueden conectar. No, pues en aquellos tiempos que se estaba más aislado que una ínsula, ¡ni pensarlo! Se nos hubieran muerto de tristeza los chavos de la actual generación Smartphone.

 

 

ESTO NO ES FICCIÓN

Episodio DIEZ

El Escenógrafo, el ladrón, la oportunidad y Richard

Por José Agustín Orozco Messa

 

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            Era un viernes por la noche. Después de un largo día laboral… Bueno, no exactamente laboral porque ellos no eran empleados asalariados. Eran estudiantes. Empero, laboraban como estudiantes y trabajaban duro estudiando para aprender… Bueno, eso también es un decir, porque, para ser sinceros, se esforzaban, en una escala del 0 al 100, apenas a un 75 u 80%... Claro que si lo comparamos con las generaciones actuales… Las cuales, ¡ni siquiera estaban por nacer en ese viernes por la noche!, quienes ocuparán las aulas veinte o más años después de ellos: entonces, ese 75 u 80% los convertiría en súper estudiantes.

             Porque los estudiantes de la actualidad se la pasan chateando en el celular durante todas las clases… Y tienen un desconocimiento pasmoso de todo lo que existió, hasta antes de que ellos cumplieran siete u ocho años de edad. Es decir, si les mencionas algo ocurrido en la década final del siglo XX. ¡Pareciera que estas refiriendo algo sucedido dos mil años atrás! Algo tan ancestral que es imposible que ellos, ¡los nacidos a partir del año dos mil!, lo tengan que conocer.

            De modo que, para dar clases, no se pueden poner ejemplos prácticamente de ningún tipo: ¡porque los alumnos desconocen todo! Ah, pero eso sí, vivimos en la época de la comunicación. Donde a través de las redes informáticas, podemos ver la superficie del planeta Marte desde nuestra computadora… Pero, paradójicamente, los alumnos universitarios no saben leer correctamente y, a veces, no saben redactar un texto coherentemente aunque sea lleno de faltas de ortografía. Escriben igual, por no decir peor, que estudiantes de nivel primario quince años menores que ellos.